viernes, 10 de agosto de 2012

Capítulo 55: Besos


Aquello era fantástico. Estar allí, en aquella mansión de Beverly Hills, sin otra cosa más urgente que hacer que tomar el sol frente a la piscina y disfrutar de sus dos días libres junto con los demás, era uno de los mejores regalos que le podían haber hecho a Mary para celebrar que sí, que iba a casarse con Ringo. Al principio, cuando les habían dicho a los demás lo de la boda, nadie les había creído y, además, se lo habían tomado a risa. No obstante, cuando habían entendido que la cosa iba completamente en serio, la alegría se había apoderado de sus amigos. Felicitaciones, bromas… Lo cierto era que todos parecían encantados con la inminente boda para la cual aún no tenían fecha ni nada planeado. Incluso su madre parecía haberse sumado de manera voluntaria a aquella alegría generalizada. En un primer momento, Mary había temido muchísimo la reacción de la mujer, que ya se había enfadado muchísimo con ella cuando antes de la gira le había dicho que a partir de septiembre tenía la intención de irse a vivir con su novio. No obstante, cuando le dijo por teléfono lo de la boda, la madre de Mary había parecido tomarse la noticia hasta con cierto alivio e incluso se había mostrado entusiasmada con la idea de que su hija fuera a casarse en breve. Y aquello, sin duda, hacía sentir a Mary inmensamente bien.

-¿Sabéis que estaría de puta madre en estos momentos?-preguntó de repente Chris desde su tumbona rompiendo el plácido silencio en el que habían estado envueltas con su brusquedad habitual.

-Sorpréndeme, McCartney.-le contestó Mary esbozando una media sonrisa.

-Una fiesta.-contestó su amiga con contundencia.-Una fiesta de escándalo para aprovechar estos dos días de vacaciones y celebrar que tú te casas. ¿Qué os parece?

-A mí una fantástica idea.-respondió Gwen dándose la vuelta para que el sol le tomara en la espalda.-Sería fantástico. Una fiesta aquí, en esta casa… Lo pasaríamos bien.

-Tonterías.-cortó Penny de repente mientras se incorporaba levemente de su tumbona y miraba a las otras tres con cara de pocos amigos.-¿Una fiesta? ¿Y quién se supone que va a venir? ¿Nosotros ocho, Brian, Mal y Neil? Anda ya… Si nos estamos viendo las caras toda la puñetera gira…

-No seas así, Penny.-le dijo Chris sin perder la sonrisa.-Los chicos conocen aquí a un montón de personas que a su vez podrían invitar a un montón de amigos suyos. Seguro que esto se llena de gente nueva e interesante sin ni siquiera esforzarse lo más mínimo. Además, nos podría venir bien para conocer a las amistades que los tíos estos con los que estamos tienen por aquí California, ¿no?

-Chris tiene razón.-añadió Mary, a la que la idea le estaba gustando de verdad.-Puede que sea la oportunidad perfecta para conocer a toda esa gente de la que hablan tanto…

-Y te olvidas de que tenemos que celebrar también la noticia de que te casas…-dijo Gwen sonriendo.

-Da igual todo eso.-masculló Penny de mala gana.-Yo, de todas maneras, no tengo el cuerpo para fiestas.

-¿Aún sigues enfadada con Paul?-quiso saber Gwen, curiosa.

-Creo que eso es obvio, ¿no?-contestó Penny.-Me estropeó con sus malditos celos lo que hubiera podido ser uno de los encuentros más importantes de toda mi vida, el encuentro con Bob Dylan, mi ídolo, nada más ni nada menos.

-Bueno, pues si es así, razón de más para celebrar una fiesta.-sonrió Chris.-Así aprovechas, te entretienes un rato y te olvidas del imbécil de mi hermano por unas horas…

-Sí, claro…

-Siempre es bueno divertirse, Penny.-añadió Mary.-¿Qué? ¿Cuándo hacemos esa fiesta?

-Sólo tenemos dos días libres y hoy es todo demasiado precipitado.-contestó Chris.-Así que creo que no nos queda otra que hacerla mañana…

-O sea, que les decimos a los chicos que inviten a la gente que quieran para mañana por la noche, ¿no? Y tendremos que comprar cosas y…

-Haced lo que queráis.-les interrumpió Penny poniéndose en pie de repente y empezando a caminar en dirección a la casa.-Yo me voy adentro a escuchar un poco de música.

Gwen, Chris y ella se quedaron observándola en silencio mientras se alejaba de allí.

-Creo que se ha enfadado…-dijo Gwen cuando la chica entró en el interior de la casa.

-No, no creo.-contestó Chris.-Sólo es que está cabreada por culpa del idiota de mi hermano, pero continúo creyendo que esta fiesta le vendrá de perlas para despejarse.

-Y yo también.-añadió Mary.-Ya verás como es la que más se divierte mañana.

-Eso ya no lo sé.-respondió Gwen sonriendo.-¡Porque yo también estoy dispuesta a pasarlo genial!

-¡Así se habla, Montrose!-río Chris.-¡Preparad el cuerpo porque mañana por la noche tendremos el mayor fiestón que se ha organizado en California en mucho tiempo!

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-Venga, gusano, joder...-se quejó Christine mientras se dejaba caer pesadamente sobre el sofá al lado de John.-No seas amargado, hazme el favor...

-No soy amargado.-le contestó él con contundencia.-Simplemente he dicho que no me apetece lo de la fiesta ahora. Si a expresar mi opinión le llamas ser amargado...

-Pero todos quieren...-insistió la chica poniendo su mejor cara de niña inocente.-¿En serio que no te apetece?

-Déjalo, pequeña...-intervino John esbozando una sonrisilla malévola.-Si Don Amargado no quiere fiestas, que se encierre en su habitación mientras nosotros lo pasamos bien. Al fin y al cabo, a todos nos parece bien la idea menos a él.

-Bueno...y a Penny.-soltó de repente Gwen de manera inocente haciendo que George no pudiera reprimir una risita por lo bajo al ver la sinceridad de su novia.

-Pero Penny no está aquí.-contestó Chris divertida.-Así que sintiéndolo mucho, su voto no cuenta.

-Y aunque contara continuaríamos siendo más los que queremos esa fiesta.-añadió John.

-Gracias por pasar de mis opiniones, cabrones.-le replicó Paul dedicándole una mirada de odio a su hermana y a John-Y de las de Penny.

-Olvidas que estamos en una democracia, Macca.-respondió John sin perder la sonrisa.-La mayoría gana.

-Cuando discutáis vosotros ya me encargaré yo de organizar fiestecillas, a ver si os hace mucha gracia.-masculló Paul poniéndose en pie.

-Christie y yo no discutimos nunca, Paul.-rió John.

-¿Tengo que reírme con el chiste?-le replicó en tono sarcástico.-Anda, organizad fiestas. Yo, como soy un amargado, mejor me largo a la piscina, no vaya a ser que os joda vuestros espectaculares planes.

-Pero no te enfades, gusano.-rió Chris.

Paul se limitó a soltar un gruñido ininteligible por toda respuesta y salió de allí sin más ante las miradas divertidas de todos los allí presentes.

-Vaya...-dijo Mary cuando Paul se hubo ido de allí.-Penny está exactamente igual que él... Ya se podrían perdonar, ya...

-Sí, ya es hora o nos acabarán por contagiar a todos su mala leche.-añadió Chris soltando un suspiro.

-De todos modos, me juego la mano a que Paul no se encierra en su habitación mañana a la hora de la fiesta.-rió George.

-Y a que es el que mayor borrachera o colocón o lo que sea pilla de todos los presentes.-añadió Ringo con diversión.

-Y seguramente Penny también haga lo mismo.-recalcó Gwen divertida.

-Sea como sea...-añadió John.-Creo que es hora de despegar el culo de la silla y de empezar a llamar a la gente. ¡Tenemos una celebración pendiente!

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Penny estaba tumbada al sol intentando relajarse. No obstante, aquello se le antojaba imposible en aquellos momentos. Y es que, acababan de traer a la casa las bebidas y la comida para la famosa fiesta que se iba a celebrar esa noche y a la que al parecer iba a asistir un montón de gente.

Cerró los ojos mientras soltaba un bufido de fastidio, como si con aquel gesto pudiera mitigar todo el jaleo que había a pocos metros de distancia de ella. Pero no. Así, con los ojos cerrados, aún parecía que el ruido fuera mayor, así que los volvió a abrir y miró en dirección a la casa. John y Chris acababan de salir al jardín con un par de cajas, acompañados de Neil, que parloteaba sin parar algo que desde allí ella no era capaz de entender mientras los otros dos reían sin parar como dos niños pequeños. En el interior de la casa, también parecía que hubiera actividad. De hecho, desde allí podía ver a Gwen, ajetreada con las bebidas, en el salón.

Penny se incorporó levemente de su tumbona. ¿Qué debía hacer en aquellos momentos? En el fondo, todos tenían razón cuando decían que aquella fiesta le iba a venir bien para despejarse y, además, el hecho de que Paul estuviera también molesto con aquello, también influía. ¿Por qué no? Podría divertirse, desconectar y pasar un rato agradable sin necesidad de verle la cara de enfado a Paul. Así que, sin pensárselo dos veces, se puso en pie de un salto y empezó a caminar decidida en dirección a la casa.

-¿Te ayudo en algo?-dijo cuando entró en el salón.

Gwen, que estaba en aquellos momentos sacando un par de botellas de Martini de las cajas, levantó la vista sin poder evitar sonreír cuando reconoció la voz de Penny.

-Me alegro de verte aquí.-contestó.

-¡Vaya!-gritó Chris, que en aquellos momentos acababa de entrar allí también, casi detrás de ella.-¡Ha llegado la hija pródiga!

-Ya me había hartado de oír el jaleo que estáis montando con todo esto desde el jardín.-contestó Penny articulando una mueca.-Y al entender que no me podría librar de esta maldita fiesta vuestra me he dicho eso de que “si no puedes contra el enemigo, únete a él”.

-No te quejes tanto, mujer...-rió Chris.-En realidad te mueres de ganas por que venga ya esta noche y pasarlo como nunca.

-No digas sandeces, Christine.-le cortó Penny.-Vamos a ver... ¿os ayudo en algo o vuelvo a tumbarme al sol?

Tanto Gwen como Chris soltaron una risita ante la contestación airada de su amiga.

-Si quieres puedes ayudarme con estas botellas de aquí.-le dijo Gwen finalmente señalando hacia las cajas que hasta hacía pocos minutos había estado manoseando.

-O si lo prefieres puedes venirte con John y conmigo a arreglar cosas en el jardín.-le dijo Chris sonriendo malévolamente.

Penny le dedicó una mirada de odio. Sabía que su amiga se lo estaba diciendo a propósito para picarla, pero aún así no podía dejar de sentirse molesta por el tonillo irónico de Chris. Definitivamente, se le estaban pegando demasiadas cosas de Lennon y aquello no le gustaba en absoluto...

-Mejor me quedo con Gwen, gracias.-le contestó usando el mismo tono sarcástico que acababa de emplear ella.

Por toda respuesta, Chris se limitó a sacarle la lengua en una mueca burlona mientras agarraba unas tijeras que había sobre la mesa y volvía a salir del salón en dirección al jardín.

-¿Tanta gente va a venir hoy a la fiesta?-preguntó Penny al cabo de unos minutos de silencio entre Gwen y ella.

-Sí.-contestó la chica entusiasmada.-Eso dicen los chicos. Creo que vienen los de Los Byrds, los Beach Boys, actores, actrices, artistas...

-O sea, que ni cabremos aquí dentro.-contestó Penny esbozando una sonrisilla.

-Bah, seguro que sí.-contestó Gwen sin perder el entusiasmo.-Lo mejor será que nos divertiremos como nunca y que conoceremos a un montón de gente interesante, ¿no es fantástico?

-Sí...-masculló Penny mientras colocaba otra botella en el sitio.-Fantástico...

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Hacía poco menos de una hora que la casa había empezado a llenarse de gente y Christine no se podía creer nada de aquello. Vale, estaba acostumbrada dentro de lo que cabía a codearse con gente conocida, con gente famosa, pero aquello superaba todas sus expectativas. En aquellos momentos estaba empezando a considerar que Gwen había tenido motivos para emocionarse tanto. Y es que allí estaba reunida la flor y nata del panorama cultural de Estados Unidos, sobre todo compuesto por actores y músicos.

Pese a que en un principio se había sentido incomodísima entre toda aquella gente y se había limitado a ir pegada a John mientras él la presentaba, pronto se le habían pasado las vergüenzas y había empezado a sentirse como pez en el agua. Al fin y al cabo, toda aquella gente no era tan diferente a ellos y compartían muchísimas más cosas de las que parecía.

Después de darle una última calada a su cigarrillo y pisar la colilla con el tacón de su zapato, la chica comprobó que se le había acabado el ron que hacía un rato le había traído John.

-Voy a por una copa.-les dijo a John y a Peter Fonda, con los que había estado hasta aquel momento.-¿Os apetece algo?

-No.-contestó Peter sonriente.-Creo que dentro de un rato pasaré a...

Chris sonrió junto con John al entender a lo que se refería: el LSD, con el que quizás todos acabaran colocados aquella noche.

-¿Y tú?-le preguntó a John.

-No hace falta.-le sonrió él.-Ahora iré yo allí a por algo.

Chris le devolvió la sonrisa y se encaminó hacia la barra, sorteando a la cantidad de gente que había allí. Cuando por fin consiguió llegar, ella misma agarró un vaso limpio y se sirvió otro ron con cola muy cargado. Le dio un sorbo y sonrió. Estaba muy fuerte, pero buenísimo. A aquel paso iba a acabar la noche borracha perdida...

Miró a su alrededor, inspeccionándolo todo bien. John seguía con Peter; Gwen estaba con George hablando con Bruce, de los Beach Boys; y Mary y Ringo apenas podían distinguirse entre la marabunta de gente que se apelotonaba a su alrededor para seguramente felicitarles por lo de la boda. Todos parecían estar encantados con aquello, así que Chris decidió volver con John y Peter, aunque supiera a ciencia cierta que largarse con ellos suponía ir a ponerse de LSD hasta las cejas, una cosa que había dejado de importarle hacía mucho tiempo. Lo cierto era que incluso le resultaba hasta agradable: jamás había tenido un mal viaje y todas sus experiencias con ácido, aunque no habían sido muchas, habían sido alucinantes... ¿Qué había de malo en ello?

Estaba a punto de llegar adonde estaban ellos cuando la vio. Allí, a pocos metros de ella y sentada en uno de los sillones que habían sacado al jardín, con cara de pocos amigos y más sola que la una, estaba Penny. Chris le lanzó una mirada furtiva. Parecía aburrida y tremendamente molesta con todo aquello. Después, volvió a mirar al frente, a John y a Peter. Los dos parecían inmersos en su conversación y parecían estar de lo más entretenidos, así que quizás lo mejor sería ir a rescatar a Penny de su aburrimiento. De todas maneras, a ella también le apetecía cambiar un poco de aires.

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-Hola. ¿Estás en una fiesta o en un velatorio?

Penny levantó la cabeza cuando reconoció la voz de Chris y esbozó una media sonrisa.

-Ésta es la fiesta más aburrida en la que he estado en toda mi vida.-contestó.

Chris soltó una risita y se sentó a su lado.

-¡Qué va!-dijo.-En realidad está genial. Lo que pasa es que tú no estás demasiado motivada por lo que veo... ¿Te apetece que fumemos un poco?

Penny le dedicó una mirada suspicaz antes de contestar.

-No tengo hierba aquí.-contestó entendiendo a la perfección que su amiga no se estaba refiriendo a fumar tabaco.

-Yo sí.-le respondió Chris sonriente mientras se sacaba de su bolso una bolsita con unos cuantos porros ya liados.

-Joder, tía, qué nivel...-rió Penny mientras agarraba el porro que Chris le estaba tendiendo.-¡Liados y todo!

-Por supuesto que sí.-sonrió Chris.-Son de las reservas de los chicos. De esos que meten en las cajetillas de tabaco como si fueran cigarrillos normales.

-¿Hacen eso?-preguntó Penny extrañada. Lo cierto era que le chocaba aquella noticia. Paul ni siquiera se lo había comentado.

-Claro.-le contestó Chris dándole fuego.-Mal y Neil se pasan liando porros no sé cuántos días antes de cada gira y metiéndolos en cajetillas de tabaco para que puedan pasar por los controles de los aeropuertos sin problemas.

-Y yo que pensaba que los liaba Paul...-masculló ella mientras intentaba reprimir una mueca de fastidio. Hasta ese momento había pensado que les proporcionaban la hierba en cada uno de los lugares a los que iban y no que la llevaban con ellos de viaje desde el primer día.

-¿Qué te pasa?-le preguntó Chris, quien evidentemente se había percatado de la cara que había puesto.

Penny no contestó, simplemente se limitó a negar con la cabeza para indicarle a Chris que no pasaba nada. Pero sí que pasaba. Vale, aquello era una tontería... Pero... ¿cuántos detalles más de la vida de Paul aún no conocía? ¿Qué otras cosas le había estado ocultando hasta ese momento?

-Está buena esta hierba, ¿eh?-comentó Chris en un evidente intento por sacarla de sus pensamientos.

Penny la miró y sonrió. No quería, ni muchísimo menos, hacerla sentir incómoda. Es más, lo único que pretendía en aquellos momentos era disfrutar de la fiesta y la única manera con la que podía conseguir eso era olvidándose por completo de Paul y no pensar nada más en él en todo lo que quedaba de noche.

-Buenísima.-respondió.-Tan buena que creo que nos tendremos que fumar todo lo que llevas en esa bolsa...

Chris soltó una risotada.

-Pues vamos a ello, Penelope, vamos a ello.

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Después de la enésima copa de ron y del tercer porro de la noche, Christine ya lo veía todo un poco turbio y tenía una de sus típicas borracheras en las que le daba por decir tonterías y reírse. No obstante, pese al colocón, aún controlaba bastante lo que decía y lo que hacía y, sobre todo, lo que hacían los demás.

-Mira a esa furcia de allí.-masculló Penny mientras señalaba con la cabeza a una chica de unos treinta y pocos años que estaba a pocos metros de ellas y que en aquellos momentos tonteaba por lo menos con tres tíos a la vez.-Se cree que por ir vestida con ropa de diseñador todos los tíos se la van a querer tirar...

-No sé si todos, pero esos tres con los que está hablando, sí.-rió Chris.-Joder, con tres... Qué agobio... ¿Te imaginas?

-¡No seas asquerosa!-rió Penny.-Con uno ya está bien.

Pero Chris no le contestó a su amiga. En aquellos momentos, su mirada se había desviado hacia la improvisada barra, en la que el hasta el momento desaparecido Paul y John, estaban hablando demasiado animadamente con una chica rubia y, para qué negarlo, muy, muy guapa. Justo en aquellos momentos, la rubia se acercó un poco más a John y, pese a que él no hizo el menor ademán por acercarse a ella, Chris sintió como una oleada irracional de celos se apoderaba de ella. Aquella chica era demasiado bonita, mucho más que ella y, para colmo, del tipo que le gustaban a John.

-Para furcia la que hay en la barra con NUESTROS novios.-dijo de repente poniéndose en pie.-Vamos.

Penny le dedicó una mirada contrariada antes de mirar hacia donde estaban Paul, John y la chica rubia.

-No voy a ir a ningún sitio, Chris.-contestó al cabo de unos instantes con parsimonia.

Chris la miró, como si no hubiera escuchado bien la respuesta.

-¿Cómo dices?

-Pues que no voy a ir allí a montar una escenita de celos.-le replicó.-Ellos ya son lo suficientemente mayores y responsables, creo yo. Además, no voy a hacer lo mismo que hizo tu hermano conmigo en el encuentro con Bob. Paso de comportarme como una imbécil.

-Tú haz lo que quieras.-masculló Chris  seriamente.-Pero yo me voy con John, no a montar una escenita de celos, sino a estar con MI novio.

-Lo que tú digas...-rió Penny.

Dejándose allí a su amiga, Chris se giró y se dirigió hacia la barra con una sonrisilla falsa pintada en los labios.

-Hola, monstruo.-saludó a John mientras lo abrazaba por detrás y le daba un beso en la espalda.

-Hola, pequeña.-le devolvió el saludo John a la vez que se giraba hacia ella y le dedicaba una mirada divertida.-¿Y esos ojitos tan rojos? ¿Alguien ha estado fumando sin mí?

Chris sólo soltó una risita y se pegó más a él mientras le dedicaba una mirada asesina a la rubia y a Paul.

-Mira, Christie...-le dijo John.-Te presento a Peggy Lipton. Es actriz, ¿sabes?

-Hola Peggy.-la saludó la chica sin poder disimular su hostilidad.-Yo soy Chris.

-Sí, había oído hablar de ti.-le contestó Peggy.-Encantada.

-Lo mismo digo.

Las dos quedaron así, en silencio, mirándose durante unos segundos, hasta que Peggy definitivamente le apartó la mirada y se volvió para decirle algo a Paul.

-Pensé que estarías con Peter.-le susurró Chris a John casi al oído aprovechando el despiste de la rubia.

-He estado a punto... Pero no quería ponerme de ácido sin ti. Además, en ese momento he visto a Paul solo por ahí.-le contestó él.-¿Dónde estabas?

-Con Penny. Y la verdad es que te he echado de menos...-dijo con una sonrisa juguetona pintada en la cara.-¿Por qué no me acompañas arriba un momento?

John sonrió.

-¿Y por qué te tengo que acompañar arriba si puede saberse?-preguntó él devolviéndole la mirada traviesa.

-Digamos que me duelen los pies.

-Quizás podríamos continuar la fiesta arriba. No es necesario que lleves esos horrorosos tacones si no quieres.-le sonrió John antes de darle un suave beso en los labios.

-¿Es que no te gustan mis zapatos?-le preguntó ella divertida.

-A decir verdad no me gusta nada de lo que llevas puesto encima.-le susurró John al oído.-Creo que te lo tendré que quitar.

La chica soltó una risita excitada antes de que él le diera un leve mordisco en la oreja y la agarrara de la mano para largarse de allí sin ni siquiera despedirse de Paul ni de Peggy. Lo cierto era que su estrategia para quitarle a la rubia de encima había funcionado a la perfección. Y tanto que había funcionado...

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Penny se recostó en su sillón a la vez que le daba el último sorbo a su vaso de gintonic. Eran ya más de las cinco de la madrugada y todos los invitados a la fiesta ya se habían ido. Sólo quedaba ella, allí, en el jardín, colocada y muy borracha y sin ganas de subir de nuevo a su habitación para encontrarse con un Paul que ya estaría allí y con el que todavía seguía enfadada.

Una ráfaga de viento fresco de la madrugada le vino de repente y Penny sintió como un leve escalofrío le recorría el cuerpo. No tenía ninguna chaqueta ni nada con lo que cubrirse e iba demasiado fresca como para quedarse en el jardín. De mala gana, la chica se puso en pie y encaminó sus pasos hacia el interior de la casa, dispuesta a quedarse en uno de los sillones del salón mientras se le pasaba la borrachera y veía amanecer desde la ventana. Con mucho cuidado, abrió la puerta que daba acceso del jardín al salón y entró sin hacer casi ruido. No obstante, cuando abrió se dio cuenta de que no estaba sola. Allí, tumbados sobre uno de los sofás, estaban George y Gwen comiéndose a besos, como si la vida les fuera en ello. Penny les dedicó una mirada furibunda: con aquellos dos allí a punto de hacerse el amor le era imposible quedarse en el salón. Salió de allí sin que ni George ni Gwen se percataran ni siquiera de que había entrado y se encaminó hacia las escaleras, maldiciendo para sus adentros porque no le quedaba otra que meterse en su habitación, la última cosa que le apetecía en el mundo.

Y entonces, cuando estaba a punto de subir el primer peldaño, lo escuchó. Allí, no muy lejos de ella, había una pareja evidentemente haciendo lo mismo que estaban haciendo George y Gwen en el salón. Seguramente, pensó, serían Ringo y Mary, que habían sido de los últimos en retirarse de la fiesta. Hubiera podido continuar escaleras arriba sin ningún problema y dejar a la pareja feliz con su sesión de besos. No obstante, quizás por el exceso de marihuana y alcohol, una curiosidad morbosa se adueñó de ella y no pudo evitar volver la cabeza en la dirección desde la que provenían los besos. Lo primero de lo que se percató cuando vio la cabellera rubia de la chica era de que no eran Ringo y Mary tal y como había creído en un primer momento. Seguramente serían dos de los invitados a la fiesta, pero... ¿quiénes? Desde allí sólo la podía ver a ella y a su melena. Él, por su parte, quedaba oculto entre las penumbras de la estancia y era imposible adivinar su identidad.

Sin poder evitarlo, Penny avanzó un par de pasos, silenciosa, hacia allí. Y entonces, cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, lo vio. No. Él no era ningún invitado a la fiesta. Él era uno de los anfitriones de la fiesta y era, ni más ni menos, que Paul, que en aquellos momentos besaba con una pasión inusitada a la rubia que había estado charlando con él en la barra horas antes. Los dos, tanto él como ella, tenían los ojos cerrados, sumidos en aquel intenso beso que parecía no tener fin, mientras él la agarraba de la cintura con una dulzura que Penny jamás le había conocido.

Sintiendo como la sangre se le helaba en las venas, incapaz de reaccionar o de decir nada, Penny se quedó mirando aquella horrible escena durante unos segundos que le parecieron siglos. No paraban. Continuaban besándose sin cesar, delante de ella. Y entonces, como si de repente alguien le hubiera dado un enorme bofetón para que reaccionara, Penny se giró y se encaminó igual de silenciosa como había llegado hacia las escaleras mientras intentaba a toda costa no estallar en un mar de lágrimas allí mismo.

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Paul estaba inmerso en aquel beso interminable cuando de repente unos pasos por las escaleras, le llamaron la atención. El chico abrió los ojos y miró hacia allí mientras interrumpía su beso con Peggy de una manera casi brusca. Y entonces la vio. Allí, subiendo las escaleras, estaba Penny.

Casi en el acto, Paul tomó conciencia de lo que acababa de hacer: se había liado con una tía estando su novia en la misma casa. Maldiciendo para sus adentros y rezando para que Penny no le hubiera visto, Paul apartó suavemente a Peggy de él.

-¿Qué pasa?-rezongó la chica mientras besuqueaba su cuello.

-Lo siento, muñeca.-le dijo él esbozando una media sonrisa en un vano intento por disimular su preocupación.-Pero creo que debemos de dejarlo aquí.

Peggy se lo quedó mirando contrariada a la vez que Paul se separaba definitivamente de ella.

-¿He hecho algo...?-empezó a preguntar la chica.

-No, tranquila.-le contestó él.-No es cosa tuya. Olvida esto, ¿quieres? Creo que será mejor que te vayas a casa.

-Entiendo.-contestó ella secamente mirándolo de arriba a abajo.-¿Acaso no soy lo suficientemente buena para ti?

-Vete a casa, Peggy, en serio.-le contestó Paul en tono suplicante mientras se alejaba de allí.

Sin importarle que Peggy saliera o no de la casa, Paul subió las escaleras sintiendo como el corazón le latía a mil por hora. ¿Qué debía hacer? A fin de cuentas no estaba seguro de que Penny le hubiera visto, así que lo mejor sería subir y hacer como si nada, aunque después de aquel susto, aquello le resultara extremadamente complicado.

Llegó ante su habitación. Estaba cerrada. Con la mano temblorosa, acarició el pomo de la puerta levemente antes de abrirlo. Otra vez las dudas le asaltaron. Quizás Penny sí que le había visto. Quizás debería entrar pidiendo disculpas directamente, mostrándose completamente arrepentido por lo que había hecho. Pero no. Si no les había visto lo único que haría sería empeorar las cosas, así que lo mejor sería ceñirse a su plan inicial.

Abrió la puerta sin pensárselo más veces y asomó tímidamente la cabeza en la habitación para encontrarse con la dura mirada de Penny, que estaba sentada sobre la cama con cara de estar realmente enfadada.

-Buenas noches.-saludó él entrando en la habitación y cerrando la puerta tras de sí.-Pensé que ya dormías.

-Eso es evidente.-le espetó ella secamente.

Paul tragó saliva antes de continuar.

-¿Por qué es evidente?-preguntó él esbozando una sonrisa inocente.

Penny le dedicó una mirada de odio antes de contestar.

-Porque supongo que si hubieras supuesto que estaba despierta no hubieras estado dándote el lote con esa rubia en el pasillo, ¿o quizás sí?

Paul se quedó mirándola, sintiendo como la sangre se le helaba en las venas. Sí, Penny les había visto. Había metido la pata hasta el fondo.

-Penny... Yo no...-empezó a tartamudear él.

-¡No te atrevas a negármelo, maldito hijo de puta!-gritó ella de repente, furiosa y poniéndose en pie de un salto.-¡Te he visto! ¡Os he visto!

-Joder, Penny... Mira...-balbuceó él.-No es lo que parece, yo no... Peggy yo no...

-¡¿Qué?! –gritó ella completamente fuera de sí.-¡¿Cómo que no es lo que parece, cabronazo de mierda?! ¡Sólo faltaba que te la follaras ahí mismo!

-Penny, Penny...-le dijo él acercándose unos pasos a ellas en un vano intento por tranquilizarla.-Creo que estás sacando las cosas de quicio y...

-¡No estoy sacando las cosas de quicio!-le gritó ella sin poder ya contener las lágrimas por un segundo más.-¡Sé lo que he visto! ¡Lo sé, joder!

-Pero sólo escúchame, por favor...

Casi en un acto reflejo, Penny alargó su mano hacia la mesita de noche de la habitación y agarró con fuerza el teléfono, tanto que arranco los cables que lo conectaban a la pared.

-¡Cállate, bastardo mentiroso!-gritó histérica mientras le lanzaba el teléfono con furia.

Paul esquivó el teléfono, que iba directo a su cabeza, en el último momento, provocando que el aparato se estrellara contra la pared de la habitación con un inmenso estruendo.

-Pero...-masculló él contrariado mirándola, como si no la conociera.-¿Estás loca? ¡Podrías haberme matado!

-¡Y ojalá lo hubiera hecho!-le gritó ella pasando por su lado y saliendo de la habitación furiosa.

-¡¿Adónde te crees que vas?!-le gritó Paul saliendo detrás de ella.

-¡Lo más lejos posible de ti!-le contestó Penny bajando por las escaleras.

Paul se quedó mirando como un idiota como Penny bajaba las escaleras y salía de la casa cerrando tras de ella con un fuerte portazo. Aún no podía creerse lo que acababa de pasar. Aún no podía creerse que lo acabara de tirar todo por la borda de esa manera.

-Paul...

La voz de su hermana por detrás hizo que se volviera. Allí, detrás de él, estaba no sólo ella sino también John, Mary, Ringo, Brian, Mal y Neil. Evidentemente los habían despertado a todos. Aquello era, simple y llanamente, bochornoso.

-¿Qué ha pasado?-preguntó Chris acercándose hacia él con expresión preocupada.

-La he cagado...-susurró él con un hilillo de voz.

-¿Qué...?

-Me ha visto besando a otra.

-¡¿QUÉ?!-gritó su hermana.

Paul levantó la mirada y se encontró con una Christine que la miraba con cara de odio.

-¡No ha significado nada!-exclamó él a la desesperada.-¡Por favor, ve a buscarla y dile que vuelva, que deje que le explique que...!

-¿Que le expliques el qué, gilipollas?-le cortó su hermana con dureza.-Sí, la has cagado y bien cagada. No esperes que ahora yo vaya a recoger la mierda que has dejado. Si se ha ido tiene sus razones.

-Chris...

-Vete a tomar por saco, Paul.-le cortó su hermana dándose media vuelta y alejándose de él.

Paul les dedicó una mirada suplicante a los demás. Mary lo miraba con dureza y los demás simplemente parecían sorprendidos e incrédulos. Era obvio que jamás se esperaban que lo pillaran tan así a la ligera.

Y allí, viendo como lo miraban, Paul se sintió, por primera vez en toda su vida, como la escoria humana más grande que había sobre la faz de la tierra.

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Después de caminar durante horas sin rumbo fijo por las calles de Beverly Hills, cuando el sol de la mañana ya estaba bien alto y todo empezaba a llenarse de gente, Penny se encaminó de nuevo hacia la casa con una decisión tomada. Aún no sabía cómo, pero se iría de allí en el primer vuelo que saliera hacia Londres. No quería seguir estando ni un segundo más con Paul, el simple hecho de visualizarlo en su mente ya le resultaba molesto, así que aquello, sin lugar a dudas, era lo mejor que podía hacer.

Cuando llegó a la puerta de la casa, miró su reloj de pulsera. Eran más de las doce del mediodía y sabía que ellos ya estarían haciendo sus pruebas de sonido para el concierto de esa noche, por lo que no tenía peligro de cruzarse con él. Lo único que la asustaba un poco eran las chicas,  aunque también cabía la posibilidad de que ellas se hubieran ido con ellos.

Entró en casa sin hacer ruido y se quedó plantada en medio del hall, escuchando, intentando adivinar si había alguien o no allí.

-¿Penny?

La voz de Mary por detrás la sobresaltó.

-Hola...-saludó ella tímidamente.-No sabía que estabais en casa.

-Ellos han salido a la prueba de sonido.-le contestó la chica.-Nosotras estamos aquí.

-¿Todas?-preguntó Penny, intentando evitar preguntar directamente si estaba Chris en casa. Y es que, de todas ellas, la que más le asustaba era Christine. Al fin y al cabo, era la hermana de Paul y estaba claro de qué parte iba a estar.

-Todas.-contestó Mary extrañada ante aquella pregunta.

Penny esbozó una sonrisa amarga antes de contestar.

-De todas maneras, no os molestaré mucho.-dijo al fin.-Sólo vengo a recoger mis cosas antes de irme.

-¿A recoger tus cosas?-preguntó de repente Christine, que acababa de salir por la puerta del salón junto con Gwen y la miraba con dureza.

Penny asintió con determinación.

-Sí, eso he dicho.-le contestó apretando fuertemente la mandíbula.

-¿Y por qué, si puede saberse?-quiso saber Chris.

-Porque me largo de aquí.-contestó ella.-Supongo que ya sabréis lo de anoche, ¿no? Vuelvo a Londres en el primer vuelo que pueda pillar.

-Claro que sabemos lo de anoche.-le contestó Gwen mirándola con los ojos tristes.-Entonces... ¿vas a irte?

-Por supuesto. Supongo que ya no tengo nada que hacer aquí.

Un incómodo silencio se hizo entre las cuatro durante unos segundos.

-Perdona que sea así de dura pero...-dijo Chris de repente.-¿Con qué dinero vas a comprar ese billete? ¿Y adónde te vas a ir a vivir cuando llegues a Londres?

-Eso es cosa mía.-respondió ella, que tampoco tenía muy claro cómo iba a apañárselas.

-Si quieres, quizás nosotras te podríamos prestar algo para el viaje y...-empezó a decir Mary.

-No.-le cortó Chris haciendo que todas se la quedaran mirando interrogantes.-No porque no tienes por qué irte de aquí, Penny.

-Yo no puedo estar con tu hermano ni un segundo más, Christine, entiéndelo.-le contestó ella.-Lo siento.

-¿Y quién te dice a ti que tengas que estar con él?-preguntó la chica.-Nos tienes a nosotras, ¿no? No es necesario que estés con el gilipollas de mi hermano ni un solo momento.

Penny la miró incrédula. Apenas podía creerse que Chris le estuviera dando la razón a ella y no a Paul. Aún así, su argumento continuaba sin convencerla. Ni siquiera sabía si sería capaz de poder respirar el mismo aire que él.

-No puedo, chicas.

-Lo que no puedes es marcharte ahora.-le cortó Chris.-Piensa. No tienes dinero. La única de aquí que te podría prestar dinero para el avión sin pedírselo a ellos soy yo y Brian aún no me ha pagado ni un penique. Cuando llegues a Londres no vas a tener donde meterte...

-Eso es cierto.-intervino Gwen.-Si te quedas tendremos tiempo de pensar algo.

-Y además, todas estamos de tu parte.-dijo Mary.-Te prometo que no te vamos a dejar sola.

-Ni un solo minuto.-añadió Chris con contundencia.-Y si Paul te molesta, sólo dímelo a mí.

Penny no pudo evitar esbozar una sonrisa a la vez que las miraba. Y en ese instante, como si de repente alguien les hubiera dicho que debían hacerlo, Gwen, Mary y Chris, se acercaron y se fundieron con ella en un fuerte abrazo.

-Gracias, chicas, muchas gracias...-masculló Penny sin poder evitar que unas lágrimas se le escaparan.

Y es que, pese a lo mal que lo estaba pasando en aquellos momentos, por primera vez en toda su vida, Penelope Rogers podía afirmar que tenía a tres amigas de verdad.


Hola chicas! Qué hay? En primer lugar, pues pedir perdón por el retraso. Sí, he estado por Londres unos días y no he escrito nada (por cierto, está chulísima con eso de las olimpiadas) pero quería actualizar nada más llegar. El problema? Una catástrofe informática se ha ceñido sobre mí... Sí, chicas, mi ordenador portátil ha muerto. Estaba de repente mirando el correo tan feliz y se apagó sin más para que después no pudiera volver a arrancar. Están echándole un vistazo a ver si se puede arreglar o no, pero no sé... La cuestión es que como estoy de vacaciones y no estoy en mi casa normal no tengo ordenador de mesa y sólo que puedo escribir a ratos furtivos con el de mi hermana, que siempre lo está usando, por otra parte... :(   Espero que esté pronto solucionado y arreglado, pero por si acaso aviso que si me retraso publicando, es por esto...
En fin, espero que lo paséis genial!
PD: Rezad por mi ordenador, hijas mías, jajaja.


3 comentarios:

  1. Despues de leerlo 3 veces me he dado cuenta que este capitulo va dedicado a Penny aunque talvez lo hicieras inconscientemente jajajajajaja a ver , esa fiesta parecia estar de luego , con solo pensar que estaban rodeados de ese monton de famosos , ya desearia yo estar ahi tambien :P hasta Paul que no queria fiesta se la paso de lo lindo y si que de lo lindo ¬¬ , te informo que voy a estar enojada con Paul por lo menos una semana o dos , no quiero ni escuchar sus canciones con los Beatles ¬¬ ....... es un imbecil pero ahora tendra que ver como hace para recuperar a Penny aunque la verdad creo yo que va a costar.

    Espero que tu compu se cure pronto , espero que este sana como antes para que sigas publicando en esta cosa que me gusta tantisimo , mucha suerte :) TQM

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  2. Espero y tu ordenador reviva, sé que tan mal se siente T_T es horrible y bueno...¿que puedo decirte? Yo....T_T ya me puse de chillona xD hahahaha es que fue tan ashdjdjqaheieksnanssoqerahsjkdfhqwejrthaskshdamjbnsjhsakisnhbsaamsbnkshqaieik!!!!!!! así exactamente lo sentí! Sabía, sabía y recontra sabía que Paul la iba a cagar en un momento u otro, el muchachito no puede mantener una relación fiel porque va y se mete con la primera puta que se le pone enfrente, quizá en las giras donde están solos...hasta se le "perdona" pero EN UNA GIRA CON TU NOVIA! QUE IMBÉCIL! pensé que era mas inteligente >< y pobrecilla de Penny...en verdad... ¿Volverán? La verdad es que no lo creo T_T Paul de estúpido y Penny de Orgullosa, bueno, tiene toda la razón de estar enojada y lo que le sigue por aquello...en realidad, si regresaran, Penny quedaría como una idiota ¿Porque estoy diciendo tontería y media? XD yo pensé que la rubia se iba a meter con John, pero la pequeña Chris fue al rescate xD y pero no se puede decir lo mismo de su hermano T_T enserio no sé ni porque pero me puse con mal con eso, ¿porque la engaño? Joder, Paul tenía una buena relación .-. jamás lo entenderé...tan siquiera no todo es malo para la pobre Penny y Mary, Gwen y Chris están allí para ella T____________T hahahaha ya viste cuantos "T_T" he puesto? Tienes la culpa de haberme puesto de sentimental y no ayuda que este escuchando Yesterday en este preciso momento! después de que Mary & Debbie me presionarán para leer, he concluido que tu capítulo si estuvo así de ASHKAJUWIEJSHAKSUJWEJDBANSKSHDKDJHSKDJKIQAWSDEHJSNBSKSNHSJS T_T justamente así, no esperaba menos T_T hahahhaa ya debo de dejar de anda allí de marica >< espero y tu ordenador este bien para que nos llenes de capítulos mientras estas de vacaciones T_T que suerte tienes, yo entro la próxima semana a la puta escuela y no quiero, pero en fin xD nos vemos n_n

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  3. Pero.....pero.....pero.....pero..........JAMES PAUL MCCARTNEY!!!!!!!! QUÉ CARAJO TENÉS EN LA CABEZA????
    Lo siento por el exabrupto, pero tenía que decirlo. Es que este pibe me saca de quicio, se va de mambo! Perder todo, absolutamente TODO por una rubia actriz de mierda, me hace pensar que es un completo idiota que no usa ni una neurona! Obviamente me pongo del lado de Penny, en estas cosas siempre voy del lado de las mujeres, aparte....ella los vio! Nadie le fue con el cuento, o simplemente lo sospechaba, ella los vio! Por lo tanto no hay nada que el McCartney ese pueda decir en su defensa, por mas que hubieran estado distanciados, la relación no estaba terminada, y lo que es peor, ESTABAN EN LA MISMA CASA!
    Será mejor que deje de hablar, porque me caliento y rompo todo a patadas XD
    Me hiciste desear como una loca al verano. Yo, en un invierno tan triste, húmedo, gris y lluvioso, deseando estar ahí, al lado de una piscina (bueno, eso es medio al pedo porque no sé nadar jajaj) tomando sol, sin hacer absolutamente nada (como ahora) y encima planeando una joda monumental.....Aaaaahhhh.....eso es vida!
    Che loco, ahí hay mucho ácido y a la Mary no le convidan, eso es injusto! Yo quiero! Déjenme de joder por un rato con la boda y denme algo! jajajjajaja
    Bueno Cris de mi alma, espero que tu John Lennon de la informática XD se cure, y estés prontito escribiendo para nosotras, tus fieles fans. Ah, me olvidaba, voy a armar tu club de fans, tirame un nombre para el club XD seremos cristinistas oh yeah!
    Besos locaaa!


    p/d: quiero mis 300 XD

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