jueves, 31 de mayo de 2012

Capítulo 44: No es tu día, Brian


-¡Hola Penny!-exclamó Chris cuando los vio allí plantados en la puerta del salón.

Penny esbozó una sonrisilla falsa que intentaba disimular lo incómoda que se sentía. No se había esperado para nada que fueran a cenar con más gente y menos con gente a la que apenas conocía o que, directamente, no había visto en toda su vida.

-Hola a todos.-saludó intentando parecer lo más educada posible.

Los demás le devolvieron el saludo y la miraron detenidamente, haciendo que la chica deseara con todas sus fuerzas desaparecer de allí lo más pronto posible. En aquella situación sólo cabían dos posibilidades: tragarse su incomodidad y quedarse a cenar allí o dar media vuelta y marcharse a su casa. Obviamente, de las dos opciones, la que más le atraía en esos momentos era la segunda, aunque sabía que era la menos adecuada, así que no le quedaba otra que aguantar y estar allí. No obstante, aquello iba a aclararlo con Paul. Y tanto que iba a aclararlo.

-Paul…-dijo casi en un susurro volviéndose hacia el chico.-Creo que me he dejado el bolso en el coche… ¿Me acompañas?

Paul le dedicó una mirada extrañada y asintió con la cabeza antes de que los dos salieran de nuevo del comedor.

-¿Pero no te habías dejado el bolso colgado con la chaqueta?-preguntó él cuando se alejaron lo suficiente del barullo.-Lo recuerdo perfectamente y…

-Paul.-le interrumpió ella mirándolo seriamente.-¿De veras crees que te he hecho salir de ahí por mi puñetero bolso? ¿Qué significa todo esto?

El chico lanzó un suspiro de resignación.

-Significa que quiero que te conozcan todos.-contestó en tono de disculpa.-Siento no habértelo dicho, pero supuse que si te lo decía no ibas a aceptar…

-¡Por supuesto que no iba a aceptar!-exclamó Penny enfadada.-Vamos a ver… Estamos saliendo desde ayer. ¡Desde ayer! ¿Y tú ya quieres presentarme como…?

-Como mi novia, que es lo que eres.-le cortó él esbozando una sonrisilla inocente y fingiendo que no había visto el enfado de la chica.

-¡Pero es muy pronto! ¡Demasiado pronto!

-Lo de pronto es relativo…

-¿Cómo que es…?

-Verás…-dijo Paul acercándose hacia ella.-Yo estoy muy seguro de lo que quiero contigo y por lo que entendí ayer, tú también lo estabas, ¿me equivoco?

-Claro que estoy segura.-contestó Penny decidida.-Pero…

-¿Pero qué?-le interrumpió él.-Yo sé lo que quiero y tú también. ¿Por qué razón debemos esperar más?

Penny lanzó un suspiro aún sin estar demasiado convencida de todo aquello. Vale, estaba decidida, pero aún así, creía que debían darse un tiempo juntos antes de todo aquello. Pero ya no había vuelta atrás; las cosas eran así y no las podía cambiar, así que, mirando a Paul, dijo:

-Vale, vayamos ahí adentro… Pero no quiero quejas si todo sale desastroso.

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-¿Alguien me puede decir qué está pasando aquí?

Todos se volvieron hacia Brian y lo miraron extrañados. Y es que, todos los allí presentes, conocieran o no a Penny de antes, sabían de qué iba todo aquello: ya se había encargado Paul de decirlo cuando les había invitado a la cena. No obstante, era evidente que Brian no tenía ni la más remota idea del motivo real de todo aquello.

-¿Quién es esa chica y qué pinta en una cena en la que vamos a aclarar cosas de la gira?-volvió a preguntar.

-Creo que la nueva jefa de prensa debería hacer su primer comunicado…-susurró John haciendo que todos los de allí apenas pudieran reprimir sus risas.

Por toda respuesta, Chris le propinó un codazo en el costado sin el menor disimulo.

-John, ¿qué está pasando?-preguntó Brian empezando a molestarse.

-Lo que pasa es que esa chica es la nueva novia de Paul.-se apresuró a aclarar Ringo antes de que John pudiera decir nada.

-¡¿Qué?!-exclamó Brian abriendo los ojos de par en par.

-Y creo que esta noche quiere aprovechar que hemos quedado para presentárnosla a todos.-dijo George evitando decir que el motivo principal por el que habían quedado era precisamente ése.

-Esto no…

-¡Joder, Eppie! ¿Por qué siempre que te enteras de que estamos con alguien te tienes que montar una película?-preguntó John con malicia.

Justo cuando Brian estaba empezando a abrir a boca para contestarle, Penny y Paul volvieron a entrar de nuevo en el comedor.

-Ya tenemos ese bolso.-dijo Paul en tono despreocupado y, después, agarrando a Penny de la mano con firmeza, añadió:-Y ahora sí, algunos ya la conocéis, pero… Os presento a Penny, mi novia.

-Encantado, Penny, ¿nos conocemos?-rió John rompiendo el incómodo silencio que se había hecho.

La chica enrojeció levemente, pero aún así aún pudo articularle una mueca de fastidio como respuesta antes de que Brian se acercara hasta ella.

-Hola.-saludó el hombre escuetamente tendiéndole la mano como si de un contacto de negocios se tratara.-Yo soy Brian Epstein, el manager de los chicos. Encantado.

-Lo mismo digo…-respondió la chica débilmente.

-Bueno…-dijo Paul haciendo caso omiso a la frialdad con la que Brian acababa de hablarle a Penny.-Y aquí tienes a los demás: Mal y su esposa Lily, Neil… Y bueno, a los demás ya los conoces de la otra vez: Ringo y Mary y George y Gwen…

El resto se presentaron de una manera bastante más amable que Brian y, a continuación, todos se sentaron en la mesa pendientes, cómo no, de la misteriosa Penny que prácticamente de la nada parecía haberse hecho un hueco muy importante dentro de la vida de Paul.

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-Y dime, Penny… ¿A qué te dedicas?-preguntó Brian de repente cuando ya habían acabado de cenar.

La chica levantó la cabeza y se encontró con la mirada penetrante del hombre. Estaba claro que no le había caído bien, pero aún así, aunque frío, se había comportado de manera muy correcta durante toda la noche.

-¿Estudias?-insistió él.

Todos los que estaban a su alrededor parecían estar esperando su respuesta con curiosidad.

-No.-contestó ella sinceramente.-Dejé la universidad hace un año, no era lo mío.

-Entonces trabajas, supongo.-continuó Brian.

Penny tragó saliva. No, tampoco trabajaba.

-No.-contestó al cabo de unos segundos sintiendo como enrojecía levemente.-Pero… Pero tengo un proyecto en mente.

Brian la analizó bien antes de decir nada.

-¿En serio? Háblame de tu proyecto, pues.

-Bien…-empezó ella dubitativa mientras agarraba aire.-Tenía en mente crear una fundación para ayudar a los perros abandonados: crear una especie de refugio donde acogerlos en buenas condiciones, curarlos si es necesario y facilitar que les adopten.

-Pero una fundación no es algo de lo que se pueda vivir…-respondió Brian mirándola con escepticismo.-Más bien es algo benéfico, con lo que no se gana dinero sino que se pierde…

-Afortunadamente creo que por ahora me lo puedo permitir.-contestó ella a la defensiva, aunque enseguida se arrepintió de ello.

-A mí me parece una idea excelente.-intervino George con una sonrisa, cosa que Penny le agradeció de todo corazón.-Hay cientos de perros abandonados por la ciudad y algunos dan mucha pena… Es una lástima que la mayoría acaben atropellados o sacrificados en las perreras. Sería genial que alguien se encargara de ellos.

-Tiene razón, yo también creo que una cosa así hace muchísima falta.-le siguió Gwen dedicándole una mirada cómplice a Penny.

La chica dedicó una inmensa sonrisa tanto a George como a Gwen, que estaban sentados justo enfrente de Paul y ella, agradecida por aquello. Y es que, ante aquel apoyo inesperado hacia su causa, Brian no tuvo más remedio que callarse y resignarse a beber el último trago que le quedaba en su vaso de whisky en silencio.

-Creo que me voy ya.-dijo de repente mientras dejaba su vaso en la mesa.

Penny lo miró detenidamente, alucinada. Era tan evidente que no le caía bien que ni siquiera se había molestado en disimular a la hora de marcharse cuando sus respuestas no le habían convencido. Tragó saliva y buscó la mirada de cómplice de Chris en el otro extremo de la mesa, que le dedicó una sonrisilla tranquilizadora y una mueca divertida quitándole importancia al asunto.

-¿Ya? ¿Tan pronto?-se extrañó Paul.

-Sí.-confirmó Brian mientras se ponía de pie.-Es tarde, y vosotros deberíais de hacer lo mismo: recordad que mañana tenéis la grabación de los vídeos. No me apetece que aparezcáis por allí resacosos y con cara de muertos, debéis cuidar vuestra imagen.

-Sí, claro, Eppie.. lo que tú digas…-rió John.-Si eso ve yéndote tú primero que nosotros vamos enseguida…

-No bromeo, John.

-Olvidaba que tú nunca bromeabas…

-Venga, apenas son las diez y media…-insistió Mal.

-Es tarde, chicos, me voy.-contestó firmemente.-Nos vemos mañana.

Brian se despidió de todos los de allí con un gesto con la mano y se dirigió hacia la puerta del comedor sin que nadie se levantara para acompañarle. No obstante, en el último momento, Ringo se levantó de su silla de repente, como si de pronto hubiera recordado que tenía que hacer algo de vital importancia.

-¡Brian!-exclamó.

El hombre se volvió, extrañado.

-Espera.-dijo Ringo.-Creo que nosotros también deberíamos irnos ya. Te acompañamos.

Todos los de allí, se quedaron mirándolo como si no le conocieran, incluida la propia Mary, que parecía estar pasándolo de lo más bien y no tenía la más mínima intención de irse de allí.

-Pero…-protestó ella débilmente, todavía sorprendida.

Ringo se volvió hacia ella y le clavó su mirada.

-¿No te acuerdas?-preguntó el chico con una inusitada seriedad.-Queríamos… ya sabes. Y creo que ahora es el momento…

Lejos de volver a protestar, Mary cambió su expresión de repente y se levantó de su silla mientras asentía con la cabeza, ante la sorpresa de todos.

-Ringo tiene razón, chicos.-dijo ella sonriendo aunque de manera forzada.-Es tarde. Nosotros también nos vamos.

Y dicho esto, Ringo y Mary salieron detrás de Brian mientras todos los de allí observaban la escena sin entender para nada qué era lo que estaba sucediendo; qué era lo que había pasado de repente por la cabeza de Ringo para que les corriera tanta prisa.

-Le habrá entrado el calentón…-dijo John de repente con toda la naturalidad del mundo rompiendo el incómodo silencio que se había adueñado de la estancia.

El resto no pudo menos que soltar una sonora carcajada ante su comentario, incluida Penny, que en su fuero interno le agradecía haber acabado con aquella situación tan tensa. Y así, sin más, todos continuaron charlando y bebiendo animadamente como habían hecho hasta ese momento.

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-¿Te acompañamos a casa, Brian?

-Te lo agradezco, de verdad, pero queda muy lejos de la tuya.-contestó Brian un poco contrariado ante el ofrecimiento de Ringo.-Creo que lo mejor será que pida un taxi.

-Insisto.

El tono con el que Ringo acababa de pronunciar aquella palabra, casi con brusquedad, hizo que Brian se quedara callado. Ringo no pudo evitar sentirse un poco mal. El de los cortes solía ser John, no él, pero no podía dejar escapar aquella oportunidad para hablar a solas con él, aunque a Mary aquello no le hiciera demasiada gracia.

-No es molestia, en serio.-dijo Mary en un tono de voz bastante más amable.-No tenemos prisa por ir a casa y además…

-Queremos hablar contigo.-continuó Ringo acabando la frase que había empezado a decir su novia.

Brian se los quedó mirando en silencio durante unos segundos y después asintió.

-Está bien.-dijo Ringo sonriendo para quitarle hierro al asunto.-Vamos.

Los tres subieron al coche en silencio, se sentaron y Ringo arrancó sin más preámbulos.

-Si lo que queréis decirme es que Mary va a venir a la gira, tranquilos, no es necesario.-empezó a decir Brian mientras salían de casa de Paul.-Creo que a estas alturas ya empiezo a asumir que todos iréis con pareja: George no se separa de la niña esa ni a bombas, John se las ha apañado de manera sucia para que yo mismo acabe contratando a su… a su… amante… Y Paul… Apuesto mi mano a que Paul también me dice que se trae a esa chica en cuestión de días, si no… ¿a qué venía esta presentación?

-Brian…-masculló Ringo en tono cansado.-Gwen no es una niña, a Chris no creo que a estas alturas la podemos considerar como la simple amante de John y me parece completamente normal que Paul quiera traerse a su novia también…

-Vivís en una nube.-le cortó Brian.-¿Acaso creéis que las fans y el resto de la opinión pública van a ser tan comprensivos con estas chicas? Los únicos que estáis mostrando un poco de sentido común en todo esto sois vosotros dos y…

-Todos estamos en la misma situación. No creo que Mary y yo estemos siendo diferentes a los demás. Simplemente, llevamos más tiempo juntos, eso es todo.-respondió Ringo pacientemente pero a la vez firme.-Y sí, Mary se vendrá de gira, eso tenlo por seguro, ¿verdad, princesa?

La chica asintió tímidamente. Era obvio que aún se sentía bastante incómoda en presencia de Brian y que aquella conversación la estaba poniendo en una situación comprometida. Aún así, Ringo no pudo evitar que se le escapara una sonrisa mientras conducía. Y es que, cuando se ponía en plan vergonzoso, le resultaba simplemente encantadora.

-De todas formas, no queríamos hablar de eso contigo…-continuó Ringo al cabo de unos segundos.

-¿Y de qué queréis hablar pues?-preguntó Brian intrigado.

-Verás… Tenemos un problema…-contestó Ringo sin saber muy bien por dónde empezar toda la historia.

-¡Oh, no! ¡No me digas que estás embarazada!

-¡No!-se apresuró a exclamar Mary, que se había puesto más roja que un tomate, a la vez que Ringo no podía reprimir una sonora carcajada.

-No, no, no…-dijo él aún entre risas.-No es eso…

-Gracias a Dios… Por un momento he llegado a pensar que teníamos aquí a otro John con Cynthia… Lo siento, Mary.

-No pasa nada, Brian.-respondió la chica.

-No es nada sobre nosotros.-continuó Ringo.-Queríamos hablarte sobre otra persona.

-¿Sobre otra persona?

-Sí.-respondió él con determinación.

-¿Y quién es?

Ringo agarró aire y lanzó un fuerte suspiro antes de contestar.

-Mel.-dijo al fin.-Es sobre Melanie.

Decir aquel nombre le había producido un escalofrío. Hasta ese momento, no podía negar que Melanie incluso había llegado a simpatizarle durante mucho tiempo pero, desde que se había dado cuenta de quién era realmente y de qué era capaz de hacer, aquella chica lo único que le producía era, simple y llanamente, asco. El asco más grande y el máximo desprecio que jamás había sentido por nadie en toda su vida.

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-Apuesto a que no eres capaz de hacer lo que dice George que haces.-la picó John con una sonrisilla malévola.

Gwen sonrió. Era la primera vez que John la estaba fastidiando directamente, aunque debía de reconocer que quizás se lo merecía y que, además, aquello en realidad la estaba divirtiendo. Todo por “culpa” de George, que había dicho que ella era capaz de dibujar a alguien a la perfección en menos de cinco minutos.

-Siento decírtelo, Gwen, pero el único capaz de hacer eso es el aquí presente “Johnny manos rápidas”.-rió Chris acercándose a su novio por detrás y dándole un beso en la espalda.

-Y yo siento decírtelo, Christie, pero estoy hablando de dibujos serios, no de las caricaturas que hace John…-le replicó George con malicia.

-¡Ey! ¡No son caricaturas!-protestó la chica aunque sin poder disimular su risa.

-En realidad sí lo son, pequeña…-rió John.-De todas maneras, continúo sin creerme lo tuyo, Gwen.

-Pues no te lo creas.-le respondió ella encogiéndose de hombros.-Creo que aun así podré dormir por las noches…

Ante aquella contestación, George y Chris soltaron una enorme risotada. No obstante, John no alteró lo más mínimo su sonrisa burlona.

-Eso es que no eres capaz de hacerlo…-insistió.

-¡John! ¡Deja ya de picar a Gwen!-le riñó Christine a la vez que le daba un cachete cariñoso en la cabeza.-Hay que ver cuando te pones en plan pesado…

-¡No, no, no, Chris, déjalo!-interrumpió George de repente.-Dice que no se lo cree, ¿no? Y seguro que incluso piensa que él puede hacerlo más rápido y mejor…

-Eso por supuesto, Hari.-dijo John con autosuficiencia.

-Eres un creído, ¿lo sabes?-le espetó George divertido.-Pero te voy a cerrar la boca… Veamos… ¿Qué os parece si os propongo un reto?

-¿Un reto?-preguntaron John y Gwen casi a la vez.

George asintió con la cabeza antes de contestar.

-Sí. Un reto.-aclaró.-Escogemos a alguien de aquí y en cinco minutos como máximo debéis dibujarlo. Sólo la cara, no hace falta más… Después vemos cuál se parece más y quién gane se erige como el mejor dibujante del grupo de manera indiscutible.

-Hecho.-se apresuró a decir John.

-Yo no…-dudó Gwen, que no estaba segura de que con la presión de los cinco minutos pudiera hacer algo aceptable.

-¿Qué?-preguntó John riendo.-¿No te atreves a competir?

Gwen lo miró detenidamente. Era obvio que se lo decía para picarla sin ninguna mala intención, pero aquello la envalentonó. Quizás aquella prueba pudiera resultar divertida y a lo mejor George tenía razón y conseguían callar a John, que, por otra parte, parecía no estar dispuesto a dejarla en paz con aquel tema hasta que no aceptara el reto.

-Por supuesto que me atrevo…-contestó esbozando una media sonrisa.-Lennon contra Montrose, a ver quién gana.

-¡Perfecto!-exclamó George, que parecía estar emocionado como un niño pequeño ante aquel juego.

-¡Ey! ¡Un segundo!-interrumpió Chris de repente.-¿Y quién se supone que va a evaluar los dibujos? Sé que voy a parecer un poco tramposa… Te adoro, Gwen, eres una de mis mejores amigas… Pero esté como esté el dibujo de mi monstruo, voy a decir que el suyo es mejor. Y supongo que George hará lo mismo con el tuyo…

-La sinceridad ante todo…-rió George sorprendido ante aquella repentina confesión.-Pero tienes razón… Debería ser alguien imparcial, a ser posible que no conozca los dibujos ni de uno de ni de otro…

-Todo el mundo conoce los dibujos de John…-dijo Gwen.-Ilustró sus libros con ellos, así que eso es imposible…

-Aunque parezca mentira, hay gente que no los ha visto nunca…-le respondió George.

-¿Y qué? Todos los de aquí los hemos visto, tendríamos que buscar a una persona completamente desvinculada del mundo Beatle y…

Justo antes de que Gwen acabara de pronunciar la frase, la puerta del comedor volvió a abrirse y aparecieron por allí Paul y Penny, que había ido a despedir a la entrada a Mal y a su esposa y a Neil, que se acababan de marchar hacía unos minutos.

-Creo que hemos encontrado a nuestra chica…-dijo Chris de repente mirando a Penny de manera descarada.

-¿Qué pasa conmigo?-preguntó Penny contrariada al ver que todas las miradas se acababan de posar en ella.

-Nada.-contestó Chris risueña mientras se acercaba hacia ella con una sonrisa.-Nos preguntábamos si has leído los libros de John.

-¿John? ¿Libros?-preguntó Penny mirándola como si se hubiera vuelto completamente loca.-Creí que eso eran dos conceptos que no podían ir juntos en una misma frase.

-Yo también te quiero, Penelope.

-Calla, Johnny… -le cortó Christine divertida.-Aquí tenemos a la juez de este reto. Es evidente que ella no ha visto en su vida un dibujo de John.

-¿Pero qué historia os habéis montado vosotros cuatro en el poco rato que hemos estado fuera de aquí?-preguntó Paul intrigado y divertido a la vez.

-Muy fácil.-respondió George.-Vamos a ver quién es mejor dibujando, si Gwen o John, y queremos que alguien imparcial sea el que lo diga.

-Estáis como una cabra…-rió Paul.

-Pero será divertido.-le cortó Chris.-Voy a por papel y lápiz.

La chica salió del comedor para volver al cabo de pocos minutos con un par de folios en blanco, dos lápices y dos gomas de borrar en la mano.

-Yo no necesito eso.-dijo John cuando le tendió su goma de borrar.

-No seas fantasma, Johnny… O te quedas la goma o te la hago tragar.-rió Christine.

John y Gwen se pusieron cada uno en una extremo de la mesa, tan alejados los dos que les iba a ser imposible ver lo que el otro estaba haciendo.

-¿Y qué es lo que vais a dibujar?-preguntó Paul divertido dejándose caer pesadamente sobre el sofá.

Todos se quedaron en silencio ante aquella pregunta, mirándose entre ellos. Lo tenían ya todo, sí, pero aún no habían decidido a quién iban a dibujar.

-Pues a alguien de aquí.-dijo George despreocupado.-Mientras no sea yo… A mí me da igual.

-Y yo también paso.-se apresuró a decir Chris.-Jamás tuve madera de modelo.

-Yo soy el jurado, así que no me miréis.-dijo Penny.

-Joder…-refunfuñó Paul entre dientes al ver que todos le estaban mirando.-¿Por qué siempre tengo que ser yo el que haga todas estas cosas?

-Porque adoras posar, por ejemplo.-rió su hermana.-Ahora ponte del perfil bueno porque te van a dibujar. Y quietecito, ¿eh?

-Y yo me saco a Penny al pasillo.-dijo George con una sonrisa.

-¿Por qué?-se quejó Paul.

-Porque el jurado ha de ser imparcial y no ha de ver la obra hasta que esté acabada. ¿Te importa, Penny?

La chica asintió con una sonrisa y acompañó a George afuera.

-Y ahora, artistas…-dijo Chris cuando se cerró la puerta del comedor.-Tenéis cinco minutos para dibujar al gusano este que tenéis aquí delante.

-¡Enana!

-Los modelos no hablan.-rió la chica.-Ale, que empiece la prueba.


-¿Sabes?-preguntó George sentándose en las escaleras de la casa.-Cuando Paul nos dijo ayer que estaba contigo no me acordaba de ti…

Penny esbozó una sonrisa. Al contrario que John, que de cada día le caía peor, George Harrison le había gustado desde el primer momento, al igual que su novia.

-Bueno, sólo nos vimos una vez y ni hablamos, es normal.-respondió ella quitándole importancia al asunto.

-Sí… Quizás sea por eso.-asintió George.-De todas maneras, cuando Ringo dijo quien eras sí que me acordé enseguida. Si te digo la verdad jamás hubiera pensado que los dos estabais juntos… Aquel día disimulasteis muy bien.

-Es que ahí todavía no estábamos saliendo.-contestó ella sorprendiéndose a sí misma por estar siendo tan sincera con aquel chico al que apenas conocía de nada.

-¿No?-se extrañó el chico.-Pues si eso fue el otro día… ¿Tan poco lleváis?

-¿No os lo ha dicho Paul?-preguntó Penny.

George negó con la cabeza.

-Verás…-suspiró ella esbozando una sonrisa.-Llevamos liados algún tiempo más, pero estamos juntos de manera oficial desde… desde… ayer.

-¡Vaya! ¡Y yo que pensaba que había ido muy rápido con Gwen!-rió George.

-Pues ya ves que los hay de más rápidos todavía…-le respondió Penny también riendo.

-Ya lo veo, ya…

Penny iba a responderle cuando la puerta del comedor se abrió de nuevo y apareció Chris sonriendo.

-Ya está.-dijo la chica.

-¿Ya?-se extrañó Penny. Aquellos cinco minutos se le habían hecho muy cortos.

Chris asintió con la cabeza y Paul y Penny se pusieron de pie de nuevo.

-Lo siento, Chris…-le dijo Penny con una sonrisilla burlona cuando pasó por el lado de su amiga.-Pero voy a hundir en la miseria a tu novio…

-Pues… Creo que por esta vez, sí.

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-No me puedo creer aún todo lo que me habéis contado.-dijo Brian negando con la cabeza mientras se servía la tercera copa de whisky.

Estaban en casa de Brian, en el salón. La conversación que habían iniciado horas antes en el coche de Ringo se había alargado tanto que ahora estaban allí, serios y pensativos, sin saber ninguno de los tres muy bien lo que debían hacer ante un caso como aquel.

-Pues créetelo.-le contestó Ringo mirándole.-Tú mismo has dicho que vive en esa zona y no me cabe ninguna de que es ella. La descripción que me dio el chaval que traía la caja encaja perfectamente con la suya.

-Por el amor de Dios…

-Al principio no le di importancia, pero he de reconocer que al final me llegué a asustar.-dijo Mary con sinceridad.-Y más cuando supe que era ella… Me odia. Me odia desde que la conocí en Liverpool.

-Que te odia es evidente.-asintió Brian.-Siempre ha estado encaprichada con Richard…

-Pues menuda gracia me hace a mí…-masculló Ringo entre dientes.

-Pero siempre pensé que quería ser una groupie más… Simplemente estar contigo para usarte de trampolín a la fama y vivir del cuento…-continuó Brian.-Jamás creí que fuera capaz de amenazar a alguien.

-Incluso de muerte.-sentenció Ringo con seriedad.

-Lo sé… Y es algo muy grave…-convino Brian antes de darle un sorbo a su vaso.-Debemos hacer algo, pero tampoco creo que lo más conveniente sea acudir a la policía… Si este asunto salta a la prensa sería peor el remedio que la enfermedad.

-¡¿Y qué más da la prensa?!-exclamó Ringo enfadado.-¡Esa tía está amenazando a mi novia de muerte y está tan loca que la creo capaz de todo! Iré a la policía, lo quieras o no.

-Ricthie…-intentó tranquilizarlo Mary pasándole la mano por la espalda.-Quizás deberíamos escuchar a Brian…

Brian le dedicó una mirada agradecida a la chica antes de continuar hablando.

-Por lo pronto, voy a dejar de representarla.-dijo finalmente.-Y ya me encargaré de que ningún manager serio la represente.

-Estaba a punto de firmar un contrato para grabar su primer disco, ¿no?-quiso saber Ringo.

-Sí, pero creo que eso ya no va a ser posible.-contestó Brian con seriedad.-Y tranquilos, me encargaré de que no vuelva a amenazar a Mary nunca más…

Ringo lo miró no demasiado convencido con lo que acababa de escuchar, aunque Mary no pudo evitar suspirar aliviada antes de contestar. Estaba convencida de que todo aquello se solucionaría pronto y, además, se alegraba internamente de que Brian le fastidiara aquel contrato. Y es que, una persona que jugaba tan sucio como ella, no se merecía para nada oportunidades como aquella.

-Gracias, Brian. Muchas gracias.

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Penny sentía como todas las miradas estaban clavadas sobre ella mientras analizaba los dos dibujos que había sobre la mesa. A su izquierda, tenía una caricatura perfectamente dibujada de Paul. El trazo era rápido, sí, pero firme, sin errores, y, además, era capaz de plasmar, con cuatro líneas rápidas, la expresión y el carácter de Paul con un realismo alucinante. No obstante, el dibujo de la derecha, aunque completamente diferente, era también asombroso. Se trataba de un dibujo de perfil, que captaba también a la perfección toda la personalidad de Paul. ¿Cuál debía elegir pues? Tenía la sensación de saber quién era el autor de cada uno de los dibujos, pero aún así no podía jugársela. ¿Y si decidía poner a parir la caricatura creyendo que era de John y en realidad era de Gwen? No le quedaba otra que ser sincera, que reconocer que los dos dibujos eran excelentes, diferentes, sí, pero muy buenos los dos, aunque se debía de decantar por uno.

Volvió a mirarlos bien antes de decir nada en voz alta. Uno de los dos debía de ser el ganador… La caricatura era excelente, sí, pero el dibujo de perfil era mucho más trabajoso y tenía el mérito de que había sido hecho tan sólo en cinco minutos. Sí, era justo, el dibujo de la derecha era el que se merecía ganar.

-Veamos…-empezó a decir volviéndose hacia los demás.-Primero, los dos son muy buenos, pero como debe ganar uno… Por trabajo y elaboración, me quedo con éste de aquí.

Penny agarró el dibujo de la derecha y lo enseñó a los demás.

-¡Bien!-exclamó George.-¡Chúpate esa, Lennon!

-Vete a la mierda…-le contestó John entre dientes mientras los demás reían sin parar.-Pero he de reconocer que lo haces bien, Gwen, muy bien.

-Y tan bien…-dijo Paul acercándose para mirar el dibujo de cerca.-Creo que me voy a quedar este dibujo, me gusta.

-De hecho has salido más guapo ahí que en las fotos.-bromeó Christine por detrás.

-Muy graciosa, enana…-masculló Paul dándole un empujón cariñoso a su hermana.-Pero… Igual tienes razón… Y aparte de que salgo bien, Gwen es mucho menos pesada que un fotógrafo… Creo que a partir de ahora me voy a negar a que me hagan más fotos, que me dibuje ella.

Todos soltaron una carcajada ante la broma de Paul. Todos excepto John, que se quedó mirando el dibujo, pensativo.

-Pues igual deberíamos hacer eso…-dijo John con seriedad haciendo que todos lo miraran extrañados.-¿Por qué no mandamos la sesión de fotos que tenemos para la portada del nuevo disco a tomar por culo?

-¿Y eso a qué viene ahora, John?-preguntó Paul extrañado.

-Viene, Macca, a que tengo una idea. Una jodida idea que creo que os gustará a todos…




Hola chic@s! Qué hay? Yo ya estoy aquí de nuevo, ahora ya sin agobios, más relajada y bastante más happy. Y vosotras? Bueno, en primer lugar, siento no haber contestado a vuestros comentarios del capi anterior, pero desde aquí ya os digo que muchas gracias, de verdad, que me distéis un montón de ánimos y que, aunque os parezca que no, me animasteis a seguir con esto. Siguiente, importante, y para aclarar una cosa del capi que acabáis de leer… El dibujo que supuestamente acaba de dibujar Gwen (aunque se supone que un pelín menos elaborado y sin el collage de fotos pues lo ha hecho en cinco minutos) y que se los ha dejado a todos, a John el primero, flipando en colores es éste…



Ahora sacad vuestras propias conclusiones. Vale, lo sé, me acabo de pasar a Klaus Voormann por un sitio que yo me sé… Pero esto es un fic, Gwen estudia Bellas Artes y… me apetecía poner este detalle, jajaja. Supongo que ahora tod@s sabréis de qué va la idea que ha tenido John, no?

En fin, gracias por leer y por comentar y millones de besos, preciosidades mías. Os quiero! Muak!

sábado, 26 de mayo de 2012

Capítulo 43: Unas cuantas sorpresas


-¿Quieres una cerveza?-preguntó la chica risueña mirándolo a los ojos.

Pese a que la visita de John había sido inesperada del todo, Chris no podía negar que se había alegrado muchísimo cuando había abierto la puerta y se lo había visto allí plantado, con una inmensa sonrisa dibujada en la cara. Lo hacía en el estudio, con los demás, pero, según él, no iba a pasar nada por un día que llegara un poco tarde.

-Mejor algo más fuerte.-contestó el chico dedicándole una mirada traviesa.-Creo que lo que te voy a decir lo merece. Al fin y al cabo, tendremos que celebrarlo, ¿no?

Christine le dedicó una mirada confundida. No sabía de qué puñetas estaba hablando John, aunque era evidente que pronto iba a enterarse. Aun así, jamás había soportado que jugaran al gato y al ratón con ella por lo que aquel secretismo de John la enfadó un poco.

-¿Y qué es eso que me tienes que decir?-preguntó finalmente intentando disimular su nerviosismo. Sabía que si se le notaba John iba a alargar el momento de decirle aquello que tuviera que decirle aún más sólo por hacerla rabiar.

-No seas impaciente, pequeña, primero tomemos algo.-sonrió él mientras se levantaba del sofá y se dirigía hacia el mueble-bar del comedor.-¿Qué te apetece?

-John…-masculló la chica ya sin poder disimular su impaciencia.-Dímelo, venga…

-Chris…-le replicó John entre risas imitando el tono de voz que ella había empleado hacía unos segundos.-Yo creo que me voy a tomar un whisky, ¿y tú?

La chica lo miró con cara de pocos amigos. El hecho de que la ignorara tan deliberadamente la ponía de los nervios: a veces tenía la sensación de que John la trataba como una niña pequeña.

-Agua.-contestó secamente.

John soltó una pequeña carcajada a la vez que sacaba dos vasos y una botella de whisky de doce años que Paul tenía por allí.

-Te pondré un whisky.-dijo el chico empezando a servirlo.

-Me enamoré de ti porque siempre me haces caso…-replicó Chris con todo el sarcasmo que le fue posible emplear.

John volvió a reír y se acercó a ella con una sonrisilla.

-Toma, boba.

Aún picada con él, agarró el vaso que le estaba tendiendo John, aunque no bebió de él. No estaba dispuesta a hacerlo, es más, iba a intentar no beber ni un solo sorbo de aquel vaso aunque se estuviera muriendo de ganas. Era su manera tonta de demostrarle a John que no le gustaban sus jueguecitos. Sabía que era una reacción muy infantil, pero ella tenía cosas así. Vale, quizás John tuviera razón cuando la trataba como una niña pequeña…

El chico se volvió a sentar de nuevo a su lado y le rodeó los hombros con su brazo, en un gesto protector que a Christine hizo que se le pasara el cabreo casi en el acto. Después meses juntos, aún le sorprendía muchísimo la capacidad que tenía John de dominar sus sentimientos, tanto que a veces se sentía como un títere en sus manos.

-Te quiero, Christie.-susurró él dándole un suave beso en el pelo.-Te quiero muchísimo.

La chica se dejó hacer y se recostó tranquilamente sobre su pecho. Ya se había acostumbrado a los cambios repentinos de registro de John, tanto para bien como para mal. Podían estar de broma, o a la defensiva, y él, en cuestión de segundos, se convertía en el chico más dulce del planeta. Aunque también podía ser al revés: del chico ideal al loco en cuestión de segundos…

-¿Sabes? Desde que te has venido a Londres me siento incapaz de pasar un solo día sin ti…-continuó él sin dejar de acariciarle el pelo.-¿Te acuerdas de la canción?

Chris sonrió. Como para no acordarse… “La canción”. No había otra para ellos dos: la que le había dedicado a ella cuando apenas acababan de empezar, cuando habían descubierto que no eran simples amigos. Cuando se habían dado cuenta de que ya no eran ni el amigo gamberro del hermano mayor ni la hermana pequeña y con ganas de llamar la atención del mejor amigo. Cuando se habían dado cuenta de que sólo eran John y Chris, ellos dos y nadie más, dos personas que se conocían casi desde siempre y que de repente habían abierto los ojos para ver que se necesitaban y se complementaban, pero sobre todo, que se amaban.

-In my life I love you more…-dijo ella como leyéndole el pensamiento a John. Por algún motivo sabía que él se estaba refiriendo a aquella frase de la canción.

-Y nunca me cansaré de decirlo, pequeña…

De repente, Chris lo entendió todo: John la estaba preparando para que no se enfadara por lo que le iba a decir. Se levantó levemente y lo miró a los ojos, sonriendo.

-¿Qué es lo que no te atreves a decirme, Johnny?-preguntó directamente. Sabía que la mejor manera de desarmarlo era esa, pillándolo por sorpresa.

El chico la miró bien durante unos segundos y finalmente largó una sonora carcajada.

-¿Cómo lo haces?-preguntó al fin.-¿Cómo te las apañas para pillarme siempre?

-Conozco los entresijos de esa cabecita loca que tienes ahí.-contestó la chica revolviéndole el pelo divertida. Después, con más calma, añadió:-Sabes que me lo puedes decir todo sin ningún problema, no me voy a enfadar.

-¿Seguro que no te enfadarás?-preguntó él.-¿Seguro que no me acusarás de meterme en tu vida ni todas esas cosas?

Christine le dedicó una mirada de sorpresa antes de responder.

-¿Se puede saber qué es lo que has hecho para que yo te acuse de eso?-preguntó con bastante seriedad.

-Bueno…-dudó él.-He leído tu carta, ésa que escribiste para el periódico esta mañana.

-Pero tonto…-rió ella.-¿Por eso? No quería que la leyeras mientras la escribía porque me daba vergüenza, la verdad, pero cuando me di cuenta de que me la había dejado en tu casa supe enseguida que acabarías leyéndola… Tranquilo.

-¿Y por qué tenías vergüenza de que la leyera? Es genial, te lo juro. Nadie en toda mi vida me había defendido así antes…-contestó él a la vez que le pasaba una mano sobre la mejilla derecha.-Gracias por eso, guapa. Pero… no es sólo eso…

-¿Entonces?-se extrañó ella.

El chico lanzó un suspiro.

-Le enseñé la carta a Brian.-respondió.-También se quedó sorprendido al leerla y…

-¡John!

-Espera un segundo, déjame acabar.-le interrumpió él.-Mira… Desde hace meses que busca a alguien que se encargue de la prensa durante la gira. Ya sabes: redactar notas para los diarios y las revistas, emitir comunicados, encargarse de atender a los medios… Y después de leer eso tanto él como yo creemos que tú eres la persona ideal para ese trabajo.

Christine enmudeció. Si en aquellos momentos alguien la hubiera pinchado, seguro que no le hubiera sacado ni una sola gota de sangre. ¿Le estaba proponiendo que fuera la jefa de prensa de The Beatles durante la gira? Aquello era, simplemente, imposible.

-No.-contestó finalmente ella, decidida.

-¿Qué?

-Que no, John.-dijo.-No puedo hacer eso. No soy capaz. No tengo ni puta idea de cómo se hace. Jamás he pisado una redacción, jamás he escrito una mísera nota de prensa ni para la revista del instituto, jamás he cargado con una responsabilidad tan grande… No puedo…

-¡Claro que puedes!-exclamó John. Chris lo miró. Parecía algo enfadado, aunque no mucho. Más bien estaba exasperado.-Mira… Brian se encarga de casi todo y todos te echaremos una mano, te lo juro.

-John, yo no…

-Necesitas un trabajo, ¿no?-le interrumpió él mirándola a los ojos.-Pues aquí lo tienes y además te pagarán bien.

-Cuando hablaba de un trabajo me refería a algo que estuviera dentro de mis capacidades.

-Venga, Chris… Sabes mejor que yo que eres completamente capaz.-replicó John.-Y además, hay otra cosa… Si lo aceptas tendremos la oportunidad de algo que los dos deseamos: pasar esta jodida gira juntos sin ningún problema.

La chica bajó la mirada. John tenía razón. Era una oportunidad perfecta. Si ella iba con ellos por trabajo nadie sospecharía nada, nadie la relacionaría con John. Como mucho, pasaría por ser la hermana enchufada de Paul McCartney, pero nada más. Y a decir verdad, también tenía razón al decir que Brian se encargaba de casi todo… Eso lo sabía bien. Aún así tenía la sensación de que todo aquello le quedaba grande. Demasiado grande.

-No sé, yo…

-Aunque sólo sea porque no estemos separados este verano, pequeña, acepta.-le dijo John en tono suplicante.-Hazlo por mí, por nosotros.

Sabía que John estaba otra vez usando su chantaje emocional con ella, pero no le importaba. Era consciente de que John tenía parte de razón.

-Sólo acompáñame mañana a ver a Brian.-continuó el chico al ver que ella no contestaba.-Sólo eso.

Chris le miró nuevamente y entonces no pudo más. Deseaba con todas sus fuerzas estar con él también durante esa maldita gira y si aquella era su única oportunidad, pues la aprovecharía.

-Está bien, iré contigo.-contestó ella finalmente esbozando una media sonrisa.

John no pudo reprimir una risita y se abalanzó para besarla dulcemente.

-Johnny…-dijo Chris cuando se separaron.-¿Y Brian sabiendo todo lo que sabe sobre nosotros está conforme en que yo sea la jefa de prensa?

El chico sonrió con picardía antes de contestar.

-Es que no sabe que eres tú…-contestó.-Sólo dijo que el autor de esa carta sabía lo que se hacía y quiere contratarlo. Mañana sabrá quién es la autora de la cartita…

Lejos de molestarse, Christine soltó una risita antes de apoyarse de nuevo sobre su pecho.

-Eres un liante, Lennon.-dijo.-Un jodido liante… Pero te quiero.

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Penny y él salieron al jardín, agarrados de la mano. Se sentía feliz, como pocas veces en su vida lo había estado y aquello le sorprendía gratamente. El saber que ella también estaba dispuesta a intentar algo más a su lado le daba una sensación muy parecida al vértigo, aunque aquello no le molestaba para nada.

-¿Quieres que te acerque a casa antes de irme al estudio?-le preguntó Paul a Penny cuando estuvieron cerca del portón de entrada.

-No, iré dando un paseo.-respondió ella.-Hace una tarde preciosa y hay que aprovecharla.

-Ya…-sonrió Paul.-¿Y cuándo nos volveremos a ver? ¿Esta noche?

-¿No vas un poco rápido tú?-preguntó ella, aunque no parecía para nada a la defensiva. Simplemente, estaba bromeando y Paul lo supo en el acto.

-Voy todo lo rápido que quiero, muñeca.-rió él antes de darle un beso apasionado.

Estaban los dos tan absortos, perdidos en aquel interminable beso, que no escucharon para nada el ruido de la puerta de casa al abrirse ni los pasos que se acercaban hacia allí.

-¡Pero…!

Penny se separó instintivamente de él y Paul se giró con cara de pocos amigos hacia su hermana, que los había interrumpido en el mejor momento. Su sorpresa fue que allí no sólo estaba su hermana, sino que también estaba John, que lo miraba con una extraña mezcla entre sorpresa y diversión.

-Oh, no…-masculló él.-Tú deberías estar en el estudio y tú tampoco deberías estar aquí.

John y Chris soltaron una inmensa carcajada cuando escucharon aquello.

-Vivo aquí Paul, por si no te acuerdas.-rió su hermana divertida.-No creo que sea tan raro que me veas por aquí.

Paul los observó a todos detenidamente. Primero a su hermana y a John, que parecían estar de lo más divertidos con la situación, después a Penny, que se había puesto roja completamente.

-Bueno…-empezó a decir.-Creo que tengo que aclarar las cosas…

-Crees bien.-dijo John con una sonrisilla burlona.

-Penny y yo estamos juntos.

La naturalidad con la que Paul dijo aquellas palabras le sorprendió hasta a él mismo. Volvió a mirarlos a todos: Penny aún estaba más roja y Chris y John habían cambiado sus sonrisillas por una expresión de sorpresa tremenda.

-¿En serio?-preguntó Chris incrédula rompiendo el silencio.-¿En serio que estáis juntos? ¿Pero juntos lo que se dice juntos?

-Juntos, enana, juntos…-contestó Paul en tono cansado.

-¡Eso es fantástico!-exclamó ella dibujando una sonrisa de oreja a oreja en su cara.-¿A qué sí, John?

-Sí…-contestó él de mala gana.-Fantástico del todo…

Christine soltó una carcajada cuando vio la reacción de John y después de decirle un “tonto” en voz baja, se volvió de nuevo hacia ellos.

-Nos alegramos mucho, de verdad.-dijo la chica.

-Lo sé.-sonrió Paul.-Por supuesto que lo sé.

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-Hola chicos.-saludaron casi al unísono Paul y John cuando entraron en el estudio de grabación.

Ringo y George levantaron la cabeza cuando los oyeron.

-Hola.-saludó Ringo.

-Llegáis una hora tarde.-se limitó a decir George mirándolos con mala cara.

Y es que no podía evitar sentirse bastante mal con todo aquello. Primero había sido John, que no había acudido ni siquiera para ver la grabación de su canción, Love you to, unas semanas antes. Vale, no tenía que tocar en la canción, pero le hubiera gustado verlo por allí por lo menos. Y ahora aquello, más de una hora de retraso cuando habían sido ellos dos precisamente los que habían insistido en quedar pronto para ese día.

-Bah, no te pongas así, Hari.-respondió John encogiéndose de hombros.-Uno y otro tenemos motivos para el retraso.

-¿Ah, sí? Sorpréndeme.-dijo George cruzándose de brazos.

-Primero, lo mío, que impresiona menos.-sonrió John.-Tenemos jefa de prensa para la gira.

Los otros tres lo miraron extrañados.

-¿Y?-insistió George. Aquello no era para nada una noticia relevante para ellos. Brian siempre encontraba a alguien y eso a ellos les daba bastante igual.

-Pues que esa jefa de prensa es Chris y he ido a hablar con ella para decírselo.

-¡¿Mi hermana?!-gritó Paul abriendo los ojos como platos.-Pero…

-Ya os lo explicaré otro rato, es una larga historia…-contestó John quitándole importancia al asunto.-Y ahora lo de Paul… Ha llegado tarde porque estaba con su novia.

Tanto Ringo como él se quedaron mirando a John perplejos, como si no hubieran entendido bien lo que acababa de decir. No obstante, la mirada de odio que le dedicó Paul a éste sirvió para despejar enseguida sus dudas. Era evidente: John no mentía.

-¿Qué?-preguntó Ringo mirándolos a uno y a otro con los ojos muy abiertos.-¿Novia? ¿Qué novia?

Paul soltó un largo suspiro antes de contestar.

-Mi novia.-contestó al fin.-Estoy saliendo con Penny.

George se quedó pensando. ¿Penny? ¿Qué Penny? No le sonaba aquel nombre para nada y, sin embargo, Paul había dicho su nombre con tanta naturalidad que parecía que diera por sentado el hecho de que la conocieran. No obstante, y pese a riesgo de quedar en evidencia frente a los demás, George decidió aclarar sus dudas.

-Perdona, pero no creo que conozca a ninguna Penny, así que explícate mejor.

-Espera un segundo…-interrumpió Ringo.-Penny… ¿No será esa chica que vino con Chris el otro día mientras estábamos en tu casa?

-La misma.-confirmó John sin poder disimular una mueca de fastidio.

-¡¿Esa?!-exclamó George sorprendido cuando cayó en quién era la misteriosa chica.-Pero…

-¿Pero qué?-le cortó Paul a la defensiva.-Es una chica como otra cualquiera y estamos juntos, ¿algún problema?

George se quedó aún más perplejo por la reacción de Paul. No lo había querido decir con ninguna mala intención, pero era evidente que Paul así lo creía.

-Tranquilo, tranquilo…-se disculpó levantando las manos.-Yo no quería decir nada malo… Tampoco hace falta que te pongas así.

-Me pongo como quiero porque ya me estáis hartando entre todos.-masculló Paul enfadado.-Primero John que no ha parado en todo el viaje que si Penny esto, Penny aquello… Y ahora me vienes tú… ¡Iros a la mierda!

-Ey, tío.-intervino John de repente, enfadado.-George tiene razón, tampoco es como para que te pongas así. Tranquilízate, joder.

Paul los miró detenidamente durante unos segundos. Por un instante, a todos les pareció que iba a contestar algo, pero en el último momento apretó la mandíbula fuertemente, se levantó y se dirigió hacia donde estaba su bajo.

-Iba a invitaros a cenar mañana a mi casa para que la conocierais un poco mejor, pero en vista del éxito…-masculló agarrando el instrumento.

-Macca, no seas idiota…-protestó Ringo.-Nadie te ha dicho nada de Penny, no te montes películas.

-Yo sí le he dicho.-intervino John esbozando una sonrisilla maliciosa.

-Lennon…-dijo Ringo mirándolo con una mirada de desaprobación.-Paul, mira, si quieres que vayamos a esa cena, iremos. A mí sí que me apetece conocerla.

-Y a mí.-se apresuró a decir George. Tampoco le gustaba ver a Paul así.

Paul lanzó un suspiro y miró a John.

-¿John?-preguntó.

-Yo ya la conozco.-se limitó a decir este mientras agarraba su guitarra.

Su amigo le dedicó otra mirada asesina y John soltó una sonora carcajada.

-Está bien, está bien…-contestó.-Iré a esa maldita cena si eso es lo que quieres… Pero que conste que lo hago más que nada para que después tu hermana no me ponga caras raras, ¿eh?

-No tienes remedio, John…-dijo Ringo.

-¿Y desde cuándo estoy obligado a mentir para quedar bien?-preguntó él encogiéndose de hombros.-Venga, ¿empezamos a trabajar ya o qué?

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Christine encendió la luz y miró el despertador de la mesita de noche. Las seis y cuarto. Suspiró, molesta. Era demasiado temprano todavía para levantarse, aunque sabía que ya no sería capaz de volver a conciliar el sueño para nada. Para colmo, se había dormido demasiado tarde, de madrugada ya. Y es como mucho habría dormido un par de horas. Una vez más, como siempre le sucedía a la más mínima, los nervios no le habían dejado pegar ojo.

-A la mierda, me levanto.-susurró para sí misma destapándose bruscamente y sentándose con cara de pocos amigos en el borde de la cama.

Se revolvió el pelo aún más de lo que estaba y se puso las zapatillas de andar por casa. Casi como una autómata bajó las escaleras de casa todavía con el pijama puesto, con bastante cuidado en no hacer ruido y no despertar a Paul. Paul... Esa era otra. Ya sabía ella que entre Penny y él había algo raro, pero jamás se hubiera esperado que las cosas iban a suceder así, tan rápido.

Entró en la cocina y puso la tetera en el fuego. Quizás un té bien caliente le vendría bien para ponerla en marcha de verdad. Aunque claro, con la hora que era, le daba tiempo a tomarse diez tazas de té si quería antes de que John pasara a recogerla hacia las nueve de la mañana para llevarla a ver a Brian.

Se preparó el té sumida en sus propios pensamientos, preocupada, y se sentó con la mirada perdida en el fondo de su taza de té. A saber cómo iba a reaccionar Brian… Una cosa tenía clara: bien seguro que no lo iba a hacer. Y aquello, al fin y al cabo era normal. John lo había medio engañado para convencerle y cuando él se diera cuenta de que todo aquello no era más que una treta para llevarla con él de gira, se enfadaría seguro. No obstante, John parecía muy convencido de que todo iba a salir bien. Demasiado convencido, quizás. Aquello, para qué negarlo, la asustaba un poco. Si no todo salía como John esperaba, el cabreo que él se pillaría sería monumental, al más puro estilo Lennon, y no le apetecía para nada verlo así ya de buena mañana y mucho menos con Brian… Si las cosas llegaban a más, no soportaría la idea de sentirse culpable por ser la causa principal de esa pelea…

-¿Qué haces levantada tan pronto?

La voz de Paul la pilló completamente por sorpresa.

-No podía dormir.-contestó sin más.-¿Y tú qué haces por aquí ya?

-Vengo a por un vaso de agua, pienso volverme a acostar un rato más.-respondió el chico.-Supongo que tú no puedes dormir por lo de la entrevista con Brian, ¿me equivoco?

Chris lo miró extrañada. No le había contado absolutamente nada de aquello a su hermano, no por nada, sino porque simplemente quería saber a ciencia cierta si tenía aquel trabajo antes de decir nada a nadie.

-¿Cómo…?-empezó a preguntar, aunque, rápidamente, añadió:-John…

-Sí, John.-sonrió Paul sirviéndose un vaso de agua.-Nos lo contó ayer.

-¿Sabes? Tenías razón cuando decías eso de que es un bocazas…-dijo ella devolviéndole la sonrisa.

-¿Nerviosa?-quiso saber Paul sentándose en la silla que quedaba libre a su lado.

-Un poco. Bueno, bastante…-contestó ella después de darle un sorbo a su té.-En realidad estoy que me subo por las paredes.

Paul soltó una risita entre dientes.

-Tranquilízate.-dijo.-Brian no es mal tipo y seguro que todo sale bien. Además, ya lo conoces, así que juegas con ventaja.

-¿Tú crees?-preguntó ella con escepticismo.

-Claro que sí.-sonrió Paul.-Además, no creo que se atreva a hacerte ningún desplante cuando está invitado esta noche a cenar aquí a casa.

-¿Qué?-casi gritó ella.

Su hermano volvió a soltar una risita, divertido.

-Quiero que esta noche los del círculo íntimo conozcan a Penny bien. Los chicos, Neil, Mal... Y también Brian.

La chica se quedó estupefacta. Hacía poquísimo que Paul y Penny estaban juntos y ya la quería presentar a todos. Se lo había tomado muy fuerte, sin duda.

-Pero… ¿no vas tú muy rápido?-preguntó al fin.

-Eso mismo dice ella…-contestó él encogiéndose de hombros.-¿Te puedo pedir una cosa, enana?

-Claro…

-Si la ves…-murmuró Paul.-No le comentes nada de la cena.

-No le has dicho nada, ¿verdad?-preguntó ella.

-No. Será una sorpresa.

-¿Y crees que será una sorpresa bien recibida?

Paul la miró detenidamente durante unos segundos antes de contestar.

-Quizás al principio no.-dijo al fin con sinceridad.-Pero… Espero que todo vaya bien.

-Lo irá.-sonrió Chris.

-Como lo tuyo con Brian.-le contestó Paul poniéndose en pie y dirigiéndose hacia la puerta de la cocina.-Vuelvo a la cama, ¿vale?

-Vale. Descansa.

******************************************
Brian entró apresurado en el edificio. Era una cosa bastante rara en él, pero ese día se le había hecho tarde. Se había levantado con más de una hora de retraso, quizás una consecuencia inevitable tras pasar una noche bastante loca de la que le quedaban como recuerdo unas cuantas contusiones en las costillas. Afortunadamente, esa vez no había sido en la cara ni en ningún sitio visible y lo podía disimular bastante bien.

-Buenos días, Brian.-le saludó su secretaria nada más apareció por la puerta.

-Buenos días.-masculló él todavía con la voz pastosa.-¿Alguna novedad?

-Sí.-contestó la chica.-Ya tienes a John y a la chica en tu despacho, esperándote.

Brian se llevó un sobresalto. Lo había olvidado por completo y sabía como le sentaba de mal que lo hicieran esperar.

-¿Lleva ahí mucho rato?-quiso saber mientras intentaba autotranquilizarse.

-No mucho, unos diez minutos.

-Gracias. Que no me interrumpan.-dijo él dirigiéndose hacia su despacho.

Justo antes de abrir la puerta, cayó en las palabras que su secretaria acababa de pronunciar hacía unos instantes y se detuvo en seco. Se giró y la miró detenidamente, aún asimilando lo que acababa de escuchar.

-¿Has dicho que está con una chica?-preguntó al fin, serio.

-Sí.-contestó ella y, después, bajando el tono de voz hasta hacerla casi un mumullo imperceptible, añadió:-Y creo que John y esa chica…

Brian asintió con la cabeza dando por zanjada la conversación y abrió la puerta de su despacho, dispuesto a encontrarse allí cualquier cosa.

-¡Vaya! ¡Por fin!-exclamó John cuando entró en el despacho.-¡Pensé que te habías muerto!

Brian iba a devolverle la contestación, pero se quedó completamente paralizado cunado vio quién estaba allí con él, sentada a su lado y esbozando una sonrisilla inocente.

-Hola Christine.-saludó Brian intentando parecer amable, aunque en aquellos momentos no sabía qué pensar.-¿Qué te trae por aquí?

-Te presento a la nueva jefa de prensa, Eppie.-se apresuró a contestar John antes de que la chica pudiera hacerlo.-Christie es la autora de la carta que te enseñé ayer.

Brian sintió como la sangre se le helaba en las venas y les dirigió una mirada de odio a los dos mientras se sentaba frente a ellos en la silla de su escritorio.

-¿A qué estáis jugando, John?-preguntó enfadado.

-A nada.-contestó él esbozando una sonrisilla burlona.-Te dije que te traería al autor de la carta, en este caso, autora, y aquí la tienes. Sólo falta que firme ese maldito contrato y acabemos cuanto antes.

Brian ignoró a John y miró a la chica firmemente. Ella, lejos de amilanarse, le sostuvo la mirada aunque pudo adivinar en ella que en realidad estaba aterrada.

-¿Sabes dónde te estás metiendo, Christine?

-Lo sé.-contestó ella sin dudarlo ni un instante.-Al principio yo también pensaba que no sería capaz, pero lo he pensado mucho y creo que sí que puedo hacerlo.

-Esto no es ningún juego: es un trabajo duro, no es sólo la excusa para irte de gira con John.-continuó él con la firme intención de hacerla dudar. Posiblemente ella era más fácil de convencer que él.

-Pero…-empezó a protestar John.

-Sé que no es ningún juego.-le interrumpió la chica mirándolo a los ojos.-Necesito ese trabajo y sé que es duro, pero no te decepcionaré si me lo das.

Brian se recostó contra el sillón y miró a la pareja, analizándolos. John le sostenía le mano a ella de manera protectora. Jamás lo había visto así con nadie y aquello no le gustó en absoluto. La chica, por su parte, parecía aferrarse a esa mano como si le fuera la vida en ello. Los dos lo miraban, esperando una respuesta.

-No.-contestó al fin él negando con la cabeza.-No puedo hacer eso, lo siento. Tu carta era genial y todo eso, pero no creo que estés capacitada y además creo que lo que te lleva a todo esto no es el trabajo en sí sino el estar con John.

-¡¿Qué?!-exclamó John a la vez que daba un fuerte golpe sobre la mesa.-¡No me jodas, maldito marica de mierda!

-John…-mumuró la chica intentando tranquilizarlo.-Déjalo, no pasa nada, de verdad.

-¡¿Cómo que no pasa nada?!-gritó él.-¡Me prometió que te contrataría!

-Si hubiera sabido que era ella no te lo habría prometido.-contestó Brian intentando mantenerse firme.

John entrecerró los ojos por detrás de sus gafas y le dedicó una mirada de profundo desprecio.

-Has contratado a toda la mierda que has querido para ese puesto desde que te peleaste con Derek.-dijo al fin casi escupiendo las palabras.-Gentuza que ni se aclaraba escribiendo un par de frases y con la que tú debías hacer todo el maldito trabajo. Y ahora tienes aquí delante a una persona capaz y no quieres contratarla sólo porque está conmigo. Eres un maldito maricón celoso, ¿lo sabes? Pero te voy a decir una cosa, Eppie… Si lo haces porque no estemos juntos, vas a joderte, porque ella se va a venir conmigo a esa gira, lo quieras o no. Y si hace falta salir ahora mismo a la calle y gritar a los cuatro vientos que estoy con ella, lo haré, no te preocupes.

-No puedes hacer eso, Lennon.-contestó él intentando parecer tranquilo.-Y lo siento mucho, pero Chris no puede ir contigo a esa gira porque no estarías en lo que deberías estar, te distraería demasiado.

-¡Joder!-gritó John.-¡Eres peor de lo que creía! ¿Y por qué Mary y Gwen sí, eh? ¿Acaso ellas no van a distraer a Ringo y a George? ¿Por qué sí que pudo venirse Cynthia? Mira: o viene Chris o yo no voy a esa gira. Y ahora, haz lo que te dé la gana.

Brian empalideció de repente. A juzgar por cómo John acababa de decir todo aquello, estaba hablando completamente en serio

-John, por favor, no te lo tomes así.-le dijo ella intentando tranquilizarle a la vez que le pasaba la mano por el pelo.-Vayámonos y te serenas un poco, ¿vale?

-No, pequeña.-le contestó él sin apartar la vista de su manager.-No me voy a mover de aquí hasta que éste me diga qué coño va a hacer.

-No puedes fallar a esa gira, sería tu ruina.-dijo Brian a la desesperada. Sabía que si había alguna posibilidad de convencer a John sería usando el argumento del dinero.

-Me importa una mierda.-contestó él con determinación.-¿Qué vas a hacer?

Brian se inclinó hacia delante y suspiró. Durante un par de segundos, un montón de cosas le pasaron por la mente, analizando los pros y los contras de todo. John hablaba en serio y, por tanto, debería aceptar que Christine fuera a esa gira aunque detestara la idea. Ahora bien, ¿debería ir como la nueva novia oficial de John Lennon? No, aún no era conveniente. Hacía muy poco del divorcio con Cynthia y si John se la llevaba ya con él a una gira, sólo podía darse a entender una cosa: que ya iban muy en serio y que llevaban juntos bastante tiempo. Era la verdad, pero aquello no convenía para la imagen del grupo, muchísimo menos yendo a actuar a sitios demasiado conservadores como a los que tenían que ir ese verano. La segunda opción que tenía era contratarla. No le hacía mucha gracia, pero debía reconocer que la chica tenía talento y que peor que lo habían hecho los que la habían precedido excepto Derek, no lo haría. Además, si tenía el mismo sentido del trabajo que su hermano, quizás hasta llegaría a ser buena en eso.

-De acuerdo.-contestó al fin mirándolos, primero a John y después a Christine.-Está bien. Ven mañana a esta hora a firmar el contrato. Pero no hagas que me arrepienta de esto… Ni tú tampoco, John.

-No te arrepentirás.-contestó ella esbozando una sonrisa.-Gracias Brian.

Los dos se levantaron de sus sillas, ella agradecida, John aún enfadado, y se dirigieron a la puerta de su despacho.

-Adiós.-contestó la chica amablemente abriendo la puerta del despacho.

-Adiós.-le respondió a su vez Brian.

Los dos salieron del despacho y, justo en el momento en que parecía que John iba a cerrar la puerta de nuevo tras de sí, de volvió hacia él, esbozando una sonrilla malévola.

-Eppie…-dijo.-No creas que no me he dado cuenta de que cojeas. Cuídate de esos marineros rudos con los que te juntas por las noches, ¿quieres? Tampoco me quiero quedar sin manager tan pronto… Adiós.

Y dicho esto, sin que a él le diera ni siquiera tiempo a abrir la boca para replicarle, John cerró la puerta y se fue de allí.

***********************************************

-¿Por qué tenemos que ir a tu casa a cenar precisamente hoy?-preguntó Penny mientras Paul entraba con su Aston Martin en su casa.

El chico le dedicó una dulce sonrisa.

-Porque sí, quiero invitarte.-respondió.-He encargado la cena del mejor restaurante de la ciudad, te gustará.

-Eres un cabezota, ¿lo sabes?-dijo la chica a la vez que Paul paraba el motor del coche.

-Claro que lo sé.-repuso él divertido.

Los dos bajaron del coche y se dirigieron hacia la casa. Lo primero que a Penny le extrañó cuando Paul abrió la puerta fueron las voces que oyó en el interior. No estaban solos. Al principio, supuso que se tratarían de Chris y John, quizás alguna otra amistad, pero nada más. No obstante, cuando entraron en el comedor y vio allí a un montón de gente conocida y no tan conocida, Penny lo entendió todo: Paul y ella no iban a cenar solos.

-Pero…-masculló la chica volviéndose hacia Paul contrariada.-¿Qué es todo esto, Paul?


¡Hola! ¿Qué tal? Bueno, antes que nada, perdón por el retraso, pero es que he estado pasando por una medio crisis en lo personal y a mí, que me entra la paranoia muy fácilmente, pues os lo podéis imaginar: ni ganas de escribir ni nada que tenía. Afortunadamente, no hay nada que no cure una sesión intensiva de charla con amigos de verdad, un partidillo de fútbol y unas risas con mis sobrinos, una dosis extra de canciones de los  Beatles y  de John Lennon y ser de un equipo  que te da bastantes alegrías. Así que puedo afirmar que sí, que ya estoy medio superando mis nervios, mi stress y mis paranoias y que creo que estoy en el buen camino para volver a estar de nuevo en buena forma.
 Gracias por leer, por comentar y por estar ahí, ahora más que nunca.
¡Saludos!