martes, 31 de julio de 2012

Capítulo 54: Petardos y chispazos


La suite de aquel hotel de Memphis estaba en penumbras con el único sonido de fondo que ofrecía llanto de la chica. Hacía poco que John había acabado de cambiarse para salir ya de camino al  Mid-South Coliseum y estaban esperando a que de un momento a otro pasaran a recogerles. No obstante, el ambiente estaba tan sombrío y enrarecido que no parecía que estuviera a punto de irse a un concierto; más bien parecía que lo hubieran llamado para ir a la guerra.

John abrazó a Chris fuertemente mientras la chica sollozaba sin parar sobre su pecho. Odiaba verla así, pero debía reconocer que entendía sus razones ya que él mismo se sentía igual de agobiado aunque, obviamente, no se atreviera a manifestarlo delante de ella.

-Joder, peque…-le susurró dándole un beso en el pelo.-No me llores, venga…

-Pues no lo hagas, no toques esta noche…-sollozó ella sin despegarse de él ni un milímetro.-Ya has visto a toda esa gente que nos ha recibido con insultos desde el aeropuerto hasta aquí… Y esas amenazas de muerte que te han lanzado a ti directamente…

-Pero no va a pasar nada… ¿no lo ves?-intentó tranquilizarla él.-Durante los conciertos siempre hay un montón de seguridad… Además, todas esas amenazas son fanfarronadas, nada más.

-Yo no creo que sean fanfarronadas. Ésos son muy capaces.-le cortó ella levantando la vista y mirándolo con los ojos llorosos todavía.-Por favor, John, no toques. Invéntate algo, di que estás mal, enfermo, cualquier cosa… Ya escribiré yo alguna nota de prensa justificándote y…

-Christie…-le interrumpió él con una sonrisa.-Sabes que no puedo hacer eso. Tengo que tocar, no hay más.

-Pero…

-Tranquilízate, ¿quieres?-le cortó John con suavidad.-Anda, dame un beso y deja de llorar como una enana.

Chris esbozó una leve sonrisa antes de darle un tierno beso en los labios al que él le respondió con intensidad.

-¿Ves?-le dijo dándole un toque en la nariz cuando se separó de ella.-Así está mejor.

Antes de que a ella ni siquiera le diera tiempo a contestarle, llamaron a la puerta.

-Adelante.-dijo él.

-John, nos vamos.-les dijo Mal asomando la cabeza por la puerta.-¿Qué te pasa, Chris?

-Nada, sólo que estaba un poquito tonta pero ya se la ha pasado, ¿verdad, pequeña?-dijo John esbozando una sonrisa.

-Sí.-confirmó ella dedicándole una sonrisa a Mal.-Ya está.

-Me alegro.-contestó el hombre divertido.-Os esperamos abajo, ¿vale? No tardéis.

-Descuida.-le respondió John antes de que Mal volviera a cerrar la puerta de nuevo y, después, volviendo a mirar a Christine, le dijo:-¿Vamos o qué?

La chica se abrazó a él nuevamente y soltó un bufido de resignación.

-¡Qué remedio!-contestó finalmente.-Vámonos.

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Pese a los temores iniciales que había tenido Chris, el concierto se estaba desarrollando con relativa normalidad. Aquello, para qué negarlo, suponía un gran alivio. Quizás, tal y como John le había dicho en la habitación del hotel unas horas antes, aquellas amenazas que habían recibido no eran más que simples fanfarronadas para hacerse notar. Aun así, plantada en el backstage junto con los demás mientras miraban el concierto sin ser vistos por el público, no podía dejar de sentirse inquieta, con todas las alarmas puestas y esperando a saltar de un momento a otro.

-¿Veis? Tanto hablar de que si aquí las cosas iban a ser tan complicadas y no deja de ser otro concierto más…-dijo Penny mientras echaba un vistazo general al público.

Mary y Gwen dijeron algo a su lado, probablemente dándole la razón a Penny, pero Christine no las escuchó. Ella seguía a lo suyo, sin perder detalle de cada uno de los movimientos de John ni de la gente de las primeras filas, que eran los únicos que podían ver bien desde donde estaban ellas. Cualquier grito, cualquier gesto más exagerado de lo normal, la sobresaltaba y eso, en un concierto de The Beatles donde todo el mundo montaba un espectáculo digno de una película sólo por el hecho de tener a sus ídolos delante, era para volverse paranoica perdida, como estaba ella en aquellos instantes.

-Christine, Christine… ¡Christine!

El grito de Brian la pilló por sorpresa y se volvió hacia él con cara de pocos amigos.

-¿Qué pasa?-le preguntó de mala gana aunque nerviosa a la vez.

-Tienes que pasarle al periodista inglés que ha venido antes toda la información de los conciertos anteriores… Notas de prensa, calendario, actos a los que han asistido… Todo.-empezó a decir Brian.- Y, otra cosa, apáñatelas para cancelar esa entrevista que tienen en Nueva York para esa radio nueva… Me han dicho que no tiene muy buena fama y que…

Brian continuó parloteando sin cesar, aunque ella desconectó de lo que estaba diciendo. Estaba demasiado cansada, agobiada y nerviosa como para poder ponerle atención a todas aquellas cosas que en aquellos momentos le parecían asquerosamente superficiales. Y en aquel momento, cuando los chicos estaban presentando la siguiente canción que iban a cantar, lo escuchó. Sólo uno, pero potente. Inmediatamente, todos los que estaban allí se sumieron en un silencio sepulcral, incluidos los chicos en el escenario. Aquello que acababa de sonar con fuerza era, casi sin lugar a dudas, un disparo. En sólo unas milésimas de segundo, Christine notó como la sangre se le helaba en las venas y un pánico frío, irracional, se apoderó de ella. Se giró rápidamente, sin ni siquiera mirar a los demás, y en un impulso empezó a correr hacia la salida del backstage, en dirección al escenario y esperando encontrarse de un momento a otro a John tumbado sobre el suelo.

De repente, cuando estaba a punto de salir de allí, notó como alguien la agarraba por detrás, con tanta fuerza que incluso la levantó en el aire como si de una hoja de papel se tratara.

-¡Déjame salir, joder! ¡Déjame salir!-gritó ella histérica sin saber muy bien a quien le estaba gritando mientras forcejeaba por librarse de aquellos brazos.

-¡Tranquílizate, Chris!-le gritó Mal sujetándola aún con más fuerza.-¡Está todo bien! ¡Míralo!

Christine paró de forcejear por unos segundos y miró hacia el escenario. John continuaba de pie, como los demás, aparentemente bien.

-No ha pasado nada.-continuó Mal.-Sólo ha sido un gracioso que ha tirado un petardo al aire, nada más.

En el escenario, Paul reanudó la presentación de la canción que habían interrumpido segundos antes como si nada hubiera pasado, aunque era evidente que su hermano también tenía el susto en el cuerpo después de aquella broma pesada.

-Joder…-refunfuñó para sí misma.
                                                        
Cuando notó que ya se había tranquilizado un poco, Mal la soltó y ella, sin decir una palabra, se dirigió de nuevo hacia donde estaban los demás.

-Joder, Chris…-bromeó Penny cuando la vio acercarse de nuevo por allí.-No sabía que le tuvieras tanto miedo a los petardos…

Pese a que sabía de sobra que su amiga había dicho aquello para relajar un poco la tensión de aquel momento, a Chris no le sentó nada bien.

-Que te jodan.-le espetó.

Lejos de enfadarse, Penny se limitó a soltar una inmensa carcajada. No obstante, ella decidió no hacerle caso y se dejó caer sobre una de las sillas que había allí a la vez que cerraba los ojos y apretaba fuertemente la mandíbula para intentar frenar el avance de las lágrimas. Pese a que sólo había sido un susto, ella aún sentía como el corazón le latía a mil por hora. Y es que por un momento había creído que lo iba a perder… Una idea tan insoportable que nada más le venía a la cabeza le provocaba unas inmensas ganas de llorar y de gritar.

Pronto perdió la noción del tiempo de tan concentrada como estaba intentando controlar todo aquel aluvión de sentimientos que se apelotonaban en su interior. Por eso se sorprendió de lo rápido que le habían pasado los minutos cuando de repente la música dejó de sonar y escuchó el jaleo típico que hacían los chicos al entrar de nuevo en el backstage. Casi en el acto, volvió a abrir los ojos de repente y buscó a John con la mirada. No le costó encontrarlo justo detrás de George. Tenía el semblante bastante serio, como de quien acaba de pasar un mal rato.

-¡Johnny!-le llamó poniéndose en pie de repente y empezando a caminar hacia donde estaba él.

-Ey, hola peq…

Pero a John ni siquiera le dio tiempo a terminar la frase ya que ella se abalanzó encima de él para abrazarle fuertemente, sin importarle que tuviera aún la guitarra colgando. Sólo quería sentirlo, tocarlo, notar que sí, que efectivamente estaba bien y que no era un espejismo. Y entonces todos aquellos sentimientos que hasta hacía unos segundos había intentado mantener a ralla se desbordaron e, irremediablemente, Christine se puso a llorar. Le daba igual que los demás la estuvieran mirando, le daba igual todo. Necesitaba sacar aquella extraña mezcla que tenía de alegría por verlo bien, de rabia, de miedo y de ansiedad que tenía dentro.

-Ey…-le susurró John apartándola levemente para mirarla a la cara.-¿Pero por qué lloras ahora?

Chris lo miró a los ojos y se encogió de hombros, sin saber muy bien qué contestar a la vez que John soltaba una risita.

-Joder, pequeña…-rió él acercándola de nuevo hacia sí.-He pillado a la más llorona de toda Inglaterra.

El comentario de John hizo que todos los que estaban allí soltaran una risita tímida, incluida ella misma. Y es que, pese a que intentaran hacer como si nada hubiera pasado, Chris sabía que todos habían pensado exactamente lo mismo que ella cuando habían escuchado aquel maldito ruido tan semejante a un tiro.

-Bueno, dejando atrás las bromas…-interrumpió Brian de repente.-Será mejor que nos marchemos de aquí cuanto antes. Ya os ducharéis y os cambiaréis en el hotel. Ahora, larguémonos, ya hemos caldeado bastante el ambiente.

Todos los allí presentes, asintieron sin más y se pusieron en marcha, en silencio. Brian tenía razón: las amenazas continuaban ahí, así que sería mejor volver al hotel lo más rápido posible e incluso salir de la propia Memphis cuanto antes.

-Me has dado un susto de muerte…-susurró Chris cuando se sentó al lado de John en el autobús.

-Oh, tranquila…-le contestó él dedicándole una sonrisa.-¿Te confieso una cosa? Sé que nada me puede pasar mientras esté en un escenario, ¿sabes? No me preguntes por qué, pero me siento enormemente seguro mientras actúo.

Chris apoyó la cabeza sobre su hombro, sin contestar. Ella no estaba tan segura de lo que decía John. Aquello la había asustado mucho y, además, le había metido en el cuerpo un extraño malestar. De acuerdo, aquello había sido un simple petardo, pero algo le decía en lo más profundo de su ser que quizás, algún día, alguien podría hacer daño a John de verdad.

Como si le hubiera podido leer el pensamiento, John le pasó el brazo por el hombro y la abrazó fuerte. Chris continuó sin decir nada, limitándose a sentir su contacto, intentando así quitarse de la mente aquella extraña y nefasta premonición. Y es que, más que a nada, Christine McCartney temía a la soledad, a un futuro sin la persona a la que más había llegado a querer en el mundo. Miedo a perder a la piedra angular sobre la que había articulado su vida desde hacía poco menos de un año.

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-Yo no quiero continuar con esto.

Todos se quedaron mirando perplejos a George. La convicción con la que había pronunciado aquellas palabras les había pillado por sorpresa, aunque ya sabían de antemano que pensaba eso. Un incómodo silencio se hizo en la habitación de Paul, donde se habían reunido después de darse un baño y ponerse cómodos para hablar y discutir sobre todo lo que les estaba pasando.

-Creo que George tiene razón.-convino John al cabo de unos segundos.-Yo tampoco quiero continuar haciendo conciertos.

-Joder, chicos…-suspiró Paul.-No… Mirad, sé que esta última gira está siendo un completo desastre, pero…

-¿Pero qué?-le preguntó John apoyando su espalda contra el respaldo del sofá y dándole una calada a su porro.-No quiero volver a hacer una puta gira en mi vida, eso es todo.

-John… Estás cansado… Tu escándalo con lo de Jesucristo, lo de mi hermana y ahora lo del Vietnam te están pasando factura y…

-No es sólo eso.-le interrumpió George.-Está bien. John puede estar cansado de las polémicas y nosotros de pasar tanto tiempo dando tumbos por el mundo, pero hay más, mucho más. Aunque te parezca mentira, no quiero dejar esto sólo porque esté cansado. Tengo razones de muchísimo más peso para querer dejar los conciertos.

-¿Y cuáles son esas razones?-quiso saber Paul mirándolo fijamente.

-La falta de profesionalidad, ¿no lo ves?-le respondió él.

-¿Cómo qué…?-empezó a preguntar Paul.

-Tú lo sabes perfectamente.-continuó George.-Nuestros conciertos dejan muchísimo que desear: no nos escuchamos a causa de los gritos de las fans, el sonido es malo… ¡Nuestras actuaciones de Hamburgo sonaban mejor que las de ahora! Y eso no es todo… Muchas veces hacemos conciertos en unas condiciones deplorables, eso lo sabéis todos.

-Aún así… ¿Estáis dispuestos a perder el contacto con la gente?-insistió Paul.

-No se trata de perder o no el contacto, Paul.-le respondió George exasperado.-Se trata de evolucionar o quedarnos estancados en lo que estamos haciendo. Además, creo que podemos hacer cosas muy interesantes en el estudio, cosas que no se podrían reproducir en directo…

-George tiene razón.-intervino John.-Estoy completamente de acuerdo en todo lo que acaba de decir.

Paul soltó un bufido exasperado. Los entendía, sabía que George no decía ninguna mentira, pero aun así se resistía a abandonar lo que para él había sido su motor, su impulso hasta ese momento: las actuaciones en directo. Miró a sus amigos, primero a John y a George, que parecían estar completamente decididos, y después a Ringo, que se había mantenido en silencio hasta ese momento. Seguramente aún estaría más pendiente de sus problemas con Mary que de otra cosa, pero Paul necesitaba saber qué era lo que opinaba al respecto.

-Ringo, ¿qué opinas tú?-quiso saber.

-No sé…-contestó encogiéndose de hombros.-Yo también estoy hasta las narices de todo esto. Las giras no hacen más que traernos problemas y George tiene razón cuando dice que a lo mejor podemos hacer cosas más interesantes dentro del estudio que en directo…  Estoy con ellos dos.

Paul bajó la cara y clavó sus ojos en el suelo, meditando. Él, al contrario que los otros tres, necesitaba un poco más de tiempo para hacerse a la idea.

-Está bien…-dijo al fin.-Continuaremos hablando de esto en otro momento… Ahora creo que estamos todos demasiado cansados como para empezar con discusiones.

-Discusión ninguna, Macca.-le dijo John esbozando una sonrisilla irónica mientras se levantaba del sofá.-Somos tres, tú eres uno. Me voy a la cama, tíos.

Paul le clavó la mirada mientras salía de la habitación. Aquello había sido un golpe bajo, había sido como decirle que la decisión ya estaba tomada dijera lo que dijera. Había momentos en los que asesinaría a John gustoso y ése, sin lugar a dudas, era uno de ellos.

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Salir de Memphis había sido todo un alivio. Al menos, fuera de esa ciudad, parecía que las polémicas que había alzado John a su alrededor eran más débiles. No obstante, pese a que el tema de Jesucristo parecía haber quedado reducido a un segundo plano, seguía hablándose de su posicionamiento a favor de los disidentes de la guerra del Vietnam y de su relación con Christine antes de que él se divorciara. Y es que, tal y como le había dicho ella en Canadá, el lanzar la polémica de Vietnam para acallar los rumores sobre su relación, había servido de bastante poco. En aquellos momentos, simplemente, se hablaba de las dos cosas por igual.

-No podemos tocar así, joder.

Las palabras de George a su lado lo sacaron de sus pensamientos. John miró hacia el exterior y comprobó que, efectivamente, su amigo tenía toda la razón del mundo. Estaba lloviendo a cántaros. John alzó la cabeza hacia el cielo. Unos nubarrones negros cubrían el cielo por completo. Aquello no tenía pinta de parar en breve, pero aun así ya habían abierto las puertas del estadio, que se había llenado casi en el acto de fans.

-Deberían cancelar el concierto.-continuó George enfadado.

-No podemos hacer eso.-les dijo Brian por detrás.-¿Cuándo se supone que lo haríais? Vuestras agendas están completas hasta el final de la gira y ya nos han pagado por esta actuación.

-¡Pero está lloviendo muchísimo!-se quejó Ringo.

-Tranquilos, tíos…-dijo John con sarcasmo.-Eppie quiere que hagamos una versión moderna de “Cantando bajo la lluvia”.

-John…-le riñó el manager.-No es eso, lo sabéis. Además, he hablado con los organizadores. Me aseguran que no os vais a mojar, que van a poner los medios necesarios para poder tocar sin problemas.

-Pues espero que esos medios lleguen pronto…-intervino Paul.-Porque si no, no van a poder montar ni los amplificadores ni los micros ni nada.

-Tranquilos, ya veréis como al final todo sale bien.-les dijo Brian intentando tranquilizarles.-Venga, entremos dentro… Tenéis unas cuantas entrevistas pendientes. Ya veréis como cuando salgáis está todo a punto.

Los cuatro bufaron casi al unísono y siguieron a Brian hacia los vestuarios del estadio, donde al parecer deberían posar para unas cuantas fotos y hablar con la prensa. Parecía mentira, pero en aquellos momentos tenían más ganas de estar encerrados hablando con los periodistas que de salir a escena con la que estaba cayendo.

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Entre fotos y entrevistas, se habían pasado más de una hora dentro de los vestuarios y, aunque pudiera parecer tonto, Paul había esperado que cuando volvieran a asomarse de nuevo para ver el escenario, la lluvia ya hubiera parado. Pero no, se equivocaba de pleno. Y es que la lluvia, lejos de parar, continuaba cayendo y en esos momentos hasta parecía que lo hiciera con más fuerza que antes.

La única novedad que había era que ahora habían colocado un toldo con una lona que cubría el escenario, sobre el que ya se había montado todo lo necesario para el concierto. Paul esbozó una sonrisa amarga ante aquella visión. ¿Aquellos eran los famosos medios para que pudieran tocar en condiciones? Porque, viendo lo que veía desde allí, la lona de poco servía para evitar que se mojara el escenario y lo que había sobre él.

Echó un vistazo de reojo hacia sus compañeros. Todos estaban en silencio mirando hacia el estadio, con los instrumentos apunto para saltar al escenario, y, aunque no dijeran nada,  Paul supo inmediatamente que estaban pensando lo mismo que él.

Suspiró levemente, sin que nadie se diera cuenta. Al final, debería acabar dándole la razón a George y admitir que aquello de los conciertos era, simple y llanamente, un completo desastre que no tenían necesidad de sufrir.

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-¡Tenías razón, joder, tenías razón!-gritó furioso cuando entraron nuevamente en los vestuarios mirando directamente a George.

Su amigo se volvió hacia él y le dedicó una mirada divertida.

-¿En qué?-preguntó éste haciéndose el despistado a propósito.

-¡En que esto de los conciertos es una mierda!

George lanzó una risita.

-¡Toma! ¡Sécate y relájate!-le dijo George sin perder su sonrisa a la vez que le lanzaba una toalla limpia que Paul agarró al vuelo.

-¿Relajarme?-preguntó mientras se secaba la cara, que tenía completamente mojada.-¿Me estás diciendo que me relaje cuando he estado a punto de morir electrocutado?

-No seas exagerado, Paul…-rió John a su lado mientras empezaba a quitarse el traje mojado que llevaba.

-Cállate, Lennon.-le espetó él.-Como se nota que a ti no te daba descargas eléctricas el micrófono cada vez que lo tocabas.

-Bueno, he de reconocer que las chispitas esas que soltaban tu micro y los amplificadores eran bastante graciosas…-bromeó John.

-Sobre todo para Paul, ¿eh?-le siguió Ringo la corriente.

-¿Queréis callaros de una vez, gilipollas?-les dijo Paul con cara de pocos amigos.

-¿Quieres que te confiese algo?-le dijo George acercándose hacia él y sentándose a su lado.-Creo que esto ha sido una especie de castigo divino, de señal, o de algo así…

Paul le dedicó una mirada perplejo.

-¿Ácido o hierba, George?-preguntó finalmente.-¿Qué te has metido?

George soltó una risita antes de contestar.

-Ninguna de las dos cosas, Macca.-dijo.-Simplemente es que me hace gracia que tú, que eras el único que dudaba entre si seguir con las giras o no, hayas sido el que más puteado ha estado en este concierto.

Paul le estampó la toalla en la cara, haciendo que los otros, incluido el propio George, soltaran una risa divertida. Pero sí, su amigo tenía razón. Aquello quizás debería tomarlo como una especie de aviso: debían dejar de lado los conciertos, superar esa etapa y seguir adelante. Pero… ¿qué harían a partir de ese momento? Ahí, precisamente, era donde radicaba el quid de la cuestión.

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Ringo lanzó un suspiro exasperado cuando Mary cerró la puerta de la habitación cuando salió. Las cosas continuaban exactamente igual que en Toronto. Y es que ella apenas le hablaba y se mostraba tan fría y distante con él que incluso temía por el futuro de su relación. Sabía que en el fondo Mary tenía razón. Al fin y al cabo, si analizaba la situación desde fuera, sus celos eran perfectamente comprensibles. No obstante, no podía dejar de pensar que ella se estaba pasando, sobre todo, en la duración de su enfado. Le había pedido disculpas una y mil veces, había intentado hacerla reír, compensarla de alguna manera, pero nada. Mary simplemente se dedicaba a recibir todo aquello con una sonrisa inexpresiva y a no hacer prácticamente caso de nada.

En un primer momento, Ringo se había consolado intentando convencerse a sí mismo de que cuando la chica llegara a Nueva York, una ciudad que tenía muchísimas ganas de visitar, cambiaría su actitud. No obstante, no había sido así. Habían llegado de madrugada a la ciudad procedentes de Saint Louis y ahora ella se acababa de levantar y, sin ni siquiera darle los buenos días, había salido de la habitación como una bala.

Simplemente aquello era insoportable para él. El saber que la había cagado, que le había hecho daño y que ella aún seguía dolida era una sensación que lo abrumaba. Y es que Ringo no quería perderla. No quería perderla porque sabía que Mary era la persona a la que había estado esperando toda su vida.

Se levantó de la cama él también casi de un salto y empezó a vestirse con parsimonia, mientras continuaba dándole vueltas al asunto. Y entonces, una lucecilla se le encendió en la mente. Miró el despertador y sonrió: aún tenía unas cuantas horas libres antes de empezar a cumplir con la agenda del día.

Acabó de vestirse con rapidez y salió de la habitación aún con aquella sonrisa esperanzada pintada en la cara. Si aquello que tenía en mente no funcionaba para que Mary lo perdonase, entonces no iba a funcionar absolutamente nada.

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Paul colgó el teléfono con una sonrisilla triunfal y se dirigió otra vez hacia la cama, donde Penny empezaba a revolverse entre las sábanas.

-Buenos días, muñeca.-le saludó dándole un beso en los labios.

-Buenos días…-susurró ella abriendo los ojos.-¿Qué tal?

-Bien.-dijo Paul.-¿Y tú? ¿Preparada para disfrutar de nuestra mañana libre?

-Sí.-contestó Penny mientras se incorporaba en la cama.-¿Sabes? Me gustaría darme un paseo por Central Park y…

-Espera, espera, espera…-le cortó Paul sonriendo.-No tan rápido.

Penny le dedicó una mirada contrariada.

-He preparado otro plan que creo que te gustará más que ese paseo…-le aclaró él.

-¿Un plan?-le preguntó ella intrigada.-¿Y cuál es?

-No te lo puedo decir, es una sorpresa.

-Odio las sorpresas, Paul, y lo sabes.-le contestó ella enfurruñada mientras se cruzaba de brazos.-O me dices de qué va ese plan o me niego a participar en él.

-¿Y cómo te vas a negar a participar en él?-rió Paul, al que le hacía mucha gracia verla así.

-Pues me iré yo sola a pasear por Central Park y te vas a comer tu fantástico plan tú solito.-le respondió ella con determinación haciendo que a Paul se le borrara inmediatamente la sonrisa de la cara.

-Oh, Penny, venga, no seas así…-insistió.

-O me lo dices o me voy, tú eliges.

Paul soltó un bufido de fastidio. Le hubiera encantado darle esa sorpresa, pero al parecer, no tenía más remedio que ceder ante la presión de la chica.

-Está bien…-dijo al fin.-Verás… Acabo de quedar con una persona que sé que te hará ilusión conocer.

-No me cuentes las cosas a medias, McCartney. ¿Con quién has quedado?

-Con Bob.-claudicó Paul finalmente.-Con Bob Dylan.

Apenas dijo eso, Penny se lanzó a su cuello y lo abrazó con fuerza, haciendo que Paul soltara una enorme risotada ante su reacción.

-¡Joder, Paul, gracias!-gritó ella.-¡Eres el mejor! ¡El mejor!

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Ringo llamó de nuevo a la puerta de la habitación de John y Chris. Seguramente seguían durmiendo pero, aunque sabía como se las gastaba John si le despertaban a deshoras, necesitaba verlos. Bueno, a su amigo no, a Christine.

-Me cago en la puta, Richard.-le espetó John enfadado cuando abrió la puerta y se lo encontró allí plantado.-¿Pero qué coño quieres?

-Buenos días, ¿no?-rió él.

-Que te jodan, Starkey.-masculló John.-¿Qué haces aquí?

-Quiero hablar con tu novia.-le contestó él sonriendo.

-Está durmiendo. Ya hablarás con ella más tarde.-dijo John empezando a cerrar la puerta.

Ringo se apresuró a poner la mano para evitar que su amigo cerrara la habitación.

-Espera, hombre… No cierres.-dijo.-Venga, John… Necesito hablar con ella, de verdad.

-¿Y qué coño quieres tú de mi chica?-preguntó él remarcando las dos últimas palabras. Ringo sonrió. John y sus celos enfermizos. No iba a cambiar jamás.

-Nada, hombre...-le contestó.-Necesito que me acompañe a un sitio, tú también si quieres, y como tenemos la mañana libre he pensado que quizás le vendría bien.

John se quedó mirándolo durante unos segundos y, a continuación, largó una carcajada que descolocó a Ringo por completo.

-¿Qué pasa?

-¿Que qué pasa?-rió John.-Que por si no lo sabías en esta mañana libre que nos han dejado, Christie y yo tenemos otras cosas mejores que hacer que acompañarte a dar un paseíto.

Y, sin que a Ringo ni siquiera le diera tiempo a explicarse un poco mejor, John le cerró la puerta en las narices.

-Supongo que tendré que elegir eso yo mismo…-suspiró resignado mientras se dirigía hacia el ascensor.

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Penny apenas podía creer lo que le estaba pasando. Y es que allí, sentado frente a ella, tenía a una de las personas a las que más admiraba en el mundo: Bob Dylan. Simplemente era alucinante el poder estar manteniendo esa conversación con él, una conversación, sin lugar a dudas, de las más interesantes que había mantenido en los últimos años. Pese a que en un primer momento, había temido que se le cayera el mito de Dylan al conocerlo, debía reconocer que no era así en absoluto. De acuerdo, era muy seco y bastante cortante, pero aun así en persona era aún más sorprendente que visto desde fuera. Sabía que estaba hablando con un genio y por eso Penny estaba como en una nube de la cual no quería bajar.

Se mantuvo tan absorta durante toda la conversación que ni siquiera fue capaz de dedicarle ni una sola mirada o sonrisa a Paul, que se había sentado a su lado y sólo había participado de lo que decían los primeros cinco minutos. Después, se limitó a recostarse sobre el sillón y a mirarles mientras se fumaba un cigarrillo tras otro, aunque aquello a Penny no le importó para nada. Tenía delante a uno de sus ídolos y no iba a desaprovechar la oportunidad porque Paul estuviera raro.

-Pues a mí me parece bien que hayas pasado a un estilo más rock.-le comentó Penny más o menos cuando ya llevaban una hora allí. Habían estado hablando de la evolución de Bob y de cómo algunos de los fans de toda la vida se le habían vuelto en contra por ese motivo.

-Simplemente se trataba de dar un paso más allá.-le contestó Bob pausadamente.-Los que me acusan de haber traicionado al folck no tienen ni idea de nada…

-A mí sí que me ha gustado ese paso que has dado. No creo que hayas traicionado al folk.-le respondió Penny.

-No puedo haberle traicionado si jamás me he considerado un cantante folck, ¿no crees?-le dijo él con una sonrisa en los labios.-Me alegro de que te guste ese pequeño cambio en mi música, espero que no lo digas sólo por quedar bien como hacen muchos de los que me critican cuando me tienen delante.

Penny iba a contestar algo cuando vio de reojo como Paul se incorporaba.

-Tranquilo, Bob. Si Penny dice que le gusta tu evolución a un estilo más comercial…-dijo de repente remarcando la última palabra como si de un insulto encubierto se tratase.-Es porque es verdad. Es muy sincera. De hecho no duda en tacharnos a nosotros como a “bazofia comercial”…

La chica le dedicó una mirada confusa mientras Bob soltaba una risotada. Paul se limitó a responderle con una sonrisilla sarcástica antes de lanzarse hacia ella y darle un beso en los labios, un beso que a Penny le supo extrañamente furioso y, después, se separó de ella como si aquello hubiera sido lo más normal del mundo.

Penny no supo ni qué decir ni qué hacer mientras Paul volvía a apoyar su espalda en el sofá, así que simplemente se dedicó a ignorarle y a seguir hablando con Dylan sobre sus trabajos y sus proyectos.

Bob Dylan salió de la suite una hora y media después y, entonces, Penny se volvió hacia Paul con una sonrisa enorme dibujada en la cara y se reclinó sobre él con la intención de darle un beso en los labios, agradecida por lo que acababa de hacer por ella y habiendo olvidado casi por completo sus rarezas durante el encuentro. No obstante, se llevó una enorme sorpresa cuando el chico le apartó la cara de manera deliberada.

-¿Qué te pasa?-preguntó ella frunciendo el ceño, confusa ante aquella extraña reacción.

-Nada. A mí no me pasa absolutamente nada.-le respondió él poniéndose de pie con tono sombrío.-¿Qué te pasa a ti? ¿Eh?

-¿Perdona?

Paul soltó un respingo antes de contestarle.

-Ahora entiendo por qué tanto interés por conocerle.-dijo al fin en tono hiriente.

-¡Pero Paul!

-No hay peros que valgan. Te ha resultado muy interesante la conversación, ¿verdad? Quizás me hubiera tenido que marchar de aquí para que “profundizarais” un poquito más, ¿no, Penny?

-¡Para un momento!-exclamó ella.-¡Lo que estás insinuando no tiene ni pies ni cabeza!

-¿Ah, no? Vaya… ¡Qué alivio!-dijo Paul con sarcasmo.-Anda ya…

-¡No entiendo el por qué estás así de… así de… celoso!

-¿Celoso? ¿Yo? ¡Qué va! Estoy contento, Penny, contentísimo de ver como por poco te tiras encima de él.

Aquellas palabras, sin duda, le cayeron a Penny como un balde de agua fría. Y es que, para nada, en ningún momento había pensado hacer nada “raro” con Bob. Simplemente se había limitado a disfrutar de la conversación que le daba alguien a quien admiraba muchísimo. Por eso precisamente, aquellas palabras de Paul la indignaron. No obstante, decidió no contestar y, con paso decidido, se encaminó hacia la puerta.

-¿Adónde vas?- le preguntó Paul casi a gritos cuando vio que abría la suite.

-¡A qué me dé el aire un poco, imbécil!-le contestó ella antes de salir de la habitación dando un fuerte portazo tras de sí.

Y dicho esto, enfadada como muy pocas veces antes lo había estado, bajó las escaleras del hotel con la intención de dar un paseo por Central Park. Con un poco de suerte, aquello la relajaría un poco.

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Cuando Mary entró en la habitación, lo último que se esperaba ver allí era la mesa puesta con un par de velitas, con un Ringo arreglado en exceso que la miraba con una tierna sonrisa.

-¿Qué…?-empezó a preguntar ella.

-Ya que no puedo hacer una cena romántica por el tema del concierto, mejor hacemos un almuerzo romántico, ¿no?

Mary lo miró sorprendida y no pudo evitar esbozar una sonrisa. Al parecer aquella iba a ser la manera de pedirle disculpas por lo de Toronto y la verdad era que por el momento parecía estar funcionando pues en cuestión de pocos segundos casi había olvidado aquel incidente por completo.

Se acercó hacia él con una sonrisa y le dio un suave beso en los labios, como para demostrarle que sí, que estaba dispuesta a perdonarle del todo y se sorprendió cuando Ringo la abrazó muy fuerte mientras le respondía a su beso, impidiéndole moverse de donde estaba. Y entonces, lo sintió. Sin dejar de besarla, Ringo le había agarrado la mano y en esos momentos estaba deslizando algo por su dedo. Mientras ella sentía como el corazón se le aceleraba, Ringo paró de repente de besarla y la miró con una sonrisa.

-Te quiero.-se limitó a decirle, aún abrazándola.

Mary bajó la vista y miró su mano izquierda para comprobar que, efectivamente, no se había equivocado, que tenía un precioso anillo en su dedo anular. En aquellos momentos ni siquiera sabía ni qué decir ni qué pensar y, aunque aquello sólo tenía un significado posible, Mary se negaba a creerlo.

-Ritchie…-murmuró con un hilillo de voz levantando su mano y mirándose bien el anillo.

-¿Te gusta? Me he dado un paseíto por Tiffany’s esta mañana… No sé si habré elegido bien, pero a mí me parece bonito.

La chica volvió a levantar la mirada. No podía ser. ¿Tiffany’s? Aquello que llevaba puesto sin duda debía de valer una fortuna.

-Claro que me gusta.-fue lo único que pudo decir.

-Bien, me alegro.-sonrió él poniéndose rojo como un tomate.-Y… bueno… Yo… Yo… Mary, mira… Lo siento mucho, siento mucho todo lo que pasó, sabes que te quiero a ti, te amo con locura y…

-Rich…-le interrumpió ella acariciándole la mejilla con suavidad.-Tranquilo. No pasa nada, está olvidado.

-¿En serio?

La chica asintió con la cabeza, sonriente.

-Y…-empezó a balbucear él nuevamente.-Mary… Esto… Tú… Tú…

-¿Qué?-preguntó ella divertida ante las dudas de Ringo.

Ringo agarró aire antes de contestarle. Mary lo miró fijamente: a juzgar por su expresión, iba a decirle algo muy importante.

-Mary Hall…-empezó a decir él.-¿Quieres casarte conmigo?


Holaaaaa! Y hasta aquí este capítulo! Como veis, sí que he llegado a escribirlo antes de irme. Ahora ya no actualizo hasta la siguiente semana porque cierro por vacaciones el chiringuito. A partir del 6/7 de agosto ya vuelvo por aquí a tocar las narices... Jajaja. En fin, que ya veis. Tenemos boda! Bodaaaa! Bodaaaa! Bodaaaaaa! Con lo poco que me gustan a mí esas cosas y la señorita Hall, en breve, señora Starkey, aún me va a obligar a vestirme bien e ir de boda... Ainsh! Qué ruina... A mi amor de mi María/Penny tengo que decirle una cosita: insisto, parece que me leas la mente, hija mía... Es poner en tu fic una boda (y sabes que yo ya tenía escrita esta parte) y yo otra: eso es telepatía beatlemaníaca, seguro! Bueno, creo que de todas maneras tu boda me gusta más que esta... Sin desmerecer a Mary Hall, que me ilusiona que se case, oye. XD
En fin, no molesto más y voy a ver si sigo haciendo malabares para meter en una maleta de 55 cm x 40 cm x 20 cm y máximo 10 kg. todo lo que me tengo que llevar. Deseadme suerte o enviadme una máquina que reduzca la masa y el volumen de las cosas, gracias. XD 
Besitos y pasadlo de puta madreeeeee! Y brindemos por Sifo! :P

4 comentarios:

  1. Ya hice cuentas y en total duro como 20 minutos leyendo tus capitulos y eso que leo rapido XD , bueno ya mejor me pongo a comentarte esta genialidad , me encanto la parte de Chris llorando , se nota que esta muy enamorada de John jajajajaja pobre y luego con el petardo , yo hubiera actuado igual aunque al parecer ella es medio adivina porque ya tiene un presentimiento de lo que va a pasar en el futuro :S , luego el tierno de Ringaso despertando a los enamorados jajajaja ya me imagino la cara de Lennon cuando lo vio en la puerta XD y despues la sorpresa que le hizo a Mary , awwww me mori de ternura , le pidio matrimonio y ahora se van a casar awwwwwwww que lindooo (sarcasmo XD) , la conversacion de los chicos sobre el tour me dio risa , Paul como siempre en contra de todo lo que ellos deciden pero despues el castigo divino me mato , ya me imagino a Paul con toda la cara mojada jajajajajajajaja ahora que terminen esto se van a hacer sus obras maestras y lo ironico es que Paul va a ser una pieza muy importante en ese tiempo.

    Ahora el final , con Penny conociendo a Bob Dylan , mi sueño hecho realidad XD ya me la imagino toda ilusionada hablando con ese genio y Paul al lado haciendo malas caras y fume y fume , me cayo tan mal McCartney insinuandole cosas que nada que ver ¬¬ que se vaya al infierno mejor , definitivamente es el comienzo de algo malo entre ellos 2 , algo que yo se y no voy a contar por aqui XD. Espero que te vaya muy bien en el viaje aunque la voy a extrañar :( espero que pocos dias despues de que vuelva publique porque ya estoy ansiosa por ver lo que va a pasar XD. Besos

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  2. Hay que bridar por sifo XD dudo pasarla de puta madre como tú, pero haré el intento hahaha! Joder, pobre Chris, le hacen la vida imposible enserio, solo quiero pensar que no hablarás de la muerte de John ¿Verdad? e_e' XD hahahaha ya sé ya sé como jodo u.u XD Penny se quería tirar a Dylan a mí no me engaña XD okeyno.-. Paul esta celoso wuuuuu esta celoso XD amo cuando se ponen celoso XD y ¡HAY BODA! espero que sea la primera de muchas! y entre la Mary y el richard XD hahahahahahaa! pensé que le compraría un oso no se porque, nunca pensé que un anillo y de Tifanny's XD se ha rayado la mina XD hahaha y al fin se viene lo de "No más giras" eso significa algo: Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, como siempre Cris, sos una grosa y te has lucido c:

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  3. ajhsjhsdjhfhjfjhghg CRIS! jshdjhdfjhdskjdjd TE! jahdjhdfjkhfjhfjkf AMO! jshjdhdjfkjfkfk DEMASIADO!
    Perdón, voy a tomarme un Clonazepam, para bajar un poco la alteración que tengo.


    *toma el Clonazepam. Se atraganta con la pastilla*





    Ahora sí, ya me calmé. Bueno, ya te dije que me hiciste llorar, justo me agarraste en los días sensibles del mes, y justo me tocaron dias llorosos, (a veces me tocan días puteadores) Como ya dije, he estado llorando con los Juegos Oimpicos, ayer lloré junto a una surcoreana que en mi puta vida vi, y que perdió en esgrima, y la mina estaba tan mal, lloraba tanto, y yo también! Y esta mañana lloré con una rusa que lloraba porque le fue mal en gimnasia artistica. O sea si lloro con eso, que nada que ver conmigo, sin contar todas las veces que lloré de emoción cuando han cantado el himno de Argentina, mas las peliculas donde siempre lloro y....bueno, ya está, todo esto para decir que me la he pasado llorando y encima venís VOS con esto!!!!!! Como no voy a llorar si tengo un anillo de Tiffany's? jajaja Era re materialista la chica! jajaja Naaaa, en serio, me agarraste de sorpresa, no me esperaba casarme tan pronto.....Ay, voy a llorar de vuelta, para colmo lo leí como 3 veces, y mi mama acaba de poner un CD re romántico y triste y tengo ganas de llorar! Buaaaa!!! Pero me contengo porque mi madre me va a mirar raro. Creo que todo esto es el efecto secundario de las pastillas que tomé por Pancho jajajjaja. Como sea, por tu culpa cada vez me enamoro mas de Ringo, ya está consagrado como mi GRAN amor platónico, el dia de mañana le diré a mis hijos: "Oh niños, el gran amor de su madre fue Ringo Starr" Voy a parecer March Simpson jajaa
    Bueno, basta de llanto! Voy a comentar de una forma mas decente!
    Casi lloro (otra vez carajo!) con la parte esa del petardo....Joder, cualquiera se hubiera puesto como Chris, eso es ir a la muerte, no a hacer musica! Es imposible no ponerse mal con eso! Yo hubiera descuartizado al que hizo la bromita pesada (ves? ahi salio el lado violento mio)
    Bueno, este Paul, parece que para que acepte la decision de las masas tiene que convertirse en usina eléctrica jajajajajajajaa.....Pero al parecer, se convenció. Mirá Paul, te lo digo así: es AL PEDO seguir, me entendés? XD
    Pobre Paul, si, digamos que se convenció, lo que no lo convence es la admiración de Penny por Dylan....Resultó celoso el Macca! Pero se pasa, por qué es así? Si sabe que a la chica le gusta Dylan, y le consigue una visita y todo, que se piensa? Que la pobre se quedará callada, solo le dirá "Me gusta tu musica", se sacará una foto con él, y listo? Conociendo a Penny, podría haberse hecho una idea de que no se quedaría sólo con eso. En fin....hombres.....!
    Bueno, no vuelvo sobre lo siguiente, porque lloro otra vez jajajajajajajaj Esperá que me seco las lágrimas y brindo bien por Sifo, que me parece que hoy se me dará, no? jjaajjaa, mirá como me has puesto, vos me enseñaste todas esas cosas, además de hacer comentarios re largos, como este jajajajaja
    Bueno madre mía, ojalá que lo pases VRUTAL y BOMBA por los London, ojo con los ingleses, y cuidado con los argentinos jajaja
    Besos, y te espero acá, eh! No me abandones! Sé como Rexona: No te abandona XD XD XD

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  4. sajhfgkahsjbdhsadas nooooo que padreeeeeeeee que se casan!!! ya no comenté en el otro capítulo, lo estaba leyendo en lo que esperaba que saliera Paul en la inauguración de los juegos y de plano se me pasó comentar!! Pero aquí me tienes pendiente de cada actualización de capítulo!!! Y te cuento que llevo desde que salí de vacaciones en Los Angeles!! fui a hollywood hace unas semanas pero fui literal una hora, y quiero volver a ir a tomarme unas fotos en las estrellas de cada beatle, pero mi hermana no me quiere acompañar y ella es la que me toma las fotos porque tiene una cámara fregona!!! reza porque le den ganas de ir!! Y acá me tienes pendiente para el siguiente capítulo!

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