miércoles, 10 de abril de 2013

Capítulo 83: Linda


Era paradójico. Llevaba semanas enteras planeando lo de aquella maldita rueda de prensa en la que sólo había creído él y, en aquellos momentos, mientras los periodistas les acribillaban a preguntas, le estaba dejando llevar las riendas de las respuestas a John, quien de cuando en cuando soltaba algún que otro comentario irónico muy en su línea que dejaba completamente descolocado al pobre periodista que había formulado la pregunta. Lo cierto era que no sabía si estaba haciendo bien o mal, pero en aquellos momentos le daba bastante igual si su amigo hablaba más de la cuenta o no; él sólo se limitaba de cuando en cuando a contestar a alguna pregunta y a hacer algún que otro comentario banal sobre el asunto de Apple, nada más. Y es que en aquellos momentos Paul estaba más pendiente de otra cosa que de la rueda de prensa en la que tanto había insistido.

Había visto a Linda nada más había hecho su aparición con John en la sala, antes incluso de tomar asiento, allí, con su cámara en la mano, a pocos metros de él, preciosa y sonriente. Pese a que sabía que la chica era americana, Paul no esperaba para nada verla allí en la rueda de prensa. Y, pese a que hacían un año que no se habían visto y que apenas se acordaba de ella, Paul sintió como el corazón le daba un vuelco cuando sus ojos se encontraron. Fue una sensación brutal, que le sacudió por dentro, fuerte, muy fuerte e incontrolable, una sensación que nunca había tenido antes pese a que hubiera tenido montones de relaciones antes.

Así pues, Paul estaba más pendiente de Linda que de las preguntas que lanzaban los periodistas, más pendiente de pensar cómo iba a ingeniárselas para hablar con ella a solas después de aquello que de la propia rueda de prensa. Por eso, cuando se puso punto final a todo aquel circo, Paul se puso en pie casi de un salto, contento pero a la vez temeroso por si sus planes fracasaban y la no volvía a ver.

Pasaron entre una marabunta de periodistas que insistían preguntándoles cosas aunque ya no tuvieran turno de palabra. Paul lanzó una mirada furtiva hacia el sitio en donde ella había estado sentada hasta esos momentos y sintió como la decepción lo invadía cuando no la vio allí. A saber dónde estaría…

-¡Paul!

Pese a que en aquellos momentos quizá había decenas de personas llamándole, Paul reconoció aquella voz enseguida: era ella, de eso no le cabía ninguna duda. Se volvió hacia donde provenía aquella voz y no pudo evitar esbozar una sonrisa de oreja a oreja cuando vio a Linda intentando abrirse paso entre los periodistas que se interponían entre los dos.

-¡Toma!-gritó ella alargando su brazo hacia él.

Paul miró su mano. En ella tenía un papelito escrupulosamente doblado. Volvió a mirar a Linda, perplejo, dudando en si debía agarrar aquello o no. Ella, simplemente, se limitó a asentir con la cabeza a la vez que esbozaba una inmensa sonrisa. Y entonces, sin pensárselo dos veces, Paul le agarró el papelito justo en el momento en el que otro fotógrafo se ponía delante de la chica sin ningún miramiento y la hacía retroceder de nuevo.

-Salgamos de aquí cuanto antes, Macca.-le dijo John detrás de él en voz baja para que sólo le pudiera escuchar él a la vez que le daba un leve empujoncito para animarlo a caminar.

Paul miró una vez más hacia la multitud intentando ver de nuevo a Linda en vano. Bufó molesto, se volvió hacia John y asintió con la cabeza. Sí. Sería mucho mejor irse cuanto antes.  Allí ya no tenían absolutamente nada qué hacer.

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John no pudo evitar soltar una carcajada cuando vio por encima del hombro de su amigo el contenido del papelito que le había dado esa fotógrafa.

-¿Y tú de qué mierdas te ríes?-preguntó Paul molesto escondiendo repentinamente el papelito cuando se dio cuenta de que John lo estaba espiando.

-Veo que continúas desatando pasiones entre las nenas, Paulie, siguen dándote sus números de teléfono para que las llames y les hagas hijos.-rió él.-Y tranquilo, hombre, no hace falta que te escondas el papel, no te la voy a levantar, si es eso lo que te preocupa.

-Vete a tomar por culo, Lennon.-le espetó Paul.-¿Es que siempre tienes que meterte en todo?

John se limitó a encogerse de hombros a la vez que se sacaba una bolsita con un par de porros ya liados del bolsillo de su pantalón.

-Me divierte meterme contigo, ya lo sabes.-bromeó.-Anda, fúmate uno de estos y verás como te tranquilizas un poco.

Paul esbozó una sonrisa por la broma mientras agarraba el porro que le tendía John. Hubo unos segundos de silencio mientras John sacaba su encendedor y le prendía fuego a su porro.

-Por cierto…-murmuró con el porro en la boca a la vez que le daba fuego a Paul.-Esa chica, la que te ha dado el papelito…

-Joder, tío, ¿te has dado cuenta de eso?

John soltó una risita divertido.

-Digamos que muy disimulado no lo ha hecho.-contestó antes de darle una profunda calada a su porro.-Sea como sea, el caso es que la chica esa me suena mucho…

Paul se quedó mirando a John durante unos instantes. Aprovechó aquellos momentos para fumar también, distendido.

-Debería sonarte.-dijo al fin antes de exhalar el humo de su porro.-Es Linda Eastman, la fotógrafa. Vino a la presentación del disco y estuve hablando con ella un rato.

-¿A la presentación?-preguntó John levantando una ceja extrañado.-De eso hace ya un año justo…

-Sí, exactamente un año. Pero… Supongo que eso da igual en estos momentos.

John soltó una sonora carcajada cuando escuchó las palabras de Paul.

-O sea que, traduciendo, esa chica te gusta, ¿verdad?-concluyó John cuando acabó de reír.

Paul sólo pudo esbozar una sonrisilla soñadora a la vez que asentía con la cabeza. En aquellos momentos le parecía una estupidez negarle a John lo que era más que evidente.

-Pues… ¿sabes una cosa?-continuó John.-Yo creo que también le gustas, así que… Casi que mejor que me acabo este porro yo solito en mi habitación y te dejo tranquilito para que hagas una llamada importante.

Y, sin decir nada más, John le dedicó un guiño y salió de su habitación mientras silbaba una melodía improvisada.

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-¡Georgie!

A George apenas le dio tiempo a ver nada más antes de que Gwen se abalanzara sobre él y se colgara de su cuello para, a continuación, darle un intenso beso en los labios, dulce y alegre, como ella.

-Ey, hola, bonita. ¿A qué viene esta efusividad?-rió el chico cuando ella separó sus labios de los suyos.

-Adivina.-dijo ella juguetona.

George apoyó su dedo en la barbilla, fingiendo ponerse pensativo.

-Mmmmm… Déjame adivinar… ¿Te han propuesto hacer alguna exposición?

-No, no.-contestó Gwen divertida.-Nada más lejos de la realidad. Prueba otra vez.

-Soy muy malo con las adivinanzas, Gwen…

-Venga, bobo, prueba de nuevo.-insistió ella risueña.

-No sé… Veamos…-murmuró George haciéndose un poco el remolón.-¿Una súper nota en un examen de la universidad?

-¡No he hecho exámenes aún, bobo!-rió Gwen.

George soltó un bufido exasperado. Cuando le había dicho que odiaba aquellos jueguecitos lo había dicho completamente en serio.

-Ni idea.-dijo finalmente mientras se obligaba a sí mismo a forzar una sonrisa.-Dímelo tú.

-Hay que ver lo poco que te gusta pensar, ¿eh?-bromeó la chica.-Vale, va, te lo diré… Hemos recibido una carta digamos que bastante especial.

George frunció el ceño y la miró sin comprender a qué se estaba refiriendo su novia.

-¿Cómo que una carta? ¿De quién?

La risita que soltó la chica lo dejó aún más descolocado. Le intrigaba el hecho de que Gwen estuviera actuando como si debiera conocer la respuesta sí o sí y él, por su parte, no tuviera ni idea de lo que le estaba hablando.

-¡Pues de quién va a ser!-le respondió Gwen finalmente.-A ver, George, ¿de quién estábamos esperando una respuesta?

No hizo falta que Gwen le dijera nada más pues, inmediatamente, una lucecita se encendió en su mente. No pudo evitar soltar una sonora risotada al darse cuenta de lo obvia que era la respuesta y lo que le había costado adivinarla. Aquella carta debía de ser del Maharishi, sin duda alguna. Era, de hecho, el único correo importante que estaban esperando Gwen y ella.

-¿Es suya?

No hizo falta ni siquiera que aclarara nada más pues la chica asintió con la cabeza un par de veces, efusiva.

-¿Y qué…?-empezó a preguntar él.

Gwen volvió a sonreír de oreja a oreja. No hacía falta ser muy listo para saber que a respuesta había sido positiva.

-Sin rencores.-contestó ella.-Entiende que nos desilusionáramos al principio y se alegra mucho de que sigamos fieles a los principios de la meditación.

-¿De veras?

-¡Sí! ¿A que es fantástico?

Por toda respuesta, George se dejó llevar y le dio un beso a la chica. Aquella era una buena noticia, de las mejores. Y es que, pese a que quizás jamás volvieran a ser los discípulos del Maharishi que habían sido antes, por lo menos se sentía con muchos menos remordimientos por haberse ido de la India como se habían ido. Se sentía, por así decirlo, mucho más liberado y aquello le hacía sentirse mucho más feliz.

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¿Por qué no decirlo? Estaba realmente nervioso, caminando de un lado a otro de la habitación, como un gato encerrado. Lo peor de todo era que no podía hacer nada por evitarlo. Desde que la había llamado nada más John se había ido de allí y, lo que era más importante, desde que ella había accedido a ir a verle, Paul se había puesto hecho un manojo de nervios. Quizás el hecho de saber lo que iba a pasar entre los dos casi con total seguridad hacía que esa ansiedad que sentía dentro aún fuera mayor.

Por eso, cuando el teléfono de la habitación sonó Paul casi dio un salto de pura sorpresa. Casi corriendo, pues se encontraba en la otra punta de la habitación, se dirigió hacia el teléfono y descolgó.

-¿Sí?-contestó.

-Buenas tardes, señor, le llamo de la recepción del hotel.-le respondió al otro lado un hombre con voz grave. A Paul no se le escapó el detalle de que hubiera evitado decir su apellido en voz alta.-Disculpe las molestias, pero aquí hay una señorita que quiere subir a verle. Asegura que tiene usted sabe de quién se trata. Se llama Linda Eastman, señor.

Sólo el hecho de oír su nombre, hizo que a Paul le diera un vuelco el corazón.

-Sí, por supuesto que sé de quién se trata.-dijo Paul en tono cortante.-Dígale que suba, por favor.

Ni siquiera esperó a que el recepcionista le contestara, simplemente colgó sin más. Después, corrió al espejo más cercano casi en un acto instintivo y soltó una sonora carcajada cuando se sorprendió a sí mismo colocándose bien uno de los mechones de su pelo. Parecía un adolescente hormonado a punto de recibir la visita de la chica que le gustaba. Sonrió. En realidad, la única diferencia que tenía con un adolescente hormonado en aquellos momentos era la edad.

Apenas le dio tiempo a hacer nada más antes de que sonaran unos leves golpecitos en la puerta. Miró hacia allí a la vez que sentía como el corazón se le aceleraba por momentos. Parecía mentira, pero ni ante el más multitudinario de los conciertos que había hecho hasta entonces se había encontrado así.  Otros dos golpecitos insistentes lo sacaron de su ensoñación. Entonces, tragó saliva, dibujó en su cara una de sus mejores sonrisas y abrió la puerta.

Allí estaba ella, bonita como nadie, sonriente y mirándolo de manera penetrante, tanto que Paul tuvo la sensación de que era capaz de ver incluso dentro de él. Él le devolvió la sonrisa, sincero.

-Me alegro de que hayas venido.-dijo con voz suave.-Pasa.

Paul se hizo a un lado para que Linda pasara y, a continuación, cerró la puerta detrás de ellos.

-Yo también me alegro de que me hayas invitado.-le contestó ella volviéndose hacia él, casi en un susurro.

-Llevo un año queriendo hacerlo.

Los dos quedaron cara a cara, mirándose, escrutándose el uno al otro. Era perfecta. Había pensado eso mismo antes de muchas otras mujeres pero ahora era consciente por primera vez en su vida de lo equivocado que había estado. Podría parecer precipitado, loco, pero Paul quería a esa chica. La quería a su lado y la quería ya. Por eso, casi sin darse cuenta de lo que estaba haciendo y sin decirse nada más, Paul se lanzó a besarla, apasionadamente, con ganas, como si jamás en su vida hubiera besado a nadie antes. Ella le respondió con la misma intensidad y rodeó sus brazos alrededor de su cuello.

-Y llevo toda una vida queriendo hacer esto…-susurró Paul cuando sus bocas se separaron apenas unos milímetros.

Por toda respuesta, Linda a dedicarle una amplia sonrisa y a hundirle la mano en el pelo antes de volver a pegar sus labios contra los suyos. Sin pararse de besar ni un solo instante, los dos se dirigieron a tientas hacia la cama y se dejaron caer sobre ella, acariciándose y sintiéndose el uno al otro.

-Creo que te quiero, Paul McCartney.-murmuró Linda de repente, nada más se dejaron caer sobre la cama.-Y creo que te quiero mucho.

-Yo no sólo lo creo, Linda Eastman.-le contestó él con una sonrisa juguetona.-Yo simplemente te quiero.

Y nada más decir esto, Paul volvió a pegar sus labios a los de la chica y empezó, ahora sí, a desabrocharle los botones de su blusa a tientas, con delicadeza. Sonrió para sus adentros al pensar en lo caprichoso que era el destino habiéndolos unido de nuevo a los dos.

Sí, definitivamente, ir a Nueva York había sido la mejor idea que había tenido en toda su vida.

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-¡Martha, loca, no me saltes así encima o me vas a matar, que eres más grande que yo!-exclamó Chris entre risas intentando quitarse de encima a la perra, que saltaba a su alrededor contenta por verla.

A duras penas consiguió entrar en casa de su hermano y cerrar la puerta tras ellas mientras Martha aún saltaba y lanzaba pequeños ladridos emocionada.

-¿Qué te pasa, bonita?-le preguntó Chris mientras le acariciaba la cabeza.-¿Te has cansado de estar sin tu dueño todo el finde?

La respuesta de Martha fue un enorme lametazo en toda la cara que hizo reír a la chica a carcajada limpia. Después, le dio otra caricia en la cabeza y se puso de pie nuevamente para dirigirse a la cocina. Paul no tardaría en llegar de Estados Unidos y ella había quedado en verse con él allí, en su casa, por petición de su propio hermano. La verdad era que en un principio le había sorprendido aquella propuesta. Paul jamás había tenido prisa por aquellos reencuentros y muchísimo menos si sus estancias fuera habían sido tan sólo de un par de días. No obstante, después de pensarlo bastante, Chris llegó a la conclusión de que seguramente Paul quería verla por algún motivo. No tenía ni idea de qué era, pero estaba segura de que, o bien quería mostrarle algo, o bien quería decirle algo importante.

Después de comprobar que el ama de llaves de Paul había dejado ya una cena para dos hecha y de ver que ya no tenía nada que hacer excepto esperar a su hermano, entró en el comedor y encendió la tele casi de manera autómata antes de dejarse caer en el sofá. Miró con apatía los anuncios que estaban pasando en aquellos momentos mientras acariciaba a Martha, que se había acostado a su lado en el sofá. Ya estaba a punto de ponerse en pie de nuevo y apagar el televisor cuando, de repente,  empezó uno de los avances informativos que daban de cuando en cuando noticias de última hora. Inmediatamente, nada más oír la sintonía, fijó toda su atención en el televisor: si era una noticia de última hora que ella debía de tratar a la mañana siguiente, más le valía estar todo lo mejor informada posible. Pero, no, se equivocó por completo. Aquella noticia no la debería tratar al día siguiente porque no correspondía a su sección, aunque a decir verdad, le interesaba tanto o más que las otras. Y es que el presentador estaba anunciando a bombo y platillo la llegada a Londres de John Lennon y Paul McCartney después de su exitosa rueda de prensa en Nueva York para anunciar su nuevo proyecto. Pasaron unas imágenes recién grabadas de su hermano y John. Inconscientemente sonrió cuando vio a este último y, después, borrando la sonrisa de su cara lanzó un fuerte suspiro. Cerró los ojos y apoyó la cabeza en el respaldo del sofá, pensativa. Allí, precisamente allí donde estaba sentada en esos momentos, había vivido también un montón de momentos felices con él…

Apenas fue consciente de que se había dormido hasta que no sintió como alguien la zarandeaba levemente. La chica abrió los ojos sobresaltada y se encontró con un sonriente Paul que la miraba divertido.

-Enana, enana…-dijo.-Quedo contigo con la intención de que me des un recibimiento como es debido y te encuentro durmiendo en el sofá como una marmota.

-¡Paul!-exclamó la chica sonriendo también.-¡Ya has llegado!

-Ahora mismo he entrado en casa.-le contestó él.-¿Cómo estás?

-Yo genial después de esta minisiesta que me he pegado.-bromeó ella.-¿Y tú? ¿Cómo te ha ido por Nueva York?

Paul esbozó una inmensa sonrisa pícara que hizo que Chris lo mirara extrañada. Lo conocía demasiado y sabía que algo ocultaba, aunque tenía la sensación de que no iba a guardar el secreto por mucho tiempo.

-¿Qué?-insistió ella un tanto mosqueada.-¿Y esa sonrisa? ¿Has encontrado oro o algo así?

-Pues… Quizás haya encontrado algo mucho mejor que el oro, hermanita.-contestó él sentándose a su lado.

La chica levantó las cejas y se quedó mirándolo, interrogativa.

-No me jodas que hay una…-empezó a decir ella escéptica.-¿Chica?

-A veces me asustas.-rió Paul.-¿Acaso has enviado a un espía detrás de mí?

Chris soltó una carcajada ante la repentina revelación de su hermano.

-Vaya, o sea, que hay una chica.-dijo con una sonrisilla burlona.-Paul McCartney, el tío más enamoradizo del mundo mundial, vuelve a hacer de las suyas.

-Te aseguro que esto no es sólo un capricho de tío enamoradizo.-contestó Paul guiñándole un ojo.

-Deberías pagarme cada vez que te oigo decir eso, Paulie.-rió ella revolviéndole el pelo, divertida.-Creo que a estas alturas ya sería más rica que tú.

-Cállate, boba.-le replicó Paul molesto.-Esta vez hablo en serio, te lo juro.

-Vale, vale, no te enfades ahora.-le respondió ella.-Venga, va, cuéntame cosas… ¿Quién? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué?

Esa vez fue Paul el que soltó una risotada ante la avalancha de preguntas de su hermana.

-No te voy a responder ni a la mitad de las preguntas, enana.-le replicó.-Sólo te voy a decir que tú la conoces, que esto va mucho más allá a un simple “me gusta”  y que creo que va para largo.

-Un momento, un momento…-le interrumpió ella contrariada.-¿Has dicho que yo la  conozco?

-Bueno…-masculló Paul.-Conocer, conocer, no la conoces, pero sabes quién es.

-Que me ahorquen ahora mismo si me he enterado de algo…

-Quiero decir que jamás has hablado con ella, creo, pero que sí que la has visto…-aclaró Paul.-Es… A ver, ¿te acuerdas de esa fotógrafa que estaba hablando conmigo en la presentación del Sgt. Pepper hace un año?

-Como para acordarme…-dijo la chica contrariada.-Te aseguro que el año pasado ocurrieron demasiadas cosas en mi vida para que mi mente retenga ese tipo de detalles, Paul.

Paul le dedicó una sonrisa amarga.

-Bueno, de todos modos estoy seguro de que sabrás bien quien es cuando la veas de nuevo…-le aclaró.-Se llama Linda, Linda Eastman. Y creo, hermanita, que me he enamorado como un tonto de ella.

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-Decidme una buena razón por la que me hayáis hecho levantarme antes del mediodía.-dijo Ringo mirándolos a todos.-Vladis nos ha dado una nochecita genial y como no se os ocurra un buen motivo por el que yo deba estar aquí y no durmiendo como un tronco, os juro que cometo un triple asesinato.

Paul, John y George soltaron una sonora carcajada cuando escucharon aquello. No obstante, Ringo se mantuvo imperturbable.

-¿Acaso no quieres saber cómo nos fue la rueda de prensa de Nueva York?-preguntó Paul divertido.

-Me lo contasteis por teléfono.

-Pero no te contamos los detalles…

-He vivido sin los detalles un par de días, supongo que hubiera sido capaz de aguantar hasta la tarde.-masculló Ringo ante la mirada burlona de los demás.

-¿Ni siquiera los detalles de cómo Paul aprovechó el viaje?

La pregunta de John pilló a todos por sorpresa. Tal vez Ringo no le hubiera prestado más atención a aquello a no ser por la mirada asesina que le lanzó Paul a John. Aquello, inmediatamente, hizo que su enfado por aquella repentina reunión con los chicos para hablar de la rueda de prensa y del disco que iban a empezar en unos días, se transformara enseguida en mera curiosidad.

-Lennon, como jamás me cansaré de decirte, eres un bocazas.-casi le espetó Paul antes de volverse hacia los demás y añadir:-Vale, sí, ha habido alguien en este viaje... Ya os la presentaré, cuadrilla de cotillas.

-Pero si nosotros no hemos dicho nada aún…-dijo George divertido.

-Pero lo estáis pensando.-le cortó Paul.-Pero no nos hemos juntado para hablar de mi nueva chica, sino para…

-Ah, que ya es su chica…-rió George lanzándole una mirada significativa a Ringo antes de que los dos estallaran en una carcajada a la que pronto se les unió John.

-Vale, ya.-trató de pararlos Paul.-¿Vamos a hablar del disco o qué?

Sus tres amigos hicieron un esfuerzo colosal para parar de reír a carcajada limpia y, por fin, asintieron con la cabeza.

-Vale, va… -cedió George por fin.-Pero que conste que queremos saber quién es esa chica tuya.

-Hay que ver cómo sois…-refunfuñó Paul.-En fin, empecemos… ¿Ya habéis pensado en los temas que podríamos incluir en el disco?

-Los míos ya los sabéis.-dijo John distraído a la vez que miraba por la ventana.

Ringo tragó saliva antes de hablar. Aquel era el momento y la verdad es que temía un poco a un nuevo desplante por parte de Paul y John.

-A mí me gustaría que grabáramos Don’t Pass Me By y la incluyéramos.-soltó de repente.

Miró a los demás. George, a su lado, le sonreía cómplice, mientras que John y Paul lo miraban estupefactos. Era evidente que no se esperaban una cosa así.

-¿Esa no es la que nos presentaste hace ya unos años?-preguntó John.

-Sí, esa misma.-le contestó Ringo.-La misma canción que me rechazasteis sin ni siquiera acabarla de escuchar.

Lejos de enfadarse, John soltó una risotada ante aquella contestación.

-Por mí, perfecto, incluyámosla.-dijo cuando hubo recuperado el aliento.-Me acuerdo aún de ella y tiene potencial.

-¿Y tú Paul? ¿Qué crees?-preguntó Ringo aliviado por haber pasado el obstáculo de John. No obstante, era consciente de que lo peor estaba por llegar: Paul.

-No sé…-masculló Paul son saber qué decir.-No me acuerdo muy bien, y creo que si entonces ya lo rechazamos es porque…

-Vamos, Paul… -le cortó George de repente.-Hacemos música muy distinta a cuando rechazamos ese tema. Creo que ahora, haciéndole las adaptaciones que le hagan falta, podría caber perfectamente en el disco que queremos hacer.

-Y además, nuestro pequeño Ringo quiere perder la virginidad en esto de presentar canciones compuestas por él.-bromeó John irónico.

Paul se quedó mirándolos a todos durante unos segundos, pensando la respuesta. Por último, fijó su mirada en Ringo, quien se la mantuvo podría decirse que incluso desafiante. Sabía que a Paul le faltaba nada para decir que no, pero no iba a dejarse convencer tan fácilmente esta vez.

-Está bien.-dijo al fin Paul suspirando.-Incluiremos esa canción en el disco.

Ringo le dedicó una mirada incrédula y, después, no pudo evitar sonreír de oreja a oreja. Lo había conseguido. Por primera vez iba a incluir uno de sus temas en un disco, encima en uno de los más ambiciosos de su carrera. Quizá aquello fuera el primer paso para que se le valorara un poco más dentro del grupo y aquello le ponía muy, muy feliz.

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Pese a que aún arrastraba el cansancio del viaje, John estaba convencido de que aquel iba a ser uno de los días más felices de su vida. La reunión con los chicos había sido genial, tenía de nuevo una ilusión bárbara por iniciar un nuevo proyecto y, lo que era más importante, se había decidido aquella misma tarde a dar un paso muy importante. Por eso estaba allí en esos momentos, aparcado justo ante la puerta de la redacción del periódico en el que Christine trabajaba, esperando dentro de su coche a que la chica saliera de trabajar.

El encuentro que habían tenido antes de que él se marchara a Nueva York unos días antes le había dejado muchas esperanzas al respecto. Ella le había dejado entrever que tenía de nuevo las puertas abiertas y él no iba a desaprovechar aquella oportunidad.  Aquellos meses que habían pasado separados lo único que habían hecho eran convencerle aún más de que la amaba con todas sus fuerzas y de que lo único que deseaba en este mundo era volver a estar a su lado.

Estaba sumido en esos pensamientos cuando, de repente, la puerta del edificio se abrió y apareció ella. John se quedó mirándola, ensimismado, sintiendo como por unos instantes, el mundo se detenía a su alrededor.

Chris, por su parte, no tardó en ver el coche y paró de caminar en seco, visiblemente sorprendida. Por unos segundos, John temió que se fuera de allí y se escapara de nuevo pero, entonces, la chica le dedicó una cálida sonrisa y se dirigió hacia el vehículo, contenta.

John sonrió. Posiblemente tuviera razón y aquel se convirtiera en uno de los días más felices de su vida.



Hola gente!!!! Qué hay?? Pues yo aquí vengo de nuevo, a dejar este capi que bueno… Prometo que el siguiente será mejor, o por lo menos, eso intentaré, jajaja.

Bueno, como siempre muchas gracias a todos por estar ahí leyendo y comentando. Gracias a mi María, a Zíngara y a mis anónimos (anónimos que hablan inglés o español, me da igual porque todos sois geniales y merecéis que os quiera muuuuchoooooo). Siento no tener mucho tiempo para pararme comentario por comentario, pero sólo aclarar que sí, que respecto a lo que alguien me preguntaba sobre la foto del final, que sí, que es Strawberry Field en el Liverpool de mis amores. Lo que pone está escrito en catalán, mi lengua materna, y es un “Gràcies per la vostra música” (o sea, un Gracias por vuestra música aunque no haga falta mucha traducción). En Abbey Road también he estado y he estampado mis firmas por aquel muro repleto de escritos aunque aquí en el blog no está la foto, jejeje.

Y en fin… Muchas thanks a todos y a todas y buenas noches, que aquí es muyyyy tarde y me voy a dormir ya! Besotes!

3 comentarios:

  1. No tenés perdón de Dios, Cloquell! Me dejaste tirándome de los pelos, mordiéndome las uñas, rechinando los dientes y apretando las mandíbulas, nerviosa por lo que pasaría, y me clavás un "Hola gente!!!" NO, NO ME DIGAS HOLA, YA TE SALUDÉ HOY, DECIME QUÉ PASA. Si hay algo que odio, es que me dejen con la intriga! Esto me lo cobro, eh! Me lo cobro!
    Bueno, después de todas estas amenazas que seguro te asustaron (te asustaron, no?) Te digo, ya calmada ( momento, me voy a tomar uno de esos tranqulizantes con los que te drogás) Ah si, gente, Cris se falopea con Su....Sumial, Susial, Sucundún, no me acuerdo como era el nombre.
    Bueno, ahora ya estoy tranquilizada (?) y te voy a comentar como es debido, seriedad ante todJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAA dijo "George frunció el ceño" JAJAJAJAJAJAJAA Frunció el ceño ---> Chupito!!! (Puta madre, no hay ni agua en esta casa!)
    Ya, ya, basta de risa, pero es que no puedo, entre eso y el genial e infinitamente superior "All My Loving" de Los Manolos, no puedo parar de reirme!
    Bué, ahora sí, basta de reirme, basta de violencia, ah no, violencia sí, porque la profesora me dio todo los requisitos para el baile, y me piden dos millones 600 mil elementos, todos mas caros que la mierda....Así nunca tendré un Ferrari, si me tengo que gastar todo en calzas, pollerines, zapatillitas, castañuelas, zapatos, etc, etc, ETCÉTERA (ese último etcétera fue muy enojado, que se note bien). Todo esto no viene a cuento, pero te comento mi estado de ánimo al momento de leer el capitulo XDD
    Basta de giladas y voy a lo importante de esto, que es un capi buenisimo, como todos los tuyos!
    Hay que ver lo enamorado que está el Pablo, Cupido se ensañó con él XD Está como loco, Linda le enredó la toca (?) Pero bueno, mejor, asi se deja de joder con pelotudeses y se dedica a su novia, porque estaba bastante inaguantable. Paul, te recomiendo que a Linda le dediques una canción muy muy bella, acá está: http://www.youtube.com/watch?v=PkbhYvZnQyU
    Es re linda y para Linda, viste? Soy re buena para dedicar canciones XDDD
    Che, nunca en ningún capitulo me libro de usar la escoba, siempre hay alguien para pegarle...Y siguen siendo ALGUIENES. Gwen y George, me parece que les expliqué bien, pero no hay caso, son reincidentes! Castigo doble! Qué tienen que no entienden que el Maharishi es un chanta? Que el único Maharishi es Andry y no le dan bola y está esperando una nota de disculpa de ustedes?
    Y volvemos a Paul. Che Paul no te alcanzó con la canción que te dije que dedicaras? Hay que ver lo pesado que sos....jajajjajajajaja
    Largué la carcajada con el "Ringo quiere perder la virginidad en esto de presentar canciones compuestas por él." Qué hijo de re mil que es este John, jajjajajajajajajajjaa También me morí de risa con todo lo anterior, estos tipos son peores que yo, tratando de averigüar todo! Que cuente! Que cuente!
    Y bueno, caigo otra vez en el final...Hacés que desee el próximo capitulo, lo cual hace que me contradiga a mí misma, que no quiero porque solo faltarían 5!!! O sea, como que hay dos personas, una Gallo que quiere ya mismo la continuación de esto, y otra Gallo, quizás mas conservadora (?) que no quiere porque falta poco. Hacele caso a la Gallo que mas te convenga.
    Me voy a ir despidiendo, y ojo, nada de dar a entender que el capitulo no estuvo bueno, eh! Que está genial, como siempre lo hacés!



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  2. "A partir de este momento, las emisoras de radio y televisión, conjuntamente con RAE, Radiodifusión Argentina al Exterior, celebrando el Día del Pirincho, transmiten un mensaje. *se escucha el Himno Nacional* A continuación, escucharemos las palabras llenas de sabiduría y paz de nuestro líder, el Maharishi Andry, que interrumpirá su siesta en beneficio de todos.
    hh hh hbjvjhnbvjcjnchjhucjucjjic
    Las emisoras continúan con su programación habitual."


    Bueno, después de tan conmovedor mensaje, (ojo que lo que puse antes es tal cual lo dicen antes de que tu tocaya hable jajaj) doy paso a las postdatas.

    P/D1: El Maharishi, después de casi borrar todo este mensaje, se fue. Ah no, acá vuelve, dijo "Miau" y lo interpreto como un "Venceremos!"

    P/D2: Por TU culpa, estoy escuchando otra vez a los dichosos Manolos. Esta noche sueño con ellos jajajjaa

    P/D3: Me parece que algo me tomé, porque hoy estoy mas flashera que antes, debe ser porque tengo sueño, el sueño me pone ilota jajajjaja idiota y escribo idioteces.

    P/D4: Esto no es una postdata, es un mensaje secreto que será destruído.

    P/D5: Ya me voy, te dejo esta sarta de pavadas acá escritas y ocupando lugar. Mientras te escribo estoy escuchando (ya no a Los Manolos XDD) un programa de Dolina, de ya hace unos días, pero está re bueno, escuchalo porque es super chistoso! Acá tá http://venganzasdelpasado.com.ar/posts/la-venganza-sera-terrible-del-28-03-2013
    Te quiero hacer dolineana jajajjajaja (Ya que me enchufaste a Los Manolos, yo te encajo a Dolina ajaaj)
    Chau Chauuuu!!!!!!!

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  3. ayyyyy Linda <3 !!! pues a mi sí me gustó mucho este capítulo, no sé si estaba muy corto o lo leí muy rápido! No voy a poner un comentario tan largo porque tengo un poquito de prisa, pero aún así leí el capítulo eh!! Y qué padre que fuiste a Strawberry Fields y a Abbey Road, son mis lugares soñados!!!

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