Las chicas no podían estar más nerviosas. Y es que, pese a
que tanto ella como Gwen ya estaban acostumbradas a que las reconocieran y a
que las trataran como a las novias de dos Beatles, aquello era una cosa completamente
distinta a lo que habían vivido hasta el momento. Cientos de chicas, gritando
los nombres de los chicos con todas sus fuerzas, con pancartas y carteles, se
agolpaban en el aeropuerto para despedirles antes de que iniciaran la gira de
ese verano, cosa que a Mary la incomodaba mucho. ¿O es que todas aquellas
chicas iban a recibir con los brazos abiertos a las novias de los chicos a los
que tanto idolatraban?
No obstante, la que más nerviosa parecía de las tres era
Penny. Aún no habían tratado demasiado a la nueva novia de Paul, ni siquiera les
había dado tiempo a eso. Christine era la que más la conocía y ella, en esos
momentos, no estaba allí junto a ellas: bastante trabajo tenía corriendo detrás
de Brian desde primera hora de la mañana y tomando notas de todo.
-Parece que estén todas locas, ¿no?-dijo Mary acercándose a
Penny para romper el incómodo silencio que se había hecho entre las tres.
-¿Es que no lo están?-preguntó Penny con ironía esbozando
una sonrisa.
-A mí me asustan, la verdad…-intervino Gwen.-¿Creéis que va
a ser así durante toda la gira?
-Y peor también…-contestó Mary.-Éstas están acostumbradas a
verles aquí en Londres, imagínate cuando lleguemos a países donde no van casi
nunca…
-No me lo quiero ni imaginar…-masculló Penny de mala gana
mientras apoyaba su cabeza entre sus manos y miraba por la ventana el mogollón
de fans histéricas.
Justo en ese momento, la puerta se abrió y las tres chicas
se volvieron hacia allí para ver quien era. Mary no pudo evitar soltar un
bufido de fastidio cuando vio que era la secretaria que les había presentado Brian
Epstein esa misma mañana y que les iba a acompañar en la gira y no ninguno de
los chicos.
-Me han dicho que os vayáis preparando, chicas.-dijo la
mujer.-Dentro de poco subimos al avión.
-¿Y tenemos que pasar por ahí en medio?-preguntó Penny
señalando hacia las fans que había al lado de la pista sin poder evitar poner
cara de asco.
-Claro.-contestó la secretaria mirándola contrariada.-¿Por
dónde ibais a pasar si no? Eso sí, vosotras iréis delante, con todos nosotros,
y los chicos irán los últimos los cuatro juntos. Ya sabéis… Por el tema de
saludar a las fans antes de que se cierren las puertas del avión y todo eso…
Las tres chicas asintieron casi a la vez.
-Tranquilas, está todo controlado.-dijo la secretaria
esbozando una sonrisa tranquilizadora antes de salir de allí de nuevo.
Cuando se cerró la puerta de nuevo, Mary miró hacia la pista
del aeropuerto; incluso el cordón policial que había allí estaba teniendo
dificultades para mantener a las fan en su sitio. La chica no pudo evitar
soltar una sonrisilla entre amarga y resignada y soltar un bufido.
-Bueno, chicas… -dijo mirando a Gwen y a Penny.- Empieza el
espectáculo...
**********************************************
Era su primer día de trabajo y a Christine ya le había tocado
sacar las uñas ante unos cuantos periodistas que se habían querido pasar de
listos con los chicos. Al principio, seguramente porque sabían que era la
hermana de Paul y por su edad, nadie la había tomado en serio, pero después de
soltarle cuatro frescas a un viejo que se había querido colar delante de su
hermano para preguntarle acerca de su nueva novia, las cosas habían cambiado e
incluso el propio Brian, que al principio también la observaba muy de cerca y
revisaba todas las notas que tomaba, parecía estar encantado con su trabajo.
No obstante, lo peor de todo aquello no era otra cosa que
estar con John delante de cientos de periodistas ávidos de primicias y hacer
como si no pasara nada entre ellos dos. Un auténtico suplicio, sobre todo
cuando comprobaba que él la miraba más de la cuenta y que ella a veces no podía
controlar sus sonrisas al ver lo que decía o hacía.
-Cuando lleguemos a Munich debes ir tú antes al salón donde
se celebrará la rueda de prensa. Neil o Mal te acompañarán.-parloteaba Brian a su
lado.-Controla que los periodistas estén en su sitio, comprueba que todos
tengan sus acreditaciones y deja claro que sobre el tema de las novias y demás
vida privada sólo dejaremos formular cuatro preguntas. Lo demás, disco y
conciertos, ¿entendido?
-Mmmm… Entendido.-masculló la chica mientras garabateaba las
instrucciones.
-Y controla tus sonrisitas cuando John conteste cosas,
¿vale?
La chica levantó la vista de su cuaderno y miró a Brian
fijamente.
-¿Qué?
-Lo que oyes, Christine.-contestó él tajante.-He visto cómo
os comportáis y se nota a la legua que tenéis algo… Por ahora estás haciendo
bien tu trabajo, no lo eches todo a perder con tus reacciones… Controlaos, ¿de
acuerdo?
Chris notó como enrojecía y agachó la cabeza.
-Descuida.-contestó finalmente.
-Muy bien.-dijo Brian.-Y ahora, prepárate. Nos vamos.
**********************************************
-¿Esto va a ser así en todos los aeropuertos?-preguntó Gwen
cuando consiguieron por fin entrar en el avión.
-Pues más o menos.-contestó Christine riendo a la vez que
entraba justo detrás de ella antes de que el rugido de las fans aumentara tanto
hasta casi volverse ensordecedor.
Las chicas giraron la vista para comprobar que la causa de
aquel aumento de gritos e histeria se debía a que los chicos ya estaban en la
escalerilla del avión saludando a la multitud.
-Todas locas.-masculló Penny entre dientes.
Los gritos no cesaron ni muchísimo menos cuando los chicos
entraron por fin al avión y se cerraron las puertas. Inmediatamente, antes ni
siquiera de que ellas tuviesen ni siquiera tiempo a acercarse a ellos, Brian se
plantó en medio del pasillo del avión y tomó la palabra.
-Vamos a ver, disculpen.-dijo, más que nada dirigiéndose a
los periodistas que iban a viajar con ellos de Londres a Munich.-Los chicos se
sentarán en los asientos finales y mi secretaria, la jefa de prensa del grupo,
el resto del equipo y yo nos sentaremos delante de ellos. El resto pueden tomar
los asientos que deseen.
-Te ha nombrado, jefa de prensa…-susurró John por detrás de
Christine haciendo que la chica diera un ligero salto.
-Lennon…-le riñó ella. Estaban rodeados de periodistas y él
se había acercado más de la cuenta hacia su oreja para decir aquello.
El chico soltó una risita despreocupada y se dirigió hacia
la parte trasera del avión para sentarse, no sin antes rozarle la mano en un
gesto que a los ojos de cualquiera hubiera parecido algo casual y sin intención
alguna, pero que Christine supo interpretar a la perfección. La chica lo miró y
suspiró disimuladamente. Deberían hablar con Brian seriamente: a aquel paso la
gira no iba a acabar sin que todo el mundo se enterara de que John y ella
estaban juntos.
*********************************************
La llegada al hotel había sido igual de agobiante que la
partida de Londres. Fans por todos los sitios, gritos, histeria… Hacía tan sólo
un par de años todo aquello le había llegado a gustar, no obstante, en esos
momentos estaba más que harto de todas aquellas cosas. Y es que aquella locura
había dejado de ser divertida casi desde el primer momento.
Lo único bueno de todo aquello es que estaban en Alemania,
donde habían pasado tantas cosas, que pronto estarían en su Hamburgo y que,
pese a tener que disimular como dos idiotas, Christine estaba allí con él.
John entró en su habitación y dejó caer su bolsa de mano en
el suelo sin el menor miramiento.
-¿Christie?-preguntó convencido de que la chica ya estaba
allí.
No hubo respuesta. John frunció el ceño. Ellos habían pasado
un buen rato afuera saludando a las fans y las chicas habían tenido tiempo más
que suficiente para subir a las habitaciones.
-¿Pequeña?-insistió.
Pero de nuevo nadie contestó. Fue entonces cuando John
reparó en algo: allí no había absolutamente nada, ni una maleta, ni una
chaqueta encima de las sillas, nada. No había ni rastro de su chica. Entonces
lo entendió todo: el idiota de Brian no les había puesto en la misma
habitación.
Hecho una furia porque su manager había roto el pacto que
tenían los dos, John salió de la habitación cerrando tras de sí con un fuerte
portazo. Mal, que en aquellos momentos pasaba por allí, se lo quedó mirando de
manera inquisitiva.
-¿Dónde coño está el jodido Eppie?-le preguntó enfadado.
-Acaba de bajar ahora a hablar con el director del hotel.-le
contestó Mal confundido por las maneras de John.
-¿Y sabes dónde está mi
chica?-volvió a preguntar remarcando las dos últimas palabras.
Mal esbozó una sonrisilla cuando entendió de qué iba todo
aquello.
-Creo que está en la habitación 208.-respondió.-Comparte
habitación con Susan.
-Comparte habitación conmigo, que te quede claro.-le cortó
John haciendo que Mal volviera a esbozar una sonrisa ante su determinación.-¿Y
quién mierdas es Susan?
-La secretaria de Brian…
-Pues la secretaria de Brian se va a quedar sin compañera de
habitación…-dijo John empezando a caminar decidido hacia la 208.
John no tardó en plantarse delante de la habitación que le
había indicado Mal, que quedaba justamente en la otra punta del pasillo.
Aquello todavía lo cabreó más: no contento con ponerlos en habitaciones
separadas, Brian los había puesto lo más lejos posible el uno del otro. Llamó a
la puerta con los nudillos y esperó impaciente a que le abrieran.
-Señor Lennon…-dijo la tal Susan cuando lo vio allí
plantado.
John no pudo evitar esbozar una mueca de fastidio cuando vio
que la que había abierto no era Chris. No obstante, nada más oír que Susan
había pronunciado su nombre, su novia se asomó por detrás de la secretaria
luciendo una enorme sonrisa.
-¡Johnny!-exclamó.
Sólo con verla, John olvidó momentáneamente su enfado y
sonrió también ante la mirada confusa de Susan.
-Pasa.-le invitó Chris.
John pasó por el lado de la secretaria, que se había quedado
inmóvil como una estatua de sal, y se dirigió hacia Chris. Antes de que ella ni
siquiera pudiese decir nada, John le plantó un intenso beso en los labios al
cual la chica respondió con ganas. Sabía que la tal Susan estaría alucinando
con aquello, pero le daba absolutamente igual y, al parecer, a su chica
también.
-Mandaré que recojan tus cosas, pequeña.-le dijo cuando se
separó de ella.-Te vienes a mi habitación.
-Pero…
-No hay peros que valgan.-le cortó él.-Ya lo apañaré yo con
Brian más tarde.
Chris se mantuvo en silencio durante unos instantes, mirando
hacia el frente. John supo enseguida que estaba mirando a Susan y también se
volvió hacia ella, esbozando una sonrisa. La secretaria estaba mirándolos
incrédula, sin dar crédito a lo que sus ojos acababan de ver.
-¿Te importa, Susan?-preguntó la chica finalmente.
-Por supuesto que no…-contestó la mujer con un hilillo de
voz.
-Gracias.-dijo Chris sonriendo.-Ya te lo explicaré todo en
otro momento, ¿vale?
-No creo que haya nada que explicar…-dijo Susan mirando
ahora de manera descarada las manos entrelazadas de Chris y John.
Los dos soltaron una risita al unísono antes de dirigirse de
nuevo hacia la puerta de la habitación.
-Recuerda que en media hora debes bajar a controlar lo de la
rueda de prensa…-le dijo Susan a Christine cuando pasaron por su lado.
-Tranquila, allí estaré.
-Un placer conocerte, Susan.-dijo John a su vez con un
tonillo burlón en su voz.-Estoy seguro de que estarás muy a gusto trabajando
con nosotros…
Y dicho esto, los dos salieron de la habitación entre risas.
Vale, ya tenían el primer problema de la gira solucionado, al menos los dos
dormirían juntos.
****************************************************
Christine miró nerviosa su reloj. Los chicos ya llevaban más
de cinco minutos de retraso y los periodistas que esperaban en el salón de
actos del hotel ya empezaban a impacientarse.
-Es raro que se retrasen.-le dijo Peter Brown a su lado casi
en un susurro.-Brian siempre es rematadamente puntual en todo esto y los chicos
también.
La chica levantó la mirada y miró al socio de Brian
angustiada. Jamás había estado en una gira con ellos, pero sabía que Peter
tenía toda la razón del mundo. Brian era muy meticuloso con todo aquello y su
obsesión máxima era causar una buena opinión a la prensa, no hacerla esperar
con retrasos injustificados.
-No creo que tarden.-dijo la chica esbozando una sonrisa que
en realidad trataba de disimular la tensión que sentía en aquellos momentos;
sabía que si se retrasaban más de la cuenta, el más de centenar de periodistas
que había allí se encararían con ella para exigirle explicaciones como jefa de
prensa que era, y, sinceramente, no se sentía todavía preparada para ello.
-Eso espero.-masculló Peter mirando de nuevo hacia los
periodistas.
Christine hizo lo mismo y comprobó exasperada que muchos ya
estaban empezando a cuchichear entre ellos. Debía hacer algo si no quería que
el ambiente se calentara más de la cuenta antes de que ellos llegaran. Un
periodista enfadado podía ser muy mordaz en sus preguntas y podía hacerles
mucho daño.
-¡Señores!-dijo de repente.
Todos los que estaban allí callaron en seco y se quedaron
mirándola fijamente. Chris se arrepintió inmediatamente de hacer lo que había
hecho: no tenía ni idea de qué puñetas iba a decirles… Aun así, no le quedaba
otra, debería improvisar si no quería quedar mal delante de aquel montón de
gente.
-Supongo que…-empezó a decir la chica intentando pensar lo
más rápido que podía.-Supongo que a algunos de ustedes igual les interesa
recibir en las redacciones de sus periódicos las notas de prensa de toda la
gira de The Beatles que voy a estar redactando durante todo el verano. Como
nueva jefa de prensa, y para facilitarnos a todos un poco las cosas, creo que
sería conveniente que me informaran de quiénes de ustedes quieren recibirlas
para que así yo pueda mandárselas directamente nada más las redacte sin
necesidad siquiera de que me las soliciten antes...
El asentimiento generalizado y los murmullos de aprobación
ante su improvisada propuesta hicieron que Christine se relajara un poco. Por
lo menos con aquello había podido ganar al menos unos cinco minutos más.
-Los interesados pueden ir pasándome sus tarjetas para…
Justo en ese momento, la puerta del salón de actos se abrió
y entró un Mal Evans con cara de pocos amigos que se puso en dos grandes
zancadas al lado de Chris.
-Ya están a punto, cuando quieras.-le dijo al oído.
La chica asintió y volvió a mirar hacia los periodistas con
una de sus mejores sonrisas de niña buena.
-Pásenme las tarjetas cuando acabe todo, señores.-dijo la
chica.-Porque ahora será mejor que les deje hacer su trabajo. Recuerden el
límite de cuatro preguntas y respeten los turnos a la hora de hablar.
Y nada más decir estas palabras, entraron los chicos
seguidos por Brian a la vez que la chica se hacía a un lado junto con Mal,
Peter y Neil. Lo primero en que se fijó ella fue en las sonrisas forzadas de
todos. Vale, alguien que no los conociera posiblemente ni lo hubiera notado,
pero ella los conocía demasiado bien como para saber que algo había ocurrido
para que estuvieran así y para que se hubiera producido aquel retraso.
-¿Qué ha pasado?-le preguntó Chris a Mal disimuladamente.
-Nos hemos quedado encerrados en el ascensor.-le contestó
él.
-¿Qué?-se extrañó ella.
-Lo que oyes…-respondió Mal lanzando un breve suspiro.-Me he
asustado y todo.
-Pensé que los tipos grandes como tú no se asustaban de
nada…-masculló Chris divertida intentando rebajar la tensión.
Mal no pudo evitar soltar una risa que resonó brevemente por
la sala haciendo que Brian, que se había puesto al lado de Peter Brown, le
soltara una mirada asesina antes de dirigirse hacia ellos.
-Mal… Contrólate.-le riñó y, después, mirando a Christine,
añadió:-Peter me ha contado lo que has hecho… Gracias por hacernos ganar un
poco de tiempo, bien hecho.
La chica le dedicó una sonrisilla a modo de respuesta.
-Y también he hablado con él…-continuó Brian mirando a John,
que estaba en esos momentos contestando a una pregunta boba sobre su divorcio.
-¿Ah, sí?
-Más bien él ha gritado y yo he aguantado el chaparrón, como
siempre…-masculló Brian.
-No se lo tengas en cuenta, ya sabes como es…-le disculpó
ella.
-No os había puesto juntos porque no quería que eso afectara
en vuestro trabajo, ni el de uno ni el del otro, ¿me entiendes?
-¿Y qué tiene que ver eso?
-Pues que cuando estáis juntos vivís en otra galaxia. Os he
observado, Christine…
-Tanto él como yo conocemos bien nuestras obligaciones,
Brian.-le replicó ella enfadada.
-Mira, os voy a dar una oportunidad, sólo una.-le dijo
Brian.-Al más mínimo despiste de cualquiera de los dos, os separo.
-Deberías dejar de tratarnos como a niños pequeños del
colegio…
-Sólo una oportunidad, Christine. Sólo una.-le cortó Brian
ignorando el comentario que acababa de hacer la chica.-Y por cierto, pon orden.
La pregunta que están haciendo es la quinta sobre su vida privada.
La chica lanzó un suspiro de resignación antes de mirar al
periodista que acababa de formular la pregunta.
-No más preguntas sobre ese tema.-dijo con determinación
antes de que Paul tuviera tiempo a abrir la boca para contestar.-Céntrense
ahora en gira y disco.
El periodista le dedicó una mirada asesina y se volvió a
sentar, dejando paso al siguiente que, ahora sí, formuló una pregunta
relacionada con la gira.
-¿Contento?-le preguntó a Brian con cierto tono sarcástico
mientras volvía a apoyar su espalda contra la pared.
-Más de lo que pensaba en un primer momento.-le dijo
Brian.-Más de lo que pensaba…
******************************************************
-¡Ha sido una mierda!-dijo George enfadado mientras entraban
en la fiesta que tenían preparada en el hotel para esa noche.-¡Una mierda!
-Oh, venga… Tampoco ha sido para tanto, Hari.-le dijo John
encogiéndose de hombros.
-¿Qué no ha sido para tanto?-exclamó más que preguntó
George.-El sonido era una mierda, no nos acordábamos del principio de “I’m Down”…
-Y has presentado “Yesterday” como si fuera del Beatles for Sale.-intervino Paul
dedicándole una mirada reprobatoria a George.
-¡Pues por eso ha sido una mierda de concierto!- contestó
George exasperado.
-Bah, chicos… Haced como John y yo…-dijo Ringo de repente
esbozando una sonrisilla que dejaba en evidencia el colocón que llevaba
encima.-Un par de porros hacen que te olvides de cualquier concierto de mierda…
-Bien pensado.-dijo Penny que estaba al lado de Paul.-Creo
que a éste le hará falta un poco de hierba para que deje de lado el enfado que
lleva encima… Dentro de un rato nos escapamos, ¿vale?
Paul esbozó una sonrisilla traviesa a la vez que agarraba a
su novia por la cintura y la atraía hacia sí antes de darle un beso.
-¿Y por qué no nos escapamos ahora?-preguntó él guiñándole
un ojo
-No es mala idea…-contestó ella a la vez que le agarraba de
la mano y volvían a salir del salón.
-Pues éstos preferirán porros, pero yo ahora prefiero un par
de whiskys…-masculló George mirando como Paul y Penny desaparecían de nuevo por
la puerta.-¿Me acompañas a la barra, Gwen?
-Vale.-dijo la chica risueña.
-¿Y tú y yo qué hacemos ahora?-le preguntó Ringo a John
cuando los dos se quedaron solos.
-Creo que deberíamos subir de nuevo a las habitaciones y
rescatar a nuestras chicas del gran monstruo de la marihuana….-contestó John
con una risita tonta.
-Si han dicho que iban a bajar ahora…
-¿Con el colocón que llevan encima? No creo ni que puedan
dar dos pasos sin caerse…-rió John.
-¿Y no se supone que nosotros debemos estar en esta fiesta
que han hecho para nosotros?-preguntó Ringo divertido.
-A tomar por culo la fiesta, Richard. Además, está George
por ahí, ¿no? Ya tienen a un Beatle…-le respondió John con una sonrisa
traviesa.-Subámonos arriba y montémonos nuestra fiesta particular.
-Espera. Pediré que nos suban unas cuantas botellas de ron,
de whisky y de cola.-dijo Ringo.
-¡Ese es mi Ringo!
*******************************************************
Pese a que George estuviera con cara de perro en la barra mientras
bebía, bebía y bebía sin parar y que los demás habían desaparecido sin dejar
rastro, Gwen no podía negar que se lo estaba pasando bastante bien en aquella
fiesta. Había conocido a unos cuantos artistas destacados de Alemania que
habían sido invitados y la verdad era que la conversación que acababa de tomar
con ellos, aparte de interesante, era muy divertida. Es más, tenía la sensación
de que estaba aprendiendo más hablando con aquellos pintores borrachos y
evidentemente drogados que en todo el curso en el instituto.
Estaba tan sumamente metida en la conversación que cuando se
dio cuenta de que el pobre George se había quedado solo desde hacía un buen
rato, su novio ya no estaba sentado en la barra. La chica miró angustiada por
toda la estancia temiendo que se hubiera enfadado con ella y que se hubiera ido
de nuevo a su habitación sin decirle nada. Y entonces, justo cuando estaba
empezando a impacientarse de verdad, lo vio allí, sentado en uno de los sofás
que había en una de las esquinas del gran salón, con aspecto desaliñado, un
vaso vacío en la mano y una sonrisa bobalicona que evidenciaba la borrachera
que llevaba encima.
Gwen no pudo evitar una sonrisa cuando lo vio así. Lo cierto
era que, pese a que no le gustaba verle borracho, lucía un aspecto bastante
gracioso. Se despidió de los artistas con los que había estado hablando durante
un buen rato y se dirigió hacia donde estaba George, dispuesta a compensarle
por el rato que lo había dejado solo. No obstante, cuando ya estaba a tan sólo
unos pasos de él, alguien se le adelantó: una chica alta y rubia y bastante
apañada, a la que pronto recordó como a una modelo francesa que les habían
presentado a George y a ella al principio de la fiesta, se acercó hacia él con
una sonrisa y le dio un nuevo vaso de whisky lleno, que George agarró con una
sonrisa.
Gwen se quedó paralizada, sin saber muy bien qué hacer.
Aquello no le gustaba nada, absolutamente nada.
********************************************
George sólo fue capaz de balbucear un “gracias” con una sonrisa bobalicona cuando Chalotte Martin le dio
el vaso de whisky.
-Creo que te harán falta por lo menos dos más para que nos
lo podamos pasar bien del todo tú y yo…-escuchó que decía.
George se quedó mirándola de arriba a abajo, intentando
asimilar las palabras que Charlotte acababa de pronunciar. Pese a que estuviera
rematadamente borracho, sabía que aquella modelo se le estaba insinuando de
manera descarada.
-Ya lo estoy pasando lo suficientemente bien.-le contestó
cortante.
Charlotte le dedicó una mirada confundida. Era evidente que
no estaba acostumbrada a que ningún hombre le diera ese tipo de respuestas
cuando ella se les insinuaba. No obstante, la chica recuperó pronto su sonrisa
insinuante y se acercó unos pasos más hacia él.
-Creo que no me has entendido bien…-dijo casi en un susurro.
-Yo creo que sí. Además… ya estoy demasiado borracho como
para estar aquí…-dijo George poniéndose en pie torpemente a causa del
alcohol.-Creo que iré a buscar a mi novia
para ir a pasármelo bien del todo con ella…
************************************************
Gwen había estado lo suficientemente cerca de ellos como
para escuchar toda la conversación entera. A decir verdad, jamás hubiera
pensado que George fuera capaz de rechazar nunca a una chica así por… ella.
Aquello la hizo sentir enormemente feliz.
-¡Gwen!-la llamó George con una sonrisa cuando la vio.
La chica se apresuró a acercarse hacia donde estaba él y,
sin que el chico pudiera decir nada más, se abalanzó para darle un beso
furioso, dulce y apasionado a la vez. Sabía que la modelo estaba a pocos pasos
y que los estaría viendo seguro, así que aún tuvo más alicientes para hacer de
aquel beso algo aún más exagerado de lo que era en realidad.
-Vaya…-murmuró el chico cuando se separaron.-¿Te apetece que
nos larguemos de aquí?
-Lo estoy deseando.-le dijo ella esbozando una sonrisilla
pícara.
Y acto seguido, Gwen agarró a George por la cintura y
salieron de allí sin más. Eso sí, antes de perderse de vista definitivamente,
Gwen se volvió hacia la tal Charlotte Martin y le dedicó una sonrisilla
maliciosa acompañada por una mirada triunfal.
“Lo siento, bonita.”, pensó para sus adentros. “Esta vez he ganado yo la partida por
goleada”.
******************************************************
La llegada a Essen había sido exactamente igual que la llegada
a Munich. Apenas llevaban unos pocos días fuera de casa y Penny ya se estaba
arrepintiendo con todas sus fuerzas de haber aceptado la propuesta de Paul de
ir con ellos de gira. Lo peor que llevaba Penny eran las multitudes de fans
gritonas e histéricas que se agolpaban por todos los lugares donde los chicos
iban. Vale, de por sí ya le caían bastante mal desde su experiencia en Nueva
York en el 64, pero desde que estaba saliendo con Paul, las cosas habían empeorado.
Era obvio que no había esperado nunca que la recibieran con los brazos
abiertos; sabía la obsesión por Paul que tenían muchas de ellas y no era tan
ignorante como para creer que a ella la iban a querer igual que a él. No
obstante, lo que no se esperaba para nada era aquel odio visceral que muchas de
ellas le manifestaban. Y es que, aunque no se lo habían manifestado aún de una
manera clara y abierta, las miradas que le dedicaban eran suficiente como para
que Penny pudiera entender la realidad.
Así estaba, absorta en sus pensamientos mientras sacaba uno
de sus vestidos de la maleta para que no se arrugara, cuando alguien llamó a la
puerta de la habitación. Penny miró hacia la puerta intrigada. Paul no podía
ser, en esos momentos estaría de nuevo a
la rueda de prensa que tenían.
-Penny, ¿estás ahí?-dijeron al otro lado de la puerta.-Somos
Gwen y Mary.
La chica esbozó una sonrisa cuando las escuchó y fue
inmediatamente a abrir la puerta.
-Hola.-las saludó.
-Hola.-respondieron ellas casi al unísono.
-Habíamos pensado en salir a comer por ahí e ir un rato de
compras por la ciudad cuando Chris suba de la rueda de prensa.-le dijo
Mary.-Brian nos ha dado permiso para darnos una vuelta por ahí.
-Mal nos acompañará.-añadió Gwen.-Y así por lo menos no nos
aburrimos tanto aquí encerradas mientras los chicos ensañan y hacen pruebas de
sonido para el concierto de esta noche.
-Perfecto, me apunto.-respondió Penny casi en el acto; la
verdad es que le vendría tremendamente bien distraerse un poco con las chicas.
-Vale, arréglate.-le dijo Mary risueña.-Chris no tardará en
subir, así que nos iremos pronto.
Penny se despidió de las chicas después de quedar en verse
de nuevo en media hora en el la habitación que compartían George y Gwen y cerró
la puerta de nuevo. Al menos, la gira también estaba teniendo su lado positivo:
le estaba permitiendo conocer bien a aquellas chicas que jamás había creído que
le hubieran podido caer tan bien.
*****************************************
-Te queda de puta madre.-le dijo Christine sonriendo cuando
salió del probador.
-¿En serio?-dijo Penny mirándose el vestido que se acababa
de probar en el espejo con escepticismo.-No sé… No me veo yo mucho con esto…
-¡Bah, chorradas!-le insistió su amiga.-Estás guapísima con
eso.
-Ya sabes que yo no suelo vestir de esta manera…
Chris sonrió cuando la oyó decir aquello, pero es que era
completamente cierto. Penny se sentía incomodísima vestida de aquel modo, sabía
que su amiga también, pero no les quedaba otra que comprarse por lo menos un
par de vestidos como el que se acababa de probar por si les tocaba ir a alguna
fiesta formal con los chicos durante la gira. En realidad, aquel había sido el
objetivo prioritario de Brian al dejarlas salir de compras: debían comprarse
todas un par de modelitos de esos por si acaso.
Y como siempre, les había pillado el toro. Se habían
entretenido más de la cuenta durante la comida y, después, se habían dedicado a
ir a tiendas de ropa más en su línea para arrasar con ellas. Para colmo,
Christine y ella habían descubierto una tienda enorme de libros y discos de la
que Gwen y Mary con la ayuda de Mal prácticamente las habían tenido que sacar a
rastras de allí después de que Chris se comprara media docena de libros y que
ella hiciera lo mismo con un montón de discos. Y allí estaban ahora,
comprándose lo que más les costaba a la desesperada, con prisas por llegar al
hotel a la hora justa de cambiarse y salir pitando para el concierto. De hecho,
iban tan aceleradas que hasta se habían tenido que partir en dos grupos: Mary y
Gwen estaban en la tienda de al lado, donde Gwen había visto un vestido del que
se había enamorado, y ellas dos estaban allí, registrando como dos locas toda
la tienda ante las miradas reprobatorias de las dos dependientas. Mal, por su
parte, había decidido quedarse al margen de aquella locura colectiva y las
estaba esperando en el coche, aparcado justo delante de las dos tiendas.
-Venga, va, ¿te lo quedas o no?-insistió Chris nuevamente
mirando su reloj con nerviosismo.
-No le meta prisa, señorita…-le dijo la dependienta con un
tono pedante en su voz.-La elección de un vestido requiere de tiempo y…
-Me lo quedo, sí.-le cortó Penny esbozando una sonrisilla
malévola cuando vio la cara de escándalo que ponía la estirada aquella.-Éste y
el otro negro que me he probado antes.
-Pero…
-Que me los quedo.-contestó Penny divertida.-Ahora te toca,
Chris. Tu turno.
-¿Y no podría bajar con jeans a una de esas fiestas?-se
quejó la chica mientras miraba con cara de pánico todo aquel montón de vestidos
de gala que había colgados en la tienda.
-Ni lo sueñes, Christine.-le dijo Penny ya desde dentro del
probador mientras empezaba a quitarse el vestido.-Si yo me he comprado dos de
estas mierdas, tú también lo harás.
-Está bien…
-No seas niña y pruébate ese azul que te ha gustado. ¡Ya!
-A sus órdenes, mi general.
Penny se vistió rápidamente y salió del probador justo a
tiempo para ver de nuevo la mirada asesina que les estaban lanzando las dos
dependientas. Sonrió. Seguramente eso de que acabara de calificar como “mierda”
a dos de sus vestidos más caros no les había hecho demasiada gracia.
No obstante, aquello no le preocupó en absoluto y se dirigió
a pagar mientras Christine se metía dentro del probador con unos cuantos
vestidos que habían escogido en su registro intensivo por la tienda instantes
antes.
-Ha hecho una buena elección…-dijo la mujer que la atendía
mientras empezaba a meterlos dentro de las fundas para vestidos que tenían.-De
hecho parece que se los hayan hecho a medida.
Penny asintió de mala gana justo antes de que su amiga
saliera del probador con el vestido azul que se había probado. Le quedaba muy
bien, así que decidieron casi en el acto que se lo iba a quedar, aunque
Christine insistiera en que parecía una de las niñas pijas a las que ella solía
pegar en el colegio. El segundo vestido que debía comprarse les costó más de
escoger aunque el proceso fue infinitamente más divertido. Y es que, después de
probarse el resto de los vestidos que habían seleccionado y de que no le
gustara ninguno, Chris se había dejado asesorar de mala gana por la
dependienta, que le trajo un par de vestidos con los que la chica parecía una
princesita recién salida de un cuento para niños. Ni Penny ni ella pudieron
aguantar las risas pese a que las dos mujeres estuvieran delante y, finalmente,
hartas seguramente de que aquellas dos se burlaran en su cara, le sacaron a
Chris un vestido bastante más en su línea, color crema y sin grandes
estridencias, que finalmente se quedó.
Pagaron rápidamente dejándose a las dos empleadas con la
boca abierta cuando vieron la cantidad de dinero que tenían las dos chicas
encima y salieron de allí sin más, apresuradas porque a aquel paso no iban a
llegar a tiempo al hotel.
-Mira, Gwen y Mary ya están dentro del coche.-le dijo Chris
cuando salieron.
Penny miró hacia allí. Efectivamente, allí estaban las dos
chicas charlando animadamente con Mal.
-Parece que ellas se han dado más prisa que…
-¡Eres tú!
Las dos chicas se volvieron hacia el lugar desde donde se
había escuchado aquella voz; un grupito de chicas de no más de dieciséis años
las miraban con cara de pocos amigos, mejor dicho la miraban, porque a Chris
parecían estar ignorándola por completo.
-¿Me decís a mí?-preguntó Penny extrañada.
-Sí, a ti.-contestó una chica pelirroja, que era la que
parecía llevar la voz cantante.-Eres la novia de Paul.
Penny soltó un bufido, molesta. Perfecto, ahora iba a tener
que enfrentarse a un grupito de fans histéricas de Paul. No obstante, no estaba
dispuesta a perder ni un segundo más con aquellas chicas y, lejos de contestar,
la chica se volvió de nuevo y empezó a caminar en dirección al coche seguida
por Chris.
-¡Te estoy hablando, puta!
-¿QUÉ?-preguntaron casi al unísono Chris y Penny girándose
de nuevo hacia el grupito de chicas.
-Pues que te estoy hablando, PUTA.-insistió la pelirroja
poniéndose en pie.-¿Qué coño haces en su gira, eh?
-Oye, chiquilla de mierda…-empezó a decir Christine en tono
desafiante.
-Pues quizás esté en esta gira porque él me ha invitado, ¿no
crees?-le cortó Penny con sarcasmo intentando evitar que Christine se enzarzara
en una lucha dialéctica a base de insultos. Además, se habían metido con ella,
su amiga no tenía por qué meterse en líos.
-Y encima es graciosilla… ¿Eso te ha visto Paul? ¿Tu
gracia?-le espetó la pelirroja con odio.
-Vete a la mierda, cría asquerosa.-le contestó Penny antes
de abrir la puerta del coche a la vez que le dejaba paso a Christine para que
entrara en el vehículo.
Y justo cuando parecía que el grupo de chiquillas no iba a
decir nada más, Penny sintió un fuerte impacto en su cabeza.
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-Matarlas me hubierais tenido que dejar…-masculló Chris
mirando como Neil limpiaba con un algodón empapado en alcohol la herida que le
había provocado la pedrada de las fans.
-No ha sido nada, chicas…-intentó tranquilizarlas Penny,
aunque ella estaba mucho más alterada que sus amigas.-Sólo ha sido una
chiquillada, una pedrada nada más.
-No le quites importancia.-le cortó Mary.-Te han tirado una piedra
con toda la mala leche del mundo.
-Mary tiene razón, Penny.-dijo Gwen.-Esto no es como para
tomárselo a broma.
-¿Y qué queréis qué haga? ¿Qué monte un drama de
esto?-preguntó Penny exasperada.
-No es preciso montar ningún drama.-intervino Mal mientras
le tendía un nuevo trozo de algodón limpio con alcohol a Neil.-Pero nos has
dado un buen susto… Y que den gracias a que se han metido por esa maldita calle
peatonal y no las he podido pillar, que si no… Merecían un buen escarmiento y
pasar por lo menos una noche durmiendo en el calabozo.
Penny lanzó un suspiro exasperada. Sabía que todos tenían
razón, pero quería aguantar delante de ellos pese a que lo único que tuviera
fueran unas inmensas ganas de echarse a llorar allí mismo.
De repente, el ruido de la puerta al abrirse hizo que todos
los allí presentes se dieran la vuelta para ver quién era.
-¡Vaya! ¡Cuánta gente en mi habitación!-dijo Paul risueño a
modo de saludo mientras entraba en la habitación. No obstante, pronto borró su
sonrisa de la cara cuando vio los algodones y el cuello de la camisa de Penny
ensangrentados.-¡¿Qué ha pasado?!
-No es nada, Paul.-le respondió ella cuando vio la cara de
pánico que había puesto el chico.
-¿Cómo que no es nada? ¡Estás sangrando!
Paul se abalanzó sobre ella y le quitó el algodón a Neil de
las manos.
-¿Cómo te has hecho esta brecha en la cabeza?-preguntó él
escandalizado mirándole la herida.
Penny levantó la cabeza y se quedó mirándolo. Se hubiera
abrazado a él y se hubiera puesto a llorar allí mismo si no hubiera estado
rodeada de gente conforme lo estaba.
-Creo que iré a ver a John.-dijo de repente Chris
levantándose de su silla a la vez que le dedicaba una mirada significativa a su
hermano.-No lo he visto en todo el día y quiero estar con él un rato antes del
concierto.
-Y nosotras también nos vamos, ¿no, Mary?-añadió Gwen
haciendo lo mismo que su amiga.
En cuestión de pocos segundos, la habitación se vació por
completo, incluidos Neil y Mal, que se fueron de allí tan discretamente como
las chicas.
-¿Qué te ha pasado?-preguntó Paul suavemente dedicándole a
Mary una mirada de preocupación.
-Unas fans…
-¿Unas fans te han hecho esto?-preguntó él
escandalizado-¿Cómo?
-Me han tirado una pedrada.-contestó Penny con un hilillo de
voz.
-Malditas hijas de puta…-masculló Paul enfadado.-¿Y tú estás
bien?
Penny asintió débilmente con la cabeza.
-Es sólo una pedrada, no es nada…Ni siquiera me duele mucho,
lo que pasa es que la sangre escandaliza mucho…
-Insisto, Penny… ¿Estás bien?
La chica lo miró. Sabía a lo que se estaba refiriendo Paul
con aquella pregunta; no a si estaba bien sólo físicamente, sino también
anímicamente.
-No, Paul, no estoy bien…-dijo al fin negando con la cabeza
lentamente antes de desmoronarse por completo y empezar a llorar.
-Ey, ey, ey…No llores…-la intentó consolar Paul mientras la
abrazaba fuertemente.-Te juro que no dejaré que te pase nada más con esas
locas, te lo juro…
-Tú no puedes hacer nada por evitarlo, Paul.-sollozó ella.
-Claro que puedo…-le dijo él mientras le acariciaba el pelo,
con cuidado de no tocar la herida.-Mira, por lo pronto le diré a mi hermana que
redacte una carta a los medios de comunicación en mi nombre diciendo que
hacerte algo a ti es como si me lo hicieran a mí directamente. Quiero que esas
hijas de puta se sientan como la mierda que son cuando lean eso, ¿de acuerdo?
Penny levantó la cabeza de su pecho y lo miró todavía con
los ojos llorosos.
-No llores más, mi vida.-le insistió Paul esbozando una
tierna sonrisa.-Ahora ya estoy aquí, ¿no?
La chica sonrió. Ni pensar que aquel chico al que había
considerado un imbécil durante tanto tiempo era ahora capaz de tranquilizarla
tantísimo…
-Deberías empezar a cambiarte para el concierto, ¿no
crees?-dijo ella cambiando radicalmente de tema mientras se secaba las lágrimas
con la palma de la mano.-O si no Brian te matará.
-Como quieras, muñeca.-sonrió Paul.-Como quieras…
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Todos dormían en el tren, todos excepto él, que estaba
emocionado con el simple hecho de volver a Hamburgo. El haber salido a toda
prisa después del concierto hacia allí no había supuesto ningún problema para
John. Y es que, de todos los sitios en los que iban a estar durante ese verano,
el que más le atraía era precisamente ése. El volver a encontrarse con viejos
conocidos, el sentirse como en aquellos viejos tiempos en los que todo se
simplificaba a tocar rock durante horas y horas, sin más complicaciones que las
que ellos mismos se pudieran ocasionar…
Miró a su alrededor. Enfrente de él, Paul dormía con Penny
descansando sobre su hombro. Pese a que la chica no le cayera nada bien, debía
de reconocer que lo que Paul sentía por ella era algo muy fuerte. Él mismo lo
había podido comprobar esa misma tarde: desde que Paul se había enterado de lo
de la pedrada, no se había separado de ella para nada, sólo en el momento del
concierto y ya.
Con cuidado por no despertar a los demás, John se puso en
pie, dispuesto a salir a fumar un poco y pensar en todo mientras el aire frío
de la noche le daba en la cara. Pasó casi de puntillas por delante de Mal, que
dormía como un tronco a su lado, y empezó a caminar por el pasillo del tren.
Entonces la vio. Allí, mirando absorta el paisaje nocturno a traves de la
ventanilla, un par de asientos más adelante de lo que ellos estaban, estaba
Chris. John sonrió.
-Pensé que estarías durmiendo, pequeña.-susurró.
Chris se volvió hacia él con una sonrisa.
-Y yo pensé que el que estaría dormido serías tú.-respondió
ella.
John negó con la cabeza a la vez que le enseñaba la cajetilla
de tabaco.
-¿Te vienes?
La chica asintió y se puso de pie con cuidado de no
despertar a Susan. Nada más llegó adónde
él estaba, John la agarró de la mano y le dio un breve beso en los labios.
-Es una mierda no poder compartir asiento contigo en los
viajes… Me muero de envidia cuando veo que los demás sí que lo pueden hacer y
nosotros no…-le susurró al oído.
Chris esbozó una sonrisa.
-Lo sé… Pero en los hoteles sí que podemos estar juntos,
¿no?
-No es suficiente para mí.
-No seas bobo…-le respondió ella dándole un toque cariñoso
en la nariz.-¿Salimos fuera a fumar o qué?
John asintió con una sonrisa y la guió de la mano hacia el
final del vagón. Pese a que algunos periodistas y algunos policías viajaban en
aquel tren de lujo con ellos, nadie pareció reparar en aquel pequeño detalle ya
que la mayoría o estaban dormidos o estaban inmersos en sus propios
pensamientos, ajenos a todo. Una bocanada de aire frío les golpeó en la cara
nada más abrieron la puerta del vagón. Instintivamente, antes incluso de cerrar
la puerta de nuevo, John le echó su chaqueta por encima de los hombros a Chris,
que iba simplemente con un suéter fino.
-¡Vaya!-rió ella.-¡Menudo caballero que estás hecho!
John soltó una risita y se abrazó a ella.
-Un caballero no pone a las señoritas como tú a cuatro
patas, ¿no?-bromeó.
Christine se puso roja como un tomate a la vez que él
soltaba una enorme risotada.
-¡Imbécil!-dijo ella a la vez que le daba un golpe en el
pecho.
John la calló con otro intenso beso en los labios. Cuando se
separaron, la chica lucía una inmensa sonrisa.
-¿Por qué siempre que haces algo bonito insistes después en
cargarte todo el romanticismo?-rió ella sacándole la cajetilla de tabaco del
bolsillo de su camisa y pillando un par de cigarrillos.
-Porque me gusta verte picada.-contestó él con una
sonrisilla mientras ella le daba fuego al cigarrillo que le acababa de poner en
la boca.-Y porque me hace gracia ver como todavía soy capaz de sacarte los
colores…
Por toda respuesta, la chica negó con la cabeza divertida
antes de apoyarse contra la barandilla. John hizo lo mismo.
-Tú nunca has estado en Hamburgo, ¿verdad?-dijo él al cabo
de unos segundos.
Christine dio una calada a su cigarrillo antes de contestar.
-No, nunca.-contestó ella mirándolo fijamente.-A ti te
encanta esa ciudad, ¿no?
-Sí…-contestó él fijando la vista en el horizonte.-He vivido
un montón de cosas allí, ¿sabes?
-Me lo imagino.
-Fue una época buena…-continuó él.-Y conservo a muchos
amigos de allí…
-Astrid vendrá al hotel mañana a primera hora de la
mañana…-dijo Chris apoyando su cabeza contra el brazo del chico.
John le dedicó una caricia en la mejilla con la otra mano.
-Te caerá bien.-contestó él.
-No la conozco aún, pero tengo la sensación de que sí que lo
hará…
***************************************
John miró a Astrid con nerviosismo. Aquel fajo de sobres que
le acababa de poner delante le había removido el estómago. Como leyendo sus
pensamientos, Chris le pasó la mano por el pelo de manera tranquilizadora a la
vez que los demás guardaban un silencio sepulcral mientras clavaban su mirada
en él.
-Stu hubiera querido que las tuvieses tú.-dijo Astrid cuando
comprobó que efectivamente John no iba a decir nada.
-Gracias.-dijo él de manera escueta.-Pero no hacía falta.
Todos, incluidos Astrid se lo quedaron mirando perplejos.
Era evidente que nadie esperaba aquella frialdad por su parte ante un gesto tan
bonito como el que Astrid había tenido. El darle toda la correspondencia que
Stu había mantenido con él en vida era un gran detalle. ¿Qué clase de amigo no
iba a querer conservar aquel recuerdo de una de las personas a las que más
había querido en el mundo? Pues al parecer, él era de la clase de amigos que
hubiera preferido no tener nada de todo aquello.
-Quédatelas, John.-insistió Astrid acercándole el fajo de
cartas sobre la mesa.-Tú y Stu erais buenos amigos…
-Por supuesto que lo éramos.-le replicó John molesto.-Pero
no las quiero. ¿Para qué quiero yo las cartas que le envié a Stuart? ¡Esto es
una tontería!
Y dicho esto, se levantó de allí furioso y salió de la
habitación dando un fuerte portazo a sabiendas de que se los había dejado a
todos alucinados.
-¡John!
El chico se volvió hacia Christine, que había salido casi
inmediatamente detrás de él, y le dedicó una mirada dura e inexpresiva. La
chica, no obstante, le mantuvo la mirada, desafiante, como hacía siempre.
-¿Qué?-preguntó él al fin en un tono glacial.
-¿Por qué has hecho eso?-quiso saber ella.
John lanzó un suspiro exasperado a la vez que soltaba una
risita nerviosa.
-¡Porque no quiero esas putas cartas, Christie! ¿Hace falta
que te lo diga en chino?-le contestó al fin de malas maneras.
Por unos instantes, la chica se quedó mirándolo con odio,
tanto que John pensó que estaba a punto de explotar ella también e iban a iniciar
una de sus monumentales peleas. No obstante, de repente, Chris relajó su
expresión y se acercó hacia John con el semblante preocupado.
-A mí puedes decirme qué es lo que te pasa…-murmuró ella
abrazándose a él y apoyando la cabeza contra su pecho.
Aquel simple gesto, hizo que John recordara, de repente, que
con ella no podía estar a la defensiva.
-No me pasa nada, de verdad.-mintió separándose de la chica.
Chris lo miró de nuevo, preocupada, y fue cuando John se
desarmó por completo. Lo único que fue capaz de hacer en aquellos momentos fue
apoyar su espalda contra la pared del pasillo del hotel y dejarse caer
pesadamente sobre el suelo a la vez que escondía su cabeza entre sus manos. Lo
que más le apetecía hacer en aquellos momentos era llorar y gritar, pero como
siempre, no podía. Era como si los sollozos desaparecieran antes de estallar,
como si de repente se hubiera quedado sin voz para gritarle al mundo lo
jodidamente injusto que era.
-Siempre te va a doler, John.-dijo de repente Christine mientras
se sentaba a su lado con voz suave.-Siempre. No porque quieras hacer como si no
hubiera pasado nada va a desaparecer eso que sientes, ¿sabes? No puede
desaparecer porque Stuart existió en realidad y fue importante para ti. Y el
hecho de que muriera no significa que no haya existido nunca como a veces
pretendes hacerte creer a ti mismo…
-Yo no pretendo hacer eso, Chris…-murmuró John levantando la
vista y mirándola suplicante.
-¿Ah, no?-preguntó ella.-Pues entonces entra ahí adentro,
acepta esas cartas y aprende a vivir con ello.
John calló durante unos segundos. Sabía que Chris tenía
razón, pero el problema era que él no se sentía preparado para afrontar la
realidad y admitir que la mayoría de personas a las que él había querido lo
habían dejado de manera repentina, sin previo aviso. Primero su tío George,
después su madre y después Stu… ¿Y quién iba a ser el siguiente? ¿Paul?
¿Christine? Era como si el mundo conspirase contra él para que jamás pudiera
llegar a ser feliz.
-Entra ahí adentro, Johnny…-sonrió Chris acariciándole la
mejilla.-Y sé valiente. Sé que puedes…
El chico le dedicó una media sonrisa antes de que ella le
diera un corto pero dulce beso. Después, sin más, la chica se levantó de su
lado y empezó a caminar hacia la habitación de Paul de nuevo, donde estaban
todos los demás.
-Te espero adentro, John.-dijo antes de abrir la puerta.
John asintió levemente con la cabeza mientras ella entraba
en la habitación. Y entonces, cuando Christine cerró nuevamente tras ella, se
puso en pie: sí, su novia tenía razón. Sólo cuando fuera capaz de asumir del
todo la pérdida de los que había querido sin necesidad de odiarles por haberle
dejado solo, sería feliz.
*************************************
Si para John aquello había sido un día de emociones intensas,
para Chris también lo había sido. No sólo de emociones, sino también de
trabajo. Y es que, desde después de que Astrid se fuera, Brian no la había
dejado prácticamente ni respirar en todo el día. De hecho, a lo único que había
tenido tiempo cuando Astrid se había ido, era a ir de nuevo con John a su
habitación y darle un beso y un abrazo, satisfecha porque al final le había
hecho caso y había entrado allí de nuevo, civilizadamente, y había aceptado las
cartas de Stu. Y después había sonado inmediatamente el teléfono, con Brian al
otro lado llamándola urgentemente para que bajara a redactar unas notas de
prensa del concierto del día antes en Essen.
No había parado en todo el día hasta que dieron por fin el
concierto. Por eso, cuando los chicos les propusieron salir con ellos por el
barrio de St. Pauli, el barrio con más mala fama de todo Hamburgo pero donde
habían pasado tantos buenos momentos, Christine no pudo evitar poner una mueca
de fastidio. Lo único que le apetecía hacer en esos momentos era acostarse y
dormir como un tronco hasta que los despertasen nuevamente para emprender el
viaje más largo que ella había hecho en toda su vida: el viaje a Japón.
No obstante, cuando vio la ilusión con la que John se lo
había pedido, Chris fue incapaz de negarse. Era importante para él, lo sabía, y
no le apetecía hacerle aquel desplante. Así que lo único que hizo fue pillarle
una anfetamina a John, arreglarse de manera rápida, y ponerse en marcha con los
demás, incluidos Neil y Mal, que iban a acompañarles aquella noche.
-Así que este es el famoso Star Club…-masculló Chris cuando
entraron en el local.
-¡Sí!-exclamó John emocionado.-¿A qué es una pasada? ¡Y lo
han cerrado sólo para nosotros!
Christine y las demás chicas miraron aquel local con
escepticismo. No era una pasada tal y como decía John, pero comparado con los
antros de los que acababan de salir, aquello parecía un local digno de la
aristocracia.
Antes ni siquiera de que pudieran decir nada, John y los
demás chicos desaparecieron prácticamente de su lado para dirigirse como locos
a la barra, a saludar a sus viejos amigos que aún trabajaban allí.
-Vaya…-dijo Penny mirándolos.-Tendremos que ir nosotras
también para que nos presenten y nos pongan unas copas por lo menos, ¿no?
-Eso por supuesto, estoy seca.-respondió Mary empezando a
caminar hacia la barra.
-¡No sabía yo de tu faceta alcohólica, Hall!-bromeó Gwen
dirigiéndose también hacia donde estaban los chicos.
Chris sonrió y se acercó hacia donde estaban los demás junto
con Penny, a quien Paul agarró por la cintura nada más pasaron por su lado. La
chica, haciendo caso omiso a las insistencias de su hermano para que se quedara
con él y con Penny a tomarse unos chupitos, se dirigió hacia donde estaba John,
que en aquellos momentos estaba charlando animadamente con una chica rubia y
bastante gruesa. Chris los miró. Aparentemente, John estaba normal, pero la
chica lo miraba con una devoción fuera de lo habitual. No, no era la manera en la
que lo miraba cualquier fan, por muy incondicional que fuera, era algo más que
aunque ella aún no podía distinguir, no le gustó en absoluto.
-¡Peque!-la saludó John cuando vio que se acercaba.-Ven
aquí, te presentaré a Betty.
¿Betty? A Chris aquel nombre le sonaba mucho, demasiado,
aunque no podía adivinar muy bien de qué…
-Hola.-la saludó la chica.-Soy Chris.
-¿A qué tengo una novia guapa, Bettina?
Y entonces, cuando John pronunció su nombre completo, Chris
supo inmediatamente de qué le sonaba aquel nombre y por qué aquella chica
miraba a John como lo miraba. Aquella era, ni más ni menos, que la famosa
Bettina Derlien, una de sus amantes, la más duradera, de su época en Hamburgo.
Además, recordaba a la perfección una de las conversaciones de Paul con Mike
que habia oído una noche por casualidad en la que Paul le había contado entre
risas a su hermano menor cómo “cuando el Star Club se quedaba casi vacío a
altas horas de la madrugada, la zorra de Bettina se la chupaba a John detrás de
la barra no una, no, muchas veces”.
El reconocer a una de las amantes de John le hizo sentir
unos celos tremendos, tantos, que de buena gana se hubiera marchado de allí
enfadada con él porque a la primera a quien había ido a saludar era,
precisamente, a ella. No obstante, Chris
se controló y esbozó una sonrisilla falsa a la vez que agarraba a su chico por
la cintura y se pegaba a él como una lapa, como si con aquello quisiera
demostrarle a la tal Bettina que John estaba más que ocupado con ella.
-Y cariñosa, por lo que veo…-dijo Betty dedicándole una
mirada que Chris reconoció enseguida como de odio.
-Mucho...-rió John ajeno a las miradas asesinas que se
estaban lanzando las dos chicas.-¿Y a qué no sabes de quién es hermana?
-No…
-Del feo de Paul.-bromeó John.
-¿Eres hermana de Paul?-preguntó Bettina mirándola con los
ojos muy abiertos.-No os parecéis en nada…
-En el apellido…-contestó ella con sarcasmo.
John soltó una risita divertida, aunque Betty permaneció
impasible.
-¡Chris!-la llamó Penny entre risas desde el otro lado de la
barra.-¡Ven un momento y verás el idiota de tu hermano lo que acaba de hacer!
Christine le dedicó una mirada significativa a su amiga,
como si con ello pudiera decirle que no pensaba dejar solo a John con Bettina
ni loca, aunque Penny, que ya iba algo pasada de copas, pareció no captar nada.
-¡Vamos, ven!-le insistió su amiga divertida.
-Ve, pequeña…-le susurró John a su lado.-No creo que nadie
me rapte…
Chris se volvió hacia John y le dedicó una sonrisa de oreja
a oreja. Después, se giró de nuevo en dirección a Penny gritó:
-¡Bah, seguro que ha hecho una idiotez, como
siempre!-contestó entre risas.-¡Después voy!
-¡Después no me voy a volver a beber un tanque de cerveza
con vodka de un solo trago, hermanita!-le gritó Paul.
-Este hermano mío es tonto…-sonrió ella pegándose aún un
poco más a John de manera disimulada.
-No creo que te den un Nobel por haber descubierto eso…-rió
John.-Anda, Bettina, ponnos algo para beber, que tenemos sed.
-¿Lo que solíais tomar?-preguntó.
-Sí, casi no me acuerdo del sabor que tenía la bomba esa.-bromeó
él.
-¿Y para ti, Chris?-le preguntó de mala gana.
-Un ron con cola, gracias.-contestó ella dirigiéndole de
nuevo una sonrisilla falsa.
Bettina se dirigió hacia las estanterías de las botellas y
empezó a servirles sus bebidas, para John una mezcolana con bebidas con muy
alta graduación que a Chris la dejó alucinada y para ella su ron. De repente,
cuando aún Bettina ni siquiera había tenido tiempo a acabar de preparar las
bebidas, empezaron a sonar las primeras notas de “Stand By Me” y Christine
sonrió con malicia para sus adentros: que justo en aquel momento empezara a
sonar precisamente aquella canción le iba a venir de perlas…
-¡Johnny!-le dijo lo suficientemente fuerte como para que
Bettina los pudiera escuchar desde donde estaba.-¿Te acuerdas de la canción?
-Claro que sí, pequeña, claro que sí…-contestó él con una
sonrisa.-Podríamos incluso decir que es la nuestra, ¿no?
Chris sonrió antes de plantarle un intenso beso.
-¿Bailamos?-le preguntó él.
-Claro.
Y dicho esto, los dos se alejaron de allí muy, muy juntos
mientras Chris empezaba, ahora sí, a relajarse con la situación. John estaba
exactamente donde ella quería que estuviese y por muchas Bettinas que se le
plantaran delante, estaba segura de que, al menos por el momento, no podía
pasar nada raro siempre y cuando ella estuviera cerca de él.
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John observó con una sonrisa como Christine salía del baño
con el pijama puesto.
-Sin maquillar aún me gustas más que con maquillaje…
-Y a mí me gustas más sin gafas porque así me encuentras
siempre guapa.-rió ella metiéndose a su lado en la cama.
John rió con la broma y le dio un beso en la mejilla.
-Has estado muy cariñosa esta noche, ¿no crees?-dijo con
toda la intención del mundo.
-¿Y eso tiene algo de malo?-preguntó ella esbozando una de
sus sonrisillas inocentes.
John sonrió. A cualquiera le hubiera engañado aquella carita
de no haber roto nunca un plato, pero él ya empezaba a conocerla demasiado bien
como para saber que escondía algo.
-No tiene nada de malo, todo lo contrario, diría
yo…-contestó él.-Pero me ha sorprendido, simplemente. Digamos que has estado
demasiado cariñosa… No parecías tú.
-John…-masculló ella con fastidio.-No hay quien te entienda.
Si estoy cariñosa mal hecho; si no lo estoy, peor…
-No te estoy diciendo que esté mal, ya te he dicho que hasta
me gusta…-le respondió él con calma.-Pero me preguntaba cuál era la causa de
tanto amor repentino…
-Yo te quiero siempre, John Lennon.-le replicó Christine
molesta.-¿O no?
-No te enfades, leona, que no te he dicho nada…-rió John
abalanzándose sobre ella para darle un beso.
-Sé quién era esa Bettina del Star Club.-dijo de repente
ella cuando él separó sus labios de los suyos.
John habría soltado una risotada al haber descubierto la
causa de lo posesiva que se había mostrado ella esa noche de no haber visto el
gesto de preocupación con el que la chica acababa de decir eso.
-¿Sí?-se limitó a preguntar esbozando una sonrisa.
-Sí.-contestó ella.-Era tu amante y te la chupaba detrás de
la barra un montón de veces.
-¿Cómo…?-empezó a preguntar John sorprendido porque ella
supiera aquello.
-¿Qué cómo lo sé? Escuché como una vez Paul se lo contaba a
Mike hace años…-respondió Chris.
-Recuérdame que mañana mate a tu hermano por bocazas…-dijo
John.-Christie… No estarás celosa, ¿no?
-No, por supuesto que no, estoy de lo más contenta por ver
que mi novio se hubiera pasado toda la santa noche con su exzorra de no haber
estado yo allí.-contestó la chica con sarcasmo.
John la miró boquiabierto. Normalmente, solía ocurrir al
revés: el celoso era él y no ella. No obstante, el verla así enfurruñada a su
lado en la cama, le hizo bastante gracia.
-Buena palabra, la de exzorra.-rió finalmente intentando
relajar la tensión.-Deberías pedir que la incluyan en el diccionario.
-John… Hablo en serio…
-Y yo.
-Idiota…-masculló ella girándose y dándole la espalda.
John no se dio por vencido y la abrazó por detrás a la vez
que le daba un beso en la mejilla.
-Pensé que después de una noche tan cariñosa, ahora
continuarías igual…-bromeó a sabiendas de que en cualquier momento Chris lo
podía mandar a la mierda.
No obstante, ella continuó en silencio durante unos
segundos, inmóvil.
-John…-dijo al fin rompiendo el silencio.-Esa Betty… ¿Te
gusta todavía?
John no pudo evitar soltar una risita.
-Por supuesto que no.-le dijo él.-Me gustas tú, sólo tú.
La chica se giró de nuevo hacia él con una sonrisilla en los
labios.
-Te quiero a ti, pequeña.-susurró John esbozando una sonrisa
antes de recibir un intenso beso.
Chris se separó de él antes de lo que él hubiera deseado.
-¿Seguro que no te gusta nada?-preguntó ella medio en serio
medio en broma.
John rió de nuevo.
-Bueno… He de reconocer que daba las mejores mamadas que
jamás me han dado, pero no, no me gusta nada.-rió John a la vez que Chris le
soltaba una sonora colleja que le dejó amargo.-¡Eso ha dolido, bestia!
-Y más que te va a doler si sigues así de imbécil.-le
replicó ella divertida.-¿Con que esa Bettina da, según tú, las mejores mamadas?
-Por supuesto que sí.-rió John ganándose otra colleja.
-Pues eso…-dijo de repente ella mirándolo con una sonrisilla
pícara.-Eso habrá que verlo…
-¿Cómo que habrá que verlo?-preguntó John extrañado.
-Pues que igual hay alguien mejor que ella y no lo
sabes…-sonrió ella.-Todavía.
-Joder, Christie…-rió John excitado con la simple
insinuación que su chica le acababa de hacer.-Tú jamás dejarás de sorprenderme…
Buenas y sucias noches! (porque con el final que esto tiene no es de otra manera, no? jajaja). Bueno, hasta aquí este capi que se os habrá hecho súper largo porque es que es el más largo que he escrito hasta el momento... Nada más ni nada menos que lo que me hubieran ocupado dos capítulos normales me ha ocupado... Pero en fin, espero que no se os haya hecho demasiado pesado y que os haya gustado! :)
Bueno, guapas, voy a ver quién gana las semifinales de la Eurocopa, si España o Portugal, en la tanda de penaltis... Besitos!
Ese tipo de finales si que me los esperaba de parte tuya jajajajajaja hay Cris querida que excelente capitulo te acabas de echar , estuvo buenisimo , no tengo palabras para decirte como me gusto , hiciste el viaje de Alemania bastante bien ,la pobre de Chris que casi no duerme con John y Penny que casi la matan jajajajaja pero creo que comparado con otras cosas que van a pasar mas adelante , eso no es nada , 24 paginas de word me has dicho que es todo esto ?? pues por primera vez me leo a gusto 24 paginas de word es mas ni te voy a decir que espero que publiques pronto porque hasta mereces unas vacaciones con toda esta genialidad XD.
ResponderEliminarJajaja, el final es que me salió de lo más profundo de mi alma... :P Gracias, de verdad, esto de escribir la gira me estaba atormentando bastante porque quería a la vez, dentro de la ficción hacer esto lo más parecido a la realidad... Y bueno, que me digas eso y que me digas que te has leído el tocho de páginas que he colgado a gusto pues es un verdadero halago! Por cierto, de vacaciones nada, voy a colgar ahora el siguiente capi, jajaja.
EliminarYo me creía muy fan de los beatles pero me doy cuenta con tu fic que había muchas cosas de ellos que ignoraba por completo!! Me gusta mucho tu fic porque le das el toque realista y parece como si esto de verdad hubiera pasado!! Me encanta!
ResponderEliminarDe verdad, de verdad, de verdad... GRACIAS! En realidad, dentro de lo que es el fic, esta es una de mis obsesiones: ceñirme más o menos a lo que pasó todo lo que pueda. Espero que te continúe gustando esto. Besos y gracias por comentar!
Eliminarte fuiste al re carajo con el final jjajajajajajajjajaja, digo lo mismo que John "nunca dejarás de sorprenderme" jajajajaja
ResponderEliminarA ver Cris, vos, aparte de genia (cosa que ya sabes que sos), sos mi maestra, no sólo porque leyendote a vos aprendí a escribir mejor (bueno, no se si se notará, pero creo que si jajja) sino que me enseñás cosas! sos mi PROFEEEEEE!!!!!! poné una escuela beatlemaníaca, que me anoto enseguida!
Joder, como me revienta Brian y su desconfianza, que no se da cuenta que no son niñitos de jardín de infantes, que son personas con vida y no muñequitos? Ay, me ponen violenta sus actitudes!Por lo menos Chris la va piloteando bien, pueda ser que no cometa ningún error, ni ella ni John, porque se va todo al tacho.
Otra cosa, me re angustié con lo que le pasó a Penny....estas fans están mas locas que lo que creia, o te amenazan o te revolean cosas, están muy enfermas, pobrecitas....Otro momento en el que me angustié fue con lo de John y las cartas...me dio muchísima pena, porque si, muchas veces uno se hace el duro, como que ya no te importa nada, y medio como que herís a los demás, porque piensan que ya no te pasa nada, o que sos un frío de mierda, y resulta que como digo yo siempre "la procesión va por dentro". Que bueno que John, gracias a Chris, pudo dar ese paso adelante.
Y qué buena salida a los bares! Un coñac por favor! o un wiskicito! O un fernet con cola (mmm....quiero quieroooo) Me reí mucho de los celos de Chris, pero también....una cosa es saber que la mina bailaba con John, y otra cosa....saber lo que hacia jajajajajajajaja este John no dejó títere con cabeza!
Bueno pequeña profe loca, seguí así, y no te tomes vacaciones jajajaja
El amor de mi vidaaaa has sido túuuuu, el amor de mi vida sigues siendo túuuuu... Pero cómo me dices esas cosas tan bonitas? Que no sabes que yo no sé recibir halagos??? jajaja. Vaya, que sí, que cuando quieras, ahora que estoy sin trabajo, me monto la escuela beatlemaniaca... Yo creo que estaría bien eso, no? El problema es dónde crearla... He pensado en The Cavern, así, entre clase y clase, nos tomamos unas cervecitas y al final del día, con tanto alcohol acumulado ya podemos hasta ponernos a escuchar Revolution 9 del derecho y del revés para analizarla y encontrarle su belleza oculta... (yo ya se la he encontrado, lo confieso... ¬¬ )
EliminarBfff, las fans están muy locas con lo de Penny... Menos mal que no todas son así... Y bueno, lo de John con las cartas de Stu es más o menos mi versión imaginaria de lo que pasó... Tuvo que ser duro para él, no?
Bueno, te tranquilizo diciéndote que no, que no me tomo vacaciones, jajaja. Muaks!
waaaaaaaaaaaaa! Hola! al fin puedo comentar ;-; me he encontrado con tu fic hace tres días, no basta decir que me lo he devorado y me ha encantado por completo, después de los fanfics de Harrison, me encantan los de Lennon y para mí, este se lleva la corona como uno de los mejores que he leído, me ha encantado todo lo del capítulo, vaya de los 48 capítulos que he leído en tres días, haha me han dado mis buenas regañizas por acostarme a dormir a las tres de la mañana leyendolo, pero poco me importa haha! me encanta como describes a tus personajes, pero mas a Lennon, sin duda creo que eres una de las pocas personas que has podido reflejar su espíritu íntegramente {lo sé he sonado como psicóloga o bueno eso quiero creer} me encantan todas las parejas, y Chris, pequeña malhablada y peleonera, me he enamorado de ella! haha me hace reír con sus cosas y todos los personajes, Gwen es el que mas me gusta &su relación con Harrison {espero & pongas mas de ellos porque me encantan! c:} & bueno la muerte de Alice ha quedado como un trauma...enserio, quería llorar cuando lo leí, sin duda es uno de los fics mas interesantes que he leído y se esta situando en lo más alto de mis favoritos, sigue escribiendo como siempre, mujer! que lo haces divino! y bueno nos vemos luego, también te quiero invitar {si quieres y puedes claro!} a leer mi fic, que lejos de ser tan bueno como el tuyo le hace el intento wwww.somewhereinher.blogspot.mx
ResponderEliminarPd: El final me ha dejado picada XD sin duda esos dos son unos lujuriosos de lo peor,haha & Chris nunca dejará de sorprenderme c: cuidate & muchos besos & abrazos desde México! c:
No te puedes ni imaginar la ilusión que me hace ver como alguien, a estas alturas del fic, se ha enganchado a leer esta paranoia! Muchísimas gracias, de verdad! :D Es por cosas así por las que me animáis a seguir escribiendo esto! ;) Me encanta que te gusten los personajes... La verdad es que estoy intentando no edulcorarlos demasiado (si te paras analizarlos, están todos como una cabra, jajaja) y sobre lo de John, me alegro que creas que he conseguido reflejarlo... En realidad es al que más me trabajo porque no quiero mostrarlo como algo que no era en realidad ;)
EliminarSobre lo de Gwen y George, tranquila, aparecerán muchísimo más, así que...
Y en fin, que sí, que me paso enseguida a ver ese fic tuyo que no conocía y a ver si me puedo poner al día leyéndote!
Besos y gracias por el comentario! ;)