miércoles, 3 de octubre de 2012

Capítulo 62: Cruce de caminos

Pese a que la temperatura era mortalmente baja, hacía un día estupendo. El sol brillaba radiante y todo el mundo parecía haber querido aprovechar el día para  salir a dar una vuelta, incluidas Gwen y Chris, que se habían negado a volver a casa tan pronto después de clases con el buen tiempo que hacía. Mary, por el contrario, había salido en dirección a Sunny Heights apresurada y, pese a que Gwen y ella le habían insistido en que se quedara para dar ese paseo, en el fondo la entendía: todo el tema de la boda la traía de cabeza y, entre eso y los estudios, apenas tenía tiempo a nada. Los chicos, por su parte, debían estar a esas horas reunidos en Abbey Road para seguramente concretar cosas sobre el nuevo trabajo. Aquello hacía, tal vez, que las chicas estuvieran alargando al máximo el momento por volver a casa y disfrutando como nunca del concurrido Hyde Park.

-Creí que ya no ibas a volver jamás a clase con las pocas ganas que tenías...-bromeó Gwen de repente.

Chris soltó una risita. Lo cierto era que su amiga tenía razón. Tenía muy pocas ganas de empezar de nuevo con la rutina y la universidad no le había parecido ni la mitad de interesante que antes. En realidad, aquello ya había perdido todo su encanto para ella.

-Bueno...La obligación es la obligación.-se limitó a decir después de darle una calada a su cigarrillo.-No es que me emocione la idea, pero aquí estoy de nuevo.

-¿No te gusta?

-No sé...-contestó ella meditabunda.-La Historia continúa gustándome, es más, me apasiona. Pero las clases... Quizá sea el ambiente, ya sabes... Mary ya está acostumbrada, pero yo aún no me hago a la idea de ser el nuevo mono de feria de la facultad. Me jode que por dónde yo pase la gente calle y murmure para sí que soy la novia de John Lennon y para algunos, la amante que rompió su matrimonio...

-Ya... Te entiendo...

-Y después están las clases...-continuó.-No me gusta como lo enfocan... La mayoría de profesores se limitan a narrar hechos e irse a casa cuando acaba el día y eso me exaspera.... ¡Con la cantidad de cosas en las que te hace reflexionar la Historia y la cantidad de conclusiones que puedes sacar! Y éstos lo ignoran por completo... Mira, más o menos me está ocurriendo lo contrario que a ti: a ti la universidad te ha abierto a un mundo nuevo y a mí sólo me ha decepcionado...

-Supongo que eso va todo con los profesores, ¿no?

-Sí, supongo.Y también supongo que tú tuviste la suerte de tener a unos profesores que no ignoran las cosas que a ti te gustan, ¿me equivoco?

-Para nada.-respondió Gwen.-La verdad es que no me puedo quejar en absoluto.

-Suerte la tuya...-rió Chris a la vez que echaba el humo de su cigarrillo hacia adelante.-Oye Gwen... ¿En serio te gusta todo eso?

La chica volvió la vista hacia ella y la miró interrogante. Chris, al comprender que la había dejado completamente fuera de juego con aquella pregunta, soltó una risita antes de aclararle:

-Me refiero a lo del arte conceptual y todo eso...

-Claro, por supuesto que me gusta.-respondió Gwen convencida.-¿Por qué lo dices?

-Porque... la verdad, me cuesta entender que te pueda gustar.

-Eso es sólo porque aún no estás acostumbrada.-respondió su amiga sonriente.-Cuando aprendes a mirarlo y a entender su verdadero significado, te aseguro que es fascinante. Por ejemplo, fíjate en la exposición de Yoko Ono, en aquella manzana... Oye, Chris, ¿qué te pasa?

Sólo cuando Gwen interrumpió lo que estaba diciendo para preguntarle aquello, Chris se dio cuenta de que se había puesto mortalmente seria. Miró a Gwen, que la estaba observando con preocupación, e intentó esbozar una sonrisilla tranquilizadora.

-Nada, no me pasa nada, tranquila.-dijo.

-No te lo crees ni tú.-masculló Gwen aún observándola.-Si hubieras visto la cara que has puesto, no dirías eso. Anda, a mí puedes contármelo.

-Ya... Bueno...-empezó a decir ella, indecisa ante lo que iba  a decir.-Es que en realidad no me pasa nada, sólo que...

-¿Qué?

-No sé...-dudó ella antes de darle otra calada nerviosa a su cigarrillo.-Es esa Yoko... No me gusta.

-Bueno, sí, es algo rarilla, pero...

-Eso mismo dijo John.-le interrumpió ella.-Pero no, no me refiero a eso. Es decir, que a mí que sea rara o no me da igual, ¿sabes? Hay algo más... Simplemente, esa mujer me da mala espina.

Gwen calló durante unos instantes, como analizando la respuesta que le iba a dar.

-¿Y por qué te da mala espina? ¿Dijo o hizo algo que...?

-No... Bueno, sí... ¡Bah, no sé!-contestó Chris exasperada porque no era capaz de expresar con palabras aquella marabunta de sensaciones que tenía adentro.-¿No te ha pasado nunca que alguien te cae mal, muy mal, desde el primer momento en que le ves sin ni siquiera conocerle?

-No.

La sinceridad con la que Gwen había dicho aquello no pudo menos que arrancarle una carcajada a Chris, que pos unos instantes, olvidó todo aquello.

-Es que tú eres demasiado buena persona.-rió ella finalmente echando la colilla del cigarrillo en el camino y aplastándola con el pie.

-Bueno... Tampoco soy tan buena como parezco.-le siguió Gwen la broma. No obstante, de repente, añadió:-Oye... ¿ésa de allí no es Penny?

Chris se dio la vuelta para mirar hacia donde lo estaba haciendo Gwen. Entrecerrando los ojos para ver mejor, pues la chica en cuestión estaba a bastante distancia, comprobó que su amiga tenía razón y que sí, que efectivamente era Penny la que estaba allí.

-Sí, creo que sí...-dijo.-Va con la perra.

-¿Vamos a saludarla o qué?-instó Gwen con entusiasmo.-Hace siglos que no la veo.

-Ni yo.-contestó Chris.-No la veo desde que se fue de casa de Paul, así que imagínate. Vamos, sí.

No les costó mucho llegar hasta donde estaba su amiga sentada en aquel banco mientras leía un grueso libro con Bonnie tumbada a sus pies, tranquila.

-¡Penny!-la llamó Gwen cuando estuvieron lo suficientemente cerca.

La chica levantó la vista de su libro sobresaltada por el grito que Gwen acababa de lanzar y las miró. A Chris no se le escapó que una expresión sombría se cruzó por su rostro antes de que esbozara una sonrisa.

-Hola.-las saludó.-No esperaba veros por aquí...

-Ni nosotras.-contestó Chris divertida.

-Hablo en serio.-añadió Penny.-A ti aún te hacía en España vagueando con tu novio.

-Pues ya ves que he vuelto.-le respondió ella sonriente pero algo molesta por el tono con el que Penny acababa de pronunciar las dos últimas palabras que había dicho.-Mi novio y yo ya estamos en Londres de nuevo.

-Sí, volvieron hace un par de semanas solamente.-intervino Gwen, quien seguramente se había percatado de la tensión momentánea entre las dos y había decidido cortar haciendo aquel comentario.-¿Y tú cómo estás, Penny? 

La chica las miró, bastante seria, antes de contestar, descolocando por completo a Gwen y a Chris, quienes obviamente no podían entender aquella mirada.

-Bien.-masculló al fin secamente, aunque era evidente que no lo estaba.

-¿Seguro?-insistió Gwen preocupada.

Penny soltó un intenso bufido de fastidio antes de decir nada.

-¿Por qué preguntas cuándo sabes la respuesta, Gwen?-inquirió Penny de manera brusca.

-Yo... No...-tartamudeó la chica.

-Bueno, pues si no estás bien, sólo dilo.-intervino Christine molesta por la contestación que había recibido Gwen. Al contrario que ella, no se iba a dejar avasallar por nadie.-Tampoco hace falta que respondas así, digo yo.

-Ni tú tampoco te pongas así.-le replicó Penny.-Simplemente me molesta que todos insistáis en preguntarme cómo estoy cuando todos sabéis que no estoy bien, que me han jodido la vida.

-¡Oh, perdona por interesarnos por ti!-dijo Chris en tono sarcástico sin apartarle la mirada.-Claro que lo sabemos. Y precisamente por eso te preguntamos.

-Ya.-masculló Penny.-Pues ya sabéis que no me gusta que me pregunten obviedades. Y ahora, si me disculpáis, he de irme. Tengo que irme a trabajar.

-Pero...-intentó protestar Gwen.

-Pero nada, llego tarde.-le cortó Penny a la vez que cerraba el libro con fuerza y se levantaba del banco en donde había estado sentada hasta ese momento.-Que os vaya bien. Gwen, dale recuerdos a George de mi parte. Chris, tú no hace falta que se los des ni al imbécil de Lennon ni al cabronazo de tu hermano.

Y sin ni siquiera esperarse a que le respondieran nada, Penny agarró la correa de Bonnie y se alejó de allí con paso decidido, dejándose a una Gwen y a una Chris casi sin palabras por lo que acababa de ocurrir.

-¿Y a ésta qué mosca le ha picado?-preguntó Gwen cuando pudo reaccionar al cabo de unos instantes.

-Ni lo sé ni me importa.-respondió Chris con contundencia, sintiendo una extraña mezcla de indignación y rabia dentro de ella.-Entiendo que esté dolida con mi hermano, pero los demás no debemos nada. Ya se apañará.

-Sí, bueno...-masculló Gwen aunque sin estar demasiado convencida.-En fin... Se está haciendo tarde. Será mejor que volvamos a casa.

-Tienes razón. Vamos, te acerco con el coche.

***************************

George acabó de escuchar las palabras de Paul con interés y apoyó su espalda contra el respaldo de la silla, pensando en lo que su amigo acababa de decir. Ringo y John también hicieron lo mismo, pensativos.

-¿Cómo coño se ta ha ocurrido todo eso?-quiso saber John, que con aquella pregunta rompió aquel repentino instante de silencio.

-En realidad se me ocurrió en el vuelo de regreso de la última gira.-contestó Paul esbozando una sonrisa.-Y he acabado de concretar la idea ya aquí en Londres, sobre todo después de escribir la canción que os he enseñado. ¿Qué me decís?

-Hacer una especie de alter ego de nosotros mismos en una supuesta Banda de los Corazones Solitarios... La gente pensará que nos hemos vuelto completamente locos...-contestó John con una sonrisilla.-¡Me gusta!

Aquella afirmación hizo que el resto, incluido George que hasta ese momento había estado absorto en sus divagaciones, soltaran una risotada casi al unísono.

-¿George? ¿Rich?-preguntó Paul mirándoles.

-A mí también me parece una idea original y divertida.-contestó Ringo mientras se encendía el enésimo cigarrillo de la mañana.

-Supongo que podríamos hacer algo con eso que dices...-dijo George finalmente mirando a Paul.-Pero... Espero que se me permita meter en esa nueva idea un tema en el que estoy trabajando, aunque no encaje del todo dentro de la atmósfera general que quieres para el disco.

Cuando acabó de decir eso, Paul le dedicó una mirada que a George se le antojó severa pero, no obstante, enseguida se apresuró en sustituir su expresión por una sonrisa afable.

-Habrá que escuchar ese tema entonces...-dijo su amigo.

-Sí, ya os lo presentaré cuando le dé los últimos toques.

-Pues perfecto, chicos.-intervino John.-Entonces se acepta la idea, ¿no? ¿Algo más que añadir?

-Por mí nada más.-contestó Paul.

-Pues entonces larguémonos a casa.-dijo Ringo poniéndose en pie.-No sé vosotros, pero yo tengo a una novia agobiada esperándome para que le diga dónde puñetas van a sentarse unos tíos míos en el banquete de la boda.

-Sentadlos en el suelo, Starkey.-bromeó John.

-Eso mismo le contesté yo, pero no le hizo ni pizca de gracia.-rió Ringo.-No entiende que da igual dónde se sienten... Quizás deberías intentar explicárselo tú, Lennon.

-Ni de coña, tío. De convencer a tu novia te encargas tú solito. Yo de lo único que me tengo que preocupar respecto a tu boda es de ir allí ese día, comer como un cerdo y emborracharme y colocarme a tu salud hasta que no  pueda ni siquiera caminar. Lo demás, es cosa tuya.

-La verdad es que no sé qué haría sin amigos como tú...-bromeó Ringo.-En fin, chicos, me voy a casa.

Después de despedirse, Ringo salió de allí y cerró nuevamente la puerta tras de sí.

-Oye George...-masculló Paul de repente haciendo que él se sobresaltara. No esperaba aquello.-¿En qué consiste exactamente ese nuevo trabajo del que hablas?

George meditó la respuesta unos instantes. Lo cierto era que en aquellos momentos en los que estaba allí solo junto con Paul y John, temía que le rechazaran la idea sin más, como otras veces habían hecho. Aquello, sólo con pensarlo, le ponía de los nervios.

-Tiene toques de música hindú.-contestó finalmente.-Ya sabéis que estoy perfeccionando el sitar y me parece algo muy interesante... De hecho, ya metimos cosas así en los discos anteriores y funcionó.

-Sí.-dijo John.-Quedó bien.

-Fue bueno.-convino Paul.-Pero el caso es si podría encajar aquí...

-Claro que se puede encajar.-contestó él algo airado ya que se temía que de un momento a otro le dieran la negativa.

-Y si no se puede encajar, lo haremos encajar.-intervino John poniéndose en pie.-Supongo que aquí cada uno vendrá con sus canciones hechas con su estilo propio y todo eso... Así que se lo queremos meter, se meterá, no hay más.

George le dedicó una mirada significativa, entre confusa y agradecida.

-Sí, tenéis razón.-dijo Paul finalmente también levantándose de su silla.-Por supuesto que se puede poner. Además, seguro que gusta. En fin... ¿nos vamos a casa o qué?

-Vamos.-contestó George sonriente.-Me muero de hambre...

-Menuda novedad...-rió John.-El pequeño Hari tiene hambre...

******************************

La llamada del dichoso sastre la había puesto de los nervios. Lo cierto era que no se esperaba que la llamara tan pronto por la lista de espera que le habían dicho que tenía... Aunque, pensándolo bien, tampoco era tan pronto. Un traje de novia requería tiempo para hacerse y ya estaban a mediados de noviembre.

No obstante, pensaba que cuando le llamara no le daría la cita para esa misma tarde. Había creído que le daría tiempo incluso a llamar a su madre para que viniera desde Liverpool y la ayudara a escoger, pero se había equivocado de lleno. ¿Qué hacer ahora? Obviamente no iba a ir sola a elegir algo tan importante como su vestido de novia y, por supuesto, no iba a permitir que Ringo le acompañara, cosa que ya había propuesto él medio en serio medio en broma y que había obtenido por toda respuesta un cojinazo directo a la cara del chico.

Así pues, había decidido llamar a sus amigas. Acababa de colgar de hablar con Gwen, que había aceptado de muy buena gana y, en esos instantes, se disponía a llamar a Chris. Después de equivocarse y marcar los primeros números de Cavendish Avenue, Mary cayó en la cuenta de que su amiga ya no vivía allí y colgó de nuevo para, ahora sí, marcar el número del piso de John, que, por cierto, aún no sabía de memoria.

-¿Sí?-contestó Chris al otro lado de la línea.

-Hola, Chris, soy Mary. ¿Qué tal?

-Aquí estaba, soportando las bromitas de cierto individuo que tengo aquí al lado y pensando en si ahogarlo con una almohada o tirarlo por la ventana.-rió su amiga.

-Vivís en una planta baja, Chris... No te recomiendo lo de tirarlo por la ventana, sobreviviría.-le siguió la broma Mary.

-En eso tienes razón. Mejor lo de la almohada. ¿Qué tal?

-Bien.-contestó ella.-Pero quería pedirte un favor.

-Pues pide, pide.-contestó Chris divertida.-Pedir es gratis. Dime en qué puedo ayudarte.

-Necesito que hagas el trabajo de Epigrafía por mí.-bromeó Mary.-Ya sabes que yo con esto de la boda no tengo tiempo y...

-¿Qué coño..?

Mary soltó una sonora carcajada que evidenció que le estaba tomando el pelo.

-¡Qué cabrona que eres!-rió Chris también.-Me lo había creído, ¿sabes?

-Ya lo veo, ya... Te has quedado a punto del infarto.-le respondió ella divertida.-Pero eso sí, te voy a pedir un favor igual, aunque no es ése. Verás... ¿te importaría acompañarme esta tarde al sastre?

-¿Al sastre? ¿A qué?

-Digo yo que no me voy a casar con ropa de andar por casa, ¿no?

-¿Vamos a por lo de tu traje de novia? ¿En serio?-preguntó Chris emocionada.

-Claro que vamos por eso, boba.

-¡Joder, qué bien! ¿A qué hora quedamos?

-¿A eso de las cuatro va bien? No me gustaría llegar tarde.

-Perfecto.

-Bueno, Chris, entonces quedamos así, ¿no? Voy a ver si llamo a Penny, por si quiere venir y...

-¿Penny?-preguntó Chris de repente.

-Sí, ¿qué pasa?

-Nada...-contestó Chris.-Pero no creo que le haga mucha gracia la idea... Gwen y yo nos la encontramos ayer...Y no veas las contestaciones que nos dio sólo porque le preguntamos qué tal estaba...

-¿En serio?

-Y tan en serio...-respondió su amiga.

Mary calló durante unos instantes, unos instantes en los que alcanzó escuchar la voz de John por detrás murmurar un "os dije que esa tía era una borde" al otro lado de la línea.

-O sea...-dijo al fin.-Que si le digo de quedar para ver cosas de mi traje de boda como que no...

-Tú verás.-dijo Chris.-Yo sólo te digo lo que hay, para que no te lleves sorpresas. Aunque de todas maneras, con lo que le ha pasado, creo que lo último que le apetecerá es ir a ver cosas relacionadas con bodas y cosas así.

-Sí, creo que tienes razón...-convino ella, que no había caído hasta ese momento en aquel detalle. En realidad, Penny no era la persona más indicada para acompañarla esa tarde. Al fin y al cabo, la ruptura con Paul era aún bastante reciente.-Bueno, mejor será que quedemos con ella para otras cosas.

-Sí, mejor.

-Bien, pues entonces vamos nosotras... Por cierto, que conste que quiero buenos consejos estilísticos.

-Tranquila, intentaré dártelos para que no parezcas un esperpento el día de tu boda.-bromeó Chris.

-¡Oye!-rió Mary.-¿Acaso dudas de mi buen gusto?

-Joder, tía...-contestó Chris divertida.-Casi me dejas sorda del grito que has dado... Hasta John te ha oído. Por supuesto que no dudo de tu buen gusto...

-¡Yo sí!-escuchó como exclamaba John por detrás.-¡Si tuvieras buen gusto no estarías con Ringo!

-Dile a tu querido Johnny de mi parte que se vaya a tomar por culo.-rió Mary.

-No le hagas caso... En realidad está celoso. Te quería para él y como no pudo ser se tuvo que quedar conmigo.-bromeó Chris.-En fin... Nos vemos a las cuatro, ¿no?

-Sí, a las cuatro.-contestó Mary.

-Adiós, novia.

-Adiós.

Y después de despedirse, Mary colgó y se puso repentinamente nerviosa al entender que por fin eso de la boda ya iba completamente en serio... Ya sólo le faltaba esperar a que llegara el ansiado mes de enero...

************************************

John debía de reconocer que cuando Chris le había dicho que iba a irse toda la tarde con Mary para eso del traje de novia, no le había gustado. En realidad, aunque no tuviera nada planeado, pensaba pasarse toda la tarde con ella, aprovechando que ninguno de los dos tenía nada que hacer. Incluso había pensado en organizar un viaje con LSD, ambientando la casa y todo eso... Desde que habían regresado de España no había tomado y tenía unas ganas locas de probar de nuevo el ácido. Y habría querido hacerlo de nuevo con ella al lado. No obstante, pese a que no le había sentado bien ese cambio repentino de planes, John no había dicho nada. Simplemente se había limitado a mostrarse un poco más serio de lo habitual y a despedirse de ella cuando la chica salió de casa a la hora acordada.

Y allí estaba él, tirado en el sofá, con la única compañía de sus gatos y sin ganas de hacer absolutamente nada, ni tan siquiera de agarrar la guitarra y rasgar unas cuantas notas. Bueno, en realidad sí que tenía ganas de hacer algo, pero la idea de hacerlo allí solo no le atraía demasiado. Y es que aún no se le habían ido las ganas de ponerse con ácido, para nada.

-A la mierda.-se dijo para sí mismo a la vez que se ponía en pie casi de un salto.-Me colocaré yo solo.

Y dicho esto se encaminó hacia su habitación. Abrió el primer cajón de su mesita de noche y sonrió. Aquello parecía un pequeño arsenal de estupefacientes. Sólo había allí tabaco, marihuana, anfetas de varios tipos y tabletas y botellitas con LSD. Si había alguien que aún creyera que los miembros de The Beatles eran unos santos, sólo tenía que abrir aquel cajón para convencerse de que eran precisamente todo lo contrario.

Sin pensárselo dos veces, extrajo de allí dentro una tableta de ácido y se la metió en la boca. Se lo tragó en el acto, sonriente sólo con pensar que a partir de ese momento no habría ningún rodaje de película ni ningún concierto en público que le impidiera consumir LSD tantas veces como le diera la gana. Después, volvió hacia el sofá y se dejó caer allí de nuevo, siendo consciente que de un momento a otro empezaría a notar los primeros efectos. Y entonces, justo cuando las extremidades estaban empezando a adormecérsele y las pupilas se le estaban empezando a dilatar, sonó el teléfono.

Al principio, pensó en no contestar, pero aquel sonido era tan molesto... Además, parecía que sonara infinitamente más fuerte de lo que lo debía estar haciendo en realidad, casi con un rugido monstruoso que se le metía dentro del cerebro. Sí, al parecer el ácido empezaba a surtir efecto...

Casi en un acto reflejo, descolgó el teléfono y masculló un casi inaudible "¿sí?".

-¿John? Soy yo, Paul.

La voz de su amigo se le antojó muy, muy, lejana.

-¿Y qué quieres?

-Que me acompañéis mi hermana y tú a ver una exposición de Claes Oldenburg...

-¿De quién?-preguntó John, no porque no supiera quién era aquel hombre, sino porque más bien no había llegado a discernir su nombre.

-De Oldenburg, John... Ya sabes, el escultor pop.

-Ah, ya... No creo.

-¿No crees?

-No... Chris se ha ido con Mary y yo...

-¿Tú qué?

-Yo me acabo de meter ácido.

-Joder, John...-masculló Paul.-¿Te has colocado con ácido tú solo en casa?

-Sí. ¿Hay algún problema con eso?

-Pensé que era... peligroso hacerlo solo, por eso de los malos viajes y...

-Que te den por culo.-le cortó él.-Si tengo algún mal viaje, me las arreglaré yo solo.

-No.-le cortó Paul.-No te vas a arreglar tú solo porque ahora mismo paso por ti.

-¿Vas a arrastrarme a ese sitio?-rió John.-Dentro de nada estaré en pleno viaje, te aviso.

-Me da igual.-le contestó Paul.-Ahí solo no estás bien. Y en la exposición tú solo limítate a volar y estate quietecito y con la boca cerrada y nadie se dará cuenta de que estás puesto. Voy a colgar. Dentro de media hora estoy ahí. Y más te vale abrirme la puerta.

Y dicho esto, Paul colgó el teléfono dejándose a John perplejo con el auricular en la mano. Cuando reaccionó, John soltó una risa histérica. Iba a meterse en un acto público completamente colocado. Aquello no tenía desperdicio.

**************************************

-¿Qué os parece, chicas?-preguntó Mary mientras miraban las telas que tenían delante.

-Son preciosas...-dijo Gwen mirándolas.

-Todas son de seda pura.-dijo el hombre que las estaba atendiendo.

-Con ese precio sólo faltaba que fueran de algodón.-bromeó Christine haciendo que el hombre esbozara una mueca de fastidio.-Sí, son preciosas.

-A mí me gusta ésta de aquí...-continuó Mary señalando una tela de un blanco roto, quizá la más bonita de todas las que allí había.

-Y a mí.-dijeron Gwen y Chris casi al unísono, cosa que les hizo reír a todas.

-Es una excelente elección.-comentó el sastre.-Y con el estilo de traje que nos ha dicho que quiere, le irá de maravilla.

-¿Usted cree?-preguntó ella emocionada, aunque aún no era capaz de visualizar su vestido.

-Por supuesto que sí.-contestó el hombre con vehemencia.-Si quiere, puedo hacerle un diseño de su traje para que vea como quedaría.

-Eso sería fantástico.-contestó Mary ilusionada.

-Perfecto. Si me disculpan, iré a por papel y lápiz para tomar notas detalladas de cómo lo quiere...

Dicho esto, el hombre se metió en un pequeño despacho que comunicaba al resto del local y las dejó allí solas.

-No te quejarás, Hall.-bromeó Christine.-Pareces la princesa, diseñándote trajes y todo...

-Por supuesto que sí.-le siguió ella.

-Muy bien, señoritas.-dijo de repente el sastre volviendo a aparecer en la estancia.-Veamos... ¿Cómo va a ser ese vestido?

************************************

John se sentía realmente idiota allí metido en medio de toda aquella comida hecha con gomaespuma. Estaba muy colocado. El ácido había surtido efecto y pese a que no estaba teniendo un viaje muy potente y era consciente de todo, las malas sensaciones se abarrotaban en su interior, multiplicándose por diez a causa del LSD. No entendía qué puñetas estaba haciendo en aquella estúpida exposición, ni tampoco por qué se había dejado arrastrar por Paul hasta ese lugar. Además, tenía la sensación de que era el blanco de todas las miradas y aquello no le gustaba en absoluto.

-Menuda gilipollez.-gruñó cuando Paul, que había ido a hablar con alguien que no recordaba, se acercó de nuevo hacia él.

-Cállate, John...-le riñó su amigo.-Claes está ahí mismo. Te puede oír.

-Que me oiga.-volvió a gruñir él enfadado.-¿Hamburguesas de gomaespuma? Es una idiotez.

-Venga, joder.-susurró Paul.-Deja de dar la nota. Ya la estás dando lo suficiente con las pintas con las que has venido como para que ahora te pongas a decir sandeces.

-¿Tienes algún problema con mis pintas?

-Yo no soy el que está hecho unos zorros, Lennon, así que no tengo ningún problema.

Por toda respuesta, John soltó otro gruñido incomprensible y miró a su alrededor. No le costó divisar a algunos conocidos, aunque ninguno le caía bien en realidad, ni tampoco a Oldenburg quien, tal y como había dicho Paul, estaba a escasos metros de ellos hablando con una mujer. Y entonces, fue cuando la reconoció. Aquella mujer, la que estaba hablando con Claes Oldenburg, era, sin lugar a dudas, Yoko Ono, la artista conceptual de la que habían visto una exposición un par de semanas antes. No hacía falta ni estar muy lúcido ni ser muy sagaz para reconocerla. Al fin y al cabo, no había demasiados más japoneses en Londres que pudieran estar allí que ella. Se quedó mirándola durante unos segundos, escrutándola con la mirada. Era extraña, y aún lo parecía más bajo los efectos del ácido. Casi como si hubiera adivinado su presencia allí, Yoko desvió la mirada hacia él y lo miró. John, sin embargo, no le apartó la mirada. No estaba para gilipolleces esa tarde y él no había sido nunca del tipo de gente que apartaban la vista para disimular.

-¿Qué pasa?

La pregunta de Paul pilló a John por sorpresa. Ahora sí, John apartó la mirada de la mujer y se volvió hacia su amigo, que lo miraba interrogante.

-Ésa de ahí.-le aclaró él señalando con la cabeza hacia el lugar en donde estaban Claes y Yoko.-La japonesa que está hablando con Oldenburg.

-Sí, la veo, ¿qué pasa con ella?

-Es Yoko Ono, la tía que montó la exposición esa en el Indica, la que fuimos a ver Gwen, Chris y yo hace un par de semanas.

-Ah, ya... Lo recuerdo. ¿La de la manzana?

-Sí, esa misma.

-Interesante...-masculló Paul.-Voy a saludarla...

Sin ni siquiera esperarse a que John pudiera protestar nada, Paul se alejó de allí con paso decidido y se plantó delante de Yoko para, inmediatamente empezar a hablar con ella. John los miró, sin moverse de su rincón. Ella, al principio, lo recibió seria, como había hecho con ellos en la galería. No obstante, al poco rato, dibujó una sonrisa en su cara y continuó hablando con Paul. Jodido McCartney... Era capaz de caer bien hasta a aquella tipa rara... Se mantuvo así, mirando como charlaban durante un par de minutos más y, entonces, una oleada de rabia inexplicable se apoderó de él. Sin pensárselo dos veces, abandonó el rincón en el que había estado toda la tarde y se acercó hacia donde estaban su amigo y la japonesa.

-Ah, hola, John.-le saludó Paul cuando lo vio.-Le estaba diciendo a Yoko que el otro día estuvisteis en su exposición y que...

-Oye.-le cortó él, mirándolos a los dos gravemente.-Ahora tenemos que marcharnos.

Y dicho esto, apartó a Paul de donde estaba Yoko y lo guió hacia la salida de la galería.

***********************************

-¡¿Pero a ti qué coño te pasa?!-exclamó Paul cuando entraron en el coche.-¡¿A qué ha venido eso?!

Miró a John, que se había sentado en el asiento del copiloto y parecía ido completamente.

-No lo sé.-contestó al fin en voz baja.-No me sentía a gusto ahí adentro.

-¿Pero por qué has hecho eso?-inquirió de nuevo Paul, aún enfadado.-Me has hecho quedar como un gilipollas al lado de esa Yoko.

John soltó  un suspiro y lo miró. Tenía los ojos vidriosos y la expresión ausente.

-No quería seguir ahí con... ella.

-¿Ella? ¿Te refieres a Yoko Ono?

John asintió y, a continuación, volvió a fijar la mirada al frente, hundiéndose en el asiento del coche.

-¿Qué ocurre con ella? -preguntó Paul empezando a temerse lo peor, una aventura o cualquier historia por el estilo.-Mira, John... te recuerdo que Chris es mi...

-No, no, no.-se apresuró a cortarle su amigo, todavía con voz débil.-No es nada de lo que piensas. Sólo  que ésa me incomoda. No sé... Siento como...

-¿Qué?

-Me pone de los nervios cuando está cerca. Me altera.-susurró.-Y no quería estar ahí ni un segundo más, simplemente. Sólo quiero volver a casa, Paul.

Antes de contestar nada, Paul lo miró, escrutándole. Pese a lo colocado que iba, John parecía estar hablando completamente en serio.

-Está bien.-dijo al fin soltando un suspiro.-Te llevaré a casa. Será lo mejor.

John asintió y Paul puso en marcha el coche. No cruzaron ni una sola palabra en todo el viaje, simplemente cada uno iba absorto en sus propios pensamientos: John seguramente disfrutando de su viaje (y no sólo el que estaban teniendo en coche) y Paul pensativo. Quizás fuera el efecto del ácido, pero lo cierto era que jamás había visto a su amigo tan asustado (sí, ésa era la palabra exacta) por nadie. ¿Qué estaba ocurriendo? Ni él mismo lo sabía, pero aquello no le daba ninguna buena impresión.

Paul entró directamente en los garajes de la finca de John. Aún no era demasiado tarde y un grupito de fans permanecía en la puerta de la casa y, teniendo en cuenta el estado de su amigo, lo mejor sería no dejarle pasar por delante de ellas como si tal cosa.

-Hemos llegado, tío.-le dijo cuando paró.

John simplemente se limitó a asentir y a salir del coche sin decir ni una palabra. Paul salió también. Aunque no le hubiera invitado a subir, iba a hacerlo igual. Simplemente, se quedaría más tranquilo si lo dejaba dentro de casa.

Subieron de nuevo sin decirse nada el uno al otro. Después de rebuscar un buen rato entre sus bolsillos, John consiguió encontrar sus llaves y abrir la puerta de casa.

-Gracias tío.-le dijo entonces a Paul antes de entrar.

Pero antes de que Paul pudiera decirle un simple "de nada", la voz de Chris desde el interior los interrumpió.

-¡Johnny!-llamó la chica asomándose por la puerta del salón.-¿Dónde...?

Nada más los vio, la chica borró la sonrisa que tenía dibujada en la cara. Paul la miró con gravedad. Era evidente que se había dado cuenta del estado de John.

-Me lo he llevado a una exposición, Christie.-contestó Paul.-Aquí lo tienes.

-Y por lo visto también habéis estado poniéndoos con ácido, ¿no?-dijo la chica acercándose a ellos.

-Yo me he puesto antes de que Paul pasara a recogerme, pequeña.-contestó John.

-¿Te has tomado LSD estando tú solo?-se escandalizó ella.-¿Y si te hubiera dado un mal viaje?

-No creo que éste sea el mejor que ha tenido en su vida.-intervino Paul.

-Oh, Johnny, joder...-suspiró ella, evidentemente nerviosa..-Vamos, entra en casa y siéntate. Paul... ¿te apetece entrar y tomarte algo?

-No, gracias.-contestó él sonriendo.-Será mejor que me vaya a casa. Tú encárgate de John. Estaba un poco paranoico, así que...

-Vale, como quieras.-dijo Chris.-Gracias, Paul. Te debo una.

-No me debes nada, hermanita.-sonrió él.-Buenas noches.

-Buenas noches.

Chris cerró nuevamente la puerta con suavidad y Paul empezó a caminar de nuevo en dirección al ascensor mientras pensaba en el colocón de John y en cómo su hermana lo había recibido. Sin duda, Chris debería empezar a tener muchísima paciencia si quería seguir viviendo con él...



Hola mis niñas! Bueno, pues aquí yo de nuevo, antes de lo habitual incluso. Nada, un ataque de inspiración y la motivación de tener que escribir hoy porque los próximos días los tengo bastante ajetreados (y bien feliz que estoy por ello, que es por cosas buenas, jejeje).  Y bueno, quería comentaros un par de cositas sobre el tema Yoko y todo eso... Más o menos (sólo por ahora) me estoy basando en lo que ocurrió de verdad (su primer encuentro en la galería y el segundo encuentro en la exposición de Oldenburg), pero bueno, pronto empezaré a hacer adaptaciones, jaja. Y otra cosa, para que no me vengan los puristas a reñirme :P : la idea del Sgt Pepper's surgió mientras Paul volvía, no de la gira, sino de unas minivacaciones que tuvo en Estados Unidos después de todo eso, por lo que tengo entendido. Pero bueno, esto es un fic y Paul aquí se ha quedado en Londres desde que han vuelto y sin vacaciones, jejejeje.

En fin, espero que os haya gustado y todo eso y, como siempre, pues muchas gracias a las lectoras y en especial a las comentaristas. Ya sabéis que me alegráis el día cuando veo que comentáis. 

Espero que todo os vaya genial y disfrutad al máximo! Besos!







4 comentarios:

  1. Soy una comentarista?) hahhaa me alegro mucho por ello! Me he emocionado muchísimo cuando he visto que has subido, si, antes de lo esperado, Bueno, desde el título pensé que la situación Ono-Lennon iba a irse un poco más para allá...si me entiendes, claro esta, y bueno, me alegro saber que no fue así. Chris regreso a la universidad y que horrible ha de ser XD después de haber pasado unas grandes semanas en España, regreso de nuevo a la realidad, pobrecilla, hahaha y después el encuentro con Penny, por una parte tienen razón ¿Por que ha de enojarse con ellas, si ellas no tienen la culpa de lo que le sucede? pero también de alguna manera hay que comprender que su vida puede ser sinónimo de mierda, justo en esos momentos...el Vestio de Mary! al fin!! ya escucho las campanas de la parroquia?) hahahahaha! como toda una princesa, hahaha cuando & si yo fuera George hubiera mandado mucho a la mierda a Paul cuando le dijo eso sobre su tema...bueno, a mi siempre me ha enojado la actitud que el tomaba con las composiciones de Harrison, cuando eran en verdad muy buenas y le dejaron poco espacio para crecer como compositor...pero en fin, bueno y el colocón de John XD hahaha! esta bien loco pero aquí me entra una duda, sabia Cris ¿Que es exactamente un mal viaje? La verdad que lo que me imagino es que tienen alucinaciones, así como cuando se dice que Cyn, John, Pattie & George probaron el LSD por primera vez ¿Eso es un mal viaje? es que soy una inculta y no sé XD y bueno, vuelve a aparecer la tipa esa con pelos de escobeta ¿Por queé habrá espantado a John? Quizá eso mismo que lo espanto, sería lo mismo que lo atrajo, puf, cuando aparece Yoko simplemente son problemas, y concuerdo con todos: A MI NO ME DA BUENA ESPINA...solo quiero saber que tanto desastre va a hacer en tu fic haha! bueno, como siempre, Cris, eres una genia y escribes de forma maravillosa, nos vemos pronto! & suerte con tus cosas que te mantendrán ocupada! Ah & de nuevo, gracias por la presentación de las culturas ;) dijera la señorita Aye, Luxán & Natty Sos una grosa! hahaha nos vemos :B

    ResponderEliminar
  2. He descubierto un nuevo placer: leerte en un bondi a oscuras jajajajajjaja De verdad, estuve todo el viaje disfrutandolo!
    Bueno, quiero decirte que.....AAAAAAAHHHHHHHH VESTIDO VESTIDO!!!!!!! *salta alrededor de la silla* Ahh se re emocionaba la loca XD Vos sabés que en mi tierna infancia, mi madre compró una revista de vestidos de novia, y yo me enamoré de uno, y han pasado un montón de años y he visto muchisimos vestidos mas y sin embargo sigo diciendo que ese vestido me haré cuando algún día me case (algo que veo muuuuuuuy lejano jajajjajajaja) Bue, por lo menos ya lo tengo elegido ;)
    El lunes estaba como Chris (vos lo sabes bien XD) que ganas de irme a la mierda y largar la universidad, que clases mas chotas, la verdad que la re entiendo. Y....con respecto a lo de Penny.....me reservo los comentarios ;)
    Che, la charla telefónica me hizo acordar a nuestros güazapsss jajajjaja "pide pide que es gratis" XDDDDD
    A Paul hay que darle un palo, nunca me gustó (coincido con Citla) como trató a George, fue muy guacho con él. Otra cosa, cuando leí lo de John todo falopeado en medio de la muestra esa me reía porque recordaba el video de Capusotto, Lennon diciendo "I see....angels.....fat mans.....and fried egggggssss" jajjajajajajajja se había fumado el
    ácido y Paul diciendole "Te fumaste el ácido lisérgico?" jajja era re bestia!
    Y otra vez "la que no debe ser nombrada". Puta madre, esa mina está en todos lados. Por suerte John la ve mal, no le gusta, aunque todo esto me da miedo.....
    Y por una vez coincido con Paul: Chris va a tener que armarse de paciencia para aguantar a Lennon volando todo el día XD
    Bueno genia, me voy!!!!!! Gracias por subir!!!




    p/d: viste como escribí Whatsapp? jajajjaja Soy una analfabestia!

    ResponderEliminar
  3. Cuando leí comentaristas me imaginé a los hombres que dan sus opiniones luego de un evento deportivo :v
    ¡Por los clavos del Señor! Me siento totalmente identificada con Chris, me encanta el Español, estudio Docencia de la Lengua y la Literatura, esperaba que este semestre fuera una cosa bárbara pero me ha decepcionado terriblemente. De no ser por la clase de Gramática el curso sería caótico ):
    Jajajaja creo que debo dormir o en su defecto, comentar a una hora decente y no estar a las 4 de la madrugada contándote mis penas universitarias.
    John va colocado a un exposición de arte...LIKE A FUCKING BOSS(? Me encanta, me encanta! Y Paul siempre en su papel de madre protectora. Aunque su actitud con George no fue la más adecuada al final aceptó ver la canción de éste o al menos simuló hacerlo.
    ¿Qué le pasa a Penny? porque se molesta con las chicas, ellas nada que ver con los problemas entre ella y McCartney D:
    Mary, su vestido, la boda, Ringo...¡TODO ES TAN GENIAL! Me muero porque ya sea el enlace matrimonial (que refinado se ve eso :A)
    YOKO, YOKO...bleh! Siempre me parecerá una mujer poco confiable, me da gusto que Lennon le tenga miedo XD pero también me asusta lo que pueda pasar entre ellos!
    Como sea, el capítulo ha estado genial como de costumbre.
    Saludos y bonito fin de semana :)

    ResponderEliminar