jueves, 24 de noviembre de 2011

Capítulo 19: No todas las mañanas son así


Chris salió de casa como la mayoría de las mañanas, con el tiempo justo para llegar a la parada del autobús que la llevaría a la universidad. Algún día iba a perderlo, de eso estaba segura. No obstante, esa mañana tenía una excusa. Y es que se le habían pegado las sábanas. La noche anterior se había quedado dormida muy tarde, fantaseando y recordando lo que había sucedido por fin entre John y ella, y era normal que en aquellos momentos estuviera muerta de sueño, aunque tremendamente feliz.

Atravesó el jardín de la casa en una carrera y salió a la calle igual de rápido, tan rápido que no se dio cuenta de que alguien estaba plantado justo delante de la puerta y chocó con él.

-Ey, buenos días, rápida.-soltó John entre risas.

Chris levantó la mirada y se lo encontró allí, sonriente y feliz, aunque con la misma cara de sueño que en esos momentos debía lucir ella. No le dio tiempo a observar nada más porque John le plantó un breve y dulce beso en los labios.

-¿Qué haces aquí, loco?-preguntó ella divertida dándole un suave empujón en el pecho.

-Te dije que volvería, ¿no? Pues aquí me tienes.-contestó él encogiéndose de hombros y, después, agarrándola de la mano y tironeando de ella, añadió.-Venga, subamos al coche, que estoy congelado.

-Suelta, John, nos puede ver alguien.

-¿Quién? ¿Ese seto de allí? ¿O acaso el pastor alemán de tu vecino?-bromeó él.

-No seas tonto...-rió ella. Aunque no había nadie por la calle, estaba realmente asustada por si alguien los veía y reconocía a John, que no iba disfrazado y por no llevar no llevaba ni las gafas ni la gorra. Aun así, no podía evitar divertirse con la situación.

-Shhhh, calla, boba...-dijo John cuando casi estuvieron en el coche.-Si alguien nos ve, tengo una coartada: puedo decir que eres ciega y que te estoy guiando.

Christine rió a la vez que subía en el coche. John también entró, se sentó en su lado y después de rebuscar en el bolsillo de su chaqueta, se sacó las gafas. Chris le dedicó una sonrisilla. Aunque él las odiara, a ella no le acababa de desagradar cómo le quedaban.

-Bueno, pues creo que es hora de llevar a la niña a la escuela, ¿no crees?-dijo John en broma, provocando que Chris le diera una colleja cariñosa mientras él se partía de risa. Después, con aire divertido, se giró hacia ella y añadió:-A no ser que quieras...

-¿Que quiera el qué?-preguntó ella juguetona, aunque sabía a la perfección lo que John le iba a proponer.

-Que quieras ser una chica mala y pasar la mañana conmigo...

-Nunca fui una chica buena, lo sabes.

-No esperaba menos de ti.-le contestó él sonriendo.

John le dio un beso bastante más largo que el anterior, y puso en marcha el motor del coche. Chris lo miró de nuevo. Nunca hubiera pensado que acabaría así con él y la verdad era que se sentía como en una nube de la que no quería bajar jamás.

***************

Mary miró hacia la puerta de la clase una vez más. Que Chris no fuera a una clase de Historiografía o de Prehistoria no era nada raro, que faltara a todas las clases de la mañana, sí. La última vez que la había visto estaba peleándose con John y la verdad, sabiendo todo lo que ella sabía acerca de sus sentimientos hacia él, le daba miedo que estuviera en casa, chafada y calentándose la cabeza por lo que había ocurrido el sábado.

La última clase había terminado y Christine continuaba sin aparecer. Mary estaba pensativa recogiendo sus cosas de la mesa cuando la voz de David la sorprendió por detrás, haciendo que reprimiera un pequeño saltito de sorpresa.

-Hola, Mary.-la saludó.

-David.-fue lo único que dijo ella a la vez que se volvía para mirarle.

-Hoy no ha venido.

Mary reprimió un bufido. Era buen chico, pero la verdad es que era bastante lerdo. Una persona así no podía congeniar con Christine nunca.

-No, ya lo veo.-contestó ella, seca.

-¿Y sabes qué le pasa?-preguntó.

-No, ni idea.

-Verás... pese a lo que pasó el sábado... ¿tú crees que querrá volver a quedar conmigo?

Mary se quedó mirándolo sorprendida. Definitivamente aquel chico era tonto. Tonto y ciego.

-Pues no, no lo sé.-respondió al fin mientras se colgaba el bolso del brazo.

-Bueno... como sois amigas... No sé... Por si sabías algo...-titubeó él.

-Pues mira, no, no sé.-le cortó ella.-Lo siento, David, he de irme, me están esperando.

El chico le dedicó un escueto “adiós” y Mary salió del aula con paso decidido. Pensando en la conversación que acababa de mantener, salió del campus y se dirigió a una pequeña callejuela cercana allí, donde había quedado. Como siempre, Ringo ya estaba allí esperándola con el coche.

-Hola.-saludó cuando entró en el coche.

Ringo se inclinó hacia ella y la besó, aunque Mary notó que algo raro le ocurría.

-¿Qué te pasa, Ritchie?-preguntó mirándole. Parecía enfadado.

-¿Qué me pasa? Pues que voy a matar a John, eso es lo que me pasa.-contestó enfurruñado empezando ya a conducir calle abajo.

-¿Y eso?

-¿Te acuerdas que hoy había quedado con él para ver lo de la canción que he de cantar y tal? Pues el cabrón me ha dejado plantado.-contestó él rápido.

-Igual se ha dormido...-dijo Mary intentando quitarle hierro al asunto.

-¿Dormido? No estaba en casa. A saber dónde se ha ido... Pero bueno, no sé de qué me extraño, Lennon siempre hace lo que sale de los cojones.

-No seas así, Rich... Seguro que no ha podido por algo...-sonrió Mary.

Ringo la miró de reojo y relajó la expresión de su rostro.

-¿Y a ti? ¿Qué tal te ha ido el día?-preguntó él al fin ya sin atisbo de enfado.

-Solitaria también, y no me quejo tanto como tú.-bromeó ella.

-¿Solitaria?-se extrañó él.

-Sí, Chris no ha venido hoy a clase...

-Otra que hace lo que sale de los...

-¡Rich!

-¿Qué? ¡Es verdad!-rió él.

-A mí no me hace gracia, tonto.-le reprendió ella.-Igual está mal por lo que pasó el sábado...

-Bueno... puede...-murmuró Ringo.

-No sé... Encima ayer no pude hablar con ella...

Ringo detuvo el coche ante un semáforo en rojo y aprovechó para mirar a Mary.

-¿Estás preocupada?

-Sí.

-Hagamos una cosa...-dijo él.-Es pronto, así que si quieres nos acercamos a Heswall un momento y hablas con ella. Así ves que no está mal ni nada por el estilo y te quedas tranquila, ¿vale?

Mary asintió. Le parecía una idea estupenda.

**************

Estaban todavía ahí, sentados sobre la hierba en mitad de la nada. Chris estaba sentada delante de él, acariciándole distraída la rodilla, mientras que él la abrazaba por detrás. John tenía la cara semihundida en el pelo de la chica y se sentía tremendamente bien.

-Me encanta el olor de tu pelo...-murmuró al cabo de unos segundos.-Bueno, no, corrijo... Me encanta todo de ti...

Christine soltó una risita entre dientes y le pasó la mano por la cara. John le dio un suave beso en la palma de la mano cuando la chica llegó a la altura de sus labios.

-Nunca hubiera dicho que fueras tan...-dijo ella.-No sé... ¿dulce?

-Hay muchas cosas que no sabes de mí, pequeña.-contestó John con una sonrisa. La verdad es que le resultaba muy fácil estar así con ella, sin ponerse a la defensiva, relajado, dejándose querer y sin miedo a mostrar o a hacer lo que quería.

-¿Ah, sí? ¿Y qué otras cosas no sé?-le preguntó ella divertida volviéndose hacia él y quedando a escasos centímetros de su cara.

-No sé... ¿Que soy genial en la cama por ejemplo?-bromeó él.

-¡Lennon!-Chris se había puesto roja como un tomate, cosa que hizo que John soltara una inmensa carcajada a la vez que la chica le daba un empujón en el pecho.

John la abrazó de nuevo todavía partiéndose de risa.

-No me hace gracia.-murmuró Chris enfurruñada.

-Pues debería. Por lo que yo sé, te concierne muy directamente...-John se estaba divirtiendo como nunca haciéndola rabiar. Y la verdad es que no lo decía en broma del todo. Si hubiera sido por él, lo habría hecho ya.

-¡John!

El chico volvió a soltar una carcajada.

-No seas tonta...-dijo al fin todavía con una sonrisa juguetona pintada en la cara.-Y dame un beso, anda.

La chica rió también y le dio un beso que le supo a gloria. John le respondió con otro, mucho más intenso que el que le había dado ella, mientras la agarraba fuerte de la cintura.

Y así, casi sin darse cuenta, se vieron de repente tumbados sobre la hierba, él encima de ella, sin poder parar de besarse y de acariciarse.

****************

Mary y Paul se miraron confundidos. Estaban allí, plantados en la puerta de la casa de los McCartney sin saber muy bien qué era lo que estaba ocurriendo.

-¿Quién es?-la voz de Jim les sorprendió desde dentro.

-¡Es Ringo!-respondió Paul volviéndose hacia dentro y, después, girándose hacia ellos dos, les dijo en un susurro:-Salgamos al jardín...

Paul cerró la puerta tras de sí y salieron al jardín delantero de la casa.

-¿Cómo que no ha ido a clase?-preguntó mirando a Mary.

La chica tenía la sensación, horrible, de que acababa de meter la pata hasta el fondo yendo a casa de Chris para hablar con ella. Menos mal que había abierto Paul la puerta y no Jim, porque sino la hubiera metido en un problema de los gordos. Y es que sabía que Jim McCartney, por lo que le había contado su amiga, era mucho más estricto con ella que con sus hermanos, quizás porque sabía que su hija era una cabecita loca pero también, y sobre todo, porque quería evitar otro “desastre” como el de Paul, quien había abandonado sus estudios en los que tenía un futuro muy prometedor por dedicarse a la música. Y es que, aunque ahora estuviera orgullosísimo de su hijo mayor, quería evitar a toda costa “desperdiciar” a otro de los cerebros McCartney fuera por el motivo que fuera.

-Bueno...-dudó ella.

-Pues menos mal que en la universidad no llaman a casa por acumulación de faltas... porque si empieza a repetir lo que hacía en el instituto, mi padre la mata.-sonrió Paul divertido, para alivio de Mary. Era obvio que su hermano no iba a reprenderla ni nada por el estilo.

-Yo sólo quería ver si estaba bien.

-¿Y por qué no iba a estarlo?-rió Paul. Mary tragó saliva. Saltaba a simple vista que Paul no sabía absolutamente nada de lo que había ocurrido ese sábado por la noche.-Cuando la conozcas sólo un poco más, ya sabrás que el que Chris no vaya a clase no tiene por qué significar que esté enferma ni nada por el estilo...

Mary iba a contestarle algo cuando la puerta de la verja del jardín se abrió y entró su amiga, sonriente como nunca la había visto. Se quedó mirándola extrañada, como Ringo, que también estaba claramente confundido por aquella alegría que traía. Cuando los vio a los tres allí, Christine se quedó plantada en mitad del jardín mirándolos con cara de no saber muy bien qué estaba ocurriendo allí.

-¿Qué, hermanita?-dijo Paul divertido a modo de saludo.-¿Te han agotado mucho las clases esta mañana?

-¿Pero de qué va todo esto?-preguntó Christine cruzándose de brazos.

-Quería hablar contigo, nada más.-contestó Mary mirándola.

-Bien. Si te viene bien esta tarde nos tomamos un té y hablamos.-respondió la chica risueña. 
Era evidente que quería contarle algo a ella en privado.

-Vale.

-¿Y de dónde vienes si puede saberse?-quiso saber Paul acercándose a ella.

-No te importa, cotilla.-le contestó Chris sin poder evitar su nerviosismo.

-Oye, oye, oye... enana, a mí no me hables así que te corto la cabeza...-rió Paul acercándose a su hermana.

Chris intentó alejarse de él, pero Paul la alcanzó rápidamente y agarrándola fuertemente empezó a revolverle el pelo con el puño. Mary y Ringo miraban la escena divertidos cuando de repente Paul puso una cara rara y paró en seco.

-¿A qué hueles?-preguntó él cambiando las risas de hacía unos segundos por un gesto serio.

Chris se zafó de su hermano antes de contestar.

-¿A qué tengo que oler, loco?-preguntó ella molesta y después, evidentemente incómoda, se giró hacia Mary y añadió:-Esta tarde sobre las cinco en el Ye Cracke, ¿vale?

Mary asintió confundida y vio como su amiga entraba en la casa sin más despedidas. No tenía ni idea de lo que acababa de pasar, pero no le cabía duda de que aquella tarde iba a saberlo.

****************

John entró en el salón feliz como nunca antes lo había estado. Miró a Julian, que estaba jugando sentado sobre una estera en el suelo con un par de peluches pequeños que él mismo le había traído de su última gira por Estados Unidos. Sonrió al verle, se sentó a su lado y se puso a jugar distraídamente con él.

-No te he oído llegar.

La voz de Cyn le sacó de su ensoñación y giró la cabeza en dirección a la puerta del salón. De repente, toda la alegría que había sentido hasta hacía unos instantes se evaporó como si nada.

-No hace ni cinco minutos que he entrado.-contestó sin poder evitar su seriedad.

-A Jules le encanta que juegues con él...-murmuró Cyn con una sonrisa mientras se acercaba a su marido y le daba un beso en la mejilla.

John no respondió.

-¿De dónde vienes? Hoy has salido muy temprano...-preguntó ella mientras se sentaba en uno de los sillones del salón.

-He estado con McCartney.-respondió él con sinceridad. Lo malo es que Cynthia no sabía a qué McCartney se refería.

-Empezareis a grabar pronto...

-En unas semanas. Cuando volvamos a Londres...-confirmó John absorto mientras jugaba con Julian.

-La verdad es que no me apetece para nada regresar...-comentó Cyn mirando por la ventana.

-A mí tampoco me apetece. Absolutamente nada.-por primera vez en su vida estaba siendo sincero al cien por cien con ella.

Cynthia se quedó mirándolo unos instantes, como analizándolo. John se sintió sumamente incómodo. Lo de Chris era algo muy fuerte para él y tenía la sensación de que todo el mundo iba a notárselo, incluida Cyn, que casi nunca se daba cuenta de nada.

-Te veo relajado...-murmuró ella al cabo de unos segundos.-Y me gusta verte así, sin estar a la defensiva.

-Venga, Cyn... No me vengas ahora con historias...-masculló él, nervioso.

-¡Vamos, John! ¡No lo estropees ahora!-comentó ella riendo.-Yo sólo digo que se nota que el trabajo con Macca va viento en popa... Sólo tienes que mirarte.

John  sonrió amargamente antes de contestar, sin apartar la vista de su hijo, que ahora estaba golpeando uno de los peluches contra el suelo.

-No te imaginas cuánto, Cyn... No te lo puedes ni imaginar...

*****************

Paul subió los peldaños de las escaleras de dos en dos, entró sin llamar a la habitación de su hermana y cerró la puerta de nuevo detrás de sí. Chris estaba allí, dejando aún los libros que traía debajo del brazo cuando había regresado en una de las estanterías de la habitación.

-¿Me puedes explicar dónde has estado esta mañana?-preguntó él serio.

Chris se giró y se quedó mirándolo, sin contestar.

-¿Y me puedes explicar también por qué puñetas hueles que apestas a colonia de hombre?-preguntó ahora sin poder ocultar una nota de nerviosismo en su voz.

La chica bajó la mirada y se sentó en el borde de su cama. Se notaba a la legua que la había pillado, así que Paul intentó relajarse un poco y se sentó a su lado.

-Oye, Chris... Sé que el sábado estuviste con ese chico y aunque me dijeras que la cita fue un desastre, no sé... Si has vuelto a quedar con él... Yo... Yo sólo...

-¿Tú qué, Paulie?-preguntó la chica.

-Verás, que a mí me da igual lo que hagas, pero no dejes que haga nada sin precauciones, ya sabes de lo qué hablo...-contestó él mirando por la ventana.

Christine soltó una risita entre dientes antes de contestar.

-¿Vamos a tener ahora una charla sobre sexo? No me jodas...

Paul lanzó un suspiro.

-Mira, yo sólo te digo lo que hay. Te arruinaría la vida en estos momentos... Te lo digo por experiencia... A veces un calentón puede costarte bastante caro... Fíjate en mí. Si Dot no llega a abortar ahora sería un tipo casado con una mujer a la que no quise nunca de verdad. Yo tuve suerte en ese sentido, pero la mayoría no. Fíjate en John.

Paul notó como Christine se ponía tensa al escuchar esto último. Había sido un gestó casi imperceptible, pero él la conocía demasiado bien como para saber que ocurría algo... Y entonces, empezó a encajar las piezas del puzzle... Esa colonia... Lo que John le había confesado...

-Chris, ¿puedo preguntarte algo?-preguntó al cabo de unos segundos con un hilillo de voz. Estaba haciendo todos los esfuerzos posibles por controlarse.-¿Te has ido con el chico con el que quedaste el sábado?

La chica soltó una risita.

-No, ¿verdad?-fue Paul el que respondió.-Y otra cosa... ¿tú aún eres... virgen?

-¡Paul!- Chris había levantado la vista del suelo y lo miraba con una mezcla de indignación y enfado.

-Sólo di sí o no. No me voy a enfadar. Yo justamente soy el que menos tiene que decir respecto a eso.-se apresuró a contestar.

-¡Por supuesto que soy virgen!-exclamó ella.

-Júralo. Júralo por mamá.-sabía que a su hermana aún le dolía demasiado la pérdida de su madre como para bromear con ello.

-¡Te estás comportando como un idiota!

-Que lo jures por mamá, te digo.

-Te lo juro. Por ella.-contestó mirándole a los ojos.

Paul la miró a los ojos y supo que no mentía. Después, con un suspiro se levantó de la cama y se encaminó hacia la puerta.

-Por cierto, Christie...-le dijo cuando estuvo casi en la puerta volviéndose de nuevo hacia ella.-No dejes que John haga lo que quiera contigo. Plántale las bases y no te conviertas en la nueva Cyn.

-Paul...-susurró ella. Se había puesto blanca como la pared y lo miraba sorprendida.

-Ni soy idiota ni ciego, hermanita. Esa colonia a la que hueles es suya y es demasiado cara como para que cualquier estudiante de cuarta se la ponga en esas cantidades. Además, que sé lo que hay desde que os pillé en aquella conversación...-dijo casi de tirón.-Espero que estés completamente segura de lo que vas a hacer porque te advierto de que no va a ser nada fácil ni bonito todo lo que te espera.

-Pero...-titubeó la chica aún incrédula. A Paul le dio la sensación de que ni siquiera había parpadeado desde que le había dado a entender que lo sabía todo.

-Pero yo te voy a apoyar.-le cortó él.-Aunque no me guste, aunque me parezca una jodida locura y crea que nos va a costar la ruina. Pero, joder, tú eres mi hermana y él es mi mejor amigo. Y ni quiero ni puedo perderos a los dos.

Paul no esperó a que su hermana respondiera y salió de la habitación cerrando la puerta de nuevo cuando salió. Después, se dirigió a su habitación y se dejó caer pesadamente sobre su cama. Rebuscó en el cajón de su mesita y sacó uno de los porros que tenía liados. Lo necesitaba de verdad y en aquellos momentos le daba igual que su padre estuviera en casa y pudiera olerlo desde abajo. Lo encendió y le dio una profunda calada, dejando que el humo entrara en sus pulmones mientras notaba el sabor de la marihuana.

-Con mi hermana, joder, con mi hermana...-masculló viendo como el humo ascendía hasta el techo de la habitación-Lennon, eres un maldito hijo de puta.

*****************

Mary entró en el Ye Cracke diez minutos antes de lo acordado con Chris esa misma mañana. No obstante, ella ya estaba allí, sentada en una mesa del fondo del local, apartada del resto de la gente, sobre todo estudiantes de arte, que había a esas horas por allí.

-Hola.-saludó mientras se sentaba a su lado.-Supongo que ahora me voy a enterar de muchas cosas, ¿no?

Chris la miró, inexpresiva. Toda la felicidad que traía aquella misma mañana cuando había entrado en casa parecía haber desaparecido. Sin embargo tampoco parecía triste, ni enfadada, simplemente parecía pensativa, como si estuviera en esos momentos aislada del resto del mundo.

-No me digas que tú también te has dado cuenta...-masculló su amiga al fin con un tono de exasperación en su voz.

-¿Darme cuenta de qué?-preguntó Mary extrañada.-Yo sólo espero que me cuentes por qué has faltado a clase esta mañana y qué puñetas ha sido lo que ha pasado con tu hermano.

Chris no contestó. Esperó a que el camarero, un chico de su edad más o menos, les tomara nota para empezar a hablar.

-La verdad es que no sé por dónde empezar...

-Por el principio estaría bien.-contestó ella con una sonrisa tranquilizadora.

-Ni yo misma sé cuál es el principio...-contestó Christine.

-Pues hagamos una cosa... Como dice el profesor Harris, siempre hay que empezar por la idea principal y a partir de ahí ir desarrollando las demás, ¿no?-bromeó Mary.

Christine soltó una pequeña carcajada.

-Está bien... agárrate.-dijo en un susurro al cabo de unos segundos con una media sonrisa.-Idea general: John y yo estamos liados.

Mary se quedó helada y la miró boquiabierta mientras Chris asentía con una sonrisa pintada en la cara.

-¿Qué?-preguntó al fin incrédula.

-Lo que oyes. Al final ha pasado.-respondió ella.-Y ahora, si me dejas, te cuento lo demás.

******************

Alice estaba sentada en el jardín de su casa cuando le vio pasar por la calle. Le chocó bastante verlo así. No lo conocía aún demasiado, pero parecía bastante serio y eso no era muy normal en él.

-Hola.-saludó Paul, que casualmente acababa de girar la cabeza hacia donde estaba ella.

-Hola.-respondió Alice levantándose y acercándose a la puerta.-¿Qué hay?

Paul se apoyó sobre la puerta del jardín y soltó un suspiro a la vez que ponía una sonrisilla.

-He tenido días mejores.-respondió finalmente.

-Espero que no sea nada importante.-dijo ella.

-Bah, no es nada.-contestó Paul encogiéndose de hombros.-Sólo es un pequeño asunto familiar y ya está. ¿Y tú cómo estás?

-Bien. Estaba leyendo un aburrido libro de sociolingüística...-dijo ella con desgana.

-Suena apasionante.-bromeó Paul.

Alice rió y lo miró. Estaba muy a gusto con Paul.

-Oye Alice... Sobre lo que te dije ayer del sábado...

-¿Sí?

-Aún no hemos quedado ni nada, pero seguro que lo haremos como siempre...-continuó él.-Así que... ¿te viene bien que pase a las ocho a recogerte?

-Vale, me va perfecto.-contestó la chica con una sonrisa.

-Y otra cosa...-dijo Paul dubitativo.-Hasta el sábado aún falta mucho... Así que... ¿te parece si quedamos antes y salimos a tomarnos algo como ayer?

Alice se quedó mirándole durante unos segundos antes de responder.

-Pues claro que me gustaría.-contestó finalmente con una sonrisa dulce en los labios.

Paul le devolvió la sonrisa.

-Muy bien. ¿Mañana a las cinco?

-Mañana a las cinco.

-Pues nos vemos.

-Adiós, Paul.

-Hasta mañana.

Antes de empezar a caminar de nuevo hacia su casa, Paul la miró fijamente, con una mirada tan penetrante que Alice sintió como le flaqueaban las fuerzas. Junto con los dos intentos anteriores por besarla, aquella mirada hacía evidente que Paul buscaba algo más en ella que una simple amistad. Y Alice tenía la sensación de que no le quedaban ya muchas fuerzas como para volverse a resistir de nuevo a él.




Holaaaa! Qué hay? Bueno, aquí, después de una semana odiosa que parece ser que ahora empieza a arreglarse (cuando está el finde cerca todo parece más bonito, no? jeje), actualizo. No sé, pretendía que me quedara de otra forma, pero la falta de inspiración hacía preciso que o actualizara con este capi o lo dejara en el rincón del olvido y, sinceramente, pasaba de eso...
En fin, espero que os haya medio gustado. Quería hacerlo más largo y hacer salir a Gwen y George, pero si empezaba a pillar eso, me metía ya casi en las veinte páginas con Word y no es plan ir publicando esas parrafadas más cuando estoy en una semana de crisis de inspiración, jajajaja.
Saludos a todas y gracias por leer, en especial a nataliestarkey, que ya te lo dije personalmente, pero bueno, me hace ilusión que te hayas enganchado ahora a leer esto, jejeje.
Besos!

2 comentarios:

  1. Hola! Crisis de inspiración? No la veo en ninguno de los capítulos...sabes que escribes bien...espero con demasiadas ansias el próximo capítulo...Si pasas por mi nove estaría genial :
    http://historiadeamoreal.blogspot.com
    Si quieres una recién empezada :
    http://locurabeatlemaniatica.blogspot.com/
    SUUBE EL PRÓXIMO CAP!

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  2. nooooooooooooooooooooooooooo metí la pata hasta el oooooorrrrrrrttttttttt.....jajajjajajajajjaa vos me conoces a mi, me parece, porque para meter la pata como lo hice, soy mandada a hacer! y despues todos me quieren matar!
    me encanta John , me estoy enamorando de el (faaa, se enamoraba de todos la chica ajajaa) mentira, es todo tuyo él, pero me encanta lo dulce que puede llegar a ser, pese a los quilombos que tiene. Pero lo malo es que PAUL SE DIO CUENTA! es un maldito adivino, tendria que ser Sherlock Holmes XD lo bueno de eso es que lo aceptó, muy de mala gana, pero lo aceptó y me encanto esa reflexion que tuvo sobre que es su hermana y su mejor amigo, no esta bien perder a ninguno de los dos...aunque me parece que Cris anda jurando en vano XD (y lo peor es que no me contó ¬¬ En mi vida real estoy esperando que alguna de mis amigas haga algo con alguien para contarme qué onda XD pero por lo visto, todas están muy felices como están, tendré que dar el paso yo jajaja)
    Veo que nuestro Paul puede estar muy complicado con sus asuntos familiares, pero eso no le hace perder las mañas! ya está ahi, de mucha charla vecinal con Alice jajaja, que por lo que veo, pronto dejarán de ser charlas vecinas para pasar a ser otra cosa jaja. Vamos Alice/Kira, ya sabés que tenés que entregarnos a Paul a cris y a mi XD
    Bueno, tu capi me alegró un poco el dia que ya sabes que fue bastante mierdoso, cuando llegue ami casa me puse a despotricar contra todo l oque se me cruzó y me tranquilizé leyendote, que fue una sorpresa encontrar un capi tuyo recen salido del horno!
    espero el otro, ya sabes que sos una grosa total ;)

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