viernes, 27 de abril de 2012

Capítulo 39: Responsabilidades


Chris y John escucharon el ruido de la puerta de casa al cerrarse y no pudieron reprimir dar un pequeño salto en el sofá.

-¡John, vístete, rápido!-susurró Chris con nerviosismo lanzándole su ropa.

John soltó una risita.

-Joder, pequeña… Paul no va a entrar aquí sabiendo que estamos nosotros.-dijo divertido.-Además, si entra da igual. Tu hermano me ha visto un montón de veces en pelotas, así que no hay de qué preocuparse.

-No me hagas pensar en las situaciones en las que Paul te ha visto desnudo, mamarracho.-contestó la chica mirándolo duramente y haciendo que John soltara una carcajada. Le encantaba picarla insinuándole la cantidad de “fiestas” que se habían pegado con fans y groupies desde sus años en Hamburgo y Chris lo sabía. A veces tenía la sensación de que disfrutaba poniéndola celosa.-Y además, puede que a ti te dé igual que mi hermano nos pille, pero a mí no. Vístete o te dejo a pan y agua un mes.

-¡Peque…!-protestó John.-No seas…

-Ni peque ni leches, Lennon.-le cortó ella.-Que te vistas he dicho.

-El ejército se ha perdido contigo a un buen sargento…

-Déjate estar de tonterías…Además, ¿no se supone que dentro de media hora tienes que ir a recoger a Julian?

-¡Mierda, Jules!-exclamó John dándose un golpe en la cabeza y levantándose, ahora sí, del sofá rápidamente.-Me olvidaba de que hoy era viernes.

-Y la cabeza no se te olvida porque la llevas pegada al cuello.-rió Chris divertida mientras veía como John se vestía apresurado.

-¿Me acompañas?-le preguntó él mientras se ponía el jersey.

-¿Adónde?

-¿Adónde va a ser? A por Julian.

Chris se lo quedó mirando con una sonrisa antes de contestar.

-¿A casa de Cynthia? No, mejor os veo luego…

John lanzó un suspiro y se acercó hacia ella.

-No seas ridícula… Cyn sabe perfectamente que tú y yo estamos juntos y que Julian va a estar contigo casi todo el fin de semana.-dijo.-No veo cuál es el problema.

-Ni yo tampoco veo qué necesidad tenemos todos de pasar una situación incómoda si me presento allí contigo.-le cortó ella sin perder la sonrisa.-De verdad, ve tú.

-¿No te había dicho nunca que eres una cabezota?-sonrió John.

-Creo que en la última media hora todavía no me lo habías dicho…

-Ya…-murmuró él acercando su cara peligrosamente hacia la suya.-¿Y no te había dicho nunca que eres la tía que más me pone en el mundo?

-John…

Pero a Chris no le dio tiempo a decir lo que iba a decir porque John le plantó un suave beso en los labios que le supo a gloria.

-Quizás Julian pueda esperar un poco…-susurró el chico separándose unos milímetros de su boca.

Aquellas palabras hicieron que la chica se apartara de él casi bruscamente. No le gustaba todo aquello. No le gustaba que John insinuara que prefería estar con ella que ir a por su hijo, al que no veía desde el domingo. No le gustaba porque cada vez que John decía o hacía algo de eso pensaba en que quizás Cynthia tenía razón cuando le había dicho, meses antes, que iba a alejar a John del niño. Y Chris no quería aquello ni muchísimo menos. Primero porque se había encariñado con aquel chiquillo que ahora empezaba a conocer bien y, segundo y pensando ya más en ella, porque aquello le hacía sentirse asquerosamente culpable por todo, aunque supiera, pese a que le doliese, que John jamás había sido un padre ejemplar.

-Ve a por tu hijo, John.-dijo seriamente.

Él se la quedó mirando extrañado, pero no dijo nada.

-¿Prefieres que vaya yo a tu casa o venís aquí?-preguntó ella intentando recuperar la sonrisa como si nada hubiera pasado.

-Mejor venimos aquí. Igual a Julian también le apetece ver a Paul.-contestó John.-Y después ya vamos a mi casa, ¿te parece?

-Perfecto. Nos vemos en un rato.

John se despidió de ella con otro breve beso y salió de allí mientras Christine lo miraba detenidamente, pensando en un montón de cosas. John quería a Julian, de eso estaba segura, pero le molestaba que muchas veces se comportase como si el niño le estorbara, como si él tuviera la culpa de muchos de sus problemas. Vale, quizás si Cynthia no se hubiera quedado embarazada de él las cosas no serían como eran. Quizás hubiera roto con ella poco después de conseguir fama y quizás se hubiera liado con la primera modelo de tres al cuarto que se hubiera cruzado en su camino. O quizás se hubiera quedado con Patricia Inder, de la que Chris sabía muchísimo más de lo que John pensaba. Y quién sabe… Igual, si las cosas hubieran sido así, John y ella no estarían juntos en aquellos momentos y su vida sería mucho más tranquila e infinitamente más… triste.

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-Paul... Paul… ¡PAUL!

El chico se giró sobresaltado cuando escuchó el grito que su hermana le acababa de dar.

-¿A qué vienen esos gritos?-preguntó poniendo cara de pocos amigos.

-A que estabas en la luna, a eso vienen.-contestó la chica secamente.-¿Qué puñetas te pasa?

-Estaba a mis cosas…-dijo Paul sinceramente. La verdad era que sí, que estaba a sus cosas. Y esas cosas incluían lo que acababa de pasar con Penny.

-Ya, a tus cosas…

-¿Y tú qué?-le cortó Paul apresuradamente antes de que a ella le diera tiempo a preguntar nada más.-¿Ya has acabado con John?

-Vete a la mierda.-espetó la chica.-¿A qué viene eso?

-Curiosidad…-dijo el chico sonriendo pícaramente.

-A veces eres asqueroso, gusano…-masculló ella sentándose a su lado delante de la mesa de la cocina.-Venía a preguntarte si te vas ahora a algún sitio…

-¿Yo? A no ser que a John y a ti os dé otra vez por hacer cosas en mi salón, no.

-Paul…-bufó ella.

Paul la miró divertido. Le hacía gracia cuando se ponía en plan “para ya”.

-Que era broma, enana.-rió él revolviéndole el pelo.-¿Por qué lo decías?

-Porque… ¡ay, mi pelo, déjame estar!-exclamó ella molesta a la vez que Paul estallaba en una inmensa risotada.-¡Joder, qué pesado!

-Hay que ver lo pronto que te enfadas… Total, tú siempre parece que lleves el pelo revuelto.-bromeó Paul mientras su hermana le dedicaba una mirada asesina.-Bueno… ¿qué querías?

-Acabar con mi hermano mayor y tirarle a las profundidades del Támesis, eso quiero.-dijo la chica intentando en vano fingir que estaba seria antes de que los dos empezaran a reírse como dos niños pequeños. Hacía mucho que no estaban así los dos y la verdad era que Paul lo había echado tremendamente de menos. Cuando los dos por fin recobraron el aliento, Chris lo miró divertida y añadió:-En realidad es una tontería…

-Pues vaya novedad… Tú diciendo tonterías…-le cortó Paul sacándole la lengua.

-Calla, gusano.-rió la chica.-Es que John va a venir aquí con Julian y…

-Pues seguro que no me voy.-se apresuró a decir Paul nada más oyó que el niño iba a ir allí.-La semana pasada me hizo prometerle que John y yo nos marcaríamos un partidillo de fútbol con él y…

-No te hizo prometerle nada, mentiroso. Se lo prometiste tú solito, que lo estabas deseando más que él.-contestó Chris aguantándose la risa.-Y hoy no se puede jugar, Paul. Está lloviendo.

-En el pasillo de casa no llueve.

-En el pasillo de casa no se juega al fútbol, que podéis romper algo.

-Enana, pareces una vieja amargada.-le cortó Paul divertido.-Es mi casa y si me da la gana jugar al fútbol dentro y cargarme todos los jarrones, pues lo hago.

La chica soltó una risita.

-Pues ale, rómpelo todo, animal.

-No lo dudes…

Chris volvió a reír mientras se levantaba de la silla y se servía un vaso de agua.

-Por cierto…-masculló la chica cuando le dio el primer trago a su vaso.-Penny se ha ido a casa, ¿no?

Paul sintió como el corazón le daba un vuelco cuando escuchó a su hermana pronunciar el nombre de Penny. No hacía ni una hora que acababan de acostarse juntos y aún no había asimilado del todo lo que había hecho.

-¿Qué pasa, Paul?-preguntó Chris mirándolo inquisitiva, como si hubiera adivinado que algo raro había sucedido.

-Nada.-se apresuró a contestar Paul.-Sí, se ha ido ya a casa.

-¿Y tú adónde has ido?

-¿Qué?

-Nada, que de dónde venías. Te hemos escuchado entrar en casa hace un rato, justo antes de que John se fuera…-aclaró la chica sentándose de nuevo en la silla.

Paul dudó durante unos segundos. ¿Mentir o contarle la verdad?

-He ido a acompañar a Penny a casa con el coche.-dijo al fin optando por ser sincero.-Llovía demasiado para que se fuera a pie…

-Ya. Está cayendo una que da miedo.-dijo ella despreocupada.

Paul la miró. La conocía demasiado bien como para saber que Christine simplemente estaba haciéndose la tonta pero que en realidad sabía que algo raro pasaba con él. El chico suplicó para sus adentros que no dedujera nada de lo que había pasado. Y es que, pese a que no había hecho nada malo, tampoco le apetecía que Chris descubriese el pastel tan pronto.

De repente, el ruido de la puerta al abrirse sobresaltó a los dos hermanos y unas risas infantiles irrumpieron de repente dentro de la casa. Paul y Chris se dedicaron una sonrisa nada más oyeron aquello.

-Parece que ya han llegado.-dijo Paul poniéndose en pie.

-Parece que sí.-sonrió Christine haciendo también lo mismo.-Ha llegado el terremoto.

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-¡Señorita Hall!

Mary se giró hacia el portero, que la miraba con expresión amable.

-Me acaban de traer otro paquete para usted.-se explicó el hombre blandiendo una caja ante ella.

La chica miró aquella caja con preocupación. Era estúpido dudar sobre su contenido.

-¿Quién ha traído eso?-preguntó seriamente.

El portero se la quedó mirando sin saber muy bien qué hacer, sorprendido por la reacción de la chica.

-Un chiquillo de no más de diez años, como las otras veces...-contestó el hombre.-Pero nunca es el mismo.

Mary se quedó unos instantes, cara al portero con la mirada aún fija en la caja.

-Charles… le agradecería que no volviera a recoger ningún paquete de ese tipo.-dijo finalmente con un hilillo de voz.

-¿Ocurre algo, señorita Hall?-se interesó el portero evidentemente preocupado por ella.

-No…-respondió la chica.-Pero no acepte más paquetes como ése, ¿de acuerdo?

-Entendido, como quiera.

-Gracias, Charles.-dijo ella esbozando una media sonrisa.-Ahora he de irme, tengo prisa.

-Adiós.

Mary le dedicó una última sonrisa al portero antes de salir de allí, pensativa, preocupada y asustada a la vez. Contando aquello, era la cuarta vez que le enviaban aquella caja con flores muertas y una nota. Sabía que la cosa no tenía por qué tener más importancia, seguramente se trataría de alguna fanática de The Beatles y que no era consciente de lo que estaba haciendo, pero aun así no podía evitar sentirse extremadamente angustiada. ¿Y si la remitente de aquello estaba más loca de lo que parecía? ¿Y si aquella “amenaza” iba realmente en serio?

La chica movió levemente la cabeza, como si con aquel gesto pudiera apartarse todos aquellos pensamientos de la mente. Sí, seguro que era una fan sin peores intenciones que hacerle pasar un mal rato. Una pobre chica obsesionada con Ringo, nada más.


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Gwen estaba sentada en una de las mesas del fondo de la cafetería. Era una mesa bastante apartada, lejos de miradas indiscretas y a la que te tenías que acercar expresamente para ver quién estaba en ella. Un sitio privilegiado, además, porque aparte se podían controlar desde ella el resto de mesas del local. No era casualidad que Gwen se hubiera sentado en ese sitio, siempre lo hacía cuando iba allí con las otras chicas. Y es que, desde que Mary era ya una figura “pública” no era raro que la reconocieran de cuando en cuando y por ese motivo siempre era mejor tomar aquel tipo de medidas si querían pasar un rato tranquilas al margen de las miradas o los cuchicheos de los que estaban a su alrededor.

-¿Vas a tomar algo?

La voz del camarero sorprendió a Gwen, que estaba perdida en sus propios pensamientos.

-Esperaré hasta que venga mi amiga, si no es problema.

-Como prefieras.-dijo el hombre dirigiéndole una sonrisa antes de irse.

La chica miró impaciente el reloj y soltó un bufido. Mary llevaba más de veinte minutos de retraso. Sólo esperaba que no le hubiera pasado nada. Para sus adentros, decidió esperar cinco minutos más antes de pedir un teléfono y llamar a su casa para ver qué le pasaba. Justo cuando estaba a punto de cumplirse aquel plazo, Gwen vio con alegría como Mary entraba en la cafetería y se dirigía hacia la mesa apresurada.

-Hola.-saludó sentándose a su lado.-Siento el retraso, de verdad.

Gwen la miró detenidamente. Parecía preocupada por algo, aunque no sabía por qué.

-¿Estás bien?

Mary se la quedó mirando con los ojos muy abiertos y esbozó una sonrisa que a Gwen se le antojó bastante falsa.

-Pues claro que estoy bien.-contestó finalmente.-¿Por qué lo preguntas?

-Te veía preocupada…

-No, qué va… Sólo es que vengo apresurada por el retraso y…

La chica interrumpió su frase cuando vio acercarse al camarero. Las dos pidieron un par de tés y esperaron a que el camarero les sirviera mientras hablaban de cosas banales.

-¿Y Chris no viene hoy?-preguntó Gwen.

-No, qué va. Es viernes. Estará con John y Julian.-respondió Mary.

-No sé si yo podría con eso…-masculló Gwen mirando hacia el infinito.-Imagínate. Con un niño y…

-Julian no es su hijo, Gwen.

-Lo sé, pero es hijo de John. Imagínate un novio con un hijo… Y más ellos, que ya los conocemos…-rió ella.-¿Te los imaginas cuidando del pobre niño?

-¡No seas bruta, Gwen!-le cortó Mary sin apenas poder aguantarse la risa.

-¿Qué? ¡Imagínatelos! ¡Seguro que ya le están enseñando palabrotas con tan sólo tres años!

-Mientras sólo sean palabrotas…-dijo Mary antes de empezar a reírse junto con Gwen hasta que paró casi en seco.

-¿Qué pasa?-preguntó Gwen al ver la extraña reacción de Mary.

-Es que… el té…-masculló Mary intentando disimular.

Pero de poco le sirvieron las falsas excusas sin terminar de su amiga porque justo en ese momento, Gwen entendió a la perfección por qué motivo Mary había parado de reír de repente.

-No creo que esa chiquilla con cara de… mira, ni lo digo… dure con George mucho tiempo.-oyó que decía una chica desde una mesa cercana.

-Seguro que está con ella por lástima.-decía otra.-Le habrá puesto los cuernos más veces…

-No me extraña, alguien como George Harrison no puede estar con ella…

Si le había quedado alguna duda hasta ese momento de que esas chicas se estaban refiriendo a ella, todo quedó confirmado cuando escuchó que decían el nombre completo de George. Aquello le cayó como un jarro de agua fría encima. Vale, sólo eran fans celosas y sabía de antemano que no iba a despertar demasiadas simpatías entre las chicas, pero oír como se la trataba con tal desprecio le afectó muchísimo más de lo que había creído.

-Gwen…

La chica miró a Mary con los ojos llorosos. No sabía ni qué decir ni qué hacer en aquellos momentos.

-Ni caso, sólo están rabiosas porque tú estás con él y ellas no.-continuó Mary en tono tranquilizador.

-Pero… me odian. Y dicen que George estará con otras y…

-Tonterías. George te quiere, ¿o no?

Gwen la miró antes de contestar y asintió lentamente.

-Pues pasa de esas estúpidas, ¿entendido?

-¿Tú también has pasado por todo esto?-quiso saber Gwen.

Mary lanzó un suspiro y le clavó la mirada.

-Hay cosas mucho peores que esto, Gwen.-dijo finalmente seriamente.

-¿Cosas peores cómo qué?

-Vamos a ver…-dijo la chica al cabo de unos segundos casi en un murmurllo.-Cuando he llegado me has preguntado qué me pasaba, ¿no? Te lo cuento, pero ni una palabra de esto a nadie y muchísimo menos a Rich, ¿vale?

-Claro que sí…-respondió Gwen mirándola con intriga.-No diré nada a nadie. Te escucho.

******************************************

John entró en su habitación. Estaba agotado. No había parado en todo el día entre el estudio y Julian y ahora, por fin, tocaba algo de relax.

-¿Ya se ha dormido?-preguntó Chris cuando lo vio aparecer levantando la vista del libro que estaba leyendo.

-Sí, por fin. Me ha costado bastante, la verdad...-sonrió él metiéndose a su lado en la cama antes de darle un dulce beso.- He estado a punto de venir aquí a por ti.

-¿Y eso?

-¿Y eso?-rió John.-Ya me contarás la versión adulterada que le contaste de Hansel y Gretel la semana pasada… Me ha hecho contarle el cuento y ha estado todo el rato diciéndome que así no era, que tú se lo contaste de otra manera.

Chris soltó una risita divertida.

-Bueno… No me acordaba exactamente de cómo era y… ya sabes, ante la falta de conocimientos, imaginación.-contestó ella finalmente.

-Pues espero que te acuerdes porque creo que le gustó más tu versión que la original…

-Es que se la adapté a sus gustos…

John se la quedó mirando detenidamente. La quería, muchísimo, pero había algo en toda aquella situación que le hacía sentir tremendamente mal…

-Johnny… ¿qué pasa?-preguntó ella cuando lo vio ponerse serio.

-Es que… Nada.

-John…

Él la miró de nuevo durante unos instantes antes de contestar.

-Mira… Tú tienes diecinueve años.

-Sí, y tú veinticinco… ¿y?-dijo Christine mirándolo con el ceño fruncido.

-Que eres muy jovencita.

-Y tú un viejo, ¿no te digo? Anda, John, di lo que tengas que decir.-insistió la chica empezando a impacientarse.

-Pequeña… Odio tener que verte así, como estás ahora.-dijo él al fin con sinceridad.

-¿Y me puedes explicar cómo estoy ahora?-preguntó ella contrariada.

-Yo con diecinueve y un viernes por la noche estaba pasándomelo en grande borracho perdido, no cuidando niños de tres años…

-¡John!

-¿Qué? ¡Es cierto! Te estás perdiendo un montón de cosas y es por mi culpa…

-Mira, John, escúchame bien porque no te voy a voy a repetir esto.-le cortó la chica bruscamente.-Vale, tengo diecinueve años, pero no quiero estar de fiesta borracha perdida yo sola. Quiero estar contigo y disfruto con Julian.

-Lo dices porque…-empezó a decir él sin acabarse de creer todo aquello.

-Porque es cierto.-terminó ella la frase.

Él la miró de nuevo. Sabía que estaba siendo totalmente sincera con él, pero aun así no podía dejar de sentirse mal por ver que Christine tuviera que cargar con una responsabilidad como ésa tan pronto. Vale, lo sabía, la responsabilidad que tenía alguien en su posición no era tanta como la de otros en su misma situación. Ellos podían viajar, salir o hacer prácticamente lo que les diera la gana sin preocuparse por Julian, para el que siempre podrían contratar una niñera.

-Me encantan los niños, lo sabes.-continúo Chris cuando vio que él no iba a decir nada.-Me lo paso genial con ellos y Julian no es menos. Le quiero mucho y para mí esto no es ninguna carga, créeme.

John sonrió a la vez que empezaba a relajarse. Lo único que temía era que Christine no pudiera ser feliz a su lado, que él y todo lo que le rodeaba pudieran llegar a suponerle más una pesada carga que otra cosa. No obstante, el tono con el que acababa de pronunciar aquello y la manera en que lo estaba mirando, le hicieron ver que quizás todos esos temores suyos no eran más que paranoias.

-Te quiero, preciosa. Te quiero.-susurró él agarrándola de la barbilla.-A veces pienso que no te merezco.

-Y yo a ti John. Te quiero muchísimo.


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Penny había estado intentando evitar a Chris desde hacía días, más concretamente desde que había pasado lo de Paul el viernes anterior. Pero cinco días después, Penny no pudo esconderse más de ella, menos cuando se presentó en su casa sin avisar todavía con los libros de la universidad debajo del brazo y había entrado en su apartamento como un huracán.

-Sé que no te tragas a John, pero eso no es excusa para que me evites.-le había dicho nada más le había abierto la puerta.-Por cierto, hola.

Al principio, Penny había estado a punto de explicarle que no la estaba evitando por John, pero después se lo pensó mejor. Quizás, si Chris pensaba que era por culpa de John, no sospecharía nada más y no llegaría a saber nunca lo que había pasado entre Paul y ella.

Después de darle un montón de excusas baratas, no le quedó más remedio que callar y aceptar que Christine la arrastrara a la calle para tomar una cerveza y charlar un rato.

-Acompáñame a casa a dejar esto.-dijo Chris enseñándole los libros que llevaba debajo del brazo.-Y después nos vamos a tomarnos esa cerveza.

-¿Y por qué no vas tú y después pasas a por mí?

-Porque sé que si hago eso cuando vuelva vas a tener alguna excusa preparada para no venir conmigo, así que lo siento mucho, me acompañas.-contestó la chica esbozando una sonrisilla burlona.-Tranquila, no creo que esté John.

Penny soltó un bufido. No era John quien le preocupaba, pero no le quedaba otra que ir con ella si no quería que Christine empezara a hacerle preguntas incómodas sobre por qué no quería ir.

-Está bien, vamos.

Subieron las dos al coche, un Mini que Penny supuso enseguida de quién era, y, en poco menos de diez minutos, llegaron a la puerta de la casa de Paul.

-Hola, cacho locas.-masculló Chris entre dientes desde dentro del coche mientras les dedicaba una sonrisilla falsa a las apple scruffs de la puerta, que la saludaban como si acabaran de ver a una vieja conocida.

Entraron en el patio delantero de la casa y las dos salieron del coche. Penny no pudo reprimir poner cara rara mientras Christine abría la puerta: la última vez que había pisado esa casa había acabado acostándose con Paul momentos después. Nada más abrir la puerta, un claro ruido de voces salió desde el interior.

-¿No me habías dicho que no habría nadie?-preguntó Penny algo molesta por aquello. Si había gente allí, aquello sólo podía significar que esa gente estaba con Paul.

-Yo no he dicho eso, te he dicho que creía que John no estaría.-contestó Christine.

Penny siguió a su amiga de mala gana hacia, precisamente, el salón, desde donde se escuchaban las voces.

-¡Mirad quién ha venido!-exclamó una chica nada más entró Christine en el salón mientras que Penny se quedaban discretamente fuera del comedor. Desde donde estaba, podía ver quiénes había allí, pero no ser vista si nadie se fijaba lo suficiente.

-¡Mary! ¡Joder!-dijo Chris al ver a los cuatro chicos allí junto con otras dos chicas.-¿Pero qué hacéis aquí? ¿Reunión?

-Conspiramos contra ti, enana.-dijo Paul.

-Pero nos has pillado.-continuó John esbozando una sonrisa.-Tu hermano nos ha invitado a tomar algo.

-Y como eso no es algo muy habitual en el tacaño de Paul, pues nos hemos apuntado todos enseguida.-bromeó George haciendo que los demás soltaran una risa.

-Bueno, supongo que no habrá inconveniente en que el TACAÑO de mi hermano invite también a una cerveza a mi acompañante.-dijo Chris haciendo que todos, ahora sí, se fijaran en Penny, que quería morirse de la vergüenza en aquel preciso instante:-Por cierto, a los que no la conozcáis, ésta es Penny.

Penny esbozó una sonrisa y articuló un escueto “encantada” a la vez que Chris le presentaba a Mary, a Ringo, a Gwen y a George. No obstante, y pese a que intentaba disimular todo lo que le era posible, no estaba atendiendo en absoluto a las presentaciones. No, su mirada, sin quererlo, se desvió hacia Paul y sintió como el corazón le daba un brinco al ver que él también la estaba mirando sin vergüenza ninguna.

Penny apartó rápidamente la mirada rezando para sus adentros para que nadie se hubiera dado cuenta de aquel gesto que sólo había durado unos pocos segundos pero que había sido asquerosamente significativo. Sí, definitivamente, aquella iba a ser una de las situaciones más incómodas que iba a pasar en toda su vida.



Hola gente! Qué hay? Aquí de nuevo yo con otro capi! Espero que os haya gustado y ya sabeis, lo de siempre, que muchas thanks por leer y, sobre todo, muchas thanks a las que os molestáis en comentar.
Un súperbeso! Os quiero, guap@s! :) 



3 comentarios:

  1. ........................................................................................................................ Como que ya todo se esta empezando a alinear aqui , Julian ya comparte tiempo con John cosa que me parece perfecto , Mary y Gwen vuelvo a decir , ahorita se acostumbran de fijo y si las otras no lo hacen pues mal por ellas porque George , Paul , Ringo y John no pueden partirse en mil pedazos para estar con todas a la vez y luego lo ultimo , pobre Penny la verdad que si con ese monton de locos que ahora conoce y con los que va a tener que compartir sin ignorar las miraditas que le echa McCartney ¬¬ miraditas de me la "quiero comer" de fijo porque de otras cosas no creo JUM , me encanto el capitulo mi querida Cris como siempre te digo......... PUBLICA RAPIDO POR FAVOR XD naaaaa no me creas , cuando tengas tiempo publicas que de por si yo espero lo que sea necesario ;).

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  2. Yo si te digo PUBLICA RAPIDO POR FAVOR jajajajaj
    Grrrrrr.....grrrrr.....muerte muerte muerte quiero sangre! sangre de fans locas y desquiciadas y fuera de sus cabales y con las facultades mentales alteradas! LAS VOY A MATAR A TODAS!
    bueno, despues de estas declaraciones homicidas, digo que este capitulo me gusto mucho porque al fin algunas cosas en la vida de Chris se estan acomodando, cuando los otros estan bien, ella tiene un despelote, y cuando los otros estan llenos de problemas, ella tiene la vida bien jajaja. Que suerte que Julian se lleva bien con ella, me dio ganas de escuhar la version de Hansel y Gretel jajaj
    Y (ya te lo dje pero no importa) al fin Penny conocio a todos! jejjejeje
    Me muero de intriga por saber que pasará ahora con ella
    beeeeesoooosss!!!!



    p/d: rompamos todo
    no sé a que viene eso, pero tenia ganas de decirlo

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  3. Aquí comentando un poco tarde jejeje pero ya sabes que siempre me leo tus capis!!! me encanta!!

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