domingo, 16 de octubre de 2011

Capítulo 14: Amigos


Christine se sentó en una de las sillas de la estancia con su vaso en la mano. Le dolían horrores los pies. Definitivamente había sido un gran error ponerse aquellos tacones ya desde media tarde... Estaba segura de que no podría aguantar mucho aquella noche: el roce de los zapatos la estaba torturando.

-¿A qué viene esa cara?

Chris levantó la vista de sus maltrechos pies y se quedó mirando a John con cara de fastidio. ¿Por qué tenía que insistir en perseguirla?

-La cara viene a que ya cansas, Lennon.-contestó groseramente.

John articuló una media sonrisa y sin decir nada, agarró una silla y se sentó frente a ella.

-¿Qué pasa?-preguntó suavemente cuando se hubo sentado mientras se inclinaba hacia adelante.-¿Es que te molesta que un amigo se interese por ti?

Christine permaneció unos segundos en silencio, extrañada por la actitud de John. Lo miró fijamente antes de contestar. Él sonreía.

-Estos jodidos zapatos me están matando.-dijo al fin secamente. Al fin y al cabo sería mejor decirle la verdad si no quería que se pusiera pesado.

John miró hacia sus pies.

-Es que no sé cómo sois capaces de soportar llevar eso puesto todo el puto día...-comentó él y, después, levantando la vista, añadió:-Pero bueno, creo que para mí que te duelan tanto los pies es una ventaja...

-¿Una ventaja?-se extraño ella.

-Si no puedes andar al menos no puedes salir huyendo de mí como lo has hecho antes...-sonrió él.

Chris tragó saliva. Estar junto a él en aquellos momentos ya se le hacía bastante difícil como para que ahora le viniera con el mismo cuento que la otra vez.

-Tranquila, no pienso hacer nada.-rió él, que al parecer había reparado en su expresión.-Simplemente es que no me explico el por qué de esas maneras. Cuando he llegado a tu casa para la cena ni siquiera me has saludado y antes, cuando has entrado, sólo te ha faltado salir corriendo cuando me has visto...

-Ignoraba que después de todo tenía que sentirme cómoda a tu lado...-dijo ella sarcástica.

-No me jodas, Chris... No me gusta que huyan de mí como si fuera un apestado.-respondió él algo enfadado.-Y si debo disculparme por haberte dicho la verdad, pues te vas a quedar con las ganas porque no pienso hacerlo.

La chica suspiró antes de hablar.

-Yo no quiero que te disculpes por nada, faltaría más. Pero reconoce que las cosas están bastante enrarecidas con todo lo que ha pasado...

-Pues justamente por eso debemos aclararnos...-dijo él resuelto.

-Otra vez con ese cuento no, por favor...-murmuró ella. Era ya la tercera vez que John quería hablar con ella y la verdad es que en aquellos momentos no se sentía con fuerzas como para volver a aguantar el chaparrón.

-Otra vez con ese cuento, sí.-le cortó él.-Paso de estar así contigo. ¿Piensas estar huyendo de mí toda la vida? Mira, Chris, sabes lo que hay y yo también sé lo que opinas tú sobre todo esto y lo respeto aunque a mí no me guste... Pero pese a todo yo estoy a gusto contigo y no quiero que dejemos de hablarnos ni nada por el estilo...

Chris permaneció unos segundos en silencio, pensando en las palabras de John. La verdad era que también se sentía muy a gusto con él (demasiado, para ser sinceros) y también le sabía mal echarlo todo a rodar. No obstante, no estaba muy segura de que aquella amistad de la que hablaba John fuera posible teniendo en cuenta que los dos tenían bastante claro lo que sentían el uno por el otro.

-Yo también estoy a gusto contigo.-le respondió ella finalmente, sincera.-Pero como tú dijiste el otro día, las cosas no pueden volver a ser igual que antes.

John fijó sus ojos en ella. Parecía dolido y enfadado a la vez.

-¿Es que ni siquiera quieres que seamos amigos?-preguntó contrariado.

-No seas estúpido...-le espetó ella.-Por supuesto que quiero que seamos amigos. Pero no sé si podremos...

-¿Por qué, eh?-insistió él.

Chris suspiró. Sabía perfectamente la respuesta pero no iba a decirla nunca en voz alta, menos delante de él. Además, estaba segura al cien por cien de que él lo sabía también.

-Tú lo sabes tan bien como yo.-fue su respuesta final.

John relajó su expresión. Ya no parecía enfadado como hasta hacía unos segundos. Ahora parecía simplemente triste.

-Sólo intentémoslo.-dijo él.

Christine calló y le dio el último sorbo a su vaso mientras reflexionaba sobre todo aquello. Quizás John tuviera razón aunque a ella la aterrara que finalmente todo lo que sentían acabara saliendo a flote y cometieran alguna estupidez. No obstante, los dos eran lo suficientemente maduros como para poder controlarse y seguramente, con el paso del tiempo, acabaría viendo a John como a un amigo más. Y eso sólo podía ocurrir si le daba esa oportunidad y normalizaban su relación.

-¿Sabes lo que haría en estos momentos un buen amigo, Lennon? Traerle otro gin tonic a su amiga convaleciente...-dijo al fin sonriendo pícaramente.

John soltó una pequeña carcajada.

-Tú no cambiarás nunca, ¿verdad?-dijo él poniéndose de pie.-Marchando un gin tonic para la señorita...

Y dicho esto, se alejó de allí con una sonrisa de oreja a oreja pintada en la cara.

***********

Gwen había pasado lo que seguramente era la mejor noche de toda su vida. Si alguien le hubiera dicho esa misma mañana que acabaría de fiesta con los mismísimos Beatles y su círculo más íntimo no se lo hubiera creído.

Tanto Alice como ella habían pasado una noche genial, hablando y riendo con todos, en especial con Paul y George, que no las habían dejado solas en casi ningún momento. Jamás hubiera podido imaginar que aquellos dos fueran tan simpáticos, en especial George, que con la pinta de paradito que tenía, era uno de los chicos más divertidos que había conocido en toda su vida. Con John apenas había cruzado unas palabras, pero también le había caído muy bien. Era irreverente e incorrecto, pero no era mal tipo y le había gustado.

En definitiva, todos las habían tratado muy bien y el detalle que tuvieron Paul y George de acompañarlas a casa para que pudieran estar allí a las cuatro, la hora a la que le habían dicho que volviera, era de agradecer, pues se notaba que ellos todavía tenían más ganas de fiesta.

Con un suspiro de satisfacción se dejó caer sobre la cama y cerró los ojos convencida de que ningún sueño que pudiera tener ahora superaría al que acababa de vivir aquella misma noche.

************

Paul se levantó pasadas las doce de la mañana con un dolor de cabeza terrible. Se había pasado bastante la noche anterior. De los whiskys que se había tomado había perdido la cuenta casi al principio de la noche y, para colmo, se había fumado por lo menos dos o tres porros en poco tiempo.

Bajó las escaleras maldiciendo para sus adentros la inmensa resaca que tenía y prometiéndose a sí mismo que aprendería a controlarse un poco más con la bebida cuando saliera la próxima vez.

-Menudo careto que llevas, gusano.-rió Chris nada más puso el pie en el comedor.

-Vete a la mierda, enana.-murmuró él rascándose la cabeza.-Y no grites, haz el favor.

La chica soltó una risita burlona.

-Por la noche leones, por la mañana...-dijo ella.-Es que no sabéis beber, joder. Mike también lleva una resaca encima que no se aguanta en pie.

-Sí... Lo que tú digas...-dijo Paul dejándose caer pesadamente en el sofá al lado de su hermana. Y después, mirándola, añadió:-Lo que no me explico es como tú estás tan fresca...

-Yo no sé lo que es la resaca, Paulie.-sonrió ella.

-Suerte la tuya...-dijo él entre dientes.-Pero ahora vas a hacer una cosa por tu pobre hermano resacoso...

-¿El qué?- dijo ella sin perder la sonrisa.

-Ve a la cocina y prepárame algo. Lo más asqueroso y grasiento que encuentres... La resaca me da hambre... Eso y un vaso de leche.

-¿Tú estás de resaca o todavía estás borracho?-le preguntó ella extrañada a la vez que divertida ante tal extraña demanda.

-Tú sólo hazlo. Y sabré recompensarte.

-¿Tú, recompensarme?-dijo ella riendo mientras se ponía en pie.-¿Y qué vas a hacer?

-Pues si quieres te dedico una canción y la ponemos en el próximo disco...-bromeó él a sabiendas de que aquello a su hermana le sentaba fatal.

-Hazlo y te aseguro que la resaca que tienes ahora será una sensación agradable comparada con el dolor que sentirás cuando te meta el bajo y el micrófono por el culo, gusano.-se apresuró a decir ella en tono amenazante.

-Chica delicada y dulce, sí señor.-continuó Paul.-Si es que te casarás con quien querrás.

-¡Que te jodan, Paul!-le gritó ella ya desde la cocina.

Paul soltó una risita, reposó la cabeza en el respaldo del sofá y cerró los ojos. Un poco de relax, una buena comida y en poco tiempo estaría como nuevo.

***********

Ringo y Mary estaban dando un paseo por el parque. Hacía un día precioso y él se estaba portando como nunca con ella. Para evitar que lo conocieran, se había puesto el bigote y el sombrero, cosa que le hacía parecer mucho más mayor de lo que era, pero que a Mary le resultaba muy gracioso. En realidad, sabía que aquello para él era un fastidio, pero ella lo llevaba bastante bien. Tampoco le apetecía que le reconocieran enseguida y que se apelotonaran alrededor de él montones de fans histéricas a las que seguro no les sentaría demasiado bien ver a uno de sus ídolos junto con una chica.

-¿Y qué piensas hacer cuando conozcas a... la Reina?-preguntó Mary divertida mientras se sentaban sobre el césped. Llevaban toda la mañana de cachondeo con el tema. A los dos, y aunque pareciera mentira a Ringo el que más, se les hacía muy raro que les hubieran concedido aquel reconocimiento.

-Intentaré no salir corriendo.-dijo él  fingiendo asustarse.-Esa mujer siempre me ha dado mucho miedo...

-¿Por qué? Si es una mujer agradable, simpática, cercana, guapa...-rio Mary.

-Guapa sobre todo.-le siguió la broma él.-Ahora bien, el que me da miedo, pero miedo de verdad, es John. Ese es capaz de decirle cualquier barbaridad a la mujer esa y quedarse tan contento.

Mary soltó una risita al pensar que lo que decía Ringo podía ser real perfectamente. No obstante, paró de reír casi en el acto cuando escuchó aquella voz inconfundible por detrás de ellos.

-¡Vaya! ¡Pero si estás aquí!

Los dos se giraron y vieron a una sonriente Mel plantada detrás de ellos. Mary contuvo una mueca de fastidio y articuló una sonrisa falsa, más que nada por disimular delante de su novio.

-¡Mel! ¿Qué tal, guapa?-sonrió Ringo.

Mary lo miró de reojo. ¿”Guapa”? ¿De qué iba?

-Bueno... bien.-contestó ella con voz modosita mirando fijamente con cara de no haber roto nunca un plato.-Aunque la verdad es que un poco aburrida, echándoos de menos... Esperaba veros a todos esta semana, pero nadie me llamó para la fiesta que organizasteis ayer... He visto a Neil esta mañana y se le ha escapado...

-¿Cómo que nadie te llamó?-preguntó él extrañado.

Mary le volvió a dedicar una mirada significativa pero Ringo pareció no darse cuenta.

-Pues eso, como lo oyes.-contestó ella con voz de tonta fingiendo indignarse.-Pero tranquilo, Ritchie sé que no es cosa tuya...

-Por supuesto que no.-respondió él resuelto.

En aquellos momentos, Mary se hubiera levantado de allí y se hubiera largado. No obstante, por no darle el placer a la idiota de Mel decidió aguantar allí estoicamente hasta que se largara de allí. Después ya se las vería con su novio.

-Ya ves...-siguió ella con el mismo tono de voz que le provocaba arcadas a Mary.-Sé que fue Paul el que se encargó de todo... Fíjate, con lo bien que estaba yo con él y ahora ni me avisa... Supongo que se deja influenciar demasiado por su hermana. Todos sabéis que no puede ni ver.

-No creo que Chris tenga mucho que ver en eso...-dijo Ringo encogiéndose de hombros.- 
Supongo que como fue todo tan precipitado, simplemente se le pasaría avisarte...

-No sé, Ritchie... Pero en fin, la cuestión es que no fui.-murmuró ella.-Bueno, Ritchie y compañía, tengo que irme. Nos vemos otro rato, ¿vale?

-Claro que sí.-dijo Ringo sonriendo.-Adiós.

Y dicho esto, Mel se alejó de donde estaban ellos con paso decidido. Mary se quedó mirando cómo se alejaba con cara de odio mal disimulada, aunque con quien de verdad estaba cabreada no era con ella, sino con Ringo. ¿Cómo había podido seguirle el juego de aquella manera?

-Mary...-la voz de Ringo la cogió por sorpresa.-¿Qué te pasa?

La chica respiró hondo antes de contestarle.

-Ah, ¿qué ahora me hablas?-le espetó ella secamente.

-¿A qué viene eso?-preguntó él extrañado.

-No sé, tú sabrás... Porque hasta hace quince segundos tú y la Mel esa me habéis ignorado por completo...

-Joder, Mary, estaba hablando con ella.-dijo él en tono indignado.

-No, si eso ya lo he visto.-continuó ella.-Al parecer os lleváis muy bien...

-No vayas por ahí, Mary. Es mi amiga y no voy a dejar de hablarle sólo porque esté contigo.-le respondió él enfadado.

-Yo no te he dicho que dejes de hablar a nadie, ¿vale?-le espetó ella.-Lo que me sienta mal es que me ignores.

-Yo no te he ignorado, joder.-dijo él en el mismo tono.-No sé por qué te tomas las cosas así... Y si vas a montarme un número por cada chica que se me acerque pues la llevas clara...

Mary se quedó mirándole con furia. Él sabía perfectamente que las fans a ella no le importaban y aún así ahora le estaba diciendo aquello.

-Me voy a casa.-dijo ella incorporándose. Estaba tan enfadada que no le apetecía ni discutir con él.

-Vale. Vamos.-Ringo también se levantó con cara de pocos amigos.

Mary se giró y clavó su mirada en sus ojos azules.

-No hace falta que me acompañes.-le dijo.-Puedo ir sola en el autobús.

-Da igual.-murmuró él.-Te llevo, vamos.

-No quiero que me lleves, Richard.-le contestó ella impaciente.-Me voy yo sola.

Y dicho esto empezó a andar decididamente por el camino del parque en dirección a la calle, dejándose tras de sí a un Ringo boquiabierto.

***********

Gwen estaba tomando en el patio delantero de su casa con su guitarra, intentando materializar unos acordes que le habían venido a la cabeza aquella misma tarde. No sabía tocar demasiado, pero disfrutaba rasgando las cuerdas de aquella guitarra desvencijada de su padre.

-No sabía que tocaras tú también.

Gwen levantó la cabeza y se encontró con Chris, que la miraba sonriente desde la calle.

-Bueno...-contestó ella devolviéndole la sonrisa aunque un poco avergonzada.-Si a esto se le puede decir tocar...

-Pues claro que sí. No lo haces nada mal.

-¿Tú crees?-preguntó Gwen un poco contrariada. Temía que su vecina lo hubiera dicho simple y llanamente por quedar bien, pero parecía sincera.-No sé mucho, la verdad, las cuatro cosas que me ha enseñado mi padre...

-Todo es ponerse a practicar.-contestó Chris encogiéndose de hombros.-Y te aseguro que tú sabes más que yo...

-Sí, va...-dijo Gwen incrédula.

-Es verdad.-respondió ella divertida.-Las guitarras y yo no nos llevamos muy bien. Paul ha intentado muchas veces darme alguna que otra clase, pero como la confianza da asco siempre acabamos peleados, así que al final lo hemos dejado por imposible.

Gwen rió ante la repentina confesión de su vecina.

-A mí sí que me gusta...-dijo ella al fin.-De hecho quiero retirar esta maldita guitarra vieja y comprarme una en condiciones. Me encantaría tener una eléctrica...

-Así me gusta, dando caña.-rió Chris.-¿Y para cuando esa guitarra nueva?

-Pues cuando encuentre un buen sitio donde comprarla. Quiero una buena pero que no me cueste un ojo de la cara...-contestó Gwen.-Cosa que en esta ciudad parece prácticamente imposible de encontrar.

-Bah, no creas...-dijo Chris en tono despreocupado.-Todo es saber buscar... Paul conoce a un tipo que vende instrumentos de segunda mano. Según dice allí te puedes encontrar auténticos chollos...

-¿En serio? ¿Y no sabrás tú por casualidad dónde puedo encontrarlo?

-Si te soy sincera no tengo ni idea... –respondió Christine.-Eso lo sabrán mis hermanos... Si quieres ahora cuando vuelva a casa lo pregunto...

-Me harías un gran favor...-le dijo Gwen con una sonrisa.

-Pues hecho. Bueno, voy a ir marchándome o mi padre me matará si vuelvo a llegar tarde...-comentó Chris en tono despreocupado.-Nos vemos, ¿vale?

-Vale. Adiós.

Gwen se quedó mirando como Chris se alejaba calle arriba. Le caía bien aquella chica. Estaba segura de que podrían llegar a ser buenas amigas.

********

Alice iba a acostarse. Había pasado un domingo de lo más normal, aunque se sentía extrañamente cansada. Quizás fuera por la fiesta de la noche anterior y por lo poco que había dormido, la cuestión era que aún no habían dado las nueve de la noche y ya se disponía a acostarse.

Estaba acabando de ponerse el pijama cuando escuchó los acordes de una guitarra desde la casa de al lado. Con curiosidad, se acercó hasta la ventana, echó la cortina a un lado y miró a través de la ventana.

En efecto, la música provenía de la habitación de Paul, que tenía la luz encendida y la ventana abierta. Además, podía verlo allí, sentado de espaldas a ella, concentrado en su guitarra y cantando suavemente de cuando en cuando. Aguzó el oído. La canción que Paul estaba tocando no la había oído jamás, pero era tremendamente hermosa.

Casi al instante olvidó el sueño que tenía y se quedó allí, plantada, pasmada ante aquella música. Se mantuvo en esa misma posición durante unos minutos hasta que Paul paró de repente de tocar y se puso en pie. A Alice ni siquiera le dio tiempo a volver a echar la cortina antes de que el chico la viera. Notó como los colores le subían a la cara. La había pillado espiándole, aunque a él pareció no importarle y se acercó hacia su ventana.

-Hola.-saludó él.

-Hola.-contestó Alice todavía avergonzada.

-¿La has escuchado?-preguntó Paul sonriente.

-Sí. Es bonita.-le dijo ella sinceramente.

-Le faltan unos toques finales. Seguramente la pondremos en el próximo disco...

-Vaya...

-Me alegro que te guste...-dijo él.-Cuando tengas un rato mañana te vienes y te canto lo que tengo, ¿te apetece?

Alice notó como los colores le subían de nuevo. ¿Estaba Paul McCartney invitándola a escuchar una de sus canciones?

-Por supuesto que sí.-contestó ella apresuradamente.

-Vale.-contestó él.-Pues hasta mañana entonces.

-Hasta mañana.

Paul le sonrió y cerró su ventana. Todavía sin creérselo muy bien, Alice se dejó caer sobre su cama con un suspiro. Estaba teniendo demasiadas emociones juntas en tan pocos días.


Hola gente! Aquí os dejo esta mierda de capi, pero bueno, menos da una piedra, jajajaja.
Gracias a las comentaristas, como siempre, que me tenéis contenta de verdad! Sois un amor! Besos! 

1 comentario:

  1. al fin puedo comentar, lo leí con el celular, porque estaba castigada (o algo asi) XD
    Bien, debo decir que como mis instintos homicidas estan en flor, tomaré un Tumi (cuchillo que usaban los Incas) y sacrificaré a Mel en honor a los Dioses Inti y Viracocha (leer America 1 me esta afectando XD)Pero es que es la verdad! "Richie y companía" Companía las pelotas! Ya me enojé! Y que Ringo se vaya cuidando también si no quiere ser carne de sacrificio...que puedo ser muy alegre y dulce pero cuando me enojo...cuando me enojo no queda nadie!
    Bien, pasando a otros temas menos sangrientos XD voy a decir algo: me parece bien que se "hayan hacho amigos" pero algo me dice que ese armisticio no va a durar mucho...
    Me matan las conversaciones Paul-Chris, son geniales, no pueden negar que son hermanos!
    Y ya tenemos a Gwen con su guitarra y bastante conversadora con Chris, no es para menos, ceeo que gracias a ella se fue de joda con George y Paul. Y hablando de joda, la que tambien la pasó bien fue Alice, que ahora no solo espia por la ventana sino que tambien recibe invitaciones XD
    bueno, qué decir, vos siempre diciendo que no te salio bien, y resulta que escribis tremendamente genial!

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