lunes, 19 de marzo de 2012

Capítulo 35: El Regreso


Gwen respiró profundamente antes de entrar en el comedor, donde estaban sus padres y su hermano pequeño viendo la televisión. No sabía por dónde iba a empezar para abordar el tema con delicadeza. Y es que sabía que sabía que una sola palabra en falso podía echarlo todo, absolutamente todo, a perder. Pero aun así, a sabiendas de que todo podía salir mal con su familia, Gwen se sentía extrañamente feliz y a gusto consigo misma y, sobre todo, con George.

Hacía apenas una media hora que había colgado el teléfono. Se habían pasado más de una hora hablando y aún no se lo podía creer. George había conseguido que una prestigiosa escuela de arte de Londres se prestara a hacerle una entrevista para su posible admisión, pese a que el curso ya estaba muy avanzado. Era su oportunidad, sin lugar a dudas. La oportunidad que tanto había ansiado y que le permitiría, por fin, salir de aquella ciudad agobiante que lo único que hacía era traerle malos recuerdos desde que tan sólo era una niña. El único recuerdo bonito que le traía Liverpool era el haber conocido al grupo de personas con el que más había encajado en toda su vida, entre ellos, a George. Era paradójico que esas personas fueran, nada más ni nada menos, que los hijos predilectos de aquella sombría ciudad que tanto detestaba, los cuatro muchachos de los que se vanagloriaban, los que habían hecho el nombre de Liverpool famoso en el mundo entero.

Sumida en aquellos pensamientos, la chica abrió la puerta del comedor lentamente y se quedó mirando hacia el interior. Sólo Josh pareció notar su presencia y se giró hacia ella, sonriente. Gwen suspiró levemente cuando lo vio. Lo único que le iba a dar realmente pena dejar atrás era a su hermano pequeño. Lo quería demasiado.

-Hola.-saludo Gwen más que nada para captar la atención de sus padres, que miraban impasibles la televisión.

-Ah, hola, hija. Ven y siéntate aquí con nosotros.-le contestó su madre sin ni siquiera volverse hacia ella, cosa que a Gwen la puso de los nervios.

-En realidad prefiero no sentarme por ahora.-respondió la chica agriamente.-Me gustaría hablar con vosotros.

Justo cuando dijo eso, tanto su padre como su madre, ahora sí, se giraron para mirarla. Al parecer, el tono de voz con el que Gwen había pronunciado aquellas palabras había sonado tan contundente que había sido capaz de hacer que sus padres olvidaran la película que estaban mirando. Mejor, pensó la chica; necesitaría de toda su atención para decirles lo que les iba a decir.

-Pues tú dirás.-le instó su padre mirándola a los ojos.

-Veréis…-empezó Gwen escogiendo muy bien las palabras que iba a emplear a continuación:-Sabéis que aquí en Liverpool no estoy demasiado bien, sobre todo desde lo de Alice… Además, está lo del instituto, que…

-Para, para, para…-le cortó su padre dedicándole una mirada severa.-No vayas por donde creo que vas a ir, Gwendolyn.

-Todavía no he acabado de hablar.-le replicó la chica con malas maneras empezando a perder la paciecia, cosa de la que se arrepintió enseguida. Perder los nervios en aquel momento sólo podía traerle problemas. Así que, intentando corregir aquello, añadió con un tono de vz más afable:-Si me dejáis que os explique…

.Por supuesto que sí, habla.-intervino su madre en tono pacificador.
-Bien, lo que os iba diciendo… Ya sabéis cómo estoy aquí y que quizás lo que mejor me vendría en estos momentos es un cambio de aires…

-¡Pero…!-empezó a decir su padre, aunque se calló enseguida cuando su madre hizo un gesto con la mano. Gwen se lo agradeció de corazón: si su padre ni siquiera iba a dejarla acabar, aquello podía pintar feo.

-Sigue, Gwen.-le animó su madre.

-He estado pensando mucho en esto y he mirado algunas posibilidades.-continuó ella omitiendo deliberadamente meter a George en todo aquello. Era evidente que si lo hacía, acabarían por odiarle.-Y encontré una buena escuela de arte bastante buena que estaría dispuesta a acogerme si paso una entrevista…

-¿Otro cambio de colegio?-exclamó más que preguntó su padre.-¿Cuántas veces vas a necesitar eso? ¿Es que no puedes adaptarte por una sola vez en tu vida a lo que hay?

-Oh, querido…-le cortó su madre pacientemente.-Déjala acabar…

-¡Pero es que venimos cambiando de colegios desde que era una cría!-gritó el hombre.- ¡Incluso nos trasladamos a vivir aquí a Heswall porque ella no estaba bien en nuestro antiguo barrio!

-Por favor, Trevor…-susurró su madre y, después, mirándola a ella, preguntó:-¿Y cómo es esa nueva escuela de la que hablas, Gwen?

La chica agarró aire antes de contestar. Si su padre ya se había puesto así sólo con insinuar la posibilidad de cambiar de colegio, no quería ni imaginarse cómo se pondría cuando supiera que quería marcharse a Londres, sin ellos.

-Pues… Es una institución muy prestigiosa.-contestó.-No es como el instituto de ahora: se da prioridad a las nuevas tendencias artísticas y ya sabéis que eso es lo que más me gusta. De hecho, el futuro de cualquier artista está en esas nuevas tendencias.

-¿Y dónde está esa escuela?-quiso saber su madre.

Gwen la miró fijamente antes de responder a la temida pregunta.

-Está en… Camden Town.-contestó al cabo de unos segundos.

La cara de sus padres y la de Josh cambió por completo. Se habían quedado blancos como la cera.

-¿Camden?-preguntó Josh.-¿Pero eso no está en…?

-Londres.-sentenció su padre con dureza, casi escupiendo la palabra.-Eso está en Londres.

-Sí, efectivamente…-confirmó Gwen intentando con todas sus fuerzas no retirarle la mirada.

-Sólo te lo voy a decir una vez, Gwendolyn Montrose. Sólo una.-le espetó su padre con severidad, aunque sin levantar la voz.-Olvídate de eso: no vas a irte a Londres ni aunque la mismísima Reina te reclame. Y no quiero ni oír hablar de nuevo de esa locura en mi casa, ¿de acuerdo?

-Pero, papá…-empezó a decir Gwen a la desesperada.-Es la oportunidad que…

-Me importan un bledo las oportunidades.-le cortó su padre.-Además, otra cosa voy a decirte: si crees que no sé que ese novio tuyo está detrás de todo esto, estás muy equivocada. Así que cuando hables con él. Déjale bien claro que el ogro de tu padre no va a dejarte irte con él así como así, por muy Beatle que sea.

Gwen no pudo contestar nada. Todo había salido mal. Lo único que pudo hacer fue dedicarle una mirada suplicante, primero a él y después, a su madre, aunque no sirvió de nada porque ninguno de los dos cambió su expresión férrea. Y así, sin poder aguantar ni un segundo más, salió de allí corriendo y subió las escaleras en dirección a su habitación notando como las lágrimas le inundaban los ojos. Estaba claro que sus padres no la iban a entender nunca. Nunca en toda su vida.

**************************

Chris no podía aguantar ni un segundo más con aquella impaciencia. Ni siquiera había ido a clase esa mañana porque sabía de sobra que no podría atender absolutamente en nada. Y es que tenía la cabeza en otro sitio: aquella mañana John y Cynthia habían acudido al juzgado para resolver la cuestión del divorcio y, pese a que Chris sabía a la perfección que aquello iba a acabar como querían, con John libre, no podía dejar de preocuparse. ¿Cómo quedaría la custodia de Julian? ¿Iba Cynthia a alegar que John le era infiel para sacar el máximo de todo aquello? Sinceramente, creía que Cyn no utilizaría aquel argumento. John le había jurado que no lo haría y que, por el bien tanto de uno como del otro, iban a fingir que todo aquello era un divorcio “amistoso” provocado por falta de afinidad entre los dos y a que él pasaba demasiado tiempo fuera como para poder atender debidamente sus obligaciones familiares. No obstante, la idea de que su nombre pudiera aparecer en cualquier momento en medio de todo aquello martirizaba a Christine. Nadie sabía como podía reaccionar en un momento determinado una mujer herida. Además, para qué engañarse, si ella estuviera en la piel de Cynthia seguramente proclamaría la aventura de John a los cuatro vientos. ¿Rabia? ¿Despecho? ¿Rencor? Sí, podría ser cualquiera de esas causas, pero estaba segura de que ella sí que lo haría. Y si ella era capaz de hacerlo… ¿por qué no Cyn?

Algo temerosa, Chris encendió la televisión. Sabía con qué se iba a encontrar. Era la noticia del día al fin y al cabo y todo el mundo iba a estar con los ojos puestos en las puertas de aquel minúsculo juzgado. No todos los días se divorciaba un Beatle, uno de los chicos buenos oficiales del país, uno de los que aparentemente llevaban una vida perfecta con un matrimonio perfecto. Nada más lejos de la realidad.

La chica se dejó caer en el sofá y prestó atención a lo que los tertulianos de la tele decían en aquellos momentos. La mayoría creían a pies juntillas la versión oficial y apuntaban como causa principal a la agobiante agenda de The Beatles que había mantenido a John durante meses y meses alejado de su familia desde hacía años. Sólo una mujer mayor con cara de arpía que se había mantenido al margen de la tertulia hasta el momento consiguió que a Christine se le helara la sangre por completo cuando abrió la boca.

-Quizás las causas reales de la ruptura de este matrimonio tengan nombre y apellido y vistan falda.-dijo quedamente.- Todos sabemos que estos chicos viven eternamente rodeados de chicas bonitas y…

Afortunadamente, los otros tres tertulianos que había en el plató se le echaron encima y ni siquiera le dejaron acabar de decir la frase, cosa que hizo que Christine volviese a respirar. Al parecer, la devoción que casi todo el mundo sentía por The Beatles hacía que cualquier cosa que se dijera en contra de ellos en aquel país se convirtiera poco menos que en herejía. Christine siempre se había reído de aquello e incluso se jactaba en criticarlo abiertamente, pero en esos momentos agradeció de todo corazón aquella conducta que incluso ella misma consideraba tonta.

Unas imágenes de John y Cynthia entrando aquella mañana por separado en el juzgado junto con sus abogados acabaron con aquella discusión. Chris no pudo evitar fijarse muchísimo en él. Estaba tremendamente guapo y, pese a su aire despreocupado, se le notaba que estaba muy tenso. Ojalá todo acabara bien.

-¿Christie?

La chica dio un pequeño salto en su asiento al oír aquella voz.

-¿Estás en casa?

Por un momento, Chris olvidó todo el asunto del divorcio y saltó del sofá sin poder evitar esbozar una sonrisa de inmensa satisfacción en su cara.

-¡PAUL!-exclamó saliendo al pasillo y abalanzándose sobre su hermano, que acababa de entrar en casa.-¡No sabía que volvías hoy!

-No lo sabías porque quería que fuera una sorpresa.-le dijo Paul correspondiéndole con el abrazo.-¿Qué tal estás, enana?

-Bien. ¿Y…?

Chris interrumpió la pregunta cuando se fijó realmente en el aspecto que tenía su hermano. No parecía nada bien. Pese a que sonreía, estaba completamente demacrado, como si hiciera días que no durmiera. Además, estaba muchísimo más delgado.

-Pero…-balbuceó.-¿Qué te ha pasado? ¡Estás…!

-¿Vas a reñirme nada más verme?-le cortó Paul fríamente separándose de ella.

-No voy a reñirte.-le contestó Chris airada también. Entre los nervios por el divorcio y verse aparecer a Paul en aquellas condiciones, estaba realmente enfadada.-Aun así has de reconocer que has venido hecho una piltrafa. Ya sabía yo que dejarte ir a Escocia no era buena idea. Pero claro, el señorito Paul siempre tiene que hacer lo que le sale de los…

-En persona eres todavía más irritante que por teléfono.-le espetó Paul.-Si lo sé no vengo.

-Claro, estabas mucho mejor allí destrozándote tú solito, ¿verdad?-dijo Christine con sarcasmo.-Los paseos por el campo de los que me hablabas no te han ido demasiado bien por lo que veo… ¿O eran paseos por tus miserias y tu depresión, Paul?

-No empieces…

-No empiezo nada. Sólo digo lo que veo.

Paul le dedicó una mirada glacial a su hermana, aunque ella no se amilanó para nada.

-¿Y John?-preguntó Paul de repente.

Christine soltó un bufido antes de contestar.

-Divorciándose.

Paul frunció el ceño y permaneció en silencio durante unos segundos.

-Joder. Había olvidado que era hoy.-dijo al fin suavizando su expresión.-¿Y tú cómo estás?

-Bien… Bueno… yo qué sé.

El chico le dedicó una sonrisa y le revolvió el pelo, como intentando decirle con aquel gesto que todo iba a salir bien. Chris le devolvió la sonrisa. Pese a que estaba muy disgustada con él por lo que se había hecho, no podía continuar ni un segundo más enfadada. Paul siempre sabía cómo hacer que se sintiera mejor en las situaciones difíciles.

-¿Me ayudas a deshacer el equipaje?

Chris asintió. La verdad era que aquello le vendría genial, así podría enterrar el hacha de guerra con Paul y olvidarse un poco de todo aquel embrollo hasta que pudiera hablar con John y saber de primera mano cómo había ido todo.

-Pues vamos allá.

*******************************

Hacía ya tres días que había tenido aquella acalorada discusión con sus padres y Gwen continuaba sin hablarles, ni a uno ni al otro. Sabía que no estaba bien lo que estaba haciendo y que estaba siendo tremendamente injusta sobre todo con su madre. Pero no podía consentir que la encarcelaran como lo estaban haciendo y quería que lo notaran aunque sólo fuera castigándolos de aquella manera.

-Gwen, hija…

Las palabras de su madre hicieron que la chica levantara la cabeza de su bloc de dibujo y le dedicara una mirada recriminatoria. Odiaba que la molestaran mientras dibujaba y enfadada como estaba, todavía más.

-Odio que me mires como si me perdonaras la vida a cada instante.-le hizo saber su madre acercándose a ella.-¿Tienes un momento?

Gwen se cruzó de brazós y lanzó un suspiro. A saber qué quería.

-Tu padre y yo hemos estado hablando.

-¿Qué?

Sin quererlo, Gwen había roto su voto de silencio voluntario. No obstante, en esos momentos, aquello no le importó lo más mínimo. La frase que acababa de pronunciar su madre podía llevar parejas demasiadas cosas como para que permaneciera indiferente.

-Pues lo que oyes, que papá y yo hemos estado hablando sobre aquello que nos dijiste, lo de la escuela de arte de Camden y todas esas cosas…

Gwne no contestó. No quería interrumpirla, sólo saber como iba a acabar todo aquello.

-Continuamos pensando los dos que es una auténtica locura.-continuó su madre.-Pero… Mira Gwen, tampoco podemos soportar verte así. No creas que no nos damos cuenta de que estás mal, de que no eres feliz aquí. Y además… Desde la discusión… A tu padre y a mí se nos rompe el alma de ver que ni siquiera eres capaz ni de mirarnos a la cara…

-Mamá, yo…

-No, Gwen, no.-le cortó la mujer suavemente.-Déjame acabar. Verás… Hemos estado pensando y de todas maneras en septiembre, cuando empieces en la universidad, te marcharás de aquí... Y teniendo en cuenta las circunstancias… quizás ahora sea el momento de dejarte ir a probar suerte a esa escuela de Arte en Camden…

Gwen abrió los ojos como platos a la vez que una inmensa sonrisa se dibujaba en su cara. No podía creer lo que su madre le acababa de decir. Por fin, después de tanto tiempo, parecía que un poco de sentido común aflorara entre sus padres.

-¡Gracias!-exclamó la chica abrazando a su madre fuertemente.-¡Gracias, mamá! ¡Gracias! ¡No os vais a arrepentir de esto, os lo juro!


*****************************************

John se despertó pronto aquella mañana, pero no abrió los ojos todavía. Aquel era uno de los mejores momentos del día, sin lugar a dudas. Le encantaba la sensación de sentir a Chris pegada contra él durmiendo tranquilamente después de una noche perfecta. Y es que, pese a que el día anterior hubiera sido uno de los más intensos de su vida, con la cuestión del divorcio y el regreso de un Paul en plena decadencia, todo había acabado bien. Christine y él habían cenado con Paul en Cavendish Avenue y, después de que éste les comunicara que iba a salir y les diera a entender que no los quería detrás porque seguramente volvería acompañado, los dos habían acabado durmiendo en casa de John, cosa que tanto a uno como al otro les vino genial. Y es que habían podido hablar sin tapujos de todo lo que les estaba sucediendo, del divorcio, de su relación, de Julian, de Paul, de todo. Y aquello había hecho que John se durmiera con la sensación de querer aún más a aquella chica que hasta hacía pocos meses era sólo una niña para él.

-Estás despierto…-susurró Chris medio adormilada a su lado.-Lo sé.

John abrió los ojos y le dio un beso en la frente.

-No, estoy durmiendo.-bromeó.-Buenos días, pequeña.

-Buenos días, guapo.-sonrió ella.

-Cariño, tengo las gafas en la mesita…

-¿Te las paso?

-Mejor póntelas tú, que me encuentras guapo con estas pintas…-rió él empezando a hacerle cosquillas.

-¡Idiota! ¡Para, para, para!-suplicó ella entre risas casi sin poder respirar a la vez que intentaba zafarse de John, que se lo estaba pasando en grande.

John paró de hacerle cosquillas casi en seco y le plantó un sonoro beso en la mejilla que a Chris le hizo reír.

-No eres más tonto porque no te entrenas…-bromeó la chica abrazándose a él de nuevo.

Él soltó una risita divertido y la apretó más contra su cuerpo.

-Por eso hago buena pareja contigo… Como tú también eres tontita…

-¡Pero mira que eres imb…!-empezó a decir ella, pero de repente, se puso seria.

John le dedicó una mirada confusa.

-¿Qué te pasa?-preguntó él.

-¿Qué… qué… es eso?-balbuceó ella.

-¿Qué es lo qué?

-Pues eso que estoy notando por los pies…-masculló ella poniendo cara de susto.-Si es una bromita tuya no tiene gracia y…

-¿Qué broma ni qué puñetas? ¿En serio notas…?-empezó a preguntar John cuando, de pronto, él también lo notó. Algo caliente. Y peludo.

John sonrió cuando supo de qué se podría tratar. Así que, sin pensárselo dos veces y con un gesto rápido, quitó la tapa de la cama y se quedó mirando hacia sus pies donde, efectivamente estaba quien se había imaginado que estaría.

-¡Joder!-exclamó Chris.-¡¿Pero qué coño es eso?!

Él no pudo evitar soltar una sonora carcajada cuando vio la reacción de la chica.

-Es una marmota, pequeña.-le contesto él aún entre risas mientras agarraba al animalito en brazos.

-Ya sé que es una marmota, John.-respondió ella mirándolo como si se hubiera vuelto loco.-¿Y qué mierdas hace una marmota en tu cama?

-Oh, pequeña…No te enfades con él…Mira, te presento a Chucky.

-¿Chucky? ¿Esta cosa es tuya y tiene nombre?

-No llames “cosa” al pobre Chuck… Es muy sensible, ¿sabes?-rió John acercándoselo.-Mira, Chucky, saluda a mamá.

-¿Me estás tomando el pelo? ¿En serio tienes una marmota?-preguntó Chris ahora sin poderse aguantar la risa tampoco.

-¿Qué no lo ves? Es mi pequeño Chucky… Vive en la primera funda que le compré a la Rickenbacker. Estaba en Kenwood, pobrecito… Les me lo trajo ayer a casa.-aclaró John poniéndoselo encima a Chris sin ningún miramiento.

-Como me muerda te mato.-rió ella empezando a acariciar a la marmota.

-No muerde…-rió John acariciándolo él también.- Pero bueno, igual a ti sí… Recuerda que es macho y que…

-¡John!

Él soltó una nueva risa y le dio un beso.

-No sé cómo te las apañas para siempre estar pensando en lo mismo, Johnny…-dijo ella cuando se separó.-Ahora dime… Aparte de marmotas secretas, ¿hay otra cosa qué deba saber de ti? Sólo me falta que me digas que tienes un tigre de Bengala en la habitación de al lado y que en realidad no te llamas John Lennon.

-Bueno…-empezó a decir él divertido.-Siento decirte que no tengo ningún tigre en la habitación de al lado, pero sobre lo del nombre…

-¿Qué?-se sorprendió la chica.-Vamos, John, no me jodas…

John soltó una risita antes de contestar.

-Joder, que sí, que me llamo John Lennon.-contestó-Pero ése no es mi nombre completo… Apuesto a que no adivinas jamás de los jamases mi segundo nombre.

-No sabía que tuvieras un segundo nombre…

-Es que no lo sabe casi nadie. Por no saberlo, no lo sabe ni tu hermano.-sonrió él.-Lo odio.

-¿Y cuál es? ¿Laura?-se burló Chris.

-Casi que Laura me gustaría más que el mío. Agárrate, Christie, y prométeme que no me vas a dejar por esto…-rió John mientras Chris le daba un pequeño golpe en el pecho.-Bien, pequeña… Mi nombre completo es John Winston Lennon.

-¿Winston? Anda que no eres exagerado…Tampoco es tan feo…

-No es feo, es feísimo. Sobre todo si pienso por quién me lo pusieron…-masculló John de mala gana.

Chris se quedó mirándolo durante unos segundo y de pronto esbozó una sonrisilla burlona.

-No me jodas que te llamas igual que el “salvador de la patria” Winston Churchill…-dijo ella al fin con sorna.

-Que te jodan, cariño.

-No te enfades, bobo… Tu nombre es bonito, ¿verdad Chucky? ¿A que el nombre de nuestro John Winston es precioso?-se burló Chris mientras acariciaba a la marmota, que estaba a punto de dormirse encima de ella.

-Sabía que no te podría decir esto… Ahora no pararás…-dijo John empezando a enfadarse. Odiaba su nombre, de verdad.

-Ahora entiendo muchas cosas… Eso de registrarse como “Señor Winston” en los hoteles y todo eso.-dijo Chris haciendo caso omiso de lo que John había dicho.

-¿Ves? Ya lo sabes todo de mí.-dijo John volviéndose para mirarla.

-No lo creo…-susurró la chica apoyando la cabeza contra su hombro.-Jamás dejarás de sorprenderme…

John sonrió y los dos se mantuvieron así en silencio, durante unos minutos. Era perfecto el estar así los dos, en silencio, simplemente disfrutando el uno del otro.

-Ey…-susurró Chris al cabo de un rato mientras se quitaba a Chucky de encima.

-¿Qué?

-Que si lloraste cuando murió Churchill el año pasado…-rió la chica antes de saltar de la cama de repente.

John no pudo más que soltar una sonora carcajada antes de salir disparado tras ella. No podía negar que, pese a que odiara su nombre, lo estaba pasando como nunca.

**************************

No sabía cómo pero allí estaba, en el Ad Lib con Paul y, por raro que pudiera parecer, ni tenía ganas de estar allí ni se lo estaba pasando nada bien. Casi podía afirmar que, por primera vez en toda su vida, John había salido de fiesta por obligación.

Cuando Chris había vuelto a casa aquella mañana después de pasar la noche con él, encontró a Paul en un estado tan deplorable que se había apresurado a llamarle por teléfono asustada. Tenía toda la pinta de incluso haber probado algún tipo de droga demasiado fuerte, por no hablar de lo borracho que estaba, y aquello, a la chica, no le hacía ninguna gracia. De ese modo, John se había visto de pronto prometiéndole que iba a salir con él a partir de ese momento y a controlar que Paul no se pasara demasiado. Una cosa curiosa y que le habría arrancado una carcajada de no ser por la situación: el irresponsable John Lennon controlando al responsable y al asentado Paul McCartney.

-Paul, tío… ¿cuántos vasos te has bebido?-le preguntó cuando su amigo hizo ademán de volver a ir hacia la barra.

-Joder, tío…-se quejó Paul vocalizando mal a causa del alcohol.-¿Y a ti qué mas te da cuántos vasos me haya bebido?

John lanzó un suspiro y miró a Paul. Apenas se tenía en pie y la verdad era que ya se estaba cansando de hacer de niñera. Quizás a él tampoco le fuera mal otra copa.

-Está bien, vamos a por otro…-dijo al fin empezando a seguir a Paul.

Llegaron a la barra que estaba repleta de gente y Paul, haciendo gala de sus dotes de seductor, se acercó hacia un rincón donde sólo había chicas. Nada más verlo, las chicas se hicieron a un lado y lo dejaron pasar. John sonrió. Aquellas eran las pequeñas ventajas de ser un Beatle.

-Ponme un ron con cola y…-empezó a decir Paul al camarero.

Pero, antes de que pudiera acabar de decir la frase, una chica que había a su lado le interrumpió.

-¡Oye!-le gritó a Paul.-¡Había gente antes, por si no te has dado cuenta!

Paul hizo caso omiso a lo que decía aquella chica y acabó de pedir su consumición y la de John como si nada.

-¿Decías algo?-le preguntó cuando acabó, con toda la cara dura del mundo.

-Decía que eres un jodido maleducado. Hay colas, ¿sabes?-le espetó la chica con malos modos.

-Oye, tía, déjalo, ¿vale?-intervino John cuando vio que la chica aquella se ponía en plan borde y la cosa podía acabar como no querían.

-¡No me da la gana dejarlo!-exclamó la chica enfadada.

-Oye …-le susurró al parecer una amiga suya.-Déjalos… ¿Acaso no sabes que estás hablando con Paul McCartney y John Lennon, los de los Beatles?

Por unos segundos, John esperó a que la cara de la chica cambiara radicalmente y que se fuera de allí con el rabo entre las piernas, avergonzada por haberles hablado de aquel modo. Pero aquello no sucedió.

-¡No me jodas!-exclamó la chica mirándolos con desprecio.-¡Así que estos son los famosos Beatles! ¡Pues son más gilipollas de lo que creía! ¡Y mira que ya los tenía como paradigma de la gilipollez!

Tanto Paul como John se quedaron con cara de nos saber qué decir. No era habitual que nadie les dijese eso y, muchísimo menos, que se lo dijera una chica.

-Mira, bonita…-empezó a decir Paul.-Aquí la única gilipollas que hay eres tú y que sepas que nos importa una mierda lo que opines.

-¡Vaya! ¿Qué pasa? ¿Qué si no hay un borrego al que no le guste vuestra musiquilla comercial y vacía ya te sienta mal, perfecto McCartney?

-Ya te he dicho antes que dejaras en paz a mi amigo.-le cortó John dedicándole una mirada de odio. Sabía lo que podía pasar si no cortaba con todo aquello, como también sabía que si no sacaba a Paul pronto de allí y los dos se largaban, él mismo acabaría metiéndose solito en uno de los líos a los que tan aficionado era.

-Tú no eres quién para ordenarme nada.-le espetó la chica mirándolo también fijamente.-Por muy Beatle que seas no mandas sobre nadie, chaval.

-Vete a la mierda.-le contestó John.-Macca, larguémonos de aquí, no vaya a ser que se nos pegue la estupidez…

*************************

No era muy tarde, pero los dos andaban ya bastante borrachos, sobre todo él, que ni siquiera era capaz de pensar con claridad. Por eso, cuando el ambiente se cargó demasiado, los dos decidieron salir afuera a fumarse un cigarrillo. Así, con un poco de suerte, se despejarían.

Estaban fumando y riendo como dos idiotas cuando de repente, Paul vio como la chica con la que un rato antes habían discutido en la barra del Ad Lib, salía y se encendía un cigarrillo a pocos metros de ellos.

-Mira, John, la idiota de antes…

John se volvió hacia ella y la miró, con tan mala suerte que, justo en aquel momento, la chica levantó la cabeza y las miradas de los dos se encontraron.

-¡¿Pero tú que miras?!-exclamó la chica mirándolo con odio.

-¡Tu cara bonita seguro que no!-contestó Paul saliendo en ayuda de John.

-Ya habló el gilipollas maleducado…-masculló la chica.

-¡A mí no me vuelvas a decir eso!

-Es de ser un gilipollas maleducado hacer lo que has hecho antes en la barra…-le espetó ella.

-¡Peor es lo tuyo que…!-empezó a decir Paul.

-¡Joder, ya está bien!-le cortó John de repente, dejándose a Paul de piedra.-¡Dejadlo ya! ¡Paul, nos vamos a casa!

-¿A casa? ¿Con lo pedo que estás vas a conducir?-quiso saber Paul.-Y te recuerdo que hoy Les tenía el día libre, así que…

-Que te calles, joder. Nos vamos a casa y punto.-le contestó John secamente.-Espérame aquí. Voy adentro a hacer una llamada.

Paul se quedó mirando ensimismado como John volvía adentro del Ad Lib y se lo dejaba allí solo con la chica aquella que lo miraba con cara de odio. Permanecieron los dos así, en silencio, hasta que John volvió a reaparecer. No obstante, para su sorpresa, antes de volver adónde estaba él, su amigo se dirigió hacia la chica.

-Oye, siento lo de antes.-le dijo ante la mirada incrédula de Paul, que no podía dar crédito ni a lo que estaba viendo ni oyendo.-Lo de colarse en la barra estuvo mal, así que…

-¡Pero John! ¡La que se ha comportado como una imbécil es ella!-le gritó Paul a la desesperada.-¡Nos ha insultado!

-Parece que tu amigo no opina lo mismo.-le respondió Penny no sin antes mirar a Paul de arriba abajo con desprecio.-Pero disculpas aceptadas. Aunque eso no quite que siga pensando lo mismo de vosotros…

-¿Lo ves, John? ¡Te está insultando a la cara y…!

-Déjalo, Macca.-masculló John volviendo al lado de su amigo.-Mejor que lo dejemos por imposible…

Paul iba a decirle algo a la chica, pero ésta se largó de allí y volvió a entrar en el local casi tan rápido como una bala, dejándose a los dos chicos allí solos.

-¿Por qué has hecho eso?-le preguntó Paul molesto a John.

-¿El qué? ¿Disculparme? Creo que era lo justo… La tía esa no deja de ser una imbécil, pero hemos de reconocer que los que lo hemos iniciado todo hemos sido nosotros…

-Vete a la mierda, Lennon.-dijo Paul entre dientes fijando la vista al frente.

Los dos permanecieron allí un rato más en silencio, hasta que, de repente, alguien los llamó. Paul levantó la mirada confuso cuando reconoció la voz de su hermana.

-La he llamado yo para que viniera a recogernos.-le aclaró John al ver la cara que había puesto.

-Perfecto, ahora va a estar todo el rato maldiciendo por cómo vamos-se quejó Paul viendo como Chris se acercaba.

-No se os puede dejar solos…-dijo la chica cuando llegó a la altura de ellos.-Anda que meteros en líos con una tía… Ya os vale. A los dos.

-Ya te lo he explicado antes…-respondió John lanzando un suspiro.

-Esa tía es la tía más borde que he visto en mi vida, joder.-le replicó Paul.-Así que nosotros no tenemos la culpa.

-Mira, hablando de ella…-dijo John con una risita mirando en dirección a las puertas del Ad Lib, de donde estaba saliendo aquella chica de nuevo.

-No me negarás, enana, que sólo con verle la cara de mala leche que tiene ya hay suficiente…-rió Paul y, después, lanzando un grito en dirección a la chica, dijo:-¡Ey, borde! ¿No te vas a despedir de nosotros?

-Paul, por favor…-se quejó Chris, aunque paró repentinamente de hablar cuando la chica se volvió hacia ellos.

-¿Chris?-preguntó la chica cuando la vio.

Paul miró a  su hermana, incrédulo.

-¿Penny?-dijo ella a su vez mirándola bien.

-¿Os conocéis?-preguntó John acercándose a Chris.

-Eso mismo pregunto yo.-le preguntó Penny a Christine acercándose hacia ella.

-Claro que nos conocemos.-contestó ella para los dos a la vez.-John, ésta es la chica de la que te hablé, la de aquella noche en la que tú y yo vinimos aquí y… ya sabes.

-¿Esta es esa tía?-exclamó John mirando a Penny de arriba abajo.

Chris asintió con la cabeza.

-Y Penny…-continuó la chica.-Éstos son John y Paul, mi hermano mayor.



Chicas! Con retraso, pero volví! Estaba muy mal a la hora de escribir, os digo la verdad, y eso que ideas tenía. Pero bueno, eso de no saber cómo pillarte una hoja de Word en blanco y empezar a escribir  y a darle forma a lo que tenéis en la cabeza... Pues eso me ha pasado a mí.
Desde aquí, agradacer a mi descubridora particular de Chucky, que existió en realidad. Este John jamás dejará de sorprenderme! Por cosas como ésta es por lo que lo quiero tanto, jajajajajaja. En fin, guapas, espero que os haya gustado y un montón de gracias por estar ahí y comentar.
Y feliz equinoccio de primavera, que ya lo tenemos ahí!
Muaks!

6 comentarios:

  1. Que bueno que al contarte de Chucky te inspiraste para terminar el capitulo , VIVA YO )? XD . Estuvo re bueno el capitulo Cris la verdad que como te dije antes .... Paul y John borrachos son unos reverendos imbeciles , machistas y demas insultos existentes , Penny tiene toda la razon de comportarse asi , ellos creen que como son Beatles pueden hacer lo que quieran y las cosas no son asi , que bueno que les aparecio alguien que los bajo de esa nube ahora quiero ver la reaccion de Penny al saber ya que Chris es hermana del hombre que odia mas en este mundo :P .

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    1. Sí, sí, por supuesto que viva tú, jajajajaja. Y que conste ante el público que John es mi ídolo por tener a Chucky (bueno, no sólo por eso, jajajajaja), digas lo que digas :P Sí, bueno, ya te dije. Estos dos lo que les pasa es que llevan una borrachera encima que no se aclaran ni ellos. Fíjate tú que uno va de niñera para cuidar al otro y resulta que al final acaban los dos igual de chungos... Estos chicos... La reacción de Penny, te la puedes imaginar, no? jajajaja. Saludos y thanks por el comment!

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  2. ayy Cris....vos no sabes todas las pantomimas que hice para que no se escuchara mi risa en medio de la noche, cuando a las 1.30 de la mañana lei desde mi cama lo de Chucky....las ganas de largar la carcajada eran tremendas, hasta me dormi riendome, eso no se paga con nada!!!! Sos lo mas, esa es la explicacion! Encima pensé "que imaginativa ha andado esta chica, para inventar lo de Chucky" y resulta que despues leo que...ERA VERDAD!!! definitivamente, quiero a Lennon como hermano, amigo, vecino, que se yo...(conste que no dije otra cosa, y es porque como otra cosa no lo aguantaria) En definitiva, quiero conocer a alguien tan loco como el para tener una marmota de mascota!
    Pero bueno, voy por partes mejor....pobre Gwen, que padre tan seco tiene, como la va a tratar asi! aunque ella se lo esperara, pero...igual, fue muy duro, y al pedo, porque ella no hizo nada, solo quiere irse de ahi. Lo bueno es que al parecer recapacitó, y creo que fue obra de la madre que lo ha convencido y AL FIN! puede ir, aunque se me hace que a George lo seguiran mirando mal.
    Otra cosa, junto con el mal padre de Gwen, vamos a poner a la vieja harpía y chusma del noticiero, o programa de chimento (si es como los de acá...no se salva nadie!) por suerte la pusieron en su lugar el resto, porque imaginate, Los Beatles son santos castos y puros jajajajja
    Oh pobre Paul, volvió de la vida de ermitaño jajjaja mas hecho bolsa imposible, yo que Chris lo agarro a patadas (ando violenta, no se porqué jaja) Pero es que es la verdad...encima el desgraciado no va a reconocer que la hermana tenia razon!
    Y reapareció Penny! (otra chica violenta jaja) Mein Gott, peleandose nada menos que con dos beatles, diciendoles de todo, que geniaaaa!!! (bueno no, genia no, yo mataria al que hiciera eso, pero lo digo porque ando violenta, no se si ya lo dije XD) Me encanto todo lo que se dijeron, y despues me rei de imaginarse las caras de todos al ver que ella y Chris se conocian...cara de WYF? jajjaajaja
    bueno muchacha, te dejo, no me refriegues en la cara que ustedes estan en el equinoccio de primavera cuando aca ya se caen las hojas y los dias son mas cortos y frios...no, no me digas eso!

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    1. A Chucky le voy a montar un jodido club de fans! Ese Chucky como mola se merece una ola! XD XD XD Bueno, mejor dicho, el que se merece la ola es John por tener una marmota de mascota viviendo en su funda de la guitarra, jajajaja. Sí, hija, sí, lo de Chucky me lo contó María y me hubieras tenido que ver partiéndome de risa, que hasta las lágrimas me caían de imaginarme el cuadro XD
      Lo de Gwen, sí, parece, digo parece, que está todo más o menos solucionado. Pero el pobre George, que había caído bien y todo eso, pues ahora se ha ganado a pulso el ser yerno non-grato. Pobrecito, con lo bueno que es...
      Penny sí, reapareció para armar follón (bueno, el follón lo arman los otros dos que se pispan con unos cuantos rones y no saben ni para dónde ir), jajajaja. El momento en que John y Paul ven que se conocen Chris y Penny no tiene precio XD
      Bueno, no es mi culpa que tu salgas del feliz verano, jajaja. Pero si te sirve de consuelo, la Fortuna me ha castigado por restregártelo por la cara y hoy ha amanecido con frío y lluvia (pero lluvia, lluvia, lluvia).
      Saludos y thanks por estar ahí! ;)

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  3. Ayy pobre Gwen, sé cómo se siente, me paso exactamente lo mismo... bueno, casi.
    Y me encantó el detalle de Chucky!!! Sigue escribiendo me gusta mucho!!

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    1. Gracias por el comentario, antes de nada! :D Lo de Gwen... En fin, los padres se niegan a dejar volar a sus hijos, a los que continúan viendo como niños, sin ser conscientes de que igual no están haciendo ningún bien, sino todo lo contrario. Menos mal que en el caso de Gwen parece que se lo han pensado mejor... :)
      Y Chucky ya lo he dicho. Se merece un club de fans y un puesto de honor en el desarrollo del fic, jajajajaja.
      Besitos!

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