miércoles, 14 de noviembre de 2012

Capítulo 66: La boda


Cuando Chris abrió los ojos y vio la hora que era en el reloj despertador que descansaba sobre la mesita de noche, se le quitó todo el sueño de repente. Casi de un salto, se volvió hacia John, que dormía como un tronco a su lado mientras soltaba ligeros ronquiditos con la boca semiabierta, y empezó a zarandearlo con brusquedad para despertarlo.

-¡Johnny, Johnny... JOHN!-casi gritó ella.

No obstante, la única respuesta que obtuvo de él fue una retahíla de cosas ininteligibles a la vez que se volvía de espaldas a ella con la clara intención de seguir durmiendo. Chris soltó un bufido molesta. En ocasiones como aquella, odiaba que a John le costara tantísimo levantarse por las mañanas.

-¡Despierta, joder! ¡Es tardísimo!

Nada.

-¡John Winston Lennon!

Con tan sólo escuchar aquello, John se volvió de nuevo hacia ella y entreabrió los ojos.

-No se te ocurra volver a llamarme así.-masculló él de mala gana.

Christine soltó una risita divertida ante el inexplicable odio que John le tenía a su segundo nombre.

-Arriba, Winston.-bromeó mientras le sacaba la lengua divertida.

-Christine McCartney, no te lo volveré a repetir más: no-me-llames-Winston.

La chica levantó las manos en un gesto de inocencia y, a continuación, se acercó hacia él para plantarle un suave beso en los labios. Sin duda, aquella era la mejor manera de que a John se le pasara aquel pequeño cabreo por lo de su segundo nombre.

-¿Y a qué viene tanta prisa?-preguntó él sonriendo cuando ella se separó.

-Tenemos una boda, ¿te acuerdas?-replicó ella con ironía.-Dos de nuestros dos mejores amigos se casan.

-¿Boda? ¿Qué boda?-bromeó John.-No recuerdo que nadie haya mencionado nada acerca de una... Ni siquiera Ringo o Mary...

Chris soltó una carcajada. John tenía razón. Lo cierto es que aquellas dos últimas semanas habían sido caóticas y tanto a uno como al otro les había tocado aguantar a dos novios casamenteros al borde de un ataque de nervios.

-Venga, levanta. Nos tenemos que arreglar aún y como lleguemos tarde nos matan.

-¿Y no nos podemos quedar un ratito más aquí los dos?-preguntó John poniendo cara de niño bueno.

-Mejor dejemos ese ratito para la noche, monstruo.-respondió ella a la vez que se ponía en pie.-Porque como no lleguemos a casa de Ringo a la hora exacta, tu amigo te castra. Y entonces sí que no podremos tener jamás ratitos como ése...

John lanzó una sonora risotada y se levantó de la cama también. Christine, por su parte, ya había empezado a vestirse.

-Podrías ir así...-dijo John pícaramente cuando la vio en ropa interior.

-Y tú podrías afeitarte ese bigote.-replicó en broma.

John se llevó la mano a la cara y se pasó los dedos por el bigote que desde hacía poco había empezado a lucir, tanto él como el resto del grupo.

-En realidad sé que te encanta, pequeña.-sonrió.-Así que no disimules y admite que te pone.

Ella soltó una risita sin más. En realidad John tenía razón. Le gustaba como le quedaba aunque constantemente se estuviera quejando por el mero placer de fastidiarlo.

-Vístete de una vez y déjate de cuentos.-contestó al cabo de unos segundos.

Encogiéndose de hombros, John se dirigió hacia el armario con deliberada lentitud. Ella sonrió mientras lo miraba. Sabía que estaba yendo a cámara lenta sólo para hacerla rabiar, así que decidió no darle el gusto y no meterle prisa. A fin de cuentas, por muy lento que fuera, ella iba a tardar más que él mientras se arreglaba el pelo y se maquillaba. Ya le llegaría a él el turno de despacientarse mientras esperaba a que ella saliera del baño...

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Mary estaba que se subía por las paredes. Jamás había pensado que aquel día llegaría tan pronto y tenía la sensación de que se había dejado un montón de cosas importantes por hacer y por prever. Por eso, mientras su madre se apresuraba a enfundarla dentro de su traje de novia acompañada por sus amigas de Liverpool no pudo evitar ponerse a llorar como una niña pequeña.

-Oh, cariño, ¿qué te pasa?-preguntó su madre cuando se percató de que su hija estaba lanzando sollozos ahogados.

-No... lo... sé.-intentó decir ella mientras hipaba a causa de los lloros.

-Seguro que son los nervios.-afirmó su amiga Lily.

-Es que... No sé...-lloriqueó ella de nuevo.

-Claro que sí, es el agobio.-sonrió Cam a la vez que su gemela, Bridget, asentía con la cabeza.

-Tú sólo relájate y verás como todo sale genial.-añadió Rachel.

-Tus amigas tienen razón.-convino su madre, acomodándole el pelo.-Y venga, no llores, es el día de tu boda y debes estar radiante.

-No lo haré.

Justo en ese momento, la puerta de la habitación se abrió provocando que todas las que estaban allí dieran un pequeño brinco sobresaltadas. Mary intentó esbozar una media sonrisa al ver que eran Chris y Gwen que al parecer acababan de llegar a Sunny Heights, pero no lo consiguió.

-¡Hola!-saludaron las dos casi al unísono.

No obstante, cuando sus dos amigas se percataron de que estaba llorando, borraron de sus caras aquella expresión risueña con la que acababan de entrar, confusas.

-¡Mary!-exclamó Gwen.

-¿Pero qué te...?

Christine no pudo acabar de formular la pregunta porque alguien le interrumpió desde fuera.

-¿Puedo ver a la novia? ¿Puedo? ¿Puedo?

A Mary no le costó para nada reconocer la voz de John al otro lado de la puerta, aunque en aquellos momentos estuviera fingiendo ser un niño ansioso.

-Fuera de aquí.-se limitó a decir Chris secamente.

-Tu Christie manda mucho, ¿no?-dijo también desde fuera la voz de George.

Y antes incluso de que Gwen o la propia Chris pudieran replicarles algo, los dos asomaron la cabeza por la puerta con cara de no haber roto nunca un plato.

-¿Pero se puede saber qué es lo que hacéis?-casi gritó Chris cuando los vio, a la vez que empujaba a John hacia afuera.

-¡Estáis como una cabra!-dijo Gwen.-Imaginaos que se hubiera estado cambiando o algo por el estilo.

-Oh, mejor.-contestó John esbozando una sonrisilla pícara que le valió un sonoro manotazo de Chris en su brazo.

Mary no pudo evitar dejar escapar una risita pese a que aún seguía llorando. Además, tampoco se le escapó que todas sus amigas habían enmudecido de repente cuando dos de los otros Beatles a los que no conocían habían irrumpido en la habitación como si aquello fuera lo más normal del mundo. Era una reacción completamente normal. Parecía mentira, pero aún se acordaba de la impresión que se llevó ella misma cuando los vio en persona por primera vez y comprobó que eran tipos de carne y hueso, completamente normales.

-Tranquilas, chicas, no pasa nada. Nosotros no somos el novio y por tanto nada nos impide que veamos a la novia antes de la ceremonia.-dijo George con una sonrisilla y, después, volviéndose hacia Mary, añadió:-Por cierto, estás guapís... ¿Qué te pasa? ¿Estás llorando?

-Seguro que es por veros a vosotros dos aquí, pedazo de...-dijo Gwen medio en serio medio en broma uniéndose a los empujones que Chris estaba dando para sacarlos de allí.

-Oh, Mary, querida... Sé que Rich es un poco feo y todo eso, pero tampoco es para que te pongas a llorar.-añadió John poniendo una de sus muecas.-Siempre puedes ponerle una bolsa en la cabeza, así que no te entristezcas, chica.

Aquello definitivamente hizo que Mary olvidara sus vacilaciones y soltara una carcajada. Y es que lo que estaba sucediendo allí en la habitación era digno de un cuadro: su madre y sus amigas se habían quedado como estatuas de sal mirando a George y a John, mientras que Chris y Gwen luchaban por sacar casi a rastras a los dos chicos.

-Lloraría de tristeza si me casara contigo, Lennon.-bromeó al fin limpiándose las lágrimas de su rostro con la palma de la mano.-Y ahora, vosotros dos, fuera. Aquí sólo se deja pasar a chicas.

-¿Nos echas?-fingió escandalizarse George.

-Sí.-contestó ella riendo.-Os echo.

-Pues vaya... En fin, John, larguémonos, que molestamos.

John le respondió encogiéndose de hombros y los dos salieron de allí sin más ante las carcajadas de Mary, que había pasado de llorar a reírse en cuestión de segundos. Cosas de la histeria, seguro.

-Qué dos...-murmuró Chris cuando los chicos cerraron las puertas tras de sí.

-Déjalos.-contestó Mary.-He de reconocer que sus payasadas me han venido bien.

-De payasos son un rato largo.-sonrió Gwen quien después, mirándola, añadió:-¡Oh, de verdad que estás guapísima!

-Sin duda ese vestido estaba hecho para ti.-añadió Chris.-Por cierto, hola a todas.

Las demás contestaron con un hola generalizado hacia las dos recién llegadas.

-Chicas, ellas son Chris y Gwen. Mamá, tú ya las conoces. Y ellas son Lily, Bridget, Cam y Rachel.-las presentó Mary.-Y ahora, si no os importa, por favor... ¡ayudadme a acabarme de arreglar!

************************************

Ringo volvió a mirarse en el espejo una vez más y se volvió a acomodar la corbata por enésima vez desde que se la había puesto.

-Joder, qué pesado, Starkey...-se quejó George, que estaba sentado junto con John encima de la cama mientras miraban como su amigo se acicalaba.-De tanto moverla, al fina vas a deshacer el puñetero nudo.

-Cállate, Hari.-le mandó callar él sin dejar de mirarse al espejo.-¿Creéis que mi bigote está bien así o debería recortármelo un poco?

-Si yo estuviera en tu lugar, me recortaría la cabeza y me pondría otra más bonita.-bromeó John.

-Muy gracioso, Lennon.-masculló Ringo.-Habló el más guapo del lugar.

-¿Acaso lo dudabas?

Ringo puso los ojos en blanco exasperado. John nunca iba a cambiar, ni siquiera a sabiendas de que él estaba al borde de un ataque a causa de los nervios del momento.

Justo en ese momento, unos golpes en la puerta, insistentes, les interrumpieron. Ringo miró hacia allí y soltó un bufido. Seguramente sería su madre, que iría a comprobar si todo estaba correcto o si necesitaba ayuda. No obstante, su sorpresa fue mayúscula cuando se encontró allí plantado al hijo pequeño de su prima, un chavalín de unos siete años del que apenas podía recordar su nombre.

-Hola, tío Richard.-dijo el niño.-Me han dado esto para ti.

El niño le tendió un papelito doblado minuciosamente.

-¿Quién te lo ha dado?

-Mary.

-Ah, gracias.-masculló él mirando el papelito con intriga mientras el niño se alejaba de allí dando alegres brinquitos.

-¿Qué es?-quiso saber George.

-Una nota. De Mary.

-Ah...

Desplegó la nota con manos temblorosas, haciendo un monumental esfuerzo por no romper el papel, y una vez la tuvo delante, leyó aquellas líneas.


"Ringo:
Lo siento mucho, pero no puedo hacerlo. Me he dado cuenta de que no te quiero, no eres el tipo de hombre que busco en mi vida. Espero que algún día puedas perdonarme.
Sinceramente, Mary."

-¿Pero qué...?-empezó a balbucear él.

Sólo cuando John y George empezaron a reírse detrás de él a carcajada limpia, fue plenamente consciente de que había caído en una broma de mal gusto gastada por aquellos dos tipos a los que llamaba "amigos".

-¡Malditos cabrones hijos de puta!-exclamó sin saber muy bien si enfadarse con ellos o reírse al saber que aquello sólo era una broma.-¿Quién de los dos ha tenido la genial idea?

-Digamos que la cosa ha sido de autoría compartida...-contestó George aún haciendo esfuerzos por contener la risa.

-Y tu primito también ha colaborado con nosotros...-añadió John.-Dale a un chaval un par de libras y mentiría hasta a su propia madre.

-Iros a la mierda. No ha tenido gracia.

-A juzgar por tu sonrisita, mientes.-le replicó John.

-Te juro que no estoy mintiendo. Os debo una putada y de las gordas.-sentenció él mientras arrugaba el papel dentro de su mano.-Por cierto... ¿Y Paul?

-¿Paul? Estará arreglándose.-contestó George encogiéndose de hombros.-Ése necesita más tiempo que tu novia para estar a punto.

Ringo soltó una risita y volvió a dirigirse hacia el espejo.

-Como llegue tarde, lo mato.-comentó de manera casual mientras, una vez más, volvía a acomodarse la corbata.-Ya podéis ir pensando en otro bajista que le sustituya...

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Después de sortear los flashes de las cámaras de los fotógrafos que se arremonilaban alrededor de la propiedad de Ringo y de hacerse el sordo deliberadamente cuando un par de periodistas le preguntaron dónde estaba su novia, Paul entró por fin en Sunny Heights. Aparcó su Aston Martin entre la multitud de coches que ya había allí y bajó del vehículo con una sonrisilla triunfal. No tenía ni idea de por qué, pero se sentía extremadamente bien consigo mismo. Después, se recolocó la chaqueta del traje y miró de nuevo su reloj de pulsera. Llegaba tremendamente pero le daba igual. Además, cuando vio el Rolls de John y el coche de George, se autoconvenció de que Ringo no se lo tendría en cuenta. A fin de cuentas, ya estaba con aquellos dos.

Después de encenderse un cigarrillo, Paul empezó a caminar por el sendero que conducía hasta el interior de la casa, mirándolo todo con atención. La verdad era que se habían esmerado muchísimo a la hora de decorar aquello: no había estridencias, pero se notaba que allí iba a acontecer un acto muy especial. Debería felicitar a Mary por aquello cuando tuviera ocasión.

De camino hacia la casa, Paul se cruzó con varios conocidos a los que saludó con una sonrisa amable. Otros, seguramente familiares y amigos de Mary que no lo habían en su vida, se lo quedaban mirando con curiosidad, aunque eso a él, de tan acostumbrado como lo estaba ya, no le importaba en absoluto. Y entonces, cuando ya había llegado al porche de la casa, la vio. Lo primero que le llamó la atención de aquella chica fue el asombroso parecido con alguien que había compartido su vida durante bastante tiempo. Pelirroja y con cara de niña buena, aunque considerablemente más bajita, parecía una copia de su ex, Jane. Lo segundo que le hizo gracia fue su cara de enfado cada vez que prendía su encendedor para darle fuego al cigarrillo que tenía en la boca y no conseguía que funcionara.

-Mierda de trasto...-masculló la chica entre dientes, más para sí misma que para nadie.-Otra vez te has quedado sin gas...

Paul sonrió a la vez que sacaba del bolsillo de su chaqueta su encendedor.

-Si quieres yo puedo darte fuego.-dijo.

La chica se volvió hacia él sorprendida, aunque aún se sorprendió más cuando pareció reconocerle. Paul simplemente se limitó a sonreír y a mostrarle su mechero.

-Gracias.-dijo la chica con voz débil.

-Pues de nada.-respondió él a la vez que le daba fuego.-Por cierto, soy Paul.

La chica dio una profunda calada a su cigarrillo antes de contestar.

-Mentiría si dijera que no lo sabía ya.-sonrió después de expulsar el humo.-Encantada. Yo soy Cam, soy amiga de Mary.

-¿Eres de Liverpool también?

-Sí, del barrio de Kensington, como ella. Mi hermana y yo somos amigas suyas de toda la vida.

-¿Tienes hermanas?

-Sí, una gemela.-contestó ella sonriendo.

-Y encima repetida...-bromeó Paul.

La chica soltó una risita que evidenciaba su nerviosismo y estaba a punto de contestar algo cuando George abrió la puerta de la casa y salió de allí.

-¡Oh, Paul, mierda!-exclamó cuando lo vio.-¿Dónde te habías metido? ¡Estamos esperándote desde hace más de una hora!

-Vale, vale, ahora subo...-respondió él de mala gana. Después, volviéndose hacia Cam, añadió:-Bueno, nos veremos más tarde.

-Supongo. Creo que vamos a la misma boda.

Paul le rió la broma y se dio media vuelta para dirigirse adonde estaba George, que lo esperaba impaciente.

-Joder, tío...-le dijo George cuando entraron adentro.-Todos esperando arriba y tú ahí ligando con una de las amigas de Mary. No cambiarás nunca, ¿verdad?

-¿Y para qué tengo que cambiar?-preguntó él divertido.-Al fin y al cabo, esto es una boda y ya se sabe que a las bodas se viene para ligar, ¿no?

-Me alegra ver que nuestro Paul de siempre está de vuelta.-rió George.-Y ahora, subamos rápido antes de que Ringo decida hacer llamar a un verdugo para que te decapite aquí mismo.


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Quince. Quince. Sólo quince. Quince eran los minutos que faltaban para que empezara la ceremonia y Mary ya no podía más. Sentía que el corazón iba a salirle por la boca de un momento a otro. De hecho, podría jurar y perjurar que nunca antes en toda su vida había estado tan nerviosa. 

-Y ahora una foto con la madre.-dijo el fotógrafo.

Su voz le parecía casi irreal y distorsionada, aunque Mary aún pudo conseguir apañárselas para preguntar dónde debían hacerse esa foto y posar junto con su madre.

-Perfecto.-asintió el hombre cuando les hubo tomado unas cuantas.-¿Y qué tal una última foto con las amigas?

-De acuerdo.

Todas las chicas se arremolinaron alrededor de Mary, incluidas Gwen y Chris, que habían hecho muy buenas migas con sus amigas de toda la vida. No obstante, justo antes de que el fotógrafo empezara a tomar las fotos, Mary se percató de algo.

-¡Un segundo, falta Cam!-exclamó.

-Ah, sí.-contestó su hermana Bridget.-Había bajado a fumarse un cigarrillo antes de la ceremonia.

-¿Y qué hacemos? No podemos hacernos las fotos sin ella.-casi exclamó Mary, a la que aquel pequeño detalle la había puesto aún más nerviosa de lo que estaba.

-Tranquila. Yo bajaré a buscarla si quieres.

Pero apenas su hermana había acabado de pronunciar aquella frase, la puerta de la habitación se abrió y entró una arrebolada Cam.

-Estaba a punto de bajar a buscarte.-le espetó Bridget, aunque sin ningún tipo de resentemiento en su tono de voz.-Anda, ven. Vamos a hacernos una foto con Mary.

La chica balbuceó unas palabras de disculpa y se dirigió hacia donde estaban las demás. Mary la miró. Pese a que estaba más allá que aquí, se percató de que estaba tremendamente roja y respiraba agitadamente.

-¿Qué te pasa?-le preguntó en un susurro cuando se colocó a su lado.-Parece que la que vaya a casarse seas tú y no yo.

-Es que...-le contestó ella, también entre susurros.-He conocido a alguien.

-¿A alguien?

-Sí, a... Paul McCartney.

Mary sonrió al imaginarse el impacto que acabaría de causar el galán nato de Paul en una chica que toda su adolescencia lo había tenido como el paradigma de la belleza masculina. Pero no sólo ella pareció el pensar lo mismo. Una risita ahogada, apenas imperceptible, sonó por detrás de ella y Mary se volvió para ver a Chris, que estaba haciendo monumentales esfuerzos por no estallar en carcajadas allí mismo.

-Bien, chicas.-les interrumpió el fotógrafo.-¿Ya estáis todas?

-Sí.-respondió Mary sonriente.

-Pues venga, a por la última foto antes de salir de aquí.

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-¡Deja ya de darme órdenes, Brian!-exclamó Ringo, que más que enfurecido, histérico.-¡Es el día de mi boda y hago lo que quiero!

-Te recuerdo que me elegiste padrino para tu boda precisamente para eso, Richard.-le contestó su manager con parsimonia.-Se supone que un best-man tiene como misión encargarse de que el novio esté en su sitio a la hora acordada y de que todo salga bien.

-Sí, lo sé, lo sé...-masculló Ringo de mala gana.-Por eso te elegí a ti en lugar de a ninguno de estos tres cabras locas que tienes ahí detrás. Si me tengo que fiar de ellos...

-Oh, Ritchie, me ofendes.-fingió llorar John.-¿Acaso dudas de nuestra enorme responsabilidad?

-Sí, Lennon. En especial de la tuya.

-Tranquilo, John...- dijo Paul divertido.-No pasa nada. Es mejor que vayas ya asumiendo que el papel de responsable del grupo me tocó a mí y no a ti.

-Sí, claro.-replicó Ringo con ironía.-Habló el que ha llegado hora y media tarde. Tu responsabilidad me abruma, McCartney.

-¿Por qué nos llamas por el apellido?

-Tú te callas, Harrison.-le cortó él.-Brian, ¿tienes los anillos?

-Sí, Rich...-respondió en tono cansado.-Están aquí, en mi bolsillo. Ya te lo he dicho antes.

-¿Seguro? Vuélvetelo a mirar, a ver.

Brian lanzó un suspiró exasperado y sacó los anillos de su bolsillo.

-¿Los ves? Aquí están, sanos y salvos.

-Vale, perfecto. Ahora vuélvelos a guardar bien, no vaya a ser que se te caigan y...

-Que sí, ahora los guardo...

-¿Y la corbata? ¿La tengo bien?-preguntó de nuevo con nerviosismo mientras se la volvía a ajustar.

-¡Joder, Starkey!-exclamó George intentando contenerse la risa.-¡Estoy de ti y de la corbata hasta los cojones! ¡Como te la vuelvas a tocar una vez más, te la quito y te la quemo! Palabra.

-Intenta hacer eso y después de eso deberás enseñarte a tocar la guitarra con los pies.

-¿Con los pies? ¿Por qué?

-Porque te cortaré las manos con un cuchillo de carnicero.

Los allí presentes soltaron una carcajada, pero Ringo, sin embargo, permaneció con su misma expresión grave. Estaba hablando completamente en serio.

-Oye, Rich... Te veo tenso...-rió John.-¿Y si te fumas un buen porro antes de bajar ahí abajo? Tengo una hierba alucinante. Eso te tranquilizaría.

-¡John!-le gritó Brian.-¡Ni se te ocurra colocar al novio antes de la boda!

Aquello hizo que Ringo se relajara un poco y soltara una risotada sólo con imaginarse el cuadro de él diciendo el "sí, quiero" completamente puesto de marihuana.

-Si hago eso, John, consigo un nuevo récord mundial.-bromeó.-Mi novia me pide el divorcio incluso antes de que acabe la ceremonia.

La risa generalizada ante aquella broma hizo que la tensión en el ambiente disminuyera un poco.

-Bueno, chicos.-dijo Brian de repente después de mirar su reloj.-Creo que deberías ir bajando y pillando asiento.

-Sí, supongo.-contestó George.-Seguro que las chicas ya han acabado.

George, Paul y John se pusieron en pie y, después de desearle buena suerte a Ringo, salieron de allí.

-Y bien, Rich...-sonrió Brian.-¿Preparado?

-No.-contestó él soltando una risita nerviosa.-Estoy que me muero. Es curioso. Mira que he estado en actos públicos y... esta sensación no es equiparable a nada.

-Es normal, supongo.

-Y si no es normal, me importa una mierda.Yo estoy así y punto.-rió Ringo nuevamente.

-Tranquilízate. Todo saldrá a la perfección.-dijo Brian esbozando una sonrisilla tranquilizadora y dándole unos golpecitos amistosos en el hombro.-Y ahora, bajemos. Creo que tenemos una boda a la que asistir.

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Los cinco llegaron justo a tiempo para ubicarse ante sus asientos antes de que Ringo apareciera por por el pasillo que había entre los asientos acompañado por Brian.

-Casi llegáis.-masculló Neil divertido cuando los vio.

-Estábamos vistiendo novios.-bromeó George mientras se sentaba a su lado.-¿Has visto que guapo que lo hemos dejado? Si no hubiera sido por nosotros habría bajado en pijama.

-Sí, seguro...-rió Neil.-¿Y vosotras también habéis estado vistiendo a la novia?

-Sí.-contestó Chris con una sonrisa.-Otra que habría bajado en pijama si no fuera por nosotras.

-¿Y cómo va?-quiso saber Lily, que estaba junto con su marido Mal al lado de Neil.

Pero aquella pregunta no necesitó ser respondida porque justo en aquellos momentos el Canon en Re Mayor de Pachelbel empezó a sonar. Todos los que estaban allí, no demasiados, pues sólo habían acordado invitar a la familia y a los amigos más cercanos, se levantaron y volvieron su mirada hacia una radiante Mary, que avanzaba con una sonrisa tímida en los labios hacia ellos. Chris sonrió cuando vio a su amiga así. Cómo iba, le había preguntado Lily hacía unos instantes. Su respuesta estaba ante sus narices: iba perfecta.

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Cuando Ringo escuchó las primeras notas del piano empezaron a sonar se volvió hacia atrás y miró. No pudo evitar abrir los ojos como platos cuando la vio. Y de repente, todo se desvaneció a su alrededor. Sólo estaba ella, allí frente a él, mucho más guapa de lo que la había visto jamás, perfecta.

-Guapa.-fue lo único que alcanzó a decir cuando ella llegó a su lado.

Por toda respuesta, ella esbozó una leve sonrisa a la vez que él hacía un monumental esfuerzo por no pasar del juez que tenían allí delante para casarlos y besarla en aquel preciso instante. Un carraspeo, leve pero lo bastante significativo, de Brian, hizo que Ringo pusiera de nuevo los pies en el suelo y se volviera hacia el juez que iba a oficiar la ceremonia. Eso sí, no sin antes dedicarle a la que por muy poco tiempo más sería su novia, la sonrisa más dulce que jamás había dedicado a nadie.

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Si minutos antes había estado hecha un manojo de nervios, en aquel preciso instante, Mary podía asegurar que estaba completamente tranquila y segura de lo que estaba haciendo. Y es que el mero hecho de mirar a Ringo a sus ojos, de perderse en su inmensidad azul, había sido como una especie de bálsamo que la había relajado y hecho ver que todo saldría bien.

Y allí estaban ellos, ante aquel juez que parloteaba sobre las bondades del matrimonio, sobre la que ahora en adelante sería su nueva vida en común, mientras daban el gran paso. Y entonces, por fin, el juez formuló la pregunta más importante que jamás había escuchado.

-Richard, ¿quieres recibir a Mary como esposa?

Antes de contestar, Ringo le dedicó una mirada furtiva y una media sonrisa, más dulce imposible.

-Sí, quiero.

-Y tú, Mary, ¿quieres recibir a Richard como esposo?

Mary aclaró su garganta antes de contestar. Sólo dos palabras. Dos palabras que de ahora en adelante cambiarían su vida.

-Sí.-respondió, mirando a Ringo a los ojos.-Sí, quiero.

-Entonces podéis compartir los anillos.

Brian sacó de su bolsillo las alianzas que con tanto esmero habían elegido unos meses antes. Fue Ringo el que agarró primero su mano.

-Mary, me entrego a ti este día, para compartir mi vida contigo.-empezó a decir con la voz temblorosa mientras le deslizaba el anillo por el dedo.-Puedes confiar en mi amor, porque es real. Prometo serte un esposo fiel y compartir y apoyarte en tus esperanzas, sueños y metas. Mi voto estará contigo para siempre. Cuando caigas, te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando rías compartiré contigo tu gozo. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad.

Después, ella tomó su mano. Sonrió al comprobar que ese día no llevaba ninguno de sus anillos. Después, mirándolo a los ojos mientras empezaba a colocarle su alianza,  serena como muy pocas veces lo había estado por toda su vida, empezó a decir:

-Richard, me entrego a ti este día, para compartir mi vida contigo. Puedes confiar en mi amor, porque es real. Prometo serte una esposa fiel y compartir y apoyarte en tus esperanzas, sueños y metas. Mi voto estará contigo para siempre. Cuando caigas, te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando rías compartiré contigo tu gozo. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad.

-Pues por el poder que se me otorga, yo os declaro unidos en matrimonio.-dijo el juez con voz potente.-Puedes besar a la novia.

Y entonces, su Ritchie, como ella lo llamaba, se acercó hacia ella y la besó. Podría no ser el beso más apasionado que le había dado, podría no ser el más dulce, pero, sin lugar a dudas, aquel era el beso más importante que nunca antes se habían dado.

-Te quiero, princesa.-susurró él mirándola a los ojos, sin apenas separar su rostro del suyo.-Te amo con toda mi alma.

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-George, ¿quieres dejar de arrasar todos los platos que te ponen delante en cuestión de segundos?-preguntó Gwen mirando a su novio divertida.

-Es que tengo hambre.-contestó él haciendo un tremendo esfuerzo por vocalizar bien ya que tenía la boca llena de gambas.-Y está todo buenísimo. ¿Creéis que si sobra algo me lo podrán poner para cenar en casa?

-Estamos comiendo sin parar desde hace unas dos horas y... ¿tú ya estás pensando en la cena?-preguntó Paul, que jamás iba a dejar de extrañarse 

-Pues claro. Habrá que cenar, ¿no?

-Gwen, Gwen... Ve con cuidado que éste cualquier día se te come a ti.

-Eso lo hago prácticamente todos los días.-sonrió George pícaramente, mientras le daba un buen trago a su copa de vino.

-Por favor, Harrison, guárdate para ti los detalles de tu intimidad...-le dijo Chris fingiendo poner cara de asco.

-Es algo natural, pequeña McCartney, o Lennon, o lo que seas.-le siguió George.-¿O es que acaso tu John no...?

-Pues me la como cuan...

Pero John no pudo acabar la frase porque Chris le puso la mano en la boca, impidiéndoselo.

-¡Guarro, me has llenado la mano de babas y restos de comida!-rió ella cuando le retiró la mano de la boca.-¡Puaj, un trozo de langostino! Con el asco que me dan a mí...

-¿Por qué?-preguntó George mientras se metía otro en la boca.-¡Si están buenísimos!

-Desde que un gilipollas hermano mío me dijo que eran las cucarachas del mar, les pillé un poco de grima...-contestó ella mirando directamente a Paul, quien soltó una sonora carcajada cuando lo escuchó.

-Fue una vil estrategia para poder comerme los tuyos.-rió.

-Pues ojalá te sienten mal, te pille una salmonela, te mueras y revientes, listo.

-Oh, amor de hermanos...-rió John mientras agarraba una botella.-Limad asperezas bebiendo un poco de ron.

-¡Si aún estamos en la comida!-dijo Gwen.-¿No será mejor que sigamos con el vino y la cerveza y después nos pasemos a todo lo demás?

-Mmmm... Pues a mí me apetece ya pasarme a las emociones fuertes.Venga, Johnny, ponme de eso.-le contestó Chris poniendo una sonrisilla de niña mala a la vez que John empezaba a servirle ron en un vaso.- ¿Ya? ¡No seas tacaño, hombre, echa más! Sino cuando lo mezcle con cola va a parecer agua del grifo.

-Mi pequeña alcohólica...-rió él.-Si te emborrachas, no respondo de todos los abusos que pueda cometer hacia tu persona...

-Tonto...

John le contestó algo que ninguno de los demás pudo entender y se sirvió a su vez una generosa ración de ron en su vaso.

-¿Quién quiere más de esto?-preguntó después blandiendo la botella.

-Yo me apunto.-se apresuró a contestar George que aún tenía la boca llena.

-Y yo.-añadió Paul.

Por su parte, Neil y Mal, incluso su esposa, se apresuraron a poner delante de él sus vasos.

-Vais a dejar la botella limpia, borrachuzos de mierda.-rió John mientras servía ron a todos.-¿Y tú, Gwen? ¿No te animas?

La chica pareció dudar durante unos segundos, pero casi inmediatamente esbozó una sonrisa y puso su vaso junto a los demás.

-Se supone que esto es una celebración, ¿no? ¡Pues a emborracharnos!

*****************************

Todos estaban considerablemente, por no decir muy, borrachos cuando acabaron de servir la comida, los postres y la tarta. Las corbatas de John y de George ya hacia mucho que habían dejado de ejercer como tales: la de John estaba atada en su cabeza y la de George había hecho las veces de trapo cuando a él no se le había ocurrido otra cosa mejor que limpiar el ron con cola que había derramado Paul de su vaso con ella. Y todos, absolutamente todos, estaban riendo como tontos a la más mínima tontería que decían o hacían.

Fue entonces cuando, de repente, en una de las mesas cercanas, Cam, la gemela pelirroja amiga de Mary, se levantó y golpeó su copa con un tenedor.

-Oh, joder, qué buena que está...-murmuró Paul mientras la miraba sin perderle el ojo.-Miradla, miradla.

-Tú no mires o te arranco los ojos, Lennon.-dijo Chris mientras agarraba a su novio por el brazo fuertemente.

-Oh, venga, de mirar no se muere nadie...Pues sí que...

-Oh, ése Fred, el amigo de Mary, también está para...

-¡Christine! Si se te ocurre mirarlo una vez más te los arrancaré yo a ti.

La chica soltó una risita divertida y le plantó un sonoro beso en la mejilla. Entonces, Cam, empezó a hablar.

-Aún recuerdo cuando éramos pequeñas y soñábamos todas con este día...

Justo cuando empezó su discurso, Neil explotó en un repentino ataque de risa por lo bajo. Todos los que estaban en la mesa, excepto Paul que estaba demasiado ocupado mirando a Cam, se quedaron mirándolo como si se hubiera vuelto loco de repente.

-¿Qué pasa?-preguntó Gwen intentando que no se le enredara la lengua.

-Pues que... Pues que...-rió Neil antes de agarrar aire.-Que ahora todos esperarán que los siguientes en darles un discursillo a los novios seáis cualquiera de vosotros. ¡Y miraros!

Nada más decir aquello, todos empezaron a reír también como Neil. Afortunadamente, todos los demás invitados a la boda, estaban demasiado absortos en el bonito discurso de Cam como para prestarles atención.

-¿Y ahora qué hacemos?-preguntó Christine después de agarrar aire.-Porque yo estoy demasiado mal como para decir algo con sentido.

-Tranquila, ya se nos ocurrirá algo.-dijo Gwen mientras se limpiaba las lágrimas de la risa con la sufrida corbata de seda de George que hasta hacía unos momentos había servido de paño para evitar que el vino se derramara al suelo.

-Y es por eso por lo que todos tus amigos nos alegramos tanto de que hayas cumplido tu sueño junto con una persona que parece que esté hecha para ti.-concluyó Cam.-Estoy segura de que seréis muy felices. Os lo merecéis.

El ruido de los aplausos puso broche final a aquel discurso de Cam, que se sentó ruborizada por aquel clamor de nuevo en su silla mientras les daba las gracias a todos. Y justo cuando el aplauso concluyó, George agarró su copa de vino y se puso de pie.

-Oh, mierda, ¿qué va a hacer el loco éste?-preguntó Gwen horrorizada.

George simplemente se dedicó a lanzarle un guiño y a golpear con un tenedor su copa, con tanta fuerza que a todos los de allí les extrañó que no la rompiera. Mary, que aún estaba llorosa por la emoción del discurso de Cam, y Ringo, que les lanzó una mirada significativa al adivinar que todos estaban borrachos como cubas, lo miraron, así como todos los asistentes a la boda.

-Rich, Mary, amigos y familiares.-dijo mientras miraba a todos e intentaba disimular en su voz el alcohol que llevaba ya dentro.-Es mi deber informaros de que... Paul quiere decir unas palabras.

Después, con aire triunfal, como de quien acaba de hacer algo de lo que se siente plenamente orgulloso, se volvió a sentar mientras Paul le lanzaba una mirada asesina, pálido.

-Esta me la pagas, Harrison, me la pagas.-masculló entre dientes antes de ponerse en pie, dubitativo. Después, carraspeó para aclarar su voz y empezó a decir:-Bueno... Bien... Ringo y Mary. Os habéis casado. Nuestra más sentida enhorabuena.

Paul iba a sentarse nuevamente pero, obviamente, la gente, y los novios los primeros, esperaban que dijera algo más... profundo. ¿Pero cómo puñetas iba a decir algo profundo si apenas podía recordar la dirección de su casa?

-Bien...-continuó diciendo.-Recuerdo cuando nos conocimos. Ringo estaba... estaba tocando, creo. Y Mary... fue en el coche, sí. Lo recuerdo bien. Lo hicimos en el coche.

Si en aquellos momentos a Paul le hubieran salido escamas y antenas verdes, la gente no lo habría mirado con más incredulidad con la que lo estaban haciendo. Por su parte, tanto Mary como Ringo, parecían estar a punto de estallar en carcajadas allí mismo.

De repente, un sonoro "¡maldito aficionado!" se escuchó por toda la estancia. Paul se volvió y miró a John, que se acababa de poner en pie, fingiendo estar serio por completo, pero con la corbata todavía atada a la cabeza, sin chaqueta, y la camisa abierta casi hasta el pecho por fuera. Chris, por su parte, apenas podía contener las lágrimas de la risa por ver a su novio con un aspecto tan cómico y Mary y Ringo no pudieron contenerse más y arrancaron también en una risotada.

-Ringo, Mary.-empezó a decir con falsa solemnidad.-No hace falta que diga como nos conocimos. Vosotros lo sabéis, nosotros lo sabemos y no hace falta que ellos lo sepan. Lo importante es que os habéis casado. Y casarse implica muchas obligaciones como hacer uso del matrimonio. Starkey, mantenla satisfecha o se divorciará de ti. Hall, aunque a partir de ahora Starkey, siento que te llevaras al más feúcho, pero es el más... Bueno, eso ya lo sabrás, supongo. Y ojalá tengáis muchos intentos de hijos.

A excepción por las risas de los de la mesa y las de los propios Ringo y Mary, que estaban a punto del colapso, toda la sala permaneció en silencio hasta que, de pronto, todos se unieron a las risas. Quizá incluso los demás creían que había estado previamente planificado.

-¡Y enhorabuena por la comida!-exclamó George de repente, haciendo que la carcajada general aumentara aún más, si cabía, el volumen.

**********************************

-¡Guapaaaaaa!-el grito que le lanzaron Chris y Gwen hizo que Mary se volviera hacia ellas y corriera conforme pudiera para abrazarse a las dos, que por poco cayeron ante el apretón.

-Ni os pregunto cómo lo estáis pasando porque ya veo que bien.-rió ella.-Incluso demasiado bien. ¿Habéis dejado alguna botella llena para que yo pueda emborracharme ahora que ya no tengo nada importante que hacer más que pasarlo bien?

-Lo dudo.-rió Gwen.

-Y yo también.-añadió Chris.-Por cierto, enhorabuena, señora Starkey. Has sentado la cabeza.

-¡Eso ni lo sueñes, McCartney! Continúo igual de descerebrada después de decir el "sí, quiero".

-¡Vaya, vaya, la novia!-exclamó John por detrás de ellas.-¿Te ha gustado nuestro discurso?

-Estáis como una cabra.-rió ella.-Pero lo que me he podido reír no tiene precio.

-Estás guapísima.-añadió Paul por detrás de ella.

-Oh, contigo quería yo hablar, James Paul McCartney. Tendrás que ir hasta donde está mi madre para explicarle qué es eso que has dicho de "que lo hicimos en el coche".

Paul soltó una sonora risotada antes de que George también se abalanzara sobre ella para decirle lo guapa que iba y recordarle, de nuevo, lo bueno que había estado todo. Estaba tan entretenida riéndose a más no poder que apenas se dio cuenta de que Ringo se acababa de poner detrás de ella.

-¡Ey, un poco de respeto que ahora es una mujer casada!-exclamó por detrás.-¡Harrison, que corra el aire!

-Uy, el matrimonio lo ha vuelto posesivo...-bromeó él dando un paso hacia atrás y alejándose de Mary.

-Y tanto... ¿Qué? ¿Disfrutando arruinando los discursillos de mi boda, cabronazos?-bromeó ante las risas generalizadas de todos.-Lennon, te agradezco tus deseos respecto a lo de hacer uso del matrimonio y... ¿Paul? ¿Dónde está Paul? Quería asesinarlo por hacerlo con mi novia y ahora esposa en el coche y ahora no lo veo...

-¿Mi hermano?-dijo Chris mirando hacia el fondo de la sala.-Mi hermano creo que está muy interesado en conocer a las amistades de Mary y por eso se ha ido.

Ringo miró hacia donde lo estaba haciendo Chris y efectivamente comprobó que Paul ya estaba hablando con las gemelas Cam y Bridget.

-Vaya... Éste no pierde el tiempo, ¿eh?-rió finalmente.-Pero bueno, nosotros no deberíamos hacerlo tampoco así que... ¿vamos a bailar un poco con los demás o esperamos a que nos salgan raíces de estar aquí plantados?

*************************************

Paul esbozó una de sus mejores sonrisas de seductor cuando miró a las gemelas.

-Así que tú eres Cam y tú eres Bridget...-dijo señalando primero a una y después a otra, haciéndolo mal adrede. Lo cierto era que las distinguía perfectamente, había rasgos que las diferenciaban si te fijabas un poco.

-No, no, no...-rió Cam.-A ver, no te enteras. Yo soy Cam, ella es Bridget.

-Yo tengo los ojos un poco más oscuros que mi hermana.-añadió Bridget.-Y soy un pelín más alta.

-Mmmmm... De todas maneras las dos sois encantadoras.-sonrió él haciendo que las dos hermanas se sonrojaran.-¿Os apetece tomar algo?

Cuando formuló la pregunta, Cam dibujó una amplia sonrisa en su cara. Bridget, por su parte, que parecía mucho más tímida, se las ingenió para balbucear una excusa y desaparecer de allí aprovechando que su amigo Fred estaba cerca. Paul sonrió para sus adentros. Estaba exactamente con quien quería estar.

-Pues parece que nos hemos quedado solos.-dijo en tono seductor.

-Sí, eso parece.

-¿Sabes? Aparte de tomar algo me apetece despejarme un poco...-añadió esbozando una sonrisilla pícara a sabiendas que quizá estaba yendo demasiado rápido.

No obstante, la mirada que le lanzó Cam le envalentonó. Era obvio que ella también estaba deseando quedarse a solas por completo con él.

-Oye...-dijo la chica de repente.-¿Tú no tenías novia?

-Eso ya pasó a la historia, ya hace meses que no estoy con ella. ¿Y tú no tendrás novio, verdad?

-¿Novio? ¿Qué es eso?-bromeó Cam.

Y entonces Paul la agarró de la mano sin ningún tipo de reparo y la condujo a través de la concurrida estancia hacia los jardines de Sunny Heights. Definitivamente, aquello tenía toda la pinta de convertirse en una gran noche.

*********************************

Los últimos de la fiesta, para variar, eran ellos. Ya era casi la una de la madrugada y los demás ya hacía un buen rato que se habían ido: las amigas y familiares de Mary y Ringo que habían llegado desde Liverpool a sus respectivos hoteles y los demás, a sus casas. Así que sólo quedaban John, Chris, George, Gwen, Neil y ellos dos, bailando como si estuvieran locos, bebiendo como cosacos y fumando tabaco y marihuana en cantidades industriales. Paul, por su parte, ya hacía mucho que había desaparecido junto con Cam. De hecho, ni su coche estaba ya en el aparcamiento, por lo que supusieron que se habrían ido a su casa a "terminar la celebración" en privado.


-Jamás pensé que este vestido fuera tan tremendamente incómodo.-dijo Mary mientras se dejaba caer sobre uno de los sillones que allí había.-No veo el momento de quitármelo y ponerme cómoda.

-Hall, digo Starkey...-rió Chris.-Eso es una manera muy poco sutil de echarnos de aquí.

-¡Oh, no! ¡No es eso!-se apresuró a contestar ella poniéndose roja como un tomate.-¡Quedaos si...!

-No, no nos quedamos.-le contestó su amiga sacándole la lengua.-Yo por lo menos ya estoy muerta. Llevamos aquí desde las diez de la mañana y...

-Sí, mejor que vayamos a casa, ¿verdad, pequeña?-dijo John a la vez que la abrazaba por la espalda.-Un poquito de soledad tampoco nos vendría mal...

-Johnny...

-Y nosotros también nos vamos.-se apresuró a decir Gwen mirando a George de manera significativa, quien también asintió.

-Por supuesto.-añadió Neil.-Ya va siendo hora de que dejemos a esta parejita de recién casados estar. Ha sido una boda estupenda, de verdad.

Después de que todos se despidieran de ellos, Ringo y Mary se quedaron, por fin, a solas.

-Y ahora... ¿qué es lo que se supone que debemos hacer?-preguntó Ringo con voz ronca mientras se pegaba a ella.

-No sé, Ritchie... Tú eres el experto...

-¿Y si hacemos una pequeña excursión hasta nuestra habitación?

Y de repente, casi sin ser consciente de cómo habían llegado hasta allí, Mary se encontró tumbada en la cama junto a él, tan juntos, tan embriagados el uno del otro, que ni siquiera eran capaces de saber dónde acababa su propio cuerpo y empezaba el cuerpo del otro.

No podía haber mejor inicio para aquella nueva etapa de su vida. No cabía duda que ninguno de los dos había mentido cuando había dicho aquel "todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad". Porque en aquellos momentos no parecía haber en el mundo ninguna cosa más segura que el amor que sentían el uno por el otro.




Hola, mis reinas! Pues aquí llego yo después de otro de mis retrasos. No espero que se convierta en costumbre, la verdad... :/ Bueno, bueno, hemos tenido bodorrio. Pero una boda de estas que... Ay, María! Que se nos ha casado con su Ringo! :') jajaja. Espero que hayáis pasado un rato divertido leyendo; yo, por lo menos, me he reído bastante escribiéndolo. Además que me ha tocado empaparme de todas las cosas esas de bodas (y eso tiene mérito para una persona a la que no le gusta todo esto, eh? XD ). Busqué musicas, votos (sí, los votos no los he escrito yo, yo no soy tan poética, hijas mías, sino que son unos que encontré para ceremonias civiles que me gustaron) y me empapé de las típicas costumbres de una boda inglesa, aunque me haya saltado a la torera eso de las Damas de Honor (lo siento, pero es que con eso no puedo, me supera). Por si alguien tiene curiosidad, el Canon de Pachelbel es éste: 




A que ahora sí? Es que es música de boda, jajaja. Pero bueno, en mi imaginación la boda sonó un arreglito para piano que también podéis encontrar en el Youtube...

Y nada más por mi parte, más que agradecer muy sinceramente a la gente que lee y a la gente que me comenta: Citla, Jane Allen (bienvenida! me halaga muchísimo que te hayas enganchado a esto estando ya tan avanzado y que encima te guste!), a Viridiana y a María, que este capi, pues bueno, casi que va íntegro para ella.

Besotes!

PD: Por cierto, puse música en el blog, os habréis dado cuenta ya. Si molesta, me lo decís y se quita. Ni siquiera son mis canciones favoritas, pero son algunas de las que más o menos "inspiran" esto que escribo. Y ahora sí, saludos! ;)



6 comentarios:

  1. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
    *cae en coma y la internan*

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  2. Bué, ya está, suéltenme enfermeros, ya estoy bien, no no, el suero no hace falta, déjenme, ya pueden irse, si, si los necesito los llamo, chau. Ahh, al fin se fueron estos médicos y paramédicos y enfermeros molestos, no sé porqué vinieron. Ah si, a hora lo recuerdo: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

    jajajajja de verdad, posta te lo digo, no paro de reírme y llorar al mismo tiempo mientras sé que me estás vigilando por el guazap XD Pero, Dios, vos sos lo mas grande del mundo, Messi, Maradona, Pelé, Lennon, McCartney, Mozart, Bach, Einstein, Sócrates y etc, etc, etc, son todos una plantación de porotos al lado tuyo! Te re amo Cloquell, casate conmigo de una puta vez!
    Ya te dije que tuve que hacer un alto en la lectura, (antes de la parte donde George arrasa con toda la comida) e irme al patio a respirar y llorar y reírme sola, porque no aguantaba encerrada en mi habitación jajajaja. Y ahora, que supuestamente estoy mejor, vengo a comentarte, y pongo el video este, el Canon, y me doy cuenta de que ese tema lo tocaba yo cuando me regalaron el órgano a los 15 años, y claro, ni me acordaba mas que era ese, lo tocaba porque venia incluido entre las canciones que traia incorporadas el órgano para aprender rápido, y a mi siempre me encantó y a veces no la tocaba, la dejaba sonar porque me gustaba mucho, y ahora vengo y lo pongo y ES ESE MISMO TEMA! Y entonces me pongo a llorar de vuelta (che, creo que estoy escribiendo todo incoherente, pero es el fruto de la emoción XD)
    Bueno, como sigo después de todo esto? Nada, decir simplemente que AMO A RINGO CON TODA MI JODIDA ALMA XD
    Pasemos a otro tema. Yo de John espero cualquier cosa, pero...George? Que le pasa al tranquilo? Se desató!!!! Tienen razón los que dicen que los tranquilitos son los peores, mirá el desastre que es este chico, incluso todavia cuando estaba sobrio!
    Che Paul, no vayas por el mundo garchándote a mis amigas, no da, calmate hermano XD Yme nos decir adelante de todo el mundo lo que dijiste....si yo no te toco ni con un palo de escoba!
    Y...y...y bueno! No sé, se me acabaron las descripciones para hacerte, ah si, cuando me avisaste del capitulo fui corriendo a curarme a la casa de mi vecina y pobre, me dijo si no queria quedarme a tomar mates con ella y le dije que no, porque tenia que "estudiar" jajajjajajaja
    Ah, otra cosa, mejor que no pusiste damas de honor, no me gusta :S Y los votos me hicieron recordar a los de las peliculas (mas que nada porque solamente los veo allí, acá no se hace, somos salvajes XD)Agradezco nuevamente tu investigación bodística.
    Bueno Cris, este capitulo ya sabes que me mató, y que me la voy a pasar releyéndolo, y me voy a seguir matando de risa y voy a seguir llorando, porque como ves, soy muy llorona, me parece que el dia que me case de verdad, cosa que veo recontra lejana, no voy a llorar ni en joda, y capaz que me acuerde de hoy y voy a decir "qué barbaridad, lloraba con un fic y no lloro cuando me caso", pero va a estar bien, porque casarme no será algo importante XD
    Chau genia, amiga loca del otro lado del mundo, un océano nos separaaa jajjajajajajjaja
    Besos!!!!!!!!

    P/D1: me caso con tu fic, hoy me dieron ganas de casarme con todo el mundo jajaj
    P/D2: sé que Citla está leyendo esto, HOLA CITLA! Reíte reíte así las bibliotecarias te expulsan jajaja
    P/D3: hago el firme próposito de dejar las drogas. Uy, el otro dia confiscaron un cargamento de LSD, casi me muero, no lo trajeron a mi casa ¬¬
    P/D4: mañana me corto el pelo!

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  3. Pero si es tu blog, tu música, tú decides! como quiera me gustan las canciones, aunque te confieso que cuando me puse a leer el capítulo abrí la página y me regresé a otras que estaba usando y no supe de dónde venía la música jajaja ya después me di cuenta y bueno el capítulo qué te digo, me encantó!! espero el siguiente!

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  4. Ahaha qué capítulo tan divertido! No paro de reírme como loca, por acá atrás ya me están mirando raro, es que en serio parece que me acabara de fumar algo!
    Desde principio a fin me ha encantado. Las bromas que le hace John a Mary para animarla en medio de su crisis de nervios, también me han matado de risa a mí. Es una buena idea aquello de la bolsa en la cabeza, pero no con Rich, que debió quedar supremamente guapo metido en traje de novio; y pobre petiso, el susto que se debió llevar con la "bromita" de George y John, eso fue muy cruel, aunque de sólo imaginarme la cara de Ringo, me estallo de la risa XDD
    Ohh Por Dios!! George salió de su cascarón! Quien lo ve tan serio y de repente le da por querer joder a todo el mundo XD Casi lloro de la risa con eso de "informar que Paul quería decir algo", Harrison siempre tan amable XD Pobre McCartney, me imagino su cara! Ese ha sido uno de los mejores discursos que he escuchado, o más bien, leído, en toda mi vida, y el final por parte de George, fue en definitiva con broche de oro!
    Sin duda, hacía mucho no me reía tanto con un fic, en definiiva acá piensan que estoy loca, pero vale la pena! Gracias por esta maravilla de capítulo :D
    Un saludo

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  5. YA LLEGUE XD hhahahahahaha ya ya dime "¿A quién coño le importa, Citlali?" hahahah! al fin puedo leer! a casi las dos de la mañana, hora normal para mí y tienes que saber, que por tu culpa mi mamá me va a regañar que esta durmiendo y yo me estoy aventando unas sonoras carcajadas, te ha quedado espectacular! hahaa me emocione mucho que la María al fin se haya casado con Ringo! :') hahaha me dio tanta risa que se pusiera a llorar, los comentarios de John, la broma que le hicieron a Ringo! hhahahahah NO TUVO PRECIO! FUE ESPECTACULAR! hahaha y los comentarios de Harrison acerca de la comida XDDD!! me he divertido muchísimo, no pintaste la boda como algo estrictamente ceremonial y emotivo, pero es que con tales personajes ¿Cómo se iba a poder?! hahahahah y el McCa, de vuelta al ruedo (?) al fin sale a conquistar a medio planeta, de alguna manera, me "alegro" xDD ay me reí muchísimo y me hiciste pasar un muy buen rato, como siempre! hahaha olvidándome casi por completo de que tengo una gripe terrible, bueno Cris! Nos vemos pronto! hahaha ya espero el siguiente c:

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  6. "AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
    *cae en coma y la internan*
    Bué, ya está, suéltenme enfermeros, ya estoy bien, no no, el suero no hace falta, déjenme, ya pueden irse, si, si los necesito los llamo, chau."

    El capítulo ha sido de lo más gracioso, me dispongo a comentar y lo primero que veo es el comentario de María, simplemente ¡ME SUPERA! jajajajajaajajajaaja tenía que citarlo, lamento haber plagiado lo que escribió pero me da mucha risa xD
    Ya poniéndome seria, que boda tan más grandiosa. Nunca comprenderé por qué llorar el día de su enlace matrimonial, tan nerviosa se ponen que les brotan las lágrimas.
    Bleh, como sea, John y George han hecho bien su labor de hacer reír a la novia.
    Son unos malvados, me imagino la cara del pobre Ringo cuando vio la notita, estaba hecho un manojo de nervios y con eso! jajaja
    El discurso...¡Santo Cristo Redentor! tenía puestas mis esperanzas en la prudencia de Harrison pero quién lo diría... fue el primero en sacar el cobre(? xD
    Jajajaja todos los amigos bien basura y todavía no empezaba lo bueno de la fiesta, estos chicos me encantan!
    McCartney ha vuelto a su papel de MACHO ALFA, si no pierde el tiempo, bien dijo "A las bodas se va a ligar" xDD


    Qué más te puedo decir, me ha encantado todo :)
    ¡Saludos, buena vibra!

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