lunes, 1 de abril de 2013

Capítulo 82: Un paseo por el parque

Gwen se dejó caer pesadamente sobre el sofá del salón a la vez que soltaba un bufido. Llevaba unos días, prácticamente desde que habían regresado de la India, con un humor de perros, dándole vueltas y más vueltas a una misma cosa: cómo habían dejado al Maharishi y la manera en que se habían ido. Lo cierto era que que se sentía enormemente culpable por aquello, culpa que que iba en aumento a cada día que pasaba. Aquello la ponía irascible, contestona y apática. Pero ella no era la única que estaba así pues George también estaba igual, aunque a Gwen no le quedaba muy claro si el mal humor de su novio se debía a su salida de Rishikesh o bien al tema de la rueda de prensa que John y Paul iban a dar en Nueva York sobre Apple, cosa que tampoco le había sentado demasiado bien. Fuera como fuera, la verdad era que tanto uno como otro llevaban unos cuantos días en los que sólo les faltaba morder.

-Buenos días.

El saludo de George hizo que Gwen mirara hacia la puerta del salón. Efectivamente, el chico acababa de aparecer por allí, aún con el pijama puesto y el pelo revuelto.

-Buenos días.-le devolvió ella el saludo.-¿Ya te has levantado?

George asintió con la cabeza, todavía soñoliento.

-¿Hay algo para desayunar?-quiso saber.

Aquella pregunta hizo que Gwen esbozara una sonrisa. George, como siempre, pensando en la comida.

-No he preparado nada.-negó ella.-Pero ya sabes, la cocina está llena de comida.

-Pillaré unas galletas o algo...-dijo George desapareciendo nuevamente por la puerta.

Gwen volvió a apoyar su espalda en el respaldo del sofá y cerró los ojos, intentando dejar su mente en blanco. Justo cuando estaba a punto de quedarse dormida, escuchó como George entraba de nuevo en el salón. La chica abrió los ojos y lo miró. Tenia un paquete de galletas en la mano y comía despreocupado.

-¿Quieres una?-le ofreció el chico cuando vio que abría los ojos.-Están buenísimas.

-No, gracias.-respondió ella con una sonrisa.-Yo ya he desayunado.

-Como quieras, aunque tú te lo pierdes...-contestó George encogiéndose de hombros antes de sentarse a su lado en el sofá.

-George...-se quejó ella.-Vas a ponerlo todo perdido de migas... ¿Es preciso atiborrarte de galletas en el sofá?

El chico le dedicó una mirada extrañada antes de contestar nada.

-¿Y a ti desde cuando te importan esas cosas?-preguntó al fin.-Vamos, Gwen, son migajas. Después se limpian y ya está.

-No las tendríamos que limpiar si tú comieras en la mesa como hacen las personas normales.-le replicó ella enfurruñada.

-Es que yo no soy normal.

Lejos de hacerle gracia aquel comentario, Gwen le dedicó una mirada severa a su novio. George, por su parte, abrió los ojos un poco más y se quedó mirándola.

-Oye, cariño...-masculló al fin mientras mordisqueaba otra galleta.-¿Qué te pasa? Estos días...

La pregunta hubiera incluso parecido seria si George no la hubiera formulado con la boca llena. Aquella escena cómica hizo que Gwen olvidara de repente su enfado y soltara una risita, divertida.

-Tú tampoco estás de un humor excelente precisamente.-dijo al cabo de unos segundos sin borrar la sonrisa de su cara.

George simplemente se limitó a encogerse de hombros antes prácticamente de engullirse otra galleta.

-Lo mío es una mezcla de todo...-masculló al fin.-Pero a ti... ¿qué te pasa?

La chica lanzó un suspiro antes de contestarle. Debería contárselo todo: sus culpas, sus preocupaciones. Al fin y al cabo, George y ella tenían una confianza total y estaba segura de que contárselo la liberaría aunque sólo fuera un poco.

-Es que...-dudó.-A veces pienso en cómo nos fuimos de la India y...

-Entiendo.-le cortó George.-¿Sabes? A mí me pasa lo mismo. A veces pienso si no la cagamos. A fin de cuentas nosotros no sabemos a ciencia cierta si lo que decía la tal Rosalyn esa era cierto o no, por muy convencidos de ello que estuvieran John y Alex.

-Creo sinceramente que nos precipitamos en todo.-suspiró Gwen.-Nosotros ya estábamos un poco cansados y John, ya ves, tenía unas ganas locas de volverse. Sólo usamos esa mínima excusa para irnos de allí como unos... cobardes.

George calló durante unos segundos y bajó la vista.

-Supongo que tienes razón.-convino al fin.-Ni siquiera le dimos el beneficio de la duda, lo dimos todo por cierto y ya está.

-Me siento bastante mal por ello.-continuó Gwen.-Lo que hicimos no estuvo bien y...

-¿Y qué?-preguntó George al ver que la chica se había interrumpido a sí misma.

-Pues que en realidad yo continúo creyendo en todo eso de la meditación.-suspiró la chica.-El error fue nuestro por pensar que daría solución enseguida a todos nuestros problemas. No tuvimos paciencia.

-Ni tampoco entendimos nada.-continuó George.-Tienes razón, la verdad.

-¿Sabes lo que me gustaría hacer?-preguntó Gwen de repente mirando a George.

-¿Qué?

-Disculparme con el Maharishi.-contestó ella.-Creo que hasta que no lo haga no me sentiré en paz conmigo misma. Lo hicimos mal y creo que le debemos esa disculpa.

George se quedó mirándola en silencio durante unos instantes, pensando en lo que la chica acababa de decirle. De repente, una sonrisa iluminó su cara.

-¿Sabes? De nuevo estás en lo cierto.-dijo risueño.-Deberíamos mandarle una nota o algo. Así por lo menos no nos sentiríamos tan mal.

-¿Lo dices en serio?-preguntó Gwen quien por unos segundos había pensado que George no iba a estar de acuerdo.

-Pues claro que lo digo en serio.-contestó el chico poniéndose en pie casi de un salto.-Voy a por papel y boli. Eso sí, la nota la escribes tú, que a mí esas cosas no se me dan demasiado bien.

Gwen le dedicó una última mirada agradecida a George antes de que saliera del salón. Por cosas como aquella era por lo que lo quería tantísimo. Era, en definitiva, como si fueran almas gemelas.

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-Julian, deja de fastidiar así a Martha o al fina acabará mordiéndote…-dijo John en tono cansado mirando a su hijo, que se acababa de tirar por enésima vez encima de la perra de una manera nada delicada.

-Déjalo, hombre.-intervino Paul.-Ya sabes que Martha no mordería a nadie ni aunque le arrancaran la piel a tiras.

-La piel no sé…. Pero pelos a lo mejor sí que le arrancan unos cuantos.-sonrió John volviéndose de nuevo hacia su amigo.-Por cierto… Siento haber venido con Jules… Ya sabes, me tocaba y… no me podía escapar esta vez…

-¿Pero qué estás diciendo?-le cortó Paul mirándolo con los ojos muy abiertos.-Ya sabes que me encanta estar con el niño.

-No, sí ya lo sé… Yo lo decía porque no podemos hablar tranquilos. Estamos más pendientes de él que de otra cosa.

-Tonterías.-dijo Paul haciendo un gesto con la mano.-No te preocupes por eso. Ya sabes que ya lo tenemos todo cerrado y concertado. En realidad, de lo único de lo que tenemos que hablar es de a qué hora quedamos mañana para ir al aeropuerto. No hace falta ni que nos preocupemos por prepararnos la rueda de prensa. A fin de cuentas, tendremos bastantes horas de vuelo por delante para hacerlo, ¿no crees?

-¿Me estás diciendo que me has hecho venir a toda prisa aquí a tu casa para solamente quedar a una hora mañana?-preguntó John mirándolo sorprendido.-Paul, colega, te informo de que ya se han inventado los teléfonos…

Paul soltó una risita entre dientes cuando vio a su amigo así de indignado.

-Bueno, si te sirve de consuelo pensaba ya en preparar las preguntas y todo eso, pero bueno, después he pensado que para eso aún hay mucho tiempo.-contestó al fin encogiéndose de hombros.-Así que bueno, ya que estamos aquí aprovechemos para tomarnos una cerveza entre amigos. No hay que desaprovechar oportunidades de éstas, ¿no te parece?

-Si tú lo dices…-masculló John antes de darle un trago a su botellín de cerveza, como si las palabras de Paul le hubieran recordado que tenía uno entre manos. Después, en tono más pensativo, añadió:-¿Sabes? Cuando pienso en el viaje a Estados Unidos de mañana sólo siento una pereza inmensa… A veces pienso que Ringo y George tenían razón y no hacía falta ir hasta allí para esto.

-Venga, no seas así, John.-dijo Paul con determinación.-Sólo van a ser un par de días y seguro que acabamos pasándolo genial.

-Te veo convencido, ¿eh?-contestó John soltando una risita.-Pero bueno, esperemos que, como tú dices, no sea tan malo. Brindemos por un viaje más o menos pasable.

-No, Lennon, te equivocas.-repuso Paul.-Brindemos por un viaje genial.

-Pues eso, por un viaje genial.

Los dos amigos alzaron sus cervezas en el aire y, a continuación, dieron un largo sorbo.  Después, Paul esbozó una sonrisa. Pese a que John no estuviera para nada convencido de ello, él, no sabía por qué, tenía la sensación de que aquel iba a ser un gran viaje, un viaje que jamás olvidaría.

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Después de despedirse escuetamente de aquel taxista tan pesado, Christine salió del taxi y respiró profundamente, sintiendo como el aire fresco de mayo le inundaba los pulmones. Por fin se había librado de aquel cotilla. Siempre ocurría igual: o le tocaba un taxista mudo que le hacía pasar el viaje sumida en un incómodo silencio o bien te tocaba el curioso de turno que la reconocía en el acto y empezaba a acribillarla a preguntas cargadas de segundas intenciones. De no ser porque el transporte público ofrecía un panorama incluso peor que aquel, de buen grado hubiera ido en metro hasta casa de Paul. La chica suspiró. Quizá fuera hora de ir planteándose el comprarse un coche propio para poder desplazarse sin ese tipo de problemas….

Sumida en sus propios pensamientos, empezó a caminar en dirección a Cavendish Avenue. Le había dicho al taxista que parara unas cuantas calles más arriba porque le apetecía estirar las piernas. Además, hacía un día demasiado bonito como para pasar directamente del coche a casa de su hermano sin ni siquiera aprovechar para darse un paseo. Caminaba con paso firme, rápido, pero disfrutando del mero hecho de hacerlo. Aquel día se sentía feliz sin tener ni siquiera un motivo para ello. Quizá por eso había decidido hacerle una visita sorpresa a Paul. Dado su estado de ánimo, no le apetecía estarse sola en casa todo el día, teniendo en cuenta que ni Gwen ni Mary habían podido quedar. Además, aquella visita le serviría para desearle un buen viaje a Estados Unidos.

Estaba a punto de torcer la esquina de Cavendish Avenue, cuando, de repente, vio a un niño correr en dirección a ella, a toda velocidad.

-¡Chris!

La chica no tardó ni un segundo en reconocer a un sonriente Julian que se dirigía hacia ella con los brazos abiertos y una sonrisa pintada en la cara. Ni siquiera le dio tiempo a asimilar lo que eso significaba antes de que el chiquillo se abrazara a ella, efusivo. No obstante, aún le dio tiempo a distinguir a John detrás del niño, sorprendido evidentemente por aquel repentino encuentro que él tampoco esperaba.

-¡Hola, campeón!-saludó ella levantando a Julian en brazos y dándole un beso en la mejilla. En aquellos momentos estaba haciendo un verdadero esfuerzo por aparentar normalidad. Julian estaba allí y eso significaba que no podía darse media vuelta e irse sin más.-Vaya… Pesas mucho. Has crecido, ¿eh?

-Seré más alto que nadie, más alto que todos vosotros.-dijo el niño contento. Después, se quedó mirándola durante unos segundos y añadió:-¿Dónde has estado, Chris?

La chica se lo quedó mirando atónita, sin saber qué contestar a aquello. La expresión de Julian denotaba una inmensa curiosidad.

-Supongo que yo también debería preguntar lo mismo que Jules. Hola.

La voz de John a su lado hizo que a Chris le diera un vuelco el corazón. Levantó la vista del niño que aún tenía en brazos y se encontró con sus ojos. John sonreía, tranquilo. Parecía sereno, incluso feliz. Parecía simplemente John y no un mero reflejo de sí mismo.

-Hola, John.-saludó ella.

Sin saber por qué, Chris se encontró devolviéndole la sonrisa. Los dos se quedaron así, en silencio durante unos segundos. No un silencio incómodo como ella habría podido imaginar. Simplemente, no hacía falta decir nada.

-Venimos de ver al tío Paul.-dijo de repente Julian.

-¿De veras?-preguntó Chris apartando la mirada de John y volviendo a mirar al niño.-¿Y qué cuenta el tío Paul?

-No sé, cosas.- contestó Jules encogiéndose de hombros. Aquella respuesta hizo que tanto John como ella soltaran una risita divertidos.

-Siempre ha hablado mucho.-dijo Chris sonriente.-Y ahora, campeón, te voy a soltar ya, que pesas más que yo.

Julian no se quejó para nada cuando la chica lo dejó en el suelo de nuevo.

-¿Sabes? Ahora papá me va a llevar al parque.

-Eso está muy bien.-sonrió Chris antes de dedicarle una mirada de soslayo a John, que no perdía ojo de nada.

-Jugaremos al fútbol.-aseguró Julian contento como si aquello fuera la aventura más grande del mundo. Después, se giró hacia su padre y preguntó:-¿Se puede venir Chris con nosotros, papá?

Aquella simple pregunta hizo que Chris palideciera de repente. Sin saber qué hacer, se giró hacia John para ver su reacción. Él también parecía un poco contrariado, pero, sin embargo, se limitó a encogerse de hombros.

-No sé, Jules…-murmuró él al fin.-Claro que puede venirse, pero a lo mejor tiene cosas qué hacer.

-Sí, iba a ver a Paul yo también, pequeño.-se apresuró a decir ella pasándole la mano por el pelo al niño.-Así que…

-Por favor…-rogó Julian mirándola.-Ven.

Christine dudó por unos momentos. La verdad era que tenía muchas ganas de ver al niño y de estar con él un rato, pero aquello suponía estar también con John. No iba a negar que una parte de ella deseaba con todas sus fuerzas estar con él, pero su parte racional se empeñaba en recordarle que, si aceptaba, iba a vivir una de las situaciones más incómodas de su vida sin necesidad alguna.

-Por favor, Chris…-volvió a repetir Julian dedicándole una mirada suplicante.

-Sí ,eso, por favor. Vente con nosotros.

La chica se volvió sorprendida hacia John nada más le escuchó pronunciar aquellas palabras. Su sonrisa la desarmó en cuestión de milésimas de segundo. De pronto, era como si hubieran vuelto atrás en el tiempo y estuvieran en aquella calle de Heswall en plena noche, mirándose el uno al otro como si jamás se hubieran visto antes, segundos antes de darse aquel beso que marcaría un antes y un después en sus vidas. De pronto era como si John se hubiera convertido de nuevo en aquel chico al que ella jamás había podido negarle nada, aquel chico del que se había enamorado cuando tan sólo era una niña.

-Está bien.-se sorprendió diciendo de repente.-Iré con vosotros.

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Ringo entró en el comedor silbando alegre. Automáticamente, Mary, se giró hacia él y le miró, divertida.

-¿Se puede saber a qué viene esa repentina felicidad?-preguntó mientras él se acercaba hacia ella.

-Viene a que te quiero, princesa.-contestó Ringo antes de darle un beso en los labios.-Viene a que tengo a la mujer y al hijo más guapos del mundo y viene a que ya llega el buen tiempo.

Mary soltó una risita ante aquella avalancha de razones que Ringo le acababa de dar. No obstante, ella sabía que si bien aquellos eran motivos de felicidad, su alegría seguramente se debiera  a otra cosa más directa.

-¿Y por casualidad, señor Starkey, esa felicidad tuya no tendrá nada que ver con la llamada que te acaba de hacer tu gran amigo George hace un momento?

Ringo se puso serio de repente y se quedó mirándola con los ojos muy abiertos durante unos segundos. Mary tragó saliva arrepentida; a lo mejor había metido la pata con aquella pregunta. Pero, justo en el momento en el que ella ya estaba empezando a preocuparse de verdad, Ringo la agarró por la cintura y la levantó en el aire, como si fuera una hoja de papel, a la vez que prorrumpía en una sonora carcajada.

-Princesa, princesa, hay que ver cómo me conoces…-rió antes de estamparle un sonoro beso en los labios y dejarla de nuevo en el suelo.-Creo que ya es hora de que me empiece a asustar por esto. No voy a poder ocultarte nada. Me pillas siempre.

-Espero que nunca haga falta que me ocultes nada, Starkey.-bromeó ella fingiendo amenazarle. Aún sentía un montón de mariposas revoloteándole en el estómago desde que Ringo la había levantado en brazos de repente. Aquellas cosas jamás dejarían de sorprenderle y, a la vez, hacerla feliz.

-Ya sabes que yo no guardo secretos con mi princesita bonita.-le contestó él haciéndose el ñoño, cosa que hizo reír a Mary.-Y sí, la verdad es que sí. George me ha propuesto una cosa que… digamos que me gusta mucho.

-Uhhhh…-dijo ella fingiendo cara de asco.-Espero que no sea una proposición indecente.

-No, tranquila, no te asustes.-rió Ringo.-Creo que por ahora sigo prefiriendo a mi Mary que a George… Ya sabes… Cuando se deja bigote pincha y no es muy agradable darle besos…

-Idiota…-rió la chica dándole un manotazo en el brazo.

-Bueno, ahora en serio.-continuó Ringo.-Me ha propuesto que presente una canción mía para el nuevo disco.  Ya sabes que hay mucho material y que queremos intentar hacer un doble disco…

-Sí, eso lo sé.-sonrió ella.-¿Y a qué te refieres con eso de incluir una canción tuya? ¿A una canción compuesta por… ti?

-Premio para la señorita.-contestó Ringo haciendo una graciosa reverencia ante ella.-Si hay dos discos, habrá dos canciones que yo cante. Lo he hablado con George y dice que cree que puede ser el momento de intentar meter algo mío… ¿A que es fenomenal?

-¡Y tanto!-contestó Mary contagiándose de la emoción del chico.-Pero… ¿Tienes algo a punto?

-Princesa, lo tengo a punto desde el 63.

-¿Cómo dices?-preguntó ella contrariada.

Ringo esbozó una sonrisilla alegre antes de contestarle.

-Hace cinco años compuse una canción, la presenté a los chicos, pero la descartaron.-explicó.-No encajaba mucho con lo que estábamos grabando por aquel entonces, dijeron.

-Entiendo…

-Pero ahora… Quizá se adapte más a lo que hacemos y tenga cabida.-continuó él.-Sólo hace falta pulirla un poco más y hacerle algunos arreglillos y ya está. ¡Canción!

-¡Eso es genial!-exclamó Mary abrazándose a él contenta. No obstante, al cabo de unos segundos, levantó su cabeza del pecho del chico y le dedicó una mirada con el ceño fruncido antes de añadir:-Pero… Estoy muy enfadada contigo, Richard Starkey. Mucho.

Ringo se la quedó mirando contrariado, sin saber a qué venía todo eso.

-¿Qué…?

-¿Qué qué?-repitió ella.-Pues que… ¿Has tenido una canción compuesta por ti durante todo este tiempo y ni siquiera has sido capaz de enseñármela?

Los dos soltaron una inmensa risotada casi al mismo tiempo, él aliviado, ella por la broma que le acababa de colar.

-Tienes razón, no tengo perdón. Soy un mal marido, un mal padre, un mal todo.-contestó Ringo fingiendo hacer un puchero.-Pero… Creo que eso tiene solución, ¿verdad, princesa?

-Supongo que sí…

-Venga, vamos arriba.-sonrió Ringo agarrándola de la mano y conduciéndola hacia afuera del comedor.-Aprovechemos que Vladis duerme para enseñarte esa canción y…

-¡Ritchie!-le cortó ella divertida.-¿No tienes remedio?

-No.-contestó él sonriente.-Ni quiero tenerlo tampoco.

Y riendo, los dos se perdieron escaleras arriba.

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El breve paseo que habían dado desde donde se habían encontrado hasta Regent’s Park se le había hecho muy corto a John. Y es que, pese a que Chris se hubiera mostrado algo distante con él todavía y su conversación mientras prácticamente corrían detrás de Julian había estado plagada de meros formalismos, a John, el simple hecho de tenerla al lado, tranquila, después de tantos meses, le bastaba para sentirse bien.

Después,  cuando por fin encontraron un lugar bastante solitario del parque lejos de miradas indiscretas y empezaron a jugar con Julian, las cosas se relajaron aún más. Ella, al igual que él, parecía haber decidido olvidarlo todo y limitarse a disfrutar de aquel momento sin más.

No obstante, cuando Julian había descubierto un parque infantil con columpios y toboganes y los había dejado a los dos solos sentados en la hierba por primera vez desde que se habían visto, las cosas volvieron a tensarse un poco entre los dos. Un incómodo silencio se hizo entre los dos; no el silencio propio de los que no tienen nada que decirse, sino el silencio de los que tienen demasiadas cosas que decirse pero no saben por dónde empezar. John le dedicó una mirada de reojo a Christine. La chica parecía estar distraída mientras arrancaba pedacitos de césped delante suyo. No obstante, John sabía que por su mente debería estar pasando un torrente de pensamientos.

-Te envié una carta.

Sólo cuando Chris se volvió hacia él y lo miró con los ojos muy abiertos, John fue consciente de que acababa de pronunciar aquellas palabras en voz alta. Tragó saliva. Quizá aquel no hubiera sido el comentario más acertado en aquellos momentos, pero lo había dicho ya y no había vuelta atrás. Al cabo de unos segundos, ella le apartó la mirada, desconcertada y volvió a concentrarse en la hierba.

-Lo sé.-contestó con un hilillo de voz.-Gwen me la mandó.

-Se lo pedí yo. Espero que no te supusiera ningún problema con ella…

-No, tranquilo.-se apresuró a contestar la chica.-Ningún problema.

Otro silencio. John fijó la vista en Julian, fingiendo que le hacía caso mientras se tiraba por el tobogán. No obstante, estaba demasiado metido en otras cosas como para ser capaz de dedicarle algo más que una mera sonrisa forzada al niño.

-Quise contestarte.-dijo ella de repente sin levantar la vista del suelo. Ahora fue John el que la miró sorprendido: parecía estar abrumada por la culpa.-Pero… No pude. Lo siento.

-No pasa nada.-mintió John. En realidad sí que pasaba, lo había pasado tremendamente mal por aquel silencio de ella, pero en aquellos momentos no quería recriminarle nada. Sólo verla así, le sirvió para entender que ella lo había estado pasando tan mal como él.

-Mientes fatal.-contestó Chris dedicándole una sonrisa amarga.-Y después me dices a mí… Sé que no contestarte fue lo peor que pude haberte hecho. Así que, adelante, tienes mi permiso para decirme lo que quieras.

John lanzó una risita entre dientes.

-No.-negó él.-Eso ya no importa. Ahora limitémonos a vivir el presente y ya está.

Chris se quedó mirándolo durante unos instantes. Después, sonrió.

-Te veo…

La chica se interrumpió de repente y volvió a bajar la vista, avergonzada. Era evidente que no habría querido decir eso jamás pero, como a él anteriormente, el subconsciente le había jugado una mala pasada.

-¿Cómo me ves?-insistió él pese a todo.

Chris volvió a levantar la vista para mirarlo a los ojos.

-Te veo… no sé… -dudó.-Cambiado. Más…

-¿Más…?

-Maduro.

John soltó una risita divertido que pareció desconcertar a la chica.

-Supongo que por fin he crecido.-contestó al fin.-Con veintisiete años ya iba siendo hora de hacerlo, ¿no crees?

Chris rió con él. Pese a que lo había dicho en tono de broma, aquellas palabras escondían una gran verdad. Lo cierto era que él también se sentía más maduro y se alegraba de que ella también lo hubiera notado.

-John…-empezó a decir ella de repente.

-¿Qué?

-En aquella carta…-suspiró.-Dijiste que… Bueno, que ya no te metías nada.

-Es verdad.-contestó él poniéndose serio de repente y mirándola a los ojos.-Bueno… te mentiría si te dijera que ya no fumo porros ni me meto una anfeta de cuando en cuando, pero ácido, cocaína y demás mierdas de esas… Te aseguro que no.

-Yo también te mentiría si dijera que no fumo hierba.-sonrió Chris evidentemente aliviada por la respuesta que le acababa de dar.-Me alegra ver que sí, que definitivamente has crecido.

-Debí de hacerlo mucho antes.-contestó él, sombrío. Iba a añadir un “antes de haberte perdido”, pero se calló en el último momento.

-Bueno.-le cortó ella en tono tranquilizador.-Como tú has dicho antes, eso ya no importa. Limitémonos a disfrutar del presente.

John le dedicó una mirada sorprendido, intentando asimilar el sentido real que tenían aquellas palabras que la chica acababa de pronunciar. ¿Eran imaginaciones suyas o ella le estaba abriendo las puertas de nuevo?

Aún no le había dado tiempo a reaccionar cuando un trueno resonó en el cielo. Chris desvió la mirada y compuso un gesto de fastidio a la vez que miraba como unos inmensos nubarrones negros se acercaban.

-Vaya… Con el buen día que hacía hoy…-masculló la chica poniéndose en pie casi de un salto.-No tardará nada en ponerse a llover, ya lo verás. Casi que será mejor que volvamos a casa si no queremos acabar calados hasta los huesos, ¿no crees?

-Sí, tienes razón. Maldito tiempo…-dijo John también poniéndose en pie, molesto por aquello.-¡Jules, ven! ¡Va a llover! ¡Nos volvemos a casa!

El niño bajó del columpio en donde estaba a regañadientes y se acercó hacia ellos.

-¿Ya? ¡Qué rollo!-se quejó el niño cuando se puso a su altura.

Tanto Chris como él soltaron una risita divertidos al ver el fastidio con el que el niño acababa de decir aquello.

-Tienes razón, hijo.-le contestó John pasándole la mano por el pelo.-Es un rollo esto de tener que volver a casa justo ahora.

Nada más acabó de decir eso, le lanzó una mirada de soslayo a Chris. La chica no hizo señal alguna de haber pillado la indirecta, pero, aun así, John sabía que seguro que lo había hecho. La conocía demasiado bien como para pensar otra cosa.

Sin decir nada más, recogieron sus cosas de la hierba y salieron del parque. Llegaron adonde John tenía el coche y metieron a Julian en la parte trasera justo en el momento en el que una fina llovizna empezó a caer sobre ellos.

-Bueno, lo he pasado muy bien. Nos…

A John el tono que empezó a emplear Christine le sonó escandalosamente a despedida. Por eso, se apresuró a hablar antes de que ella ni siquiera pudiera terminar de articular la frase.

-Te acerco a casa.-dijo con determinación. Chris se quedó mirándolo, un poco sorprendida ante aquel ofrecimiento.-Si… si quieres, claro.

-Bueno…-dudó la chica.

-A lo mejor aún no te apetece que sepa dónde vives…-se atrevió a bromear John. Sabía que estaba tocando terreno delicado, pero si ella aceptaba bien aquella broma, sería una muy buena señal.

La chica rió ante el comentario, cosa que hizo que John se relajara de inmediato.

-No sé, a lo mejor me lo pienso…-bromeó.

-Venga, Christie…-dijo él en tono suplicante.

-Está bien.-cedió ella al fin.-De todos modos está empezando a llover y si no te importa…

-¿Cómo va importarme, tonta?-preguntó John incluso algo indignado por la pregunta. Hacía meses que deseaba que ocurriera una cosa así y ella aún preguntaba que si le importaba.-Venga, sube. Te llevo.

Los dos subieron al coche y se pusieron en marcha. John no pudo evitar sentir una extraña sensación en la boca del estómago cuando ella le dio con total naturalidad su dirección, algo que todo el mundo había estado tratando de ocultarle durante muchísimo tiempo a toda costa, algo que ella misma se hubiera negado a decirle tan sólo unos meses antes. Era evidente que algo muy importante había cambiado. Y había cambiado para bien.

Pese a que el viaje en coche duró poco más de media hora, a ninguno se le hizo pesado, ni siquiera a Julian, que había estado parloteando sin cesar ante la más mínima oportunidad, haciendo que Chris soltara de cuando en cuando una carcajada o algún comentario gracioso que hacía reír al niño y, para qué negarlo, también al padre. De este modo, casi sin darse cuenta, llegaron ante el edificio donde la chica vivía. Nada más detuvo el coche, John se quedó mirándolo, curioso. Allí era donde se había escondido tanto tiempo…

-Sé que no es tan lujoso como el edificio donde viven algunos.-dijo la chica cuando lo vio mirando la finca de aquella manera.-Pero se vive bien.

John se giró hacia ella y la miró. Sonrió cuando vio la expresión burlona que tenía ella.

-Yo no he dicho nada.-dijo suavemente.-Parece acogedor incluso.

-Lo es.-respondió ella.-Bueno, gracias por traerme. Con la que ha empezado a caer, es de agradecer.

-No hay de qué.

La chica le dedicó una última sonrisa e hizo ademán de abrir la puerta.

-Christie…-le dijo él de repente poniéndole una mano en el hombro. Ella se volvió sorprendida ante aquel repentino contacto. Pese a que habían estado juntos un buen rato, era la primera vez que se tocaban. John le dedicó una mirada tierna.-Ha sido una de las tardes más bonitas que he pasado en muchos meses, de verdad.

-Para mí también ha sido…

Chris no acabó ni siquiera de pronunciar la frase. Se interrumpió a sí misma y le dedicó a John una sonrisa tierna. Él la miró, ensimismado, fijándose primero en sus ojos y, después, en sus labios. Conocía perfectamente su sabor, conocía perfectamente todo de ellos, pero, sin embargo, se moría de ganas por volverlos a besar como si nunca antes lo hubiera hecho. Sin separar la mirada de ella ni un solo momento, se acercó un poco más. Quizá había llegado el momento de…

-¡Papá, Chris!

La vocecilla de Julian detrás de ellos hizo que Christine se apartara de él repentinamente y se volviera para mirar al niño como si no hubiera pasado nada. John soltó un respingo de fastidio. Había estado tan cerca…

-¿Qué pasa, Jules?-quiso saber la chica.

-Ese gatito, se está mojando…-contestó él niño señalando por la ventanilla. Efectivamente, allí había un gatito, pequeño y de color canela, corriendo por la acera, mojado por la lluvia a más no poder.

-Pobrecito…-dijo Chris mirando hacia el animalillo.-Pero ya verás como enseguida encuentra un sitio donde esconderse.

-¿Seguro?

-Te lo prometo. Los gatos son listos.-respondió Chris alargando su brazo y acariciando la mejilla de Julian.-Lo he pasado muy bien esta tarde, campeón. Y ya juegas genial al fútbol.

-Lo sé.-respondió el niño como si ella acabara de decir una obviedad.

Christine soltó una risita entre dientes ante la determinación de Julian y se volvió de nuevo hacia John.

-Bueno, ahora sí.-le dijo.-Tengo que irme.

-Como quieras.-contestó él todavía de mala gana por aquella repentina interrupción.-Oye… ¿Crees que cuando vuelva de Estados Unidos…?

-Tal vez.-respondió ella dedicándole una sonrisa esperanzadora.-Adiós, John. Adiós, Julian.

-¡Adiós, Chris!-respondió Julian risueño mientras ella abría la puerta del coche y salía afuera.

John se quedó mirándola con una sonrisa soñadora pintada en la cara. No hacía falta ser muy listo para entender que estaba más cerca de conseguir lo que quería de lo que jamás se hubiera podido imaginar. Y, pese a que aquel día no había podido ser, esa evidencia le hacía sentir muy, muy feliz. Por primera vez desde hacía mucho tiempo, John empezaba a sentirse seguro de sí mismo.

-Hasta pronto, pequeña…-susurró mientras veía como ella se metía dentro de su edificio.-Hasta pronto.




Holaaaaa! Bien! Y aquí vuelvo yo justo después de Pascua. ¿Cómo se han pasado estos días de vacaciones? Espero que mejor que bien, por supuesto que sí.

En fin, este capi, pese a que lo tenía pensado de hace muuuuchoooo, pues digamos que me ha costado de escribir horrores... Espero que no se note demasiado, jejeje. Y bueno, que, como siempre, gracias, chicas, por leer y sobre todo por molestaros en comentar, refeliz que me ponéis. :D

Y por mí, nada más! Nos vemos en el capi 83! 

Besotes! :D


7 comentarios:

  1. Saquen a ese chico. Metan a ese chico en una guardería, o en un colegio de monjas, de pupilo! Por qué tiene que interrumpir todo??? Poooobre Julian, si gracias a él, el tontuelo de su padre y la tontuela de la ex novia de su padre, han vuelto a hablarse. Niño, te has convertido en Cupido jajaja. Y lo peor, es que creo que interrumpió porque por allí pasó, todo mojado, el Maharishi Andry XD Ah no, dijeron que era color canela. Bueno, de noche todos los gatos son pardos (?)
    Ayyyyy ya te dije que amé el capitulo, que fue re intríngulis chíngulis (te pasaría el link de las historietas de Anteojito, el personaje que decia eso, pero ya ves, estoy desinternetada jajajaja)
    Pero vuelvo a decirlo, el capitulo fue lo maaaaaas, me encantó, al fin se hablan, al fin hay una luz de esperanza, por lo menos se hablaron, poco (mucho no necesitan decirse, se comunican igual) y no hubo ni peleas, ni recriminaciones, ni la intención de lastimarse. Yo creo que no solo John está mas maduro, Chris también, los dos están muy cambiados y separarse les sirvió para eso, para darse cuenta que solos no son nada, y que juntos tienen que poner todo lo mejor que tengan, y ya no herirse tanto. Por lo menos John, porque Chris sabemos que hizo mucho y John nada, estaba ahí tirado volando por universos raros de ácido. Faaaa, como hablo hoy XD
    En fin, espero que a la próxima, Julian ni ningún otro niño/a, gato/a, perro/a, o intruso/a interrumpan!!!
    Paul, como me tenés las bolas llenas con el viaje y la connnnferencia de tu abuela! Que ganas de joder este tipito, conseguite una novia McCartneyyy! *léase con gritos de camionero*
    Bueno, hoy pensaba que no iba a usar la escoba, pero parece que sí. No John, no huyas, hoy no te voy a pegar, hoy te portaste muuuy bien. Tomá tu premio, un caramelo XD.
    A los que les tengo que pegar (y son dos, por lo tanto eso me pone contenta, hay variedad) son Gwen y George. Escúchenme una cosa, ustedes son muy buenos o son boludos? O me están cargando? O no escucharon la canción de los Auténticos Decadentes que dice “Hay que ser bueno pero no hay que ser boluuudo”? Porque yo no me explico. Con lo que les hizo el oso Yogui voz de pito, y ellos haciendo una nota de disculpa...Sí, yo les pego el escobazo reglamentario. Encima se sienten mal? No, no, esta gente se nota que no vive conmigo. George, corazón, seguí comiendo, si querés yo te invito, vos comé y no pienses mas, no te sientas mal. (En este momento, mi madre se está cargando de risa porque le dije que le voy a dar una colleja, y no sabe lo que es, y se ríe, mientras me pregunta de dónde saco esas cosas. Le digo que es Made in Cloquell?) Bueno, lo que decía, George que te voy a dar una colleja XD O te llevo al Festival Nacional de la Colleja (eso lo vi en El Mundo Today XDDDD)
    Sigo. Momento que me saco las mariposas que tengo pegadas. Aaaaaaahhhhhh Ringooo! Y después me preguntan porqué te amo tanto! Si sos mas lindo que no sé qué! Vení, haceme lo que quieras que yo te dejo, hagamos mas Vladis jajaja. Te amoooo! Vos Cloquell, me consentís con estas cosas!
    Y...y...y...ayyyyy caigo de vuelta en lo de Chris y John! Tengo el pálpito de que pronto, que en el próximo capi volverán a estar juntos! No sé, ahora me puse ansiosa y te diría que subas YA, pero como me pasó esta mañana, a la vez no quiero! No quiero porque faltan poquitos, por mas que me metas el cuento de que 7 es un número mágico jajaja.
    Bueno, te voy a dejando. Un besiiii.


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  2. P/D1: Sos la mejor, sos una flor, sos un sol, sos un corazóoonn! Ves? Lo acabo de inventar. Puedo hacer rimas, pero rimas bien truchas jajaa Lo que importa es el sentimiento.
    P/D2: Por favor, mandame a Ringo, que me vuelvo locaaa! Jajajajja
    P/D3: Me di cuenta que el gato que apareció ahí no es Andry, porque cuando llueve, Andry se mete adentro, a dormir. O se queda bajo techo, mirando la lluvia caer, porque en el fondo es un romántico jaja Igualmente me hizo acordar a cuando lo encontré, todo mojado y chiquitito por la lluvia.
    P/D4: Tengo sentimientos encontrados, porque te diría que subas pero a la vez no. Me siento rara.
    P/D5: Que los cumplas feeeliiiizzzzz, Que los cumplas feeeeliiiizzz, Que los cumplas Crissstinaaaaa, Que los cumplas feeeliiiizzzzz!!! Ya sé que faltan dos días, pero no importa, ya empiezo a joderte desde ahora.
    P/D6: Muuuuchas muchas muchas muchitas gracias por el favorsazo que me hiciste hoy! Sos la mejoorrr!
    P/D7: Te puse colorada? Jajaja No lo hagas porque dije la verdad! Te mando un beso, genialidad con patas!
    Chaaaauuuuu

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  3. hola! creo que no me conocés, soy la piba que te comentó arriba XD Me quedé meditando (no, no, meditar no!) bueno me quedé pensando en el capi y se me vino a la mente una canción que canta el cantante ese que le gusta a Luciana. Es de los pocos temas de él que me gustan, pero va re apropiada con el capitulo. Acá tá
    http://www.youtube.com/watch?v=fNnTb5_Rxss&feature=youtube_gdata_player

    Ahora dejo de hacerte spam jajaja

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  4. hola..empeze a leer la historia y realmente me encanto, la lei como en 2 dias..me encanta como escribes y las parejas son tan divinas..aunque yo soy una fan de paul y jane asher y me puse triste cuando lei que terminaron pero bueno...veo que se acerca el final pero a ver cuando escribes otra historia...aqui tienes una fan que la leera..:)

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  5. I loved, lovely, sweet and charming Jules!!!! He was pretty cute there!!!
    I liked to John and Chris, They were shy but same time they were comfortable each other...If Jules didn't have interrupted that moment...well John had kissed Christine and... poor Johnny, in other moment will be XD.

    I'll wait pretty anxious the trip on EEUU. Paul will probably find someone...one never knows...

    Marvelous chapter luv!!!!

    Sorry for I didn't leave you a comment before T.T

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  6. Genial, porfavor publica el siguiente capitulo lo mas pronto que puedas quiero saber que pasara con chris y john !

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  7. Me encantaaaaaa siempre me emociono cuando veo que subes un nuevo capítulo pero ahorita me deprime porque ya casi acaba :( ayyyy Julian qué lindo ignorando toda la situación y arruinando ese momento jajaja Y qué bueno que Chris y John ya hablaron, no todo pero algo es algo, qué emociónnnnnnn. Bueno pues me voy y aquí te dejo mi comentario! Un saludo desde México!!
    PD: veo hasta abajo una foto que dice 'gracias por la buena música - CRIS' (algo así, soy un fraude, imagínate que no puedo ni leer mi misma letra)... me supongo que es Strawberry Fields o Abbey Road?? Si así es que padre que fuisteeeee es mi sueño, siempre he querido ir!!

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