jueves, 17 de mayo de 2012

Capítulo 42: ¿Por qué no intentarlo?


Paul miró a Maggie de reojo mientras la chica conducía. Sí, era guapa, muy guapa, y además estaba haciendo lo imposible por entablar conversación con él, aunque todo eso a él no le importaba lo más mínimo en esos momentos. No sabía por qué, pero lo cierto era que pese a que guapa y simpática, a Paul aquella chica no le causaba demasiada buena impresión. Quizás era que se notaba a la legua que quería algo más con él, una cosa de la que ya se había cansado hacía muchísimo tiempo. Las mujeres fáciles hacía mucho que habían dejado de atraerle, aunque no debía negar que más de un polvo con chicas de ese tipo durante las giras o sus noches de fiesta había dado. Aún así aquella no le llamaba la atención ni siquiera para eso. ¿Qué le estaba pasando?

-Así que sólo quedáis John Lennon y tú solteros, ¿no?-dijo de repente la chica.

Paul la miró detenidamente mientras hacía un monumental esfuerzo por no marearse. Estaba demasiado borracho y Maggie conducía bastante mal, una combinación letal.

-¿Y a ti quién te ha dicho eso?-masculló a trompicones sin que fuera capaz de evitar que se le enredara la lengua.

-Leo las revistas. Me da vergüenza decirlo, pero…os sigo bastante… Me leo todas las noticias que salen sobre vosotros…

-Ya… Una tía que lee sobre The Beatles. Menuda novedad.-dijo Paul con sarcasmo, sin importarle para nada si estaba siendo hiriente o no.-Siento decirte que yo a ti no te sigo en las revistas…

Maggie enrojeció como un tomate cuando él pronunció aquellas palabras y optó por no responder nada. A Paul le dio la sensación que de buen grado hubiera parado el coche y se habría bajado allí mismo de la vergüenza que tenía, una situación que lejos de incomodarle, no dejaba de resultarle de lo más graciosa.

-¿Y tú quién eres aparte de la niñera de Nicholas?-preguntó él intentando alargar un poco más su conversación. No le apetecía que cesara ya su diversión.

-¿Quién soy?-preguntó la chica extrañada.-Perdona, pero… No sé a qué te refieres.

-Sé que te llamas Maggie y que eres la niñera del hijo de John y Marianne solamente.-respondió Paul con toda la naturalidad del mundo.-Y tú parece que lo sabes todo de mi vida, hasta si estoy soltero o no. No estaría de más que tú hablaras un poco sobre ti, ¿no?

Maggie pareció dudar durante unos segundos aunque al final, después de examinarlo detenidamente de reojo, decidió contestar. Paul sonrió para sus adentros. Su tono de niño bueno jamás le fallaba.

-Bueno… Si eso es lo que quieres…Tampoco tengo demasiado que contar.-contestó finalmente con una risita.-Me llamo Maggie McGivern, tengo veinte años, me encantan los niños y cuido a Nicholas porque necesito el dinero mientras pruebo suerte en mi verdadera vocación.

-¿Tu verdadera vocación?

-Sí. Mi sueño es ser modelo.

Perfecto. Ahora tenía a una cabeza hueca delante de él. Seguro que si Maggie llegaba a hacer carrera en el mundo de la moda en un futuro, iba a ser de las típicas modelos muy guapas pero a la vez muy tontas que empezaban a abundar ya demasiado.

-No me cabe duda de que puedes llegar a serlo.-dijo él sonriendo con malicia.-Sólo es cuestión de llamar a las puertas adecuadas y saber cómo actuar en cada momento.

Maggie le dedicó una mirada extrañada e hizo ademán de decir algo. No obstante, cuando Paul se dio cuenta de que ya casi habían llegado a su casa, la interrumpió.

-Mi casa es esa de ahí.-dijo.-Para.

La chica le hizo caso y paró el coche justo delante de la puerta del jardín.

-Me has dejado algo intrigada con lo que acabas de decir hace un momento…-dijo la chica mientras apagaba el motor.

-¿El qué?-preguntó Paul intentando hacerse el tonto, aunque sabía perfectamente a qué se estaba refiriendo.

-Cuando has dicho que para llegar a ser modelo sólo es cuestión de saber actuar en cada momento… ¿Qué querías decir con eso?

Paul esbozó una sonrisa inocente.

-¿Acaso quieres hacerme creer que una chica como tú no sabe a lo que me estoy refiriendo?-preguntó como si la respuesta fuera obvia.

Maggie le dedicó una mirada confusa y negó con la cabeza un par de veces.

-Verás… No sé cómo decirte esto, la verdad…-masculló Paul.-Mira… La carrera de modelo es muy dura y sólo llegan ahí o las mejores o las más listas.

-¿Cómo que las más listas?

-Las que saben a la perfección a quién se la tienen que chupar.-contestó Paul intentando que aquella frase sonara como la respuesta más natural del mundo.

Maggie abrió los ojos de par en par, incrédula, mientras él hacía un monumental esfuerzo por mantener su sonrisa inocente y no empezar a reírse histéricamente allí mismo.

-Sí, Maggie, sí…-continuó él al ver que ella no era capaz de articular ninguna palabra.-Y apuesto a que tú sabes eso también, pareces una chica lista en ese sentido. De hecho apuesto a que mantienes tu trabajo de niñera con Nicholas sólo porque se la chupas a Durban… Por cierto, intenta que no se entere Marianne…

-¿Pero qué…?

-Venga, nena, no nací ayer.-rió Paul.-Pero siento decirte que John no tiene contactos en el mundo de la moda… Quizás te convendría chupársela a otro  con contactos o más famoso. Alguien que te abra las puertas al mundillo de la farándula, aunque creo que eso ya lo sabes también.

-Creo que…

-¿Qué crees? ¿Que chuparle la polla a Paul McCartney sería beneficioso para tu aún inexistente carrera?-continuó él ya sin disimular su risa.- Puede que sí. Lo malo es que a Paul McCartney no le apetece ahora ser el trampolín a la fama de nadie... ¿Sabes? Si quiero follar, follo sin necesidad de recurrir a tías desesperadas por ser famosas.

Y, dicho esto, Paul ni siquiera esperó a que Maggie fuera capaz de contestarle nada y salió, intentando no caerse en el intento por las risas y la borrachera que aún llevaba encima. No sin algunas dificultades, abrió el inmenso portón que daba acceso al jardín de su casa y entró. Sólo cuando cerró nuevamente, escuchó el coche de Maggie arrancar y salir de allí con un fuerte acelerón. Y entonces, sintió una inmensa arcada. Al parecer, la borrachera y la manera de conducir tan brusca de aquella aspirante a modelo, habían surtido efecto en él. Vomitó todo lo que había bebido esa noche y más en su propio jardín, allí mismo, al lado de la puerta de entrada, y se adentró en su casa sin importarle aquello lo más mínimo, intentando de nuevo contenerse la risa al imaginarse qué hubiera pasado si, después de lo que le había dicho, le hubiera acabado vomitando encima a aquella tal Maggie. Se había librado por poco, por muy poco…

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-¿A qué viene esa cara?

John levantó su vista del periódico que estaba leyendo y esbozó una media sonrisa cuando vio a Chris aparecer por la puerta.

-A nada…

-¿Nada? Mentiroso de pacotilla…-rió la chica sentándose a su lado en el sofá.-A ver, ¿qué lees?

-Nada…

-Lennon, como vuelvas a decir otra vez la palabra “nada”, te comes el periódico, te lo juro.-contestó ella divertida dándole un beso y mirando el periódico por encima de su hombro.

John intentó pasar las hojas rápidamente para evitar que ella leyera lo que él estaba leyendo, pero llegó demasiado tarde.

-¡¿Pero que dice el gilipollas mamón de mierda que ha escrito eso?!-exclamó ella arrancándole el diario directamente de las manos y empezando a leer aquel maldito artículo de opinión de manera compulsiva.

-Christie… Dame eso, no creo que…

-Déjame, John.-le cortó ella enfadada sin levantar la vista siquiera del diario.-¡Ja! ¿Qué The Beatles son una mala influencia para la juventud de hoy en día? ¡Será idiota! ¡Si por lo menos utilizara un argumento un poco menos visto!

-Pequeña, no…

-¡¿Y ahora se mete contigo y con tus libros?!-exclamó ella sin hacerle caso a John.-¡Ya quisiera el subnormal este escribir como tú!

Chris acabó de leer el artículo y lanzó el periódico al suelo, con rabia.

-Lo que me parece indignante es que publiquen esa mierda llena de insultos directos en un diario de tirada nacional…-dijo enfadada mirando el periódico con asco.-Se van a enterar los idiotas estos... Como que me llamo Christine McCartney que se enteran.

John se quedó mirando boquiabierto como la chica se levantaba de su lado y se ponía a rebuscar en los cajones.

-¿Qué haces?-preguntó él mientras Chris ponía sobre la mesa un par de folios en blanco y un bolígrafo.

-Voy a escribir una carta al director.-contestó empezando ya a rasgar la hoja con rapidez.-No voy a dejar que nadie se meta así contigo ni con los otros y se salga de rositas.

************************************

Como casi todos los días, Ringo aparcó cerca del piso de Montagu Square y bajó del coche sonriente. Aquel momento era el que más le gustaba del día. El ir a ver a Mary, que ya había acabado de clase y estar un rato con ella antes de meterse en el estudio de grabación era de lo más gratificante. Apenas faltaban unos metros para que llegara a la finca cuando vio que un niño de diez años se le acercaba sonriente.

-¿Eres Ringo?-preguntó el chiquillo sin más, feliz.

-Sí.-contestó él devolviéndole la sonrisa.-¿Y tú quién eres?

-Me llamo Tony.-contestó él.-¿Me puedes firmar un autógrafo?

-Claro. ¿Tienes un papel y un lápiz?

El niño borró inmediatamente su sonrisa de la cara y negó con la cabeza sin poder ocultar su decepción. A Ringo aquello le hizo mucha gracia, aunque le supo mal dejar al chaval sin lo que quería…

-Hagamos una cosa… Voy a esa casa de ahí.-dijo él señalando hacia la finca.- ¿Por qué no me acompañas y le pedimos al portero que nos deje un boli y un papel?

Nada más escuchar aquellas palabras, el niño volvió a esbozar una inmensa sonrisa.

-Vale.-respondió.-Además, yo también iba ahí.

Ringo se lo quedó mirando mientras se adentraba en la finca. Quizás era el hijo de algún vecino, aunque lo cierto era que no había visto a aquel niño en toda su vida. Siguió al chiquillo hacia el interior de la finca y esperó pacientemente a que el portero les diera papel y bolígrafo.

-Aquí tienes…-dijo Ringo tendiéndole el autógrafo al chaval.

-¡Gracias! Me gustas mucho como tocas la batería, ¿sabes? Yo también quiero aprender…

-Seguro que lo haces genial y dentro de poco ya me estás haciendo la competencia.-le respondió él sin poder ocultar su diversión ante el desparpajo del chaval.-Por cierto, Tony, ¿vives aquí?

-No.-contestó el niño.-Sólo vengo a traer esto.

Ringo vio estupefacto como el chaval agitaba ante él una pequeña caja de color blanco que, por desgracia, le resultaba demasiado familiar. Aunque pareciera increíble, no había reparado en ella hasta aquel momento.

-Es para el piso 1.-dijo el chiquillo dándole la caja al portero haciendo a la vez que Ringo confirmara definitivamente sus sospechas sobre qué era aquello.

-Tony…-masculló él mientras el niño se disponía a salir de allí.-¿Quién te ha dado ese paquete?

-Una chica joven. No la conozco.-contestó el chiquillo encogiéndose de hombros.-Ya me ha dado muchos así. Me paga unos cuantos chelines cada vez que hago el recado.

-¿Y no te acuerdas de cómo es esa chica?-insistió Ringo intentando disimular su nerviosismo.

-Es guapa…-dijo Tony.-Y bastante alta, con el pelo largo y rubio.

-¿Y dónde te lo ha dado?

-Donde yo vivo. En el East End.

Ringo miró de nuevo al niño. No mentía. De hecho sabía a ciencia cierta que el chaval no tenía ni idea del contenido de la caja y que, por supuesto, no sabía nada más acerca de la chica que se lo había dado.

-Gracias, Tony.-dijo al fin sonriendo de nuevo.

-A ti por el autógrafo.-contestó Tony contento.-Adiós.

-Adiós, Tony.-se despidió Ringo.-¡Y suerte con la batería!

El niño le dedicó una última sonrisa y salió de allí corriendo. Ringo se quedó mirándolo hasta que se perdió calle arriba, pensativo, y después, se volvió hacia el portero con el semblante serio.

-Dame esa caja, Charles.-le ordenó.

-Señor Starkey…-dudó el hombre.-La señorita Hall me dijo que me deshiciera de estas cajas y eso es lo que hago…

-Puedes deshacerte de ella dándomela a mí, ¿no crees?-dijo Ringo amablemente.-No se la voy a dar a Mary, tranquilo…

Charles pareció dudar unos instantes más, aunque finalmente, agarró la caja de detrás del mostrador y se la tendió a Ringo.

-Gracias, Charles.-dijo.-Has hecho lo correcto.

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Paul se levantó lentamente de la cama con un dolor de cabeza terrible. Se había pasado con el alcohol y los porros, pero a fin de cuentas había sido una gran noche en la que lo había pasado genial, incluyendo el final de la velada con lo que le había dicho a la tal Maggie. Recordar la cara que se le había quedado a la chica no pudo menos que volverle a arrancar una sonrisa, aunque a la vez le dio que pensar. Algo había cambiado en él, de eso no tenía ninguna duda. Y es que, sólo si Maggie se hubiera cruzado en su camino unos pocos meses antes, estaba seguro de que habría acabado en la cama con ella.

¿Qué era lo que le estaba pasando? No tenía una respuesta clara para aquello, aunque más o menos podía intuir el porqué. Nadie le llamaba la atención desde que se había acostado con Penny. ¿Se estaría enamorando? No, aquello era imposible. Apenas conocía a la chica y no podía enamorarse de alguien de la que no sabía prácticamente nada. No obstante no podía negar que sentía una fuerte atracción por ella. Era tan diferente a las demás, era tan… especial.

Algo le decía que aquella vez no se trataba de uno de sus caprichos, que aquello quizás era el principio de algo que ni siquiera él sabía adónde iba a llevarle. Pero, ¿y qué importancia tenía aquello? Lo importante era lo que sentía en esos momentos, no lo que iba a pasar en un futuro.

Paul acabó de vestirse con dos rápidos movimientos y, casi sin pensarlo, bajó las escaleras como una exhalación.

-¡Hola Paul!-saludó Chris, que en aquellos momentos acababa de entrar en casa.

-Hola y adiós, enana.-dijo el chico sonriente.

Su hermana se quedó mirándolo extrañada mientras éste se ponía la chaqueta.

-¿Adónde vas?-preguntó la chica.

-A dar un paseo. Nos vemos luego.

Paul se despidió de ella con un beso en la mejilla y salió de allí rápidamente, antes de que a Christine le diera tiempo de protestar o de decir nada más. Iba a ver a Penny y no le apetecía perder ni un segundo más de tiempo.

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John entró en el salón, buscando desesperadamente su bolsa de porros. Si no estaba allí en el único sitio donde podían estar sería en el bolso de Christine, que se los habría “pillado prestados” sin avisar, como ya había hecho algunas veces. Rebuscó como un loco por todos los rincones y, finalmente, comprobó con alivio que la bolsita estaba entre los cojines del sofá: seguramente se le habría caído del bolsillo esa mañana.

Agarró la bolsita con aire triunfal y, justo cuando iba a salir de allí, algo que había sobre la mesa llamó su atención. Se acercó con curiosidad y sonrió al comprobar que aquello era, nada más ni nada menos, que la famosa carta al director del periódico que había escrito Chris esa misma mañana, aún enfadada después de haber leído ese artículo en el que les ponían por los suelos y que no le había dejado leer por nada del mundo.

-A ver qué puñetas has escrito, pequeña…-masculló con una sonrisa mientras agarraba la hoja de papel y empezaba a leer.

Lejos de encontrarse con lo que se esperaba, una carta repleta de insultos hacia el redactor del famoso artículo y demás lindezas al más puro estilo Christine McCartney, John se sorprendió leyendo una carta perfectamente argumentada, respetuosa, sí, pero que era capaz de darle la vuelta a todo lo que aquel periodista había dicho en su contra en el artículo de la mañana y utilizarlo a favor del grupo. Y eso, encima, con una redacción tan clara que a John le pareció que aquello estaba escrito por un periodista con años de experiencia en la profesión y no por una chica de apenas diecinueve años.

Dejó el papel sobre la mesa, todavía sorprendido y, de repente, una idea le vino a la mente. ¿Podría ser que…? Sin pararse a pensarlo ni un segundo más, John salió corriendo de allí en busca de su máquina de escribir. Debería pasar aquello a limpio si quería que todo saliera tal y como esperaba. Pasarlo a limpio, concertar una cita con Brian y rezar para que todo saliera bien…

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-¿Qué te pasa?

Ringo miró a Mary y esbozó una sonrisa tranquilizadora. La chica parecía preocupada y no quería que se calentara la cabeza aún más: quizás lo mejor sería decirle la verdad.

-Verás… Han enviado otro paquete de “esos”.-contestó él lanzando un fuerte suspiro.

-¿Qué?-exclamó la chica.-¿Y tú cómo lo sabes?

-Me he encontrado con el niño que lo traía.

-¡Ritchie! ¿Y qué has hecho?

-Nada. El chaval no sabía de qué iba todo esto, eso estaba claro.-respondió Ringo.-Sólo le he preguntado sobre la persona que le había dado eso…

-¿Y te ha dicho quién es?

-Ni él lo sabe… Sólo me ha dicho que es una chica alta, rubia y guapa y que le da los paquetes en el East End…

Mary le clavó la mirada y empalideció de repente. Ringo la observó bien: a juzgar por su expresión, la chica sabía más o menos de quién podía tratarse…

-¿Mary? Dime qué estas pensando…

La chica lanzó un suspiro antes de contestar.

-Ritch… Piensa un poco… ¿Quién vive ahora en el East End y es así como la describes?

Ringo sintió como la sangre se le helaba en las venas. No podía ser lo que Mary estaba insinuando aunque sabía que tenía toda la razón del mundo.

-Mel…

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Penny estaba en casa sentada al lado de la camada de perritos que Bonnie acababa de tener un par de días antes y jugando con ellos. Los cinco cachorritos estaban preciosos y le sabía mal, muy mal, tener que deshacerse de los cuatro machos en un mes, cuando los tendría que regalar a los familiares y a los amigos a los que se lo había prometido. La hembra, la primera en nacer, todavía no tenía dueño y a decir verdad, Penny albergaba la esperanza de que no encontrara ninguno para quedársela ella. Y es que la perrita era la más viva y la más juguetona de la camada, cosa que a la chica le encantaba. Eso, y que era la bobtail más bonita que jamás había visto en toda su vida y eso que sólo tenía días de edad.

El sonido insistente del timbre la interrumpió de repente y la chica se levantó de mala gana para ir a abrir. A saber quién era a aquellas horas…

-Hola, Penny.

-¡Paul!-exclamó ella sorprendida.-¿Pero qué…?

-Venía a ver a los cachorros.-dijo él sonriendo dulcemente.-Bueno, y a ti… ¿Puedo pasar?

La chica se hizo a un lado hecha un mar de dudas… Era la primera vez que se alegraba tanto de que alguien apareciera de improviso por su casa y aquello la confundía demasiado.

-¿Cómo están?-preguntó Paul cuando entró mientras ella cerraba la puerta.

-Bien… Están muy graciosos. En el comedor los tienes.

Los dos entraron en el comedor y se acercaron a los cachorritos, que estaban en una manta en el suelo, jugando junto con su madre.

-¡Vaya! ¡Están muy grandes!-exclamó Paul acercándose hacia los perritos.

-Sí… Y son muy graciosos.

El chico se puso de cuclillas al lado de los cachorros para verlos mejor. Inmediatamente, la perrita se acercó hacia él y lo olisqueó con curiosidad. Penny sonrió al ver aquella escena. Definitivamente, adoraba a aquel animalito.

-Ey, precioso…-dijo Paul acariciándole el lomo a la perrita.-¿Qué haces? Eres muy simpático tú…

-Esa es la hembra, ¿te acuerdas? La primera que nació.-le aclaró Penny poniéndose a su lado.

-Vaya… sí. Ahora la reconozco… Tiene la oreja gris.

Los dos estuvieron un rato más allí, jugando con los perritos, sobre todo con la perrita, que parecía no querer separarse de Paul ni un solo segundo.

-¿Te apetece venir conmigo a dar un paseo?

La pregunta de Paul hecha así, de repente y a bocajarro, pilló a Penny completamente desprevenida, que se lo quedó mirando sorprendida, sin saber muy bien si debía aceptar aquella invitación o no.

-¿Qué?-preguntó con la simple intención de ganar un poco más de tiempo.

-Pues que si te apetece venirte a dar un paseo…-contestó Paul mirándola a los ojos intensamente.-Pero claro… Si no te apetece, no pasa nada, otra vez será y…

-Claro que me apetece.

Sólo cuando Penny vio la sonrisa de Paul fue consciente de que había pronunciado aquellas palabras en voz alta y sintió una enorme vergüenza. No le gustaba que él se enterara tan pronto por medio de aquellos detalles de que quizás para ella era más que un simple rollo para un par de noches.

-Pues vamos.-dijo Paul poniéndose en pie a la vez que le tendía la mano para que ella hiciera lo mismo.

Penny dudó en si debía tomar su mano o no durante unos segundos. No obstante, la mirada y la sonrisa sincera de Paul hicieron que pronto olvidara sus dudas y le agarrara con fuerza a la vez que él la ayudaba a levantarse del suelo.

-Hace una tarde demasiado buena como para quedarse en casa, ¿no crees?

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John entró en el despacho de Brian como quien entra a su casa, sin llamar, sin esperar a que nadie le dijera que podía pasar y sin ningún reparo. Le daban igual todas aquellas tonterías y, además, disfrutaba secretamente recordándole a Brian con aquellos gestos que si tenía un despacho como aquel y una empresa como la que tenía montada era gracias a ellos.

-¡John! No te esperaba hasta dentro de media hora…-dijo Brian mirándolo de manera recriminatoria desde la silla de su escritorio.

-Cuando antes empecemos, antes acabaremos, ¿no?-respondió John encogiéndose de hombros y dejándose caer a continuación sobre la silla que quedaba libre enfrente de la mesa.-De todas maneras, supongo que no  habré interrumpido nada importante.

-Estaba concretando unos detalles de vuestro concierto en Hamburgo…-le reprochó el hombre intentando hacerle entender que sí que había interrumpido algo.

John esbozó una sonrisilla burlona y se inclinó hacia adelante.

-Nada importante, entonces.-dijo con sorna.

-Es vuestra carrera, no entiendo por qué te lo tomas tan a la ligera…

-Ey, ey, ey… Tranquilo Eppie…-rió John.-No te alteres, ¿vale? No merece la pena ponerse nervioso y menos cuando estoy a punto de solucionarte un problemón que sé que tienes para nuestra gira…

Brian se lo quedó mirando durante unos instantes, estupefacto.

-¿Y qué se supone que vas a solucionar?

-Vayamos al grano…-contestó John.-Le dijiste a Neil el otro día que no encontrabas a nadie para encargarse de las notas de prensa, los comunicados y todas esas cosas para la gira, ¿no?

-Sí, se lo dije.-confirmó Brian.-Y veo que no ha tardado demasiado a irte con el cuento…

-Bah, no seas así, Eppie…-rió John.-La cuestión es que te vas a alegrar ahora de que Neil me lo dijera.

-Sorpréndeme.

-Vale, te sorprendo: conozco a la persona ideal para ese puesto de trabajo.

-No bromees con esas cosas, John, sabes que es un tema delicado para…

-No bromeo.-le interrumpió él poniéndose serio de repente.-¿Has leído el Daily Mirror de hoy?

-¿No te referirás a la mierda de artículo que ha salido esta mañana sobre vosotros?

-A eso precisamente me refiero.-contestó él.

-John… Sabes que ese diario es un diario sensacionalista, que sólo busca provocar y que…

-Lo sé, lo sé…-le cortó John impaciente.-Pero eso ahora no tiene nada que ver.

-No sé adónde quieres ir a parar.-dijo Brian confuso.

-Vale, vayamos por partes.-aclaró John.-A raíz del artículo de esta mañana, alguien ha escrito una carta al director para responder a los ataques que se lanzaban…

-Habrá habido cientos de fans que lo hayan hecho.

-Lo sé. Pero esto…-dijo sacándose del bolsillo de su chaqueta el folio doblado que había traído consigo.-Esto ha llegado a mis manos y te juro que es de lo mejor que he leído en toda mi vida… Échale un vistazo, a ver tú que opinas.

John le tendió el papel a Brian, que lo desplegó con parsimonia y empezó a leer con atención.

-Es muy bueno, sí…-reconoció Brian cuando acabó de leerlo al cabo de un par de minutos que a John se le hicieron interminables.-¿De dónde has sacado esto, John?

-¿Y qué más da de donde lo haya sacado?-preguntó él a la defensiva.-Es bueno, eso es lo que importa, tú mismo lo acabas de decir.

-Sí, he de admitirlo. Argumenta bien, es claro, está claramente a favor vuestro aunque no cae en el fanatismo… El tipo que ha escrito esto sabe lo que se hace.

-Necesitamos a alguien así y lo sabes.-dijo John intentando disimular su creciente nerviosismo.

Brian lanzó un suspiro y volvió a mirar la hoja que John le había entregado momentos antes.

-Sí… Puede que tengas razón.

-¡Eppie, no me jodas!-exclamó exasperado.-¡Sabes que tengo razón! ¡Contrata ya a esta persona y para de comerte la cabeza con el tema del jefe de prensa para la gira!

-¿Y cómo sé yo que esta persona está dispuesta a aceptar el trabajo?-preguntó Brian mirándolo de arriba a abajo.

-Lo aceptará, de eso puedes estar seguro.-le respondió John con determinación.-Tú sólo dime que vas a contratarle y te aseguro que yo mismo me encargaré de que acepte el trabajo.

Su manager se quedó mirándolo durante unos segundos, evidentemente sopesando la respuesta que iba a darle.

-Quizás…

-¿Vas a contratarle o no?-le interrumpió John con brusquedad.

-Le contrataré, sí. Te doy mi palabra.-suspiró Brian finalmente.

John esbozó una sonrisa triunfal y se levantó de la silla.

-No te vas a arrepentir, Eppie, te juro que no te vas a arrepentir…-dijo dirigiéndose hacia la puerta.

-John…-le llamó Brian antes de que abriera.-¿Por qué tienes tanto interés en que precisamente éste sea el jefe de prensa? ¿Quién es?

El chico sonrió. Por su puesto que no le iba a decir todavía que el autor, o mejor dicho, la autora,  de aquella carta no era otra que Christine.

-Todo a su tiempo, Eppie, si todo va bien, mañana le traeré por aquí.-contestó empezando a salir ya del despacho.-Y recuerda que me has dado tu palabra.

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Aún no sabía muy bien cómo, pero lo cierto era que allí estaban los dos, dentro de lo que Paul le había dicho que era “su rincón para pensar y meditar”, una construcción bastante agradable y con el techo de cristal que tenía él en medio de su jardín. Se habían metido allí en realidad para evitar entrar en la casa, donde se suponía que estaba Chris. La verdad era que a ninguno de los dos le apetecía que la chica empezara a hacer preguntas incómodas sobre qué hacían los dos juntos por ahí.

No obstante, pese a todo, Penny podía afirmar que se estaba mucho más a gusto en aquel “rincón” que en la casa en sí. Allí, sentados sobre los cojines que Paul tenía desperdigados por el suelo, fumando marihuana suave y charlando con él tranquilamente con tanta naturalidad que parecía que se conocían desde hacía años, se estaba en la gloria.

-Ni pensar que creí que eras un imbécil…-dijo Penny mirándole a los ojos después de que Paul contara un chiste que la hizo reír.

El chico le sonrió y le devolvió la mirada.

-Pues yo creía que aún pensabas eso de mí…-bromeó finalmente.-El imbécil de Paul McCartney, el don Perfecto.

Penny soltó una risita cuando vio que Paul había intentado en vano imitar su voz.

-Todavía creo que eres don Perfecto, eso sí.-le contestó ella divertida.-Pero lo de imbécil creo que lo voy a retirar…

-Me siento alagado…-rió el chico.-Pero he de decirte que jamás debiste de considerarme un imbécil porque no lo soy.

-¿Cómo que no?-rió la chica lanzándole uno de los cojines del suelo directamente a la cabeza y haciendo que Paul soltara una inmensa carcajada cuando recibió el cojinazo.-¿Acaso quieres que te recuerde cómo te comportaste la noche en que nos conocimos?

Para su sorpresa, Penny vio como Paul, lejos de reírse como había estado haciendo hasta ese momento, se ponía serio de repente.

-La noche en que nos conocimos no fue la mejor noche de mi vida, Penny.-dijo al fin dándole una calada a su porro.-Estaba pasando por una de las peores épocas de toda mi vida…

La chica lo miró confundida, pero decidió animarle a continuar. Al fin y al cabo, Paul parecía tener ganas de contárselo.

-¿Una mala época?

-Sí, verás… Acababa de perder a una persona bastante importante para mí, ¿sabes?-dijo él a la vez que lanzaba un suspiro.-Estaba con una chica que conocí en Liverpool, Alice, desde hacía muy poco y…

-¿Te dejó?-preguntó ella al ver que Paul no tenía intención de terminar la frase.

-Más o menos.-contestó él sonriendo amargamente.

-¿Cómo que más o menos?

-Murió.- respondió Paul de repente.-Un accidente con la moto… Al parecer fue horrible… Un autobús se la llevó por delante…

Penny notó como empalidecía de repente. No tenía ni la menor idea de todo aquello y se sintió mal, muy mal, por haberlo tratado de esa manera mientras él estaba pasando por todo aquello.

-Paul… yo… lo siento.-balbuceó la chica finalmente.-No sabía nada… De verdad que yo no…

-Ey, Penny…Tranquila.-le cortó él con delicadeza mientras le dedicaba una dulce sonrisa.-Sé que tú no sabías nada de aquello como también sé que el hecho de que yo estuviera pasando por una mala racha no justifica que te tratara así. Estuve insoportable esa época, lo reconozco. Me pasaba todo el día borracho y colocado y ya sabes…

-Me lo hubieras tenido que decir…-dijo la chica aún angustiada por todo lo que acababa de saber.

-¿Para qué?-preguntó él.-Además, ya lo tengo superado, tranquila. Y lo tengo superado gracias a gente como…

Penny le clavó la mirada de nuevo. Otra interrupción. Otra frase que Paul no quería acabar de pronunciar.

-¿Gente como quien?

-Gente que me importa y gente como… tú.

La chica se quedó parada al escuchar aquellas palabras mientras tenía la sensación de que todo lo que estaba alrededor empezaba a darle vueltas.

-No entiendo en qué te he ayudado yo a superarlo…-titubeó ella finalmente intentando parecer decidida.

Paul le dedicó una sonrisa y se acercó un poco más a ella.

-Pues más vale que lo entiendas…-dijo el chico casi en un susurro.-Porque aunque parezca mentira el estar contigo me ha ayudado a seguir adelante…

-Paul…

-No, Penny, escúchame…-le interrumpió él.-No sé qué es lo que tú sientes, pero sí que sé lo que siento yo. Y te diré una cosa: en estos momentos yo por lo menos no te considero solamente una chica con la que acostarme cuando me entra el calentón… No sé como lo has hecho, pero te has convertido en alguien mucho más importante para mí, en alguien con quien quiero intentar algo más…

La chica lo miró fijamente. Aquello no podía ser verdad. Paul, el imbécil, el don Perfecto, se le estaba declarando, aunque a decir verdad en esos momentos ni le parecía ni tan imbécil ni tan perfecto, y eso le gustaba. Sólo había en él un chico normal, que había sufrido y que ahora le decía mirándola con sinceridad que quería algo más con ella. Y entonces Penny no pudo resistirse ni un segundo más y se desarmó. Necesitaba besarlo. Y besarlo no como lo había hecho hasta entonces, como un preliminar más para acabar en la cama. No. Necesitaba besarlo con todo el sentimiento del que era capaz para demostrarle, con aquel gesto, que ella también quería intentar ser algo más para él…

Y así, fundidos en aquel beso extremadamente dulce y largo, Paul y Penny se dejaron caer sobre los cojines del suelo, dispuestos a hacer algo que ya habían hecho antes pero que a partir de ese momento iba a tener un significado completamente distinto para los dos. Dispuestos a ser, por primera vez, una sola persona.


Hola holita!!!!! Qué tal estamos? Bien? Pues me alegro, gente, porque eso es lo importante. Bueno, aquí me tenéis de nuevo dando por saco con un nuevo capítulo de la cosa/historia esta que tengo yo montada por estos lares... Espero que os haya gustado el capi. Ya veis que hay algunos cambios, sobre todo en la vida de nuestro Paul, jejeje. En fin, que gracias, como siempre, por leer y por comentar, que ya sabéis que me emociono y todo cuando veo que me decís algo, jajaja. 

Saludos guap@s!!!! :D




8 comentarios:

  1. Demonios tu me torturasssss con esta novela que te estas haciendo , es increiblemente BUENAAAAAAAAAAAAAAAAAAA , quiero empezar comentandote que me encanto como Paul puso en su lugar a esa Maggie , me encanto tanto lo que le digo , pobre tipa debio de haber dicho todas las malas palabras existentes cuando Paul cerro el porton y se fue, hasta borracho le dice las verdades a la gente , que genio jajajajajajajaaja y luego Chris mandando la carta , esa es otra genia tambien porque parece que es buena redactora (como yo :P) y a sorprendido a John bastante tanto que va y se la enseña a Esptein , cuando vea que fue la hermana de Paul la que escribio la carta se va a sorprender muchisimo tambien , me parece muy bien que por fin se haya descubierto quien mandaba esa bendita caja , te digo algo ? NI PUTA IDEA SABIA QUE ERA MEL jajajajajaja ni siquiera lo sospechaba >.< ojala la pongan en su lugar a esa otra tambien porque que ESTUPIDA que es .......... el final , OH POR DIOS lo lei 3 veces jajajajajajajajajajajajajajaja LO AMEEEE , que romanticoooooooo ♥♥ Penny es el amor de la vida de Paul hasta la letra con que comienza su nombre es la misma letra con que comienza el nombre de Paul ..... P&P FOREVER XDDDDDDDDDD pensar que yo se todo lo que va a pasar con esos 2 , es mas para no matar la intriga dejo estas 3 canciones que resumen lo que ha psado y va a suceder con ese par ....

    http://youtu.be/pAOQkSFTKMw
    http://youtu.be/L--cqAI3IUI
    http://youtu.be/wB9YIsKIEbA

    Re sesentero el soundtrack de ese romance verdad ??? jajajajajajajaja bueno es que tu sabes que amo esa epoca y justamente estas son canciones que vengo escuchando toda mi vida y que ahora recientemente cuando las escuche otra vez vi que calzaban con la historia de Paul y Penny :P

    Bueno ya terminando el comentario quiero decirte que este capitulo se ha convertido en otro de mis favoritos y espero con ansias de que sea la proxima semana para que publiques de nuevo ^^ TKM

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    1. Anda copón, que comentario más completo que te has pegado!!! He de decir que a mí casi que me gustó más esto que el capítulo en sí, pero bueno, jajaja. Vale, vale, me alegro de que te hayan gustado las dos partes clave del capi pero... shhhhhhh... silencio... que no se entere nadie de que ya sabes casi todo lo que va a pasar con Paul y Penny, jajajaja. Sobre lo de Chris, bueno, ya sabemos que el talento de redacción lo heredó de ti, jajaja. Por cierto, genialísimo el soundtrack que me has metido! Sí que le van a estos dos, sí! XD Muak y gracias por el comment!

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  2. YO SABÍA QUE ERA LA MEL ESA! LO SABÍA! naa, mentira, no sabía XD. me di cuenta cuando el pibe dijo que era una rubia alta. Ahi, en mi emoción, (si, tu fic me emociona mas que "Dulce Amor" la novela que Mary dice que es cursi XD) grité: es Meeellll!!!! Menos mal que ese momento estaba sola en casa, que si hubiera estado con gente o en otro lado todos me hubieran mirado como si estuviera loca. Ahora si, poné que Mary no tendrá piedad con esa, que le va a atar sus pelos rubios a un caballo y que lo hará galopar hasta que se rompa la cabeza con una piedra del camino. Porque es para hacerle eso y mucho mas, ahora me puse violenta, adiós al peace&love.
    Bueno, Jon sigue sorprendiendome, este chico es un amor, un pastelito de dulce de membrillo bañado en almíbar jajaa, ahora le consiguió el trabajo a Cris, y Brian ni enterado, pobre Eppie, como lo engatusan jaja
    Y qué decir de Paul....primero, me cagué de risas con la jugadita que le hizo a la Maggie, vamos, es un crack, es Messi XD. Si encima de todo lo que le dijo (la dejó decara.com) la vomitaba encima hubiera sido re loco! Por suerte la Maggie se salvó, y tendrá que ir a comérsela a otro XD (mirá las cosas que me haces decir). Lo bueno, lo genial, lo VRUTAL es que está reconociendo su enamoramiento extraño con Penny, y ella también. Mas romántico no te pudo salir eso!
    Bueno, me voy, que ya está la sopa (?) como siempre vos haciendome emocionar con tus locurillas! Besito grande!

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    1. Pues claro que era Mel! Vamos a ver, vamos a ver... quién tiene aquí el papel de "donante por culo profesional"? Pues Mel!!! Quién tenía que ser, la locaza de los cojones esa... Tranquila, he planeado una muerte que incluye bisturís, granadas de mano, cucararachas y ratas peludas infectadas de un trillón de enfermedades... jajajajja.
      Bueno, John, aparte de estar buenísimo y ser un cielo, también parece infojobs.net, jajaja. Y otro que es un puto crack como Messi o más, el Paul. En mala hora no le vino la arcada antes y le echó hasta las papillas de cuando era bebé a la Maggie esta encima... jajajaja. Y me alegro que te gustara lo de Penny, este Paul también es más dulce que un caramelito, jeje.
      Espero que disfrutaras de tu sopa. http://www.youtube.com/watch?v=rggBOdVRLRw
      jajajajajajajaja :P
      Saludos!!!!

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  3. Wow amo tu fanfic la verdad me dejaste en taaantas dudas con este cap no sé como le haces para que fluyan tan rápido tus ideas yo soy muy lenta tardo una hora o mas en escribir un cap
    PD:Amo tu historia :3 <3

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    1. Hola! Para empezar, gracias por el comentario, me alegra mucho siempre :D
      Y bueno, espero resolver tus dudas pronto, apoder ser en el próximo capi, jejeje.
      Ufff, dices que eres lenta para escribir un capi? Yo también. Escribo a ratitos, porque no me sobra el tiempo: una escena ahora, otra escena luego... y tardo mucho. No sé el total, pero te aseguro que uniendo todo, tardaré tres o cuatro horas por capi seguro... Además, que doy bastante asco: leo y releo hasta que me convence, corrigiendo cosillas y todo eso, jajaja. Pero tampoco me agobio, al final lo que importa no es lo que tardes sino que disfrutes haciéndolo, no? ;)
      Besos!

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  4. ME ENCANTA ME ENCANTA ME ENCANTA!!!!!!! Ayyyy Dios, por un memento pensé que Paul iba a hacer algo con Maggie jajaja maldito Paul sangrón!!! No me lo imagino con esa actitud. Y Mel!!! Malditaaaaaa la odiooo!!! jajaja te lo juro que me encantaaaaaa cómo escribes!!! Y perdón por no comentarte en los dos capítulos pasados jejej esque se me pasó de plano pero intento comentar en todos los capítulos! Sigue escribiendo, por favor!!

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    1. Hola de nuevo y perdonada estás, jajaja. Tranquila, que no paso lista en cada capi, jajaja. Me alegra tenerte de nuevo por aquí! ;) Jajaja, verdad que sí? Paul es un crack! De pensar que iba a pasar algo con Maggie a lo que ha venido a ser en realidad... Y Mel, tranquila, recibirá justa venganza, jajaja.
      En breve subo de nuevo! Besos!

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