domingo, 11 de marzo de 2012

Capítulo 34: Universidad y tensión

El odioso ruido del despertador a su lado hizo que Mary abriera los ojos de repente. Había pasado una noche genial y por eso justamente le fastidiaba tantísimo tener que levantarse tan temprano.

-Mmmm… ¿qué hora es?-masculló Ringo a su lado con voz pastosa, mientras se removía en su lado de la cama.

-Es pronto, sólo son las siete.-sonrió la chica antes de dejarse besar por él.-Duerme un rato más.

-No voy a dormirme un rato más, te acompaño a la universidad.-respondió él aún medio dormido a la vez que negaba con la cabeza.

Aquella cara de niño enfurruñado que acababa de poner Ringo arrancó una risita divertida de Mary.

-No seas cabezota, Ritchie.-insistió ella incorporándose.-Aprovecha tú que puedes y duerme. De todas maneras, yo voy a ir a la universidad con Chris.

-¿Con Chris?-se extrañó él y, mientras observaba como ella empezaba a vestirse, añadió.-Por Dios, que bonita eres…

Mary soltó otra risita.

-Tú tampoco estás nada mal…Y sí, con Chris. Quiere ir a ver si le han concedido el traslado de expediente o qué. Tenía que salir hoy, así que…

-¿Y tú crees que ella va a ir a estas horas? Te dejará plantada, ya lo verás. Es demasiado pronto y ayer en la cena ya viste que ella, John y George bebieron y fumaron un poco más de la cuenta.

-También nosotros y ya nos hemos levantado.-le replicó ella volviéndose hacia él resuelta y con una sonrisa.-Ahora duérmete, Starkey. O te duermes o llamo a un anestesista, elige.

-Y después dices que el cabezota soy yo…-rió él.

-Es que lo eres.-bromeó la chica mientras se acababa de abrochar el último botón de su blusa.-Descansa, bobo.

Mary se puso los zapatos y salió de la habitación, cerrándola detrás de ella con la intención de que aquello convenciera a Ringo para que se quedara durmiendo. Y por lo visto lo consiguió. Se tomó un café rápido, se arregló y, antes de pillar el abrigo y salir por la puerta de casa, se volvió a asomar a la habitación lentamente. Ringo dormía de nuevo a pierna suelta ocupando ahora todo lo ancho de la cama. Viendo aquello, Mary apenas pudo reprimir una risita antes de volver a cerrar de nuevo la puerta y salir de casa.

Apenas puso un pie en la calle, oyó un breve bocinazo. La chica se giró hacia allí y distinguió pronto el Mini de John a unos pocos metros. No obstante, pronto algo llamó poderosamente su atención: no había ni rastro de Lennon por ninguna parte y la que estaba sentada en el lado del conductor era, ni más ni menos, que Christine.

-¡Buenos días!-la saludó la chica cuando entró en el coche.- Parece que a una que sé yo se le han pegado las sábanas, ¿no?

-Buenos días…-saludó Mary aún extrañadísima por ver a Chris al volante.-¿Y tú desde cuánto conduces?

-Desde hace veinte minutos que he salido de casa.-bromeó Chris con una risita malévola que se volvió en una sonora carcajada cuando vio la cara de pánico que había puesto Mary.

-Vale, ya, parad con la bromita.-bufó Mary mirando hacia la parte de atrás del coche e inspeccionando los asientos. Estaba segura de que estaban tomándole el pelo y que de un momento a otro John iba a saltarle y a darle un susto de muerte.-Lennon, sal de donde estés.

-No creo que John pueda escucharte desde su casa…-contestó Chris sonriente poniendo en marcha el motor.-Y no te asustes, está todo en regla. En realidad tengo carnet de conducir desde el verano pasado, lo que pasa es que no me dejaban pillar el coche.

-Nunca dejarás de sorprenderme, McCartney.-masculló Mary mirándola, que aún no las tenía todas consigo.-Y John te deja pillarlo, por lo que veo.

-Sí, bueno, al menos eso me dijo anoche antes de acostarnos.-respondió Christine encogiéndose de hombros mientras se ponía en marcha.

-¡Pero anoche estaba borrachísimo!-rió Mary.-¡Eso no cuenta!

Christine soltó una risita antes de contestar.

-Ése es su problema.-le respondió resuelta.-Además, esta mañana he intentado despertarlo para preguntárselo de nuevo, pero…

-No me digas que te lo has pensado bien y que al final no lo has hecho por si cambiaba de opinión…

-Muy graciosa, Hall.-dijo Chris sacándole la lengua.-Sí que lo he despertado, pero no reacciona. Hasta almohadazos le he dado y lo único que he obtenido de él han sido un par de ronquidos.

-¡Por favor, qué pareja!-contestó Mary riendo mientras se imaginaba la escena.

-Además, peor que conduce él no lo hago yo.-añadió Chris con una sonrisita burlona.-Así que no creo que haya ningún problema.

Mary y Chris rieron con aquella ocurrencia casi al mismo tiempo y, así, entre bromas y algún que otro comentario más serio sobre lo que les esperaba en la universidad, llegaron al Birkbek College, una institución dependiente de la Universidad de Londres que se encargaba de las carreras de lenguas y humanidades, entre ellas, Historia.

Pese a estar en pleno centro de Londres, a Chris no le costó para nada encontrar un buen sitio donde aparcar el Mini cerca del edificio principal. Parecía que las bromas entre las dos hubieran ocurrido hacía siglos en lugar de minutos. En esos momentos, tanto Chris como ella lucían un semblante tan serio que cualquiera hubiera pensado que les ocurría algo malo. Y es que los nervios se habían adueñado tanto de una como de otra: Mary porque aquel iba a ser su primer día de clase como becaria en un sitio completamente nuevo y Chris porque en cuestión de pocos minutos sabría si podría o no continuar el curso allí o si bien debía dar directamente primero por perdido y matricularse para septiembre cosa que, obviamente, no le hacía nada de gracia.

-Bueno, Mary, que haya suerte en tu primer día de clase.-se despidió Chris cuando llegaron a la puerta del edificio.

-La suerte has de tenerla tú, pero gracias de todas formas.-contestó Mary esbozando una sonrisa tranquilizadora.-Acabaré al mediodía. Llámame y dime cómo has quedado.

-Tenlo por seguro. Hasta la tarde, pues.-contestó Chris empezando a caminar ya hacia la secretaría.-¡Y pórtate bien en clase, Hall!


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John abrió los ojos lentamente cuando los rayos del sol empezaron a filtrarse de una manera demasiado molesta a través de la ventana. Habían llegado demasiado tarde y con demasiadas ganas el uno del otro, y si a eso se le unía que los dos iban bastante borrachos, era normal que se les hubiera olvidado correr las cortinas. Lo primero que hizo fue comprobar que ella ya no estaba. Se habría ido temprano. Al parecer, finalmente había conseguido levantarse a tiempo aunque él hubiera opinado lo contrario la noche anterior. De hecho, ya se había encargado de no dejarla dormir hasta bien entrada la madrugada haciéndola morir de risa para que no lo consiguiera. Sonrió al pensar en aquello. Momentos como aquel eran los que le hacían disfrutar de la vida. Y con Christine a su lado aquellos momentos se multiplicaban de una manera vertiginosa.

Se incorporó de la cama conforme pudo y miró el reloj despertador. Las nueve. Asquerosamente pronto si tenía en cuenta que se había dormido cerca de las cinco, pero la maldita luz ya lo había despertado y era inútil intentar volver a dormirse. De pronto, una notita escrita con la inconfundible letra de ella colocada bajo el despertador llamó su atención. Alargó la mano y la cogió, sonriente. A saber qué le había puesto.

“Buenos días, monstruo. Si estás leyendo esto es porque aún no he llegado a casa y te has despertado muy pronto. Normalmente no me alegro del mal ajeno, pero jódete, cariño. Aún te pasa poco por no dejarme dormir en toda la noche, ja, ja, ja. Por cierto, te he pillado el Mini. He intentado despertarte para decírtelo (por si no te acordabas) pero estabas tan tronco que no has abierto ni un ojo.
Te quiero, guapo. Tu peque.”

-Yo también te quiero, loca.-murmuró John esbozando una sonrisa divertida y soñadora a la vez.

Dejó la nota pensando en ella, en cómo le habría ido en la universidad. Ojalá le hubieran concedido aquel maldito cambio de expediente. Aunque no lo hablaban demasiado pues ella siempre intentaba evitar el tema, sabía que aquello le preocupaba mucho. En realidad, detrás de su fachada de chica rebelde, le fastidiaba mucho perderse un año de carrera. Para él, que siempre había dejado todo aquello en el último puesto de su lista de prioridades, aquello era casi incomprensible. Christine iba a continuar siendo una chica con una inteligencia brillante tuviera o no un título universitario que lo acreditara. Pero en el fondo la entendía. Chris era independiente y aquello era, precisamente, una de las cosas que más le gustaba y a la vez más le ponía de los nervios de ella.

Mientras pensaba en todo aquello, se puso unos calzoncillos y las gafas y salió de la habitación con la intención de prepararse un café de los fuertes que le despertara del todo. Justo se había acabado de poner el café en la taza cuando oyó el ruido de la puerta al abrirse. Sin pensárselo dos veces, dejó la taza humeante sobre la mesa de la cocina y salió apresurado hacia el pasillo. Sabía que era ella y quería saber si finalmente había conseguido lo que quería o no.

Se quedó durante unos segundos mirándola con los ojos muy abiertos y el mundo se le cayó a los pies. Chris estaba muy seria, demasiado.

-¿Ya lo sabes? ¿Qué te han dicho?-se apresuró a preguntar él temiéndose lo peor.

La chica le dedicó una mirada glacial mientras se quitaba el abrigo y se acercaba a él en silencio.

-¿Qué?-insistió él empezando a impacientarse de verdad.

Chris bufó antes de contestar.

-John…-empezó a decir en voz baja.-Me temo que tengo una mala noticia…

-Oh, mierda…-masculló John abrazándola.-Pero tú tranquila, pequeña, no te agobies por eso…

-Es preciso agobiarse…-le replicó la chica apartándose de él levemente.

John iba a responderle algo cuando de repente ella esbozó una sonrisilla burlona.

-Es preciso agobiarse con el horario de mierda que me ha tocado.-continuó ella soltando una inmensa carcajada.-Entro a clase todos los días a las ocho. Así que nada de fiestas locas por las noches de domingo a jueves, Lennon.

-¡Maldita embrolladora!-exclamó John riendo también mientras la levantaba por la cintura.-¡Me engañas como quieres!

-¿No decías que no sabía mentir? ¡Trágate tus palabras, Johnny!

-Sabía que te lo darían.-murmuró John mientras la volvía a poner en el suelo y le daba un intenso beso.-Felicidades, peque… ¿Lo celebramos?

Christine soltó una risita entre dientes mientras John empezaba a besarle apasionadamente el cuello.

-¿Tú no te cansas nunca?-preguntó la chica divertida.

-Yo no tengo la culpa de que me pongas tanto…-susurró él mirándola con una mirada traviesa.-Y si encima te empeñas en darme motivos de celebración…

La chica sólo pudo soltar una pequeña risita y dejarse besar de nuevo por él. Ahora sí que podía afirmar con toda seguridad que el día no podía empezar de una manera mejor.

*****************************

George llegó justo a tiempo para responder al teléfono. Le extrañaba que no le hubieran colgado antes: aún estaba durmiendo plácidamente cuando el teléfono sonó y, aunque se había levantado a toda prisa, había tardado bastante en llegar a descolgar.

-¿Sí?-respondió aún sin demasiada voz. Se notaba a la legua que lo habían pillado durmiendo.

-¿George? Soy Amy.-dijo la secretaria de Brian al otro lado de la línea.-Siento haberte despertado, pensé que ya…

-Tranquila, Amy, no pasa nada.-se apresuró a decir George olvidando de repente que lo habían despertado. Una llamada de Amy sólo podía significar nuevas noticias sobre el asunto de Gwen.-¿Alguna novedad?

-Alguna que otra, George. Para eso te llamaba precisamente.

-Pues cuenta.-le cortó él impaciente por escuchar aquello.

-La mayoría de escuelas de arte de prestigio de la ciudad no admiten alumnos a estas alturas del curso.-empezó a decir Amy.-No obstante, he conseguido algo… En Camden hay una que se prestaría a acoger a Gwen si pasa una entrevista y hace una pequeña demostración de su talento. Yo no entiendo mucho de esto, pero al parecer tiene bastante prestigio en todo esto…

-¿Qué? ¡Eso es perfecto!-exclamó George loco de la alegría. Quizás toda aquella locura al final llevara a buen puerto y podría llevarse a Gwen a Londres.

-Relájate.-le interrumpió la secretaria.-Aún debe pasar esa entrevista.

-Lo sé, lo sé… Pero… ¡continúa siendo perfecto!-el chico apenas podía reprimir su emoción. Y sí, sabía que aún no había pasado aquella entrevista, es más, era plenamente consciente de que Gwen aún estaba en Liverpool y que iba a ser muy complicado convencer a sus padres para que la dejaran marchar. Pero aquello, en ese preciso instante, le daba absolutamente igual.-¿Y para cuándo sería esa entrevista?

-Esperaba que me lo preguntaras… Me han comentado que debería ser cuanto antes. Ya sabes que el curso ya está bastante avanzado y que cuanto más tiempo se deje pasar…

-Entiendo, entiendo.-respondió George.-Ahora me queda a mí hacer mi parte del trabajo.

-Eso parece… Buena suerte, George.

-Gracias Amy.-dijo George antes de colgar.-Gracias por todo lo que has hecho por mí.

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Mary había llegado a casa con una extraña mezcla de incomodidad y satisfacción. La mañana había ido a la perfección. Por una parte, era consciente de que aquel sitio estaba hecho para ella, incluso podía afirmar que en lo que a las clases se refería y por lo poco que había tenido hasta ese momento, le gustaba mucho más la dinámica de las de allí que la de Liverpool. No obstante, no podía dejar de sentirse algo fuera de lugar. Y es que, a esas alturas y pese a que los compañeros parecían bastante agradables y ya había entablado conversación con algunos, los grupos de gente ya estaban formados por completo. Pero bueno, aquello, según suponía, sólo sería cuestión de tiempo y de adaptarse. Además, si a Chris le concedían el traslado ya serían dos… Pero bueno, todo aquello eran suposiciones y no podía contar con ella. Podían no concederle aquel cambio de expediente o incluso, en el caso de que sí se lo hubieran concedido, podía haberle tocado otro turno distinto al de ella.

Aquellos pensamientos la hicieron acordarse repentinamente de su amiga. ¿Lo habría conseguido? Le intrigaba bastante aquello pero aún no sabía nada de ella. Miró el reloj. Las dos de la tarde. Ringo hacía poco más de media hora que se había marchado y ella, pese a que hubiera pasado la mañana con John, como seguramente habría hecho, ya debería estar en Cavendish Avenue. Así que, sin pensárselo dos veces, descolgó el auricular del teléfono y marcó el número de casa de Paul. Estaba demasiado impaciente por saber qué había pasado como para esperar a que fuera Chris la que le llamara.

-¿Sí?-contestó su amiga al otro lado del aparato.

-¿Te lo han dado?-preguntó Mary a bocajarro.

Christine soltó una risita al otro lado.

-Por lo menos “hola, soy Mary”, ¿no?-rió la chica.-De no ser porque te he conocido la voz, hubiera jurado que eras una fan loca de Paul queriendo enterarse de Dios sabe qué…

-Pues eso, hola.-le cortó ella.-Y ahora déjate de cuentos y contéstame.

-Primero cuéntame qué tal tu primer día de clase.-dijo Chris al otro lado evidentemente divertida por estar haciéndola esperar de manera deliberada.

-No me jodas, Christie. Sólo di “sí” o “no” y después te cuento.-bufó ella.

-Pues… ¡tachán! Sí, me lo han concedido.-contestó su amiga feliz.-Mañana será mi primer día de clase. ¿Crees que debo traerle una manzana al profe o no?

-¡Pero qué tonta eres!-rió Mary aliviada y divertida a la vez.-Me alegro un montón por ti, de verdad. ¿Y qué turno te ha tocado?

-Siguiente sorpresa… ¡turno de mañana, compi! Hay que ver… No me voy a librar de ti ni cambiando de universidad…-bromeó Chris.

-Soy tu maldición particular, que lo sepas. Estás predestinada a ser mi compañera eterna…-le siguió ella la broma.

-No vayas asustándome desde el primer momento…-rió Chris.-Y ahora, te toca, ¿qué tal tu día?

-Mi día genial. Los profesores parecen buenos y la gente por ahora me ha caído bien, así que… La única imbécil ha sido una de la secretaría que me ha atendido cuando he ido a enseñar el papel que me exime de pagar las tasas de la matrícula por el tema de la beca… Pero por lo demás todo bien.

Christine tardó unos segundos en contestar, algo que no era muy habitual en ella, y Mary se extrañó bastante de eso. ¿Acaso había dicho algo fuera de lugar?

-Perfecto, tía.-contestó ella al fin, aunque en un tono de voz bastante menos jovial que el de antes.-Nos vemos mañana, ¿no?

-¿Te pasa algo?-quiso saber Mary antes de contestar. No iba a colgar antes de saber a qué venía aquel repentino cambio de humor.

-¿A mí? ¡Qué va! No me pasa nada, mujer…

-No me lo creo, Chris, dímelo.

-No me pasa nada, Mary, de verdad.

-Insisto.

Chris soltó un bufido antes de contestar.

-Está bien…-dijo al fin con resignación.-No tengo tanto dinero como para pagar la matrícula.

-Pero…-empezó a decir Mary. Le extrañaba que la hermana de uno de los tipos más ricos de Gran Bretaña le estuviera hablando de problemas de dinero. Y, además, también tenía a John.

-Ni peros ni nada, Mary.-le cortó su amiga.-Sé lo que vas a decir. Que se lo diga a Paul o a John. Y voy a serte clara: Paul aún no sabe nada pero John ya me lo ha dicho esta mañana, que lo que necesite lo pida, lo que pasa…

-¿Qué es lo que pasa?-preguntó Mary impaciente al ver que su amiga había hecho una pausa en lo que estaba diciendo.

-Lo que pasa es que no me da la gana ser la mantenida de nadie.-contestó Chris al fin dando un fuerte suspiro.-Paul es mi hermano y sé que está ahí para lo que necesite. Pero bastante hace ya con dejarme vivir con él de gratis y mantenerme. Y John… No quiero que él tenga nada que ver con esto. No es mi padre ni nada por el estilo y no tiene la obligación de pagarme los estudios. Estoy con él porque le amo, no porque quiera su dinero.

-Pero Chris… Estoy segura de que John no piensa eso…

-Yo también sé que no lo piensa, pero yo quiero ser independiente. No quiero deberle nada a nadie. Tampoco a John por mucho que lo quiera.-respondió la chica tajante.-Aunque a él no le entre en la cabeza eso…

-¿Y qué vas a hacer entonces?-quiso saber Mary.

-Pues lo que hace todo el mundo: buscarme un trabajo en algún sitio.-contestó Christine y, después, añadió con un deje de amargura en su voz:-Si hubieras visto como se ha puesto John cuando se lo he dicho…

-Oh, no… Habéis discutido otra vez.-sentenció Mary temiéndose lo peor. Siempre estaban igual.

-No del todo.-respondió Chris.-Está perplejo, nada más. No entiende cómo no quiero que me pague la matrícula. Ha intentado convencerme por todos los medios. Aparte de hacer alarde de su poderío económico, incluso ha intentado jugar sucio diciéndome que si me pongo a trabajar, entre eso y los estudios, no nos vamos a ver casi… Pero bueno, tampoco se ha puesto hecho una furia, simplemente se ha quedado algo chafado, pero ya se le pasará.

-¿Sabes? Creo que en el fondo os entiendo a los dos…-masculló Mary al cabo de unos segundos.-Yo tampoco querría que Ringo me pagara nada, pero también sé cómo se sentiría él… Es un tema complicado, al fin y al cabo.

-Y tanto que lo es... Pero es mi decisión y la tendrán que respetar, así que…-contestó Christine.-En fin, nos vemos mañana a las ocho en la puerta de la universidad, ¿no?

-Claro que sí.-dijo Mary en tono afable.-Hasta mañana, Chris. Y agarra fuerzas para tu primer día de clase.

-Por supuesto. Que tiemble la Universidad de Londres… ¡Han llegado dos liverpudlians!


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Christine colgó el teléfono después de despedirse de Mary y se dejó caer en el sofá, dispuesta a leer un rato y a olvidarse por un momento del tema del precio de la matrícula.

Acababa de abrir la novela que se estaba leyendo cuando de repente sonó el timbre de casa. La chica soltó un bufido de fastidio. Sólo con que hubieran llamado un cuarto de hora antes hubiera abierto la mujer que se encargaba de cuidarle la casa a Paul, pero en aquellos momentos acababa de irse y, por tanto, ella estaba sola en casa y no le quedaba otra que abrir. Lo peor era que seguramente sería alguna de las fans de Paul que se arremolinaban en la puerta muchas veces y a las que ya tenía fichadas, aunque más fichada la tenían ellas a Chris, por cierto.

Cerró el libro y se levantó con deliberada lentitud. Con un poco de suerte, cuando hubiera llegado a la puerta la pesada de turno se habría cansado de esperar y habría desaparecido.

Llegó a la puerta prácticamente arrastrando los pies y abrió sin más.

-Vaya, hola Chris.

Chris sintió como la sangre se le helaba en las venas y como lo que había comido hacía poco más de una hora se le removía en el estómago hasta el punto de casi sentir arcadas. Y es que allí, delante de sus narices, estaba, nada más ni nada menos que Cynthia Lennon.

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Paul se miró en el espejo. Se acababa de levantar hacía escasos minutos y estaba sobrio aunque con una resaca de antología, como ya iba siendo habitual. Estaba hecho una piltrafa, hasta él mismo lo veía. Sucio, con el pelo demasiado largo y descuidado y con barba. Sí, su hermana tenía toda la razón cuando le había dicho que lo único que iba a hacer en Escocia sería autodestruirse.

Todavía sentía demasiado dolor por la muerte de Alice como para estar como siempre, pero ya había asimilado su pérdida. Ella ya no estaba y por mucho que él se martirizara con la idea, no iba a regresar. Como máximo, lo único que iba a conseguir era arruinar por completo su vida y hacer sufrir sin motivo a las personas que quería. Además, sabía que a la propia Alice no le hubiera gustado para nada verlo así, solo y al borde del coma etílico casi todos los días. De hecho, estaba seguro de que si ella hubiera estado allí se hubiera horrorizado sólo con mirarle.

Y entonces, Paul tomó una determinación: volvería a Londres y pasaría página. Por ella, por Alice, estaba dispuesto a rehacer su vida.

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-Hola, Cyn.-saludó Chris con un hilillo de voz aún paralizada en el portal de casa.

-¿Puedo pasar?-preguntó Cynthia mirándola a los ojos.

Chris dudó durante unas milésimas de segundo pero después reaccionó. La situación era incómoda, pero no podía negarle aquello a la todavía esposa de John.

-Claro, pasa. Lo siento.-dijo haciéndose a un lado.

Cynthia pasó y Christine cerró la puerta. Quedaron las dos cara a cara, sin hablar.

-Vayamos al salón, estaremos más cómodas.-dijo finalmente Chris rompiendo aquel incómodo silencio, no sin antes hacer un esfuerzo colosal para evitar que le temblara la voz.

-No creo que haga falta, Christine.-respondió Cynthia mirándola a los ojos.-No te robaré mucho tiempo, seré rápida.

Chris no pudo evitar apartar la vista. La mirada de Cyn, simplemente, la estaba quemando. No podía evitar sentirse como una furcia delante de la esposa legítima de John.

-Sé lo que pasa entre tú y John.-sentenció Cynthia de manera contundente al ver que ella no iba a decir nada.-Y sé que lleváis meses juntos, desde que estuvimos en Liverpool, ¿me equivoco?

Christine agarró aire.

-No. No te equivocas.-respondió al fin mirándola de nuevo.-Yo… Sé que esto suena fatal, pero te juro que siento todo esto, de verdad…

-Más lo siento yo.-le cortó Cynthia.-No sé cómo te las has apañado para que John…

-Yo no he hecho nada para provocar todo esto, las cosas han venido así y…

Chris no pudo acabar de pronunciar la frase. Cynthia estaba a punto de echarse a llorar allí mismo y ella no sabía ni qué decir ni qué hacer ante aquella situación.

-¿Sabes? También lo siento mucho por ti.-dijo Cyn al cabo de unos segundos dejando a Christine perpleja.-Eres muy jovencita y John va a acabar arrastrándote con él en su caída. Porque no es quien parece… Es una persona demasiado complicada para que alguien de apenas dieciocho años lo aguante. Entiendo que te hayas quedado prendada del espectacular John Lennon, es normal, pero…

-No me he quedado prendada del espectacular John Lennon, Cynthia.-le cortó Chris con dureza empezando a olvidar todo su sentimiento de culpabilidad. Ahora sólo sentía rabia porque Cyn hubiera tenido la osadía de ir hasta allí para hablarle mal de la persona a la que más quería en el mundo.-Me he enamorado de John, a secas. Le conozco desde que él tenía diecisiete años… Bueno, corrijo, aún le faltaban unas semanas para cumplirlos. Así que creo que de lo último que me he quedado prendada es del Beatle, le conozco demasiado para eso.

La mirada de desprecio que le dedicó Cynthia hizo que inmediatamente Chris se arrepintiera de haberlo dicho. No sabía ni porque había hecho alarde de que lo conocía antes que ella, pero sabía que con aquello le había hecho mucho daño.

-No he venido hasta aquí para amenazarte ni para montarte un numerito, Chris.-dijo Cyn al cabo de unos instantes en un tono de voz más calmado.-Simplemente creí que deberías saberlo… Además de que quería mirar a la cara a la persona que… bueno, es igual. Quería mirarte a la cara y recordarte que John tiene un hijo.

-Lo sé. Sé que Julian está ahí, gracias por recordármelo.-masculló Christine sin poder evitar poner una nota de sarcasmo en sus palabras. Le dolía que Cyn pensara que iba a alejar a John de Julian. Jamás sería capaz de hacer una cosa así.

-De nada.-le replicó Cyn ácidamente también.-En fin, he de irme. Supongo que nos veremos de nuevo.

-Supongo.

Chris abrió de nuevo la puerta y esperó a que Cynthia saliera incluso del jardín para volverla a cerrar. Después sin poderlo remediar, se sentó en el suelo y, apoyando la espalda en la pared del recibidor, empezó a llorar desesperadamente. ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado? ¿Por qué?



¿Qué hay, chicas? En primer lugar, perdón por el retraso, pero entre trabajo y falta de inspiración para ponerme a escribir (creo que ha sido más esto último que otra cosa), pues eso... Pero como nada es eterno, aquí vuelvo yo con otro capi, jejeje, Reconozco que no es lo mejor que he escrito en mi vida, pero en fin, menos da una piedra XD
Saludos a todas y gracias por leer y por comentar! Os quiero mucho! Muaks!

4 comentarios:

  1. Ksalfjalfah tuve ataque cardiaco cuando apareció cyn! Creo que la próxima vez me encerrare en mi cuarto o algo así para no armar escándalos publicos! Entiendo lo de cris de no querer pedir dinero a su hermano o John.. yo tampoco quisiera! Que bien que George haya resuelto todo para que gwen se vaya a Londres, es muy tierno el chico qe solo quiere verla feliz... y por ultimo que bien que Paul ya este recapacitando de lo malo qe es que este "al borde de coma' casi todos los días. En fin, me ha encantado el cap todo te ha quedado excelente como siempre! Por cierto ya me llego tu invitación del face (si si era yo xD) y la acepte ya. Sube pronto porfavor! Besos! Adiós!

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    1. La empresa no se hace respondables de posibles ataques al corazón ni paros cardíacos. Jajajajaja. Bien, dejando atrás las coñas, me alegro haberte agregado a ti al face y no a una Debbie oscura y desconocida, jajaja. A ver cuando charlamos por medios virtuales, siempre y caundo el cambio de hora lo permita ;)
      Chris es independiente, es normal que no quiera ir pidiendo dinero por ahí. Paul? Bueno, por algo se empieza, aunque no esté del todo bien ya sabe que así no se puede seguir...
      Me alegro que te gustara. Intentaré subir pronto, al menos no retrasarme tanto!
      Gracias por el comentario! Besos!

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  2. estoy igual que Debbie, casi me pega el infarto cuando lei que era Cyn! Mi Dios, la escena te quedó (y te lo escribo asi, porque me parece que suena mejor jaja) VRUTAL! jajajjajajajajajaj lo lograste, decias que querias poner tension y me tensionaste mucho! y el resto del capi estuvo buenisimo, y eso que decias que iba a salir medio feo....imagina, empezé en uni nueva y me fue bien, espero no estar rodeada de nerds jaja, aunque el horario.....ni-en-pedo- me levanto a las 7 (y menos despues de haber pasado la noche con mi amorzote) creo que ya me acostumbré demasiado al turno tarde, imaginate, entro recien a las 4 y me quejo que es muy temprano...si tengo que entrara a las 8 directamente me quedo libre por faltas!
    Me partí de risa con el viaje en Mini (quiero uno!) y con la notita a John...es una nota muy loca, pero igual de tierna...awwwwww
    y super genial que George ya tiene aunque sea un pàso cumplido, al parecer hay escuela para Gwen, ahora solo queda convencer a los padres o sino, siempre esta el recurso de la fuga XD
    Paul parece que se esta dando cuenta que asi no resultara nada, tomando y drogandose no solucionara nada, es bueno que se de cuenta y empieze a rehacer su vida....quien sabe, quizas conozca a alguien....muejejejejjejeje
    bueno mujer, me voy, que tengas suerte!! super besooo!

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    1. Joder, que delicaditas andais todas del corazón hoy. El día que ponga que aparecen los extraterrestres y los abducen a todos os vais a enterar, jajajajjajaja. VRUTAL es la palabra, sí señora. VRUTAL... Creo haber visto eso antes en un examen de uno de mis iluminados alumnos (por favor, cuando hablemos haz el favor de recordarme que tirar a chiquillos por la ventana del aula es ilegal y está penado con la cárcel, jajaja). Mujer, ¿cómo no te tenía que ir bien en tu nueva uni? Si es que eres la juerga padre, la alegría de la huerta! XD Por cierto, amor mío, jódete si te tocó turno de mañana. Yo todos los santos días me levanto a las 6:20. Así que si me jodo yo, nos jodemos todos (viva la solidaridad y el altruismo!). Ay, ay, con los papis de Gwen... Bueno, ya lo verás.
      Y nada, después de sobrevivir al viaje en Mini (cosa que es meritoria y mereces ya sólo por eso acabar la carrera con sobresaliente cum laude XD ), me despido yo también. Gracias por tu comment, "compi"! XD

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