domingo, 21 de abril de 2013

Capítulo 85: Un rayo de sol en mitad de la tormenta


Habían pasado diez meses desde que John y Chris habían vuelto y entre ellos todo iba sobre ruedas. No obstante, las cosas en el ámbito del grupo estaban cada vez peor y eso, para qué negarlo, estaba influyendo en ellos dos también. John estaba mal, se pasaba un montón de noches en vela, pensando, maltratando sus propias canciones y, además, cada vez que tenía que ir al estudio con los demás, se ponía de un humor de perros. Por toda respuesta, ella se había volcado en él y estaba mucho más pendiente suyo de lo que nunca antes lo había estado. Odiaba verlo así, tan deprimido, y procuraba ingeniárselas como podía para que John volviera a ser el de antes aunque sólo fuera en los momentos en los que la sombra de The Beatles dejaba de planear sobre ellos. Lo mejor de todo aquello era que, pese a que las cosas fueran tan mal, John había conseguido mantener su promesa de no recaer en las drogas y aquello hacía feliz a Christine pese a toda la que tenían montada a su alrededor. Por primera vez en sus vidas, todo estaba haciendo aguas excepto su relación, que parecía sólida y firme como la que más.

Cómo no, las discrepancias en el grupo habían venido prácticamente provocadas por los choques continuos entre John y Paul. En realidad, aquello se veía venir desde ya hacía mucho, años incluso. Chris los conocía a los dos y sabía que ambos tenían una personalidad demasiado fuerte como para que las cosas pudieran funcionar bien por tiempo indefinido. Y es que dos personalidades con alma de líder eran demasiadas para un grupo de tan sólo cuatro personas.

Además, estaba lo otro. Christine se había equivocado de plano al creer firmemente que a Paul pronto se le pasaría el enfado por el hecho de que hubiera vuelto con John. Su hermano, cabezota como él solo, se había obcecado en que ella estaba echando su vida por la borda y se mostraba resentido con ella como nunca antes lo había estado. Cuando Paul les había presentado por fin a Linda, las cosas se habían relajado un poco entre los dos hermanos e incluso parecía que el hecho de que todo volviera a la normalidad era cuestión de tiempo nada más.

Pero no, se había equivocado nuevamente. Días después, una pelea monumental entre Paul y John en el estudio había echado todos aquellos acercamientos por tierra. Para colmo, aquel día estaban las chicas allí. Era curioso: muy pocas veces habían ido a sus sesiones de grabación y, para una vez que iban, se liaba buena. Chris, indudablemente, había saltado enseguida y se había puesto del lado de John, enfrentándose abiertamente a Paul. Aquello, en cuestión de minutos, pasó de ser una mera discusión por una canción a ser una guerra abierta entre los dos hermanos, que empezaron enseguida a recriminarse cosas increíbles mientras John, nervioso como pocas veces, amenazaba con partirle la cara a Paul si le decía alguna cosa más a Chris. Aquello había acabado de la única manera posible: con John y Chris saliendo del estudio dando un fuerte portazo y con ella llorando desconsolada en el coche de camino a casa mientras John maldecía lo inmaldecible y juraba y perjuraba que se iba del maldito grupo.

Pese a que con el paso de los días aquel enfado había ido enfriándose, las aguas no habían vuelto a su cauce del todo. En esos momentos, Chris apenas se hablaba con Paul más que para lo estrictamente necesario y las cosas entre John y él parecían ir más o menos igual. Hasta tal punto las cosas estaban tan enrarecidas entre ellos que Christine se había enterado hacía sólo un par de semanas que Paul y Linda se habían casado por terceras personas. Aquello la había enfurecido aún más. Vale, sí, sabía que se iba a casar con ella sobre todo después de que Linda se hubiera quedado embarazada, pero no pensaba que fuera tan pronto y creía que al menos Paul le diría algo al respecto. Además, se le había quedado una cara de imbécil tremenda cuando había llegado a la redacción del periódico y una compañera suya le había preguntado por la boda de su hermano a la mañana siguiente. Ni siquiera se molestó en llamar a Paul para decirle cuatro cosas, pero la había tenido con su hermano Mike por no haberle dicho tampoco nada. No obstante, el enfado con Michael había remitido más bien pronto: al fin y al cabo, él no era el que se lo habría tenido que decir y, de todos modos, ella, con la situación que tenía con su familia, dudaba mucho que hubiera ido a la boda hasta en el caso de estar invitada.

Tal vez, entre las pocas cosas que la reconfortaban en aquellos momentos y le hacían olvidar por unos instantes lo dolida que estaba con Paul se encontraban Mary y Gwen. Y es que las tres, pese a todos los líos que tenían los chicos entre ellos, siempre habían estado ahí, firmes en su amistad, sin dejar escapar ninguna oportunidad para verse y charlar de sus cosas, como aquella vez. Estaba siendo una tarde de lo más agradable. Habían aprovechado que los chicos se habían metido en el estudio nuevamente para una de sus sesiones de grabación para quedar a tomarse algo en casa de John y ella. La verdad era que evitaban pensar a todo costa en cómo estarían yendo las cosas por el estudio entre los chicos. Si hacían eso, siempre acababan deprimidas y no disfrutaban del encuentro; así que sus conversaciones se basaban, única y exclusivamente, en ellas. Era una gran manera de desconectar de todo un poco, cosa que les hacía mucha falta, sobre todo a la propia Chris.

-¡Vladis! ¡No! ¡Eso no se toca!

Gwen y Chris soltaron una risita ante la escena. Vladis, ya con año y casi cuatro meses, se había convertido en un tormento en miniatura. Un tormento de ojos azules y con cara de angelito, sí, pero un tormento al fin y al cabo. Desde que había aprendido a caminar, no se le podía dejar ni un momento solo. Era perderle de vista diez segundos y el niño ya había hecho alguna de las suyas, como en aquellos momentos en los que, en un descuido de las chicas, ya se había hecho con una figurita de porcelana que John había traído de Japón en el 66 y la blandía peligrosamente ante el suelo, amenazando con dejarla caer. Con el gesto rápido de quien está acostumbrado a aquellas cosas, Mary se levantó y le quitó de las manos la figurita a Vladis, salvándola así de hacerse en mil trizas. El niño se quedó mirando extrañado a su madre y, a continuación, soltó una sonora carcajada. Christine no pudo contener la ternura ni un segundo más y se inclinó al niño, que estaba justo a su lado.

-Hay que ver lo guapo que es mi ahijado, siempre riéndose de todo.-dijo dándole un sonoro beso en la mejilla. Vladis, por su parte, le respondió con un tirón de pelo.-¡Ey! ¿Pero qué te pasa con mi pelo, terremoto?

-He de reconocer que lo entreno bien…-bromeó Mary agarrando a su hijo en brazos mientras le sacaba la lengua a su amiga en un gesto burlón.

-Señora Starkey.-le siguió el juego Chris esbozando una sonrisilla burlona.-Le informo que ésa no es la manera oportuna para que se comporte una futura licenciada en Historia…

-Cállate, Christine.-le cortó Mary divertida.-Con este enano por aquí, creo que aún falta bastante para que me licencie, seguramente Gwen lo hará antes que yo.

-¿Quién? ¿Yo?-preguntó Gwen estupefacta mirando a Mary mientras intentaba reprimir una risotada.-¿Se supone que soy yo la que tengo que acabar la carrera antes que tú? Ya sabes que hace casi tanto como tú que no piso la facultad para nada…

-Anda, Gwen, no será para tanto…-dijo Mary.-Yo prácticamente no he ido desde que tuve al niño, la verdad.

-Pues yo casi, casi… De hecho, mis padres desde que se han enterado apenas me hablan, pero bueno, ya se les pasará…-contestó encogiéndose de hombros.

Chris le dedicó una mirada, analizándola bien antes de contestarle nada. Sonrió. Era paradójico ver como de las tres, Gwen, la dulce Gwen de antaño, era la que más había cambiado de todas. Ya nada quedaba de la tímida chica que había llegado a Heswall en el 65, ahora ya tenía las cosas muy claras y sabía muy bien qué era lo que quería en la vida, aunque ni un solo segundo había perdido su esencia espontánea ni su buen corazón.

-Bueno… Pronto entenderán que para conseguir hacerte un nombre en el mundo del Arte, lo más importante no es terminar la carrera sino darte a conocer en exposiciones y todo eso como lo estás haciendo ahora…

-Por eso te digo, que ya se les pasará cuando vean que lo he conseguido.-contestó Gwen con una sonrisilla despreocupada.-Si asumieron que viviera con George aquí en Londres siendo una cría, esto también lo superarán.

-Seguro que sí.-sonrió Mary mientras le pasaba la mano por el pelo a Vladis, que estaba haciendo verdaderos esfuerzos por soltarse de su madre y volver a las andadas.-Por cierto… ¿cuándo inauguras la exposición ésa que estás montando?

-Eso, eso, dínoslo, que tenemos que ir preparando nuestras galas para la fiesta inaugural.-bromeó Chris.

Gwen soltó una risita divertida.

-Pues en cosa de un mes, seguramente.-contestó la chica sonriente.-Estoy acabando de preparar en casa algunas cosas y después sólo será montarlo… Aunque claro, la fecha exacta depende más del dueño de la galería que de mí... Soy consciente de que organizar una inauguración así cuesta bastante. Aunque no me guste admitirlo, mucha gente vendrá sólo porque sabe que se va a encontrar a los Beatles allí…

-Sí, claro… ellos…-masculló Chris entre dientes.-Tal y como están las cosas no sería raro que los asistentes a la inauguración vieran también un combate de lucha libre entre ellos…

Sus dos amigas se quedaron mirándolas, sombrías y en silencio, haciendo que Chris se arrepintiera en el acto de haber estropeado aquel momento diciendo eso. Suspiró resignada, sabiendo que a fin de cuentas ellas también pensaban lo mismo sólo que no lo habían dicho en voz alta. ¿Hasta cuándo iba a durar esa situación? No tenía ni idea, pero una cosa sí que la tenía muy clara: si aquello no se solucionaba a las buenas o a las malas pronto, iban a acabar todos completamente locos.

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Ringo soltó un bufido de pura desesperación mientras dejaba sus baquetas sobre la batería. Aquella había sido otra sesión de grabación más, tensa e incómoda como ya iba siendo costumbre. Odiaba aquello con todas sus fuerzas. Cuando no se estaban lanzando entre ellos comentarios mordaces llenos de segundas intenciones, estaban discutiendo abiertamente y, cuando no estaban haciendo ninguna de las dos cosas, estaban cerrados cada uno en sus mundos, sin ni siquiera ser consciente de que los otros tres estaban allí. Lo cierto era que echaba de menos los viejos tiempos, cuando disfrutaban con lo que hacían, cuando los enfados no les duraban más que un rato y después volvían a retomar lo suyo como si nada hubiera pasado, como los amigos que en realidad eran.

Él intentaba llevarse bien con los tres, pero con quien más continuaba teniendo una relación como la de antes era con George. John y Paul estaban a veces demasiado ocupados recriminándose cosas como para que todo pudiera ser igual y aquello, para qué mentir, lo ponía de los nervios. Las únicas ocasiones en las que podía haber un acercamiento más evidente hacia cualquiera de los dos, eran cuando ni Paul ni John estaban juntos.

-Bueno, chicos, hasta el próximo día.

La voz de John lo sacó de sus pensamientos y volvió la cabeza para mirarlo. Apenas le dio tiempo a despedirse de él antes de que saliera del estudio como si tuviera la mayor de las prisas del mundo. Ringó soltó un pequeño chasquido con la lengua. Se notaba que John no estaba a gusto allí y por eso se largaba como si el demonio le persiguiera. Pero bueno, al fin y al cabo era una cosa hasta comprensible: entre ellos había un ambiente demasiado cargado como para no querer irse cuanto antes.

-Yo también he de irme.-dijo Paul cuando acabó de guardar su bajo en la funda, apenas unos segundos después.-Buen trabajo el de hoy, chicos. Nos vemos.

George y él le dedicaron un escueto adiós al unísona antes de que él también saliera de allí y se los dejara a los dos solos, plantados como dos pasmarotes.

-En fin…-suspiró Ringo mirando a George cuando Paul se hubo ido.-Parece ser que nos hemos quedado tú y yo solos…

-No te voy a negar que en parte me alegro…-contestó George esbozando una sonrisilla amarga.-Es un descanso salir por unos momentos de esta guerra encubierta…

-Te entiendo porque yo también pienso lo mismo.-dijo Ringo.-Es pronto aún, ¿te parece si vamos a tomarnos una cerveza antes de volver a casa y nos desintoxicamos un poco de todo esto?

-Me parece genial, Rich.-sonrió George.-Creo que en estos momentos es lo que más necesito.

Acabaron de recoger sus cosas en silencio y salieron de los estudios los dos juntos. Aún quedaban unas cuantas fans apostadas en la puert, a las que sortearon sin demasiadas dificultades después de dejarse fotografiar unas cuantas veces y de firmar un par de autógrafos. Después, sin más, se dirigieron a pie hasta un pub cercano donde ya los conocían de sobras, un pub sin demasiada afluencia de gente donde además, contaban con una privacidad casi total ya que los solían colocar en un reservado apartado en el fondo del local cada vez que entraban. Eran buenos clientes y al dueño del pub no le convenía que les molestaran.

-¿No te sientes como si por fin pudieras respirar cuando aquellos dos no están juntos?-preguntó George de repente nada más se sentaron en su mesa.

Ringo lo escrutó con la mirada durante unos segundos antes de contestar y, después, asintió con la cabeza.

-La verdad es que sí.-contestó al fin.-Es triste, pero es así. Y me siento muy impotente al ver lo que está sucediendo y que no puedo hacer nada. Por cada momento de buen rollo que tenemos en el estudio, hay diez de tensión. Esto es una mierda.

-Pues si tú sientes impotencia, yo siento rabia.-afirmó George, contundente.-A veces me siento como si el maldito grupo sólo lo formaran ellos dos, sin tener para nada en cuenta de que hay dos personas más ahí a las que tener en cuenta.

-Están demasiado ocupados reprochándose cosas entre ellos…-masculló Ringo.

-Pues a mí eso no me gusta. No me a gusto en un sitio donde no se me valora para nada.

Por toda respuesta, Ringo soltó una risita amarga. Valorar… Sabía perfectamente a lo que George se estaba refiriendo; él mismo había pasado por lo mismo hacía un año, hasta tal punto que había llegado hasta a abandonar el grupo durante unas semanas. Y es que, pese a que no era de los que se enfadaba con facilidad, le sacaba de sus casillas que lo tomaran como un inútil y, mucho más, que le dijeran directamente y sin ningún tapujo que “no hacía falta para grabar” muchas de las canciones.

Esperó a contestarle a George hasta que el camarero les puso su par de pintas delante de ellos.

-Sé a lo que te refieres.-dijo antes de darle un sorbo a su cerveza.-Pero créeme cuando te digo que tus canciones para este álbum son las mejores que hay y verás como a la larga el tiempo me da la razón.

-Eso que dices está muy bien, Rich.-suspiró George.-Pero no es por mis canciones, es por la actitud que hay hacia mí. Me da la sensación de que jamás dejaré de ser el puto crío dentro de The Beatles y eso no me gusta. ¿O es que no te acuerdas el otro día como se puso Paul dándome lecciones de cómo debía tocar la guitarra?

-Sí, bueno…-masculló Ringo.-Eso fue… Pero bueno, ya le conoces. Él a veces es así.

-El hecho de que él sea así, no justifica que haga eso.-le cortó George.-Y John… John está en otro planeta. Pasa de todo.

-Tienes razón. Parece que le da igual todo.

-Pues yo ya me estoy cansando, Rich, colega.-suspiró George.-Me estoy hartando demasiado de toda esta situación…

Hubo un silencio sepulcral entre los dos, un silencio en el cual se limitaron a beber de sus cervezas y a pensar, cada uno para sí mismo, en todas aquellas cosas.

-Oye, Rich…-dijo George de repente.-¿Cuánto tiempo crees que le queda al grupo?

Aquella pregunta, tan directa, pilló desprevenido a Ringo, quien levantó la cabeza y le dedicó una mirada atónito. No obstante, pronto entendió que era una pregunta de lo más lógica. Aquello, tal y como estaban las cosas, no podía durar demasiado, por muy raro que les pareciera después de todo lo que habían pasado juntos durante todos esos años.

-No lo sé, George, no tengo ni idea…-suspiró al fin.-Pero sea como sea, tengo la sensación de que o cambian muchísimo las cosas o The Beatles tienen los días contados.

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Paul se dejó caer sobre el sofá de casa, frustrado. No sabía qué más hacer para que el grupo volviera a ser el mismo que antes y tenía la sensación de que por mucho que lo intentara, las cosas iban cada vez a peor. Los chicos, todos, parecían resentidos con todo aunque, sin lugar a dudas, el peor era John. Con él, además de los problemas derivados del grupo, se mezclaban los problemas personales. A él no le gustaba nada el hecho de que hubiera vuelto con su hermana y John no le perdonaba que él hubiera intentado hacerle abrir los ojos a la chica para que no volviera a tirar su vida por la borda. Era todo tan complicado…

-¿Qué te pasa, Paul?

El chico le dedicó una inmensa sonrisa a Linda, que acababa de aparecer en el comedor con la pequeña Heather pegada a sus piernas. Su embarazo todavía no se le notaba demasiado, pero él encontraba  a su mujer más guapa que nunca.

-Lo de siempre.-contestó encogiéndose de hombros.-Pero ahora que te he visto, ya no me pasa nada.

Linda sólo se limitó a sonreír y se sentó a su lado en el sofá. Paul, por su parte, agarró a Heather en brazos y le dio un beso cariñoso en el pelo. Quería a esa niña como si fuera la suya propia y por eso mismo la había adoptado. Era parte de Linda y aquello era suficiente motivo como para quererla tantísimo.

-¿Seguís igual?-preguntó Linda con una expresión sombría mientras le pasaba la mano por el pelo.

-Igual o peor.-contestó John poniéndose serio.

-El peor sigue siendo él, ¿no?

A Paul no le hizo falta que su esposa dijera nombres para saber que estaba hablando de John. Asintió con la cabeza.

-No se puede hablar con él.-masculló.-O se toma a cachondeo lo que le dices o se muestra totalmente indiferente o a la defensiva. Le da todo igual. Sólo parece que le importa la hora de salir del estudio para largarse de allí pitando.

-Sea como sea, ya estás aquí en casa de nuevo…-intervino Linda apoyando su cabeza contra el hombro de Paul.-Así que tranquilo.

Él sonrió. Linda tenía razón. Ahora estaba ya en casa y todos aquellos problemas parecían haberse tomado una tregua necesaria… Hasta el día siguiente.

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Pese a que aquel día había sido un día de mierda en el estudio como ya iba siendo costumbre, aquella noche John se sentía extrañamente feliz. Y es que iba  a hacer una cosa que deseaba con todas sus fuerzas y que por fin se había decidido a hacer aquel mismo día. Bajó del Rolls y, antes de entrar en el portal de su casa, se tocó el bolsillo del pantalón, donde llevaba aquello que tan feliz y tan nervioso le ponía a la vez. Sonrió. Ojalá todo saliera bien.

Subió las escaleras casi de dos en dos hasta llegar ante la puerta de su casa y agarró aire antes de meter la llave en el cerrojo y entrar dentro. Cerró con cuidado, procurando no hacer ruido, y aguzó el oído. Desde el comedor se escuchaba el leve sonido de la música que Chris debía de estar escuchando. Se encaminó hacia allí después de dedicarles un par de escuetas caricias a sus gatos, que habían salido a recibirle como era costumbre, y se quedó apoyado en el marco de la puerta del comedor. Sonrió al verla, embelesado. La chica, totalmente ajena a que él estaba allí, leía un libro mientras susurraba la canción que estaba sonando en aquellos momentos, concentrada y aislada por completo en su propio mundo.
-¿Qué lee mi pequeña?

Chris levantó la vista y miró a John. Inmediatamente dibujó una inmensa sonrisa en la cara.

-¡Hola, Johnny! Te he pillado el libro que te estabas leyendo el otro día.-contestó blandiéndolo a la vez que hacía ademán de levantarse.-Está genial.

-No te levantes, peque, ya voy yo.-sonrió John mientras se dirigía hacia ella y se sentaba a su lado.-Dame un beso, anda.

La chica le pasó la mano por el pelo y lo miró a los ojos antes de darle un tierno beso en los labios. John sonrió y la abrazó a él en un gesto protector al que ella respondió cariñosa.

-¿Qué tal te ha ido en el estudio?-preguntó Chris al cabo de unos segundos con cautela.

-Como siempre. Pero mejor no hablemos de eso ahora...-le cortó antes de darle un beso en el pelo.-Sabes que te quiero mucho, ¿no?

La chica soltó una risita divertida antes de contestar.

-Qué cariñoso estás hoy…-rió a la vez que le revolvía el pelo, que ya tenía casi más largo que ella.-Algo quieres, seguro.

-A ti es a quien quiero.

-Eres un embaucador.

-No, peque, te equivocas. Sólo soy sincero.-le corrigió él divertido.-Aunque bueno… Tal vez tienes razón y quiera algo...

-¡Ja! ¡Lo sabía! ¡Si es que te conozco!-exclamó ella sonriendo antes de darle un sonoro beso en la mejilla.-Hay que ver cómo pinchas, Lennon…

-No seas así…-murmuró John pasándose la mano por la barba.-Si yo ya sé que te encanta esta barba mía…

-Me puede gustar, pero pincha de todas maneras.-bromeó ella.-Y no me desvíes la conversación. ¿Qué es lo que quieres?

John se quedó mirándola durante unos segundos antes de contestar. Lo cierto era que no sabía por dónde empezar ni cómo hacer aquello ni nada por el estilo. Se sentía como un auténtico tonto en aquellos momentos, así que se limitó a sonreír y desvió la mirada cuando ella empezó a impacientarse ante la ausencia de respuesta.

-¿John?

Él soltó un suspiro y, después sonrió.

-¿Sabes? Se supone que esto que voy a hacer ahora debería ser fácil y todo esto, pero soy un patán.-empezó a decir él mirándola.

-No sé de lo que estás hablando, John.-contestó ella contrariada.

-Pronto lo sabrás, Christie.-sonrió él llevando su mano hacia su bolsillo y sacando de allí su preciado tesoro que con tanto esmero había guardado todo el día.

Con delicadeza le tendió la pequeña cajita de color negro. Christine se quedó mirándola atónita. De repente, se había puesto mortalmente blanca y el nerviosismo era más que evidente en ella. John reprimió unas ganas intensas de abrazarla y se mantuvo impasible, en su posición.

-Johnny…-susurró ella con la voz temblorosa mirándole a los ojos.-¿Pero qué…?

Intentando controlar el temblor de sus manos, John abrió la cajita dejando al descubierto el anillo que había en su interior, aquel anillo que había elegido con esmero aquella misma mañana y que tantas ganas tenía de darle a la persona que más quería en el mundo.

-¿Te casarás conmigo, Christine?-preguntó sorprendiéndose por su tono de voz entrecortado.-Te amo y quiero pasar toda mi vida junto a ti, pequeña. Por favor, casémonos.

-¡John!-exclamó ella  mirándolo con los ojos muy abiertos, aún asimilando las palabras que él le acababa de decir.-Claro, mi vida, claro… Por supuesto que me casaré contigo.

John le acarició el pelo, contento, sintiéndose como en una nube. Y entonces, sin saber cómo, los dos se vieron envueltos en un intenso beso sin fin. Por fin iba a hacerlo. Por fin iba a casarse con aquella chiquilla que había conocido cuando ella apenas era una niña y que le había robado el corazón. En aquellos momentos daban igual todos los demás problemas. Estaba ante uno de los momentos más importantes de su vida y aquello, sin duda, era un motivo más que suficiente como para sentirse el hombre más afortunado del mundo.





Holaaaaa! Y bien! Aquí estoy yo de nuevo con este capi! Qué tal todo? Yo informo que tuve una semana un poco ajetreada, pero muy feliz de todos modos! Así que nada, estoy happy happy y todo eso. Además, vosotras también habéis influido para que esté así de feliz: me sorprende ver que pese a que esto ya esté dando sus últimos coletazos, siga creciendo en seguidores y vuestros comentarios siempre tan generosos me animan muchísimo. :D

Por cierto, mención especial a Rosario Jackson McCartney, que se ha pillado ahora a leer el fic y me ha dicho una cosa muy muy bonita que a mí me llena de orgullo. Hago lo que puedo, nada más, e intento que este John que aparece aquí refleje más o menos al real, aunque reconozco que es una persona tan completa en todos los sentidos que nadie, por mucho que lo intente, podrá jamás acercarse a este genio al que tanto admiro. ;)

Ah, por cierto, finca es un edificio, a building, my friend. It's a typical spanish word and I think that it isn't very common in american spanish. Maybe, our american friends can clear up this question, hehehe. And thanks for your comment, girl! :D

También, obviamente, gracias a María y a sus postdatas, a Ingrid y a Zíngara.

Y en fin, por mí nada más por hoy. Un besazo y recordad que el martes es el día del libro y que hay que aprovechar leyendo (no sé a qué viene esto, pero bien, jajajaja).

Saludos y un abrazo enorme!!!! 


5 comentarios:

  1. Cris, siempre un placer leerte, me alegra que te haya gustado mi comentario, es lo más sincero que se me ocurrió...
    Bueno, con respecto al capítulo, ame la escena de Paul y Linda. En momentos como este te das cuenta de que debieron separar sus caminos para poder ser completamente felices, aunque después aclararon sus diferencias.
    Se van a casar! :D que amores, se lo merecen! Espero que Chris invite a Paul, es triste que estén peleados :c
    Bueno, se te quiere mucho, suerte y sube pronto!

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  2. Voy a abrir este comentario con una amenaza. Vos me volvés a decir que un capi tuyo esta feo, o algo por el estilo, y yo no te cotesto nunca mas ni un voxer, ni un wasap, ni un mensaje de texto, ni una llamada, ni una carta ni la puerta, si es que venis a casa. Espero haber sido clara, que no te lo tenga que volver a repetir.
    Bien, ahora voy a abrir el comentario como se debe: con...APLAUSOS!!!!!!! *se escuchan aplausos, chiflidos, bombas de estruendo, cánticos de Cristina corazón, etc*
    Por qué tanto despelote? Porque el capitulo está geniaaallll! Al final te digo que un capitulo está buenisimo, que es el mejor de todos, y venís y tirás otro. Eso es inaudito jaja Naaa, eso es una demostración mas de tu superioridad sobre los demás seres humanos. Faaaaaaa no sé si tiraba piropos jajajja
    Está bien, corto los piropos, porque otra vez me enojo. Ay, nuestra relación se basa en que yo me enoje y me desenoje XDDD Bueno, eso, me enojé. Por qué??? Porque yo te propuse matrimonio un montón de veces y nada, y ahora cae John y con una sola vez te alcanza. No puede serrr!! Por qué éll y no yo? Qué tiene él que no tenga yo? (No contestes esta pregunta que ya sé con qué me vas a salir jaja) Pero claro, él se apareció con un anillo y yo nada. Bien, lo tomaré como un desafío (?) A que te compro un anillo y te lo mando? Eh? Eh? Ojo que soy capaz!!! Ahi no podrás decirme que no! Lucharé por tu amor!

    Bué, bué, ya corto con todo esto, que vas a pensar que soy media rara jajajjajaa.
    Ayyy que lindo que es el amorrr, se van a casar, y me van a invitar, y me voy a comer toda la torta y a tomar todo y....ah no, cierto, debo ser una madre responsable. Una madre que le dirá a su hijo "Andá, robá esos pedazos de torta y traemelos" Ah no, eso tampoco. Bueno, me porto bien, lo prometo! Y mi bepi también se va a portar bien, que tenemos que dar el ejemplo. Vladis y yo esperamos que pronto haya un amiguito para jugar y romper cosas, porque creo que juntos pondrán una empresa de demoliciones XDDD
    Sigo. Ayyyy Paul... yo no sé qué voy a hacer con vos. Por un lado, me re copa que esté con Linda, porque la verdad que me cae bien ella. Y también me copa que vaya a ser papá. Pero todo ese quilombo que tiene con John y Chris....no. A ver, no sé cuando se va a dar cuenta que no tiene porqué meterse en la vida de la hermana, cuando no fue capaz ni siquiera su padre. Es obvio que nunca lo dejará meterse, ya es hora de que se percate de eso y se deje de ROMPERLE LAS PELOTAS A TODOS! Fue una guachada no invitarla a la boda...fea la actitud McCartney!
    Y...Ay Cris, estoy segura que lo que escribiste, sucedió. Me refiero a esas conversaciones George-Ringo, Ringo-George. Me imagino lo perdidos y desmotivados que estarían, es re choto cuando te la pasas con personas que lo único que hacen es pelear, sean tus amigos, tus padres, tus vecinos, tus hermanos....Terminás cansandote vos primero antes de los que se pelean.
    Pero yo no quiero que se separen! Ay nooo....me muero si pasa eso, aunque pasó, pero...qué se yo, ya me atacó la melanco. No quiero que termineeeeeeeee me voy a tirar por la ventana porque solo faltan 4, y esto me pone triste y todo así, y ma si, voy a romper todo, porque soy una persona que está enojada porque su fic favorito va a terminar y no sabe cómo va a vivir sin él. Bueno, exageré un poco jajajaja También estoy enojada porque por culpa de la uni, no puedo escribir, porque todo el tiempo que tengo lo uso para leer, y yo quiero escribirrrrrrrrr. Ayy, que rompo cosas!


    Ya me tomé algo para calmarme, el clonazepam me sirvió XDD
    Me voy a ir despidiendo, ya te llené de spam este comentario jajaja.

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  3. Hola, si, soy la piba de las post-datas, me ubicás? Ah si, creo que si, porque en este momento me estas hablando por facebook jajajajjaja
    Te voy a revolear unas post -datas re inspiradas que inventé (?) Naaa, mentira, son las mismas giladas de siempre.

    P/D1: Salí de mi ask. Jjajajajja
    P/D2: Ya te contesté el ask jajaja
    P/D3: Usteeed siempre fuee asiiii.....perdón, estaba cantando jajjaa
    P/D4: El Maharishi anda un poco descompuesto, estuvo vomitando (puaajjjjjj) y ahora duerme. Asi que no te dará bendiciones porque gasta muchas energías.
    P/D5: Me quedé pensando en lo de ayer....si me pongo el traje de reina maga, paso como capitana mora? Sacame esa duda, por favor. XDD
    P/D6: A que no sabes qué? Metieron preso al jefe de la aduana. Por qué? Porque dejaba que la empresa Polo Ralph Lauren entrara cosas sin permiso, y no permitía que entraran al pais envíos del exterior para la gente común. A qué te suena? jajajajaj
    P/D7: Me voy, sí. A leer ¬¬
    P/D8: Adiós, cascabelito!



    P/D9: Post-data atrasada, porque voy a pegarle a la radio que me dice: "Con Despegar.com, volá YA a España por 200 pesos" Y yo re emoción hasta que al último te dice "25.000 CUOTAS de 200 pesos". Ah ok, gracias pro cagarme la emoción. ¬¬ ¬¬ ¬¬ ¬¬

    Ahora sí, adiós buena moza!

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  4. waaaaaaa qué lindo John! ya por fin! otra boda! Paaaaaul ya acostúmbrate y acéptalo... me encanta con Linda, si nunca pasaron una noche separados! excepto en lo de Japón, que los obligaron! ahhh eso es amor!! y bueno pues Cris, como siempre me emociona mucho leer unn nuevo capítulo, aunque a la vez me entristece porque ya casi acaba :( de verdad espero que sigas escribiendo muchos fics, porque de verdad escribes increíble!

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  5. Genial Madre Se Van A Casar :3333333 Definitivamente Se Consagrara Mi Pareja Favorita Junto A La De Marie y Ringo :3 , El Niño Es Tremendo Pero Un Amor Como Sus Padres , Paul Siempre Quejandose Cuando No Parece La Vieja Chusma De Mi Pueblo Que Tipo y Paciencia Linda Es Paul lo que te toco xDDD Bueno Espero Que Andes Bien Madre Tarde Porque Empeze Desde El Comienzo a Leerla :3 Besotes Enormes :) ♥♥♥♥♥♥♥♥

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