lunes, 4 de marzo de 2013

Capítulo 78: Diciembre

Diciembre también había traído consigo las primeras nevadas y un frío húmedo que se te calaba en los huesos. Era todavía bastante temprano y Mary miraba por la ventana de la sala de lectura, absorta. Hacía mucho rato que había dejado de prestarle atención a aquel pesado libro de Historia Medieval. Y es que, aquellos días, Mary tenía cosas mucho más importantes en las que pensar. No sabía exactamente cuando nacería el bebé exactamente ya que el ginécologo no se había atrevido a dar una fecha exacta pero le quedaba muy poco. A ella no le hacían falta médicos para saber que su bebé estaba nacería de un momento a otro.

De repente, el bebé le dio una fuerte patada que le pilló por sorpresa. Aquello no pudo menos que arrancarle una inmensa sonrisa. La verdad era que Chris tenía razón cuando le decía que iba a ser futbolista por lo menos. Además, era curioso: las patadas más fuertes se las daba en los momentos en los que, como aquel, ella estaba más relajada, como si quisiera llamar la atención de su madre y decirle que seguía allí. En un gesto automático, Mary se colocó la mano sobre la barriga y la acarició.

-Tranquilo, pequeño...-susurró.-Mamá está aquí...

El bebé dio otra patadita, esta vez mucho más suave que la anterior. Mary soltó una risita por lo bajo. En ocasiones le daba la sensación de que le contestaba, como aquella vez, y, la verdad, era que estaba segura de que lo hacia. Ya apenas se acordaba de las dudas que había tenido sobre todo aquello cuando se había enterado de que estaba embarazada. Ahora, lo único que sentía hacía aquella criaturita era un amor inmenso, un amor especial, que nunca antes había experimentado, un amor que había hecho que todas las dudas se evaporaran como si nada. Todo iba a salir bien. Todo.

-Hola, princesa.

La chica se volvió hacia Ringo, que acababa de entrar en la habitación todavía con el pijama y la bata y una cara de sueño inmensa.

-Buenos días, Ritchie.-sonrió ella.

-¿Cómo están mis dos tesoros?-preguntó el chico acercándose hacia ella y poniéndole la mano sobre la barriga antes de darle un dulce beso en los labios.

-Bien.-susurró ella divertida.-Una con un dolor de riñones de locos y el otro dando patadas...

-Para variar... Ya está dando guerra desde antes de nacer... La que nos espera.-bromeó él.-Y a ti... ¿te duele mucho?

-Lo normal.-respondió ella quitándole importancia al asunto aunque, en realidad, estaba mintiendo: jamás había tenido tanto dolor de riñones como aquella mañana, pero tampoco ganaba nada con quejarse. Al fin y al cabo eran cosas normales del embarazo.-Creo que sobreviviré.

-A lo mejor deberías tumbarte un rato.-dijo él sin poder ocultar cierto tono de preocupación en su voz.

-No creo que haga falta. Aquí en el sillón estoy bien.

-Eres una cabezota, ¿no te lo había dicho nunca?

-Más de una vez.-rió ella.-Pero ya sabes que me da igual.

-Y tanto que lo sé...-suspiró él entre enfadado y divertido.-Pero en fin, como quieras. De todas maneras, no vas a poder evitar que me vaya ahora mismo para la cocina y te suba un té bien caliente.

-Ni yo trataré de impedir que me malcríes un poco.-rió la chica.

Ringo le dio otro breve pero tierno beso y salió de la estancia con una sonrisa pintada en la cara. Mary lo miró: se le veía feliz con todo y aquello era suficiente para que ella también se sintiera bien. Se levantó con cuidado de su sillón; estaba ya harta de estar en la misma postura y quizá a eso se debiera su dolor. Colocándose las dos manos sobre los riñones, se situó frente a la ventana y empezó a mirar el paisaje invernal, intentando mantener la mente en blanco. Y justo cuando estaba empezando a olvidarse de aquellos pinchazos de dolor, justo entonces, notó como algo cálido se le resbalaba piernas abajo. Sorprendida porque no se esperaba aquello para nada, volvió la cabeza hacia abajo y se miró. No pudo reprimir que una oleada de nerviosismo la invadiera cuando entendió lo que estaba a punto de ocurrir. Acababa de romper aguas.

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George estaba tranquilamente en casa, rasgueando distraído las cuerdas de su guitarra, cuando el teléfono sonó de repente. Miró de mala gana el aparato como culpándolo por aquella interrupción en un momento en el que no quería que nadie le molestara y, al cabo de unos segundos, alargó el brazo con pereza para contestar. 

-¿Sí?-respondió.

-George, ¿verdad?-le dijo una voz masculina al otro lado del teléfono.

-Sí, soy yo.-masculló él desconfiado. Jamás sabía qué clase de gente podría haberse hecho con el teléfono de su casa y aquello lo ponía receloso de cualquiera que llamara preguntando por él.-¿Quién es?

-Mi nombre es Jayin.-le repuso el hombre.-Llamo de parte del Maharishi Yogi.

Sintiendo como se le hacía un nudo en la garganta, George agarró aire.

-Encantado, Jayin.-dijo más en un susurro que en otra cosa.

-El maestro quería llamar personalmente, pero no ha podido ser...-continuó Jayin.-Tengo entendido que tanto tú como tus compañeros estáis interesados en una estancia aquí en Rishikesh para aprender más sobre la Meditación Trascendental.

-Sí, claro.-respondió George.-De hecho el Maharishi nos propuso ir en octubre ya, pero no pudimos acudir por problemas de agenda y lo pospusimos unos meses...

-Entiendo. Para eso llamaba precisamente. El maestro dice que si queréis podéis venir a principios de este año próximo. Estará encantado de recibiros.

-¿A principios de año? ¿Cuándo exactamente?

-Finales de enero o febrero, depende de cuando queráis vosotros... Habladlo y pensadlo. Ya sabéis cómo contactar con nosotros. Estaremos encantados de recibir noticias vuestras pronto.

-Por supuesto.

-Un placer, George.

Y sin darle ni siquiera tiempo a responderle nada más, Jayin colgó el teléfono. George hizo lo mismo, pensativo. Aquella llamada le había pillado completamente de improviso.

-¿A qué viene esa cara? ¿Quién era?

George le dedicó una dulce sonrisa a Gwen, que acababa de entrar en el salón y lo miraba con el ceño fruncido.

-Era un tipo llamado Jayin.-contestó a la vez que la chica se le acercaba y se sentaba a su lado en el sofá.-Llamaba de parte del Maharishi.

Con tan sólo escuchar aquella frase, los ojos de Gwen se abrieron como platos.

-¿Y qué quería?-se apresuró a preguntar ella impaciente.

-Pues... ¿te acuerdas de la propuesta que nos hizo de ir a la India a uno de sus cursos?-George esperó a que Gwen asintiera con entusiasmo la cabeza antes de seguir.-En teoría debíamos ir en octubre, pero ya sabes que entre unas cosas y otras no pudimos...

-Ya, lo sé.-contestó ella de mala gana.-Compromisos.

-Exacto.-convino George.-Pues ahora... Ese tal Jayin me ha preguntado si estaríamos dispuestos a ir a principios de año, entre enero o febrero y...

-¡Claro que sí!-se apresuró a cortarle Gwen, que apenas podía disimular su ilusión.-¡Vayamos! Por esas fechas vosotros no tenéis compromisos, ¿no?

-No, en principio no.-contestó George algo sorprendido ante el ímpetu de su novia.-Pero lo hablaré con los chicos y lo decidiremos...

-Si los demás no quieren y tú tienes libre...-masculló Gwen podría decirse que incluso con algo de vergüenza.-Podríamos ir tú y yo, ¿verdad?

George no pudo evitar soltar una risita ante aquella respuesta.

-Te hace ilusión ir a uno de esos cursos, ¿verdad?

-Mucho.

-Y...¿qué hay de la Universidad?-preguntó él de repente, aun a sabiendas de la contestación que iba a recibir.-Ya sabes que de ir estaríamos en India bastantes semanas.

-George, parece mentira que me preguntes eso.-respondió la chica mirándolo, seria.-Me dan igual las semanas que estemos allí. Me interesa el tema tanto como a ti y se nos está brindando la oportunidad de introducirnos como es debido en la Meditación, con el Maharishi. ¿De veras crees que voy a desperdiciar eso por unas clases? Cuando vuelva, te aseguro que la universidad seguirá exactamente en el mismo lugar donde la dejamos.

-Sí, la verdad es que te hace ilusión.-rió George antes de prácticamente abalanzarse sobre ella y empezar a a cubrirla de besos.

Estaban en plena sesión de besos cuando, de nuevo, el ring-ring del teléfono los volvió a interrumpir de nuevo.

-Joder...-se quejó George levantando levemente su cara del cuello de la chica.-¿Quién será ahora?

-Responde.-le instó Gwen.-A lo mejor es el Jayin ese o quizá...

George le dedicó una sonrisa antes de alargar la mano y responder.

-¿Diga?

-¡George!

-¿Quién...?

-¡Soy yo! ¡Soy yo! ¡Rich! ¡Ringo!

-Sí, bueno, creo que me ha quedado lo suficientemente claro quién eres. Precisamente quería hablar contigo...

-¡No hay tiempo para eso ahora!-le cortó su amigo nervioso haciendo que George frunciera el ceño levemente, sin entender a qué venía todo aquello.-¡Estoy en el hospital!

-¿Qué?-casi exclamó George asustado-¿Ha ocurrido algo?

-¡Sí!-exclamó Ringo, quien a continuación soltó una carcajada nerviosa, casi histérica.-¡Bueno, está ocurriendo, creo! 

-¡Rich, joder, aclárate!

-Mary está dando a luz.-le contestó su amigo a trompicones.-¡Voy a ser padre, joder! ¡Voy a ser padre!

-¿En serio?-exclamó George contento.-¿En qué hospital estáis?

-En el Queen Charlotte's.

-¡Eso es fabuloso!

-¡Lo sé! ¡Joder, creo que me va a dar algo de puro nervio! Su madre tenía previsto venir de Liverpool en unos días, pero... ¡se ha adelantado!

-¿Estás solo allí?

-Eso creo, sí... He llamado a la familia y no llega nadie.

-Richard, tranquilízate, ¿quieres? Están todos en Liverpool, no pueden teletransportarse.-le contestó George.

-Vale, está bien, lo intentaré, joder... Pero es que... ¡voy a ser padre!

-Lo sé, lo sé...-rió George.-Vale, no te muevas de ahí...

-¿Cómo me voy a mover de aquí si mi mujer está teniendo un hijo?-exclamó Ringo al otro lado de la línea.

-Era sólo una manera de hablar... Bueno, sea como sea, tranquilo. Ahora iremos allí a hacerte compañía antes de que acabes subiéndote por las paredes.

-¿En serio?

-No, en broma.-le contestó George divertida.

-¡Gracias tío! ¡Hasta ahora!

George colgó sin poder borrar la inmensa sonrisa que tenía pintada en su cara.

-¿Es... Mary?-preguntó Gwen con un hilillo de voz a su lado, curiosa.

-Sí.-contestó él.-Es Mary. Está en el hospital. Va a tener al bebé.

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Había perdido ya la cuenta de los cigarrillos que se había fumado aquella mañana, mientras daba paseos nerviosos, hacia un lado y a otro, por la sala de espera del sala de partos. Afortunadamente para él, no había nadie más que él aquella mañana, con lo que por lo menos estaba lejos de miradas y preguntas indiscretas por parte de cualquiera que lo reconociera.

¡Menuda mañana se había pasado! Aquello era algo digno de infarto, y más, para un padre primerizo como él. Todavía se acordaba de cómo Mary le había dicho que acababa de romper aguas cuando le había subido un té caliente a la sala de lectura. De no haber dejado la taza sobre la mesa segundos antes de que ella le dijera eso, la habría dejado caer al suelo. Jamás se esperaba que aquello fuera a suceder así, tan de repente y sin previo aviso, pero así habían ocurrido las cosas.

Lo que más le chocaba de toda aquella situación era que Mary había mantenido la calma en todo momento e, incluso, se había tomado la licencia de hacer algunas bromas sobre el estado de nerviosismo que presentaba él. Y es que, de no haber sido por ella, él ni siquiera se habría vestido y habría salido zumbando hacia el hospital todavía con el pijama y la bata puestos, además de que, por supuesto, se le habría olvidado meter la bolsa con las cosas para el bebé en el coche que desde ya hacía unos días tenían preparada.

Después habían llegado al hospital, donde les habían atendido con rapidez y el mismo ginecólogo que la había estado viendo durante todo el embarazo se había hecho cargo del inminente parto hasta que entendió que ya estaba lo suficientemente dilatada y la habían llevado a la Sala de Partos.

Y allí estaba él en aquellos momentos, atacado, sin saber qué más hacer, empalmando un cigarrillo tras otro y pensando en un millón de cosas a la vez. Jamás en toda su vida había vivido una situación así, y eso que él había estado metido en cientos de situaciones estresantes. 

-¡Ey, futuro padre!

Ringo no pudo evitar sonreír de oreja a oreja cuando se giró hacia la puerta de la sala de espera y se encontró a George, que acababa de llegar con Gwen.

-¡George! Esto es de locos. ¡De locos!

-¿Cómo va todo?-quiso saber Gwen.

-No me han dicho nada, pero espero que bien...-contestó él con un hilillo de voz, intentando autoconvencerse de que era así en realidad.

-Claro que sí, Ritchie.-sonrió George dándole unas palmaditas en la espalda.-Claro que sí.

-¿Qué creéis que será?-preguntó él de repente, poniendo por primera vez en voz alta sus pensamientos.-¿Niño o niña?

-Niño.-dijo George.

-Pues yo creo que será una niña preciosa.-sonrió Gwen. A Ringo no le quedó claro si aquello lo había dicho de verdad o más que nada por llevarle la contraria a su novio.-¿Y el papá qué cree?

-Y yo qué sé... Yo ya no creo nada.-rió él nervioso antes de sentarse de golpe sobre una de las sillas metálicas de la sala de espera.-Yo lo único que quiero en estos momentos es que todo vaya bien... Y que ella esté bien. Sólo eso.

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El sonido del llanto del bebé irrumpió en la sala de partos con fuerza, llenándolo todo. Aquel llanto sonó para ella como la música más perfecta de todas, como el sonido más hermoso que jamás nadie hubiera podido escuchar. Aquel grito le hizo olvidar de repente todos los dolores que había sentido hasta el momento, todo su sufrimiento. ¿Qué importaba todo aquello si por fin tenía delante de ella a aquella criaturita que había llevado dentro de sí durante nueve meses?

-Enhorabuena, señora Starkey.-le dijo la matrona acercándose hacia ella con el bebé en brazos.-Ha tenido usted a un niño precioso.

La mujer le puso al bebé encima de ella, con muchísimo cuidado. El niño, que hasta entonces había estado llorando, calló instintivamente cuando lo colocaron encima de su madre. Mary lo miró y sintió como una oleada de calidez, de un amor que nunca antes había sentido, la invadía. Allí estaba. Allí estaba su hijo. Por fin lo tenía en brazos, tan perfecto, tan hermoso, tan pequeño, con sus ojitos cerrados. Aquel era, sin lugar a dudas, el momento más hermoso de toda su vida.

Y entonces, sin poder, evitarlo, Mary se puso a llorar, feliz y emocionada.

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Ante la sorpresa de George y Gwen, Ringo dio un salto de la silla cuando vio que la puerta por la que Mary había desaparecido anteriormente volvía a abrirse. El pulso se le aceleró cuando vio que por allí acababa de aparecer la matrona que había atendido el parto, con un pequeño bulto envuelto en una toalla blanca entre sus brazos.

-¿Señor Starkey?

Casi antes de que la mujer acabara de pronunciar aquellas palabras, Ringo ya estaba plantado delante de ella, nervioso como un flan.

-Enhorabuena.-dijo la mujer.-Su mujer ha tenido a un niño precioso.

-¿Es un chico?-preguntó él empezando a sentir como el mundo le daba vueltas a su alrededor.

-Un chico sano y muy guapo.-le respondió la comadrona luciendo una inmensa sonrisa a la vez que le acercaba un poco al bebé.

El ver por primera vez la carita de su hijo, hizo que a Ringo le embargara la ternura. Jamás había visto algo tan bonito. Y lo mejor era que era suyo, de Mary y suyo.

-¿Cómo está ella?-quiso saber él de repente.

-Está perfectamente. La están arreglando un poco. En nada la subirán a la habitación.

Ringo sólo pudo esbozar una enorme sonrisa, aliviado porque por fin todo había salido bien. Después, volvió a mirar a su hijo. Tenía la sensación de que jamás se iba a cansar de observarlo.

-¿Puedo...?

La matrona entendió enseguida qué era lo que quería y asintió, satisfecha.

-Por supuesto.-dijo.-Pero con cuidado...

Con mucha delicadeza, la mujer puso al bebé en brazos de Ringo, quien lo sostuvo con mucho cuidado, temeroso de que aquella cosita tan pequeña le cayera o de que pudiera lastimarle. Nada más lo tuvo en brazos, el niño abrió los ojos y lo miró.

-Hola, pequeño...-le susurró él sin saber muy bien si reír o llorar.-Soy tu papá.

-¿Cómo va a llamarse?

-¿Qué?-preguntó Ringo, que ni siquiera había escuchado la pregunta de la matrona.

-¿Tienen ya un nombre para el bebé?-preguntó de nuevo pacientemente, con la delicadeza típica de quien está acostumbrado a vivir situaciones como esa todos los días.

-¿No...? ¿No se lo ha dicho ella?-se extrañó Ringo.

La matrona negó con la cabeza.

-Estaba demasiado emocionada como para pensar en eso.

Ringo sonrió con dulzura al intentar imaginarse aquella escena.

-Pues se va a llamar...-empezó a decir con emoción.-Vladimir. Vladimir Starkey.

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Vladimir había nacido cerca del mediodía y los habían subido a la habitación poco después, una vez estuvieron arreglados y al niño le hubieron hecho todas las pruebas pertinentes para los recién nacidos. Mary estaba exultante de felicidad. Ringo parecía ser el ser más complacido sobre la faz de la Tierra y no se separaba ni de ella ni del bebé ni un sólo segundo. Además, pese a que se sentía sumamente cansada por todo, las visitas que estaba recibiendo la alegraban muchísimo. Los primeros habían sido George y Gwen, quienes ya estaban allí con Ringo desde incluso antes de que Vladis, como ya había empezado a llamar cariñosamente a su hijo, naciera. Poco después apareció Paul y, más tarde, a la vez, llegaron su madre y la madre de Ringo, Elsie, con Harry, recién llegados de Liverpool después de un agotador viaje en coche, aunque aquello poco parecía importarles a juzgar por lo contentos que estaban mirando a su nieto.

Por otra parte, el teléfono de la habitación estaba que soltaba humo. Familiares de uno y de otro, amigos... La charla con Chris era la que más se había alargado, una charla que, por cierto, había consistido básicamente en convencer a su amiga de que no dejara colgado su trabajo del día y esperara a salir de la redacción para ir a visitarla. Había logrado convencerla a duras penas, pero al final, lo había conseguido.

Ya hacía un buen rato que había anochecido y las cosas ya estaban mucho más tranquilas. Su madre, Elsie y Harry se habían ido a cenar hacía unos minutos y en la habitación sólo estaban ella, Ringo y el niño, quien pese a estar despierto, estaba tranquilo en su cunita con los ojos muy abiertos, mirándolo todo. Afuera había empezado a nevar de nuevo copiosamente, cosa que dotaba, aún más, toda aquella escena de un halo mágico.

Richard y ella conversaban casi entre susurros, tranquilos, cuando, de repente, unos suaves golpes en la puerta de la habitación les llamaron la atención.

-Adelante.-dijo Ringo sin levantar la voz más de lo estrictamente necesario para que lo escucharan desde fuera.

-¿Se puede?

La cabeza de Chris se asomó por detrás de la puerta. Sonreía, con la ilusión pintada en la cara.

-¡Chris!-exclamó ella, contenta.

-Hola, familia.-saludó la chica entrando ya definitivamente dentro de la habitación.-¿Qué tal todo?

-No te mentiré si te digo que ha sido el mejor día de mi vida.-sonrió Mary.

-A eso se le llama ser una madraza.-sonrió Chris acercándose hacia ellos y, blandiendo unos paquetes delante de ellos, añadió:-Tomad, os he traído unas cositas...

-Pero si no hacía falta nada...

-No tiene importancia, Mary, sólo son unos bombones para que comas chocolate en cantidades industriales y te repongas pronto y un peluche que he visto y del que me he enamorado para Vlad...-le cortó Chris.-Y ahora... ¿dónde está esa perla? Quiero ver lo guapo que es.

Mary hizo ademán de levantarse para dirigirse hacia la cuna del niño, que tan sólo estaba a unos pasos. No obstante, enseguida, tanto Ringo como Chris se abalanzaron sobre ella impidiéndoselo.

-¿Adónde te crees que vas?-le riñó Ringo con dulzura.-Los puntos... Debes ir con cuidado o te van a saltar.

-Exacto.-añadió Chris.-Tú ahí quieta.

-Está bien...-refunfuñó ella de mala gana.-Acércame a Vladis, Ritchie, ¿quieres?

A Mary no le hizo falta ni recordarle que fuera con cuidado ya que Ringo lo agarró con tanta delicadeza que apenas lo movió. Aquella imagen, ver que estaba hecho un padrazo, la inundó de ternura.

-Oh, vaya...-susurró Chris acercándose hacia él con cuidado y mirándolo bien.-Es la cosita más bonita que he visto en mi vida...

-Evidentemente no ha salido al padre.-bromeó Ringo haciendo que tanto a ella como a Chris se les escapara una risa divertida.

-Eso no lo sé...-continuó Chris.-Soy muy mala sacando parecidos. Pero lo que sí te digo es que es guapísimo.

-¿Quieres tenerlo un ratito en brazos?-le preguntó Mary.

-¿En brazos?-repitió su amiga casi podría decirse que hasta asustada.-Es tan pequeñito que...

-Venga, Ritchie, dáselo.-sonrió Mary.

Antes de que a Chris le diera tiempo a reaccionar, Ringo le pasó a Vladimir con delicadeza. Christine lo agarró con firmeza y delicadeza a la vez, aunque un poco asustada, podría decirse.

-Vaya... Hola Vlad...-le saludó la chica.

-Ésta es la tía Chris.-comentó Ringo divertido.

-Vaya... Tía Chris... Suena bien y todo...-le siguió la broma Christine.

-Y tanto que suena bien.-sonrió Mary.-Es más... Ritchie y yo habíamos pensado en proponerte algo, si no te supone ningún problema claro.

-¿Proponerme el qué?-preguntó Chris extrañada aunque sin dejar de mirar ni un sólo segundo al bebé.

-Pues que... Queremos que seas su madrina.-le contestó Mary.

Christine levantó la cabeza de repente y se quedó mirándolos, primero a ella, después a Ringo.

-¿De verdad?-preguntó incrédula a la vez que dibujaba en su cara una inmensa sonrisa.

-Claro que de verdad.-le contestó él.-Habíamos pensado en que los padrinos fuerais George y tú, ¿qué te parece?

-¿En serio?

-A ver, pesada... ¿Cuántas veces te lo tenemos que decir?-rió Mary.

-Pues... ¡es fantástico!-exclamó ella entusiasmada.-¡Gracias!

-Espero que no seas una mala influencia para mi hijo, Christine McCartney.-bromeó Mary.-No hagas que me arrepienta de mi decisión.

-No puedo prometerte nada...-rió Chris.-Pero mala influencia o no, seguro que Vlad y yo nos llevamos genial, ¿verdad, pequeño?

El niño la miró durante unos segundos y, a continuación, empezó a hacer pucheros.

-Oh, vaya... Bien empezamos.-bromeó Chris mirando al bebé con ternura.-Creo que el pobre ya se ha cansado de estar con una desconocida y quiere ir con sus papis, ¿verdad?

-No suele aguantar demasiado con nadie.-le aclaró Mary en tono tranquilizador a la vez que Christine le ponía al niño encima con cuidado.

-Ni siquiera conmigo.-añadió Ringo.-Está enmadrado.

-Es que las madres somos las madres...-dijo Mary.

De repente un carraspeo proveniente de la puerta los interrumpió. Habían estado tan ensimismados con el niño que nadie se había percatado de que alguien acababa de llegar. Mary levantó la vista con una sonrisa en los labios pero, cuando vio quién era el que estaba allí en la puerta plantado, sin atreverse a entrar del todo, sintió como el corazón le daba un vuelco. Y es que allí, nada más ni nada menos, estaba John. Miró furtivamente a Chris. No se le escapó que se había puesto mortalmente blanca y que miraba hacia todos los sitios excepto hacia donde estaba él. Mary estaba casi completamente segura de que era la primera vez que se veían cara a cara desde que lo habían dejado.

-Hola.-saludó John.-Siento interrumpir... ¿Puedo...?

-Yo ya me iba.-soltó Chris de repente, seca y haciendo que todas las miradas se posaran ahora en ella.-Tengo un poco de prisa, ya sabes y...  Bueno, volveré mañana a haceros la visita, ¿vale?

-Vale.-masculló Mary contrariada mientras Chris agarraba su chaqueta visiblemente nerviosa y se despedía del niño con una delicada caricia en la cara.

-Nos vemos. Adiós.

-Hasta mañana.-le contestaron casi al unísono Ringo y ella.

Chris se dirigió hacia la puerta, donde aún permanecía John, mirándola casi de manera suplicante.

-¿Me...?-balbuceó ella cuando se encontró cara a cara con él, con la mirada gacha-¿Me dejas pasar, por favor?

John tardó unos segundos en reaccionar. Estaba demasiado ensimismado mirándola.

-Claro.-dijo al fin haciéndose a un lado.-Adiós, Christie.

-Adiós.

Con paso rápido, Chris salió de la habitación, dejándose allí a un sorprendido John que al parecer aún no había asimilado aquel encuentro.

-Yo...-empezó a balbucear John volviéndose de nuevo hacia ellos cuando la chica se hubo ido.-No sabía que ella estuviera....

-John.-le cortó Mary de repente al ver que él no iba a reaccionar hasta que fuera demasiado tarde. Sabía por lo que los dos estaban pasando y no le apetecía verlos sufrir más. Los apreciaba demasiado a los dos como para no desear con todas sus fuerzas que aquella situación se arreglara.-Ve.

-¿Qué?-preguntó el chico, contrariado.

-Que vayas.-le insistió ella.-Ya vendrás a vernos después.

-Es cierto, tío.-añadió Ringo.-Mary, Vladis y yo no nos vamos a mover de aquí. Ve.

John los miró a los dos, al principio algo contrariado y, después agradecido. Entonces, por fin, pareció reaccionar y salió corriendo de la habitación.

Mary lanzó un suspiro. No sabía si enviar a John detrás de ella había sido una buena idea o no pero, de lo que sí estaba segura era que no podían estar toda la vida evitándose. Ojalá todo saliera bien...

*************************************

-¡Chris!

Cuando la chica escuchó la voz de John detrás de ella, aceleró el paso. No quería hablar con él. Pese a que habían pasado mucho meses, aún no se sentía preparada. Y es que, aunque le doliera reconocerlo, seguía sintiendo cosas demasiado fuertes por él como para ignorarlo.

-¡Christie, por favor!

De repente notó como la mano de John se posaba sobre su hombro. La había alcanzado. Intentando mantenerse serena ante aquel leve contacto, Christine cerró los ojos e inspiró aire profundamente. Debería hablar con él, no tenía escapatoria. Después, con deliberada lentitud, se volvió hacia él. No pudo evitar que su mirada inmediatamente se posara en sus ojos. John parecía sereno, nervioso, sí, pero sereno. De pronto, Chris se sorprendió pensando en lo guapo que se veía con el pelo un poco más largo.

-¿Qué quieres?-preguntó lo más fríamente que pudo, intentando así apartar de su mente todo lo que estaba pensando.

-Christie...-empezó a decir John.-Yo... ¿sabes las veces que he intentado hablar contigo?

-No.-le contestó ella.-Pero tampoco tengo interés por saberlo.

John soltó un bufido, molesto.

-Creo que te debo una explicación.-añadió él evidentemente haciendo un esfuerzo por no perder los nervios.

-John...-Chris se maldijo a sí misma por la manera en la que había pronunciado su nombre. Aquello había sonado más suplicante que cortante.-No tienes nada que explicarme. Las cosas son como son y así deben continuar.

-Por lo menos déjame hablar contigo.-le suplicó John.-Por favor, Christie, no me hagas esto, joder.

Chris lo miró a los ojos y vio a un John frágil, a punto de echarse a llorar allí mismo.

-Está bien, hablemos.-se sorprendió diciendo de repente y,  a continuación, señalando las sillas metálicas de una sala de espera vacía ya a esas horas, añadió.-Vayamos allí.

John le dedicó una mirada de agradecimiento y la siguió. Los dos se sentaron, uno al lado de otro en aquellas incómodas y frías sillas.

-Soy consciente de todo lo que te hice.-dijo John al cabo de unos segundos, rompiendo el incómodo silencio que se había hecho entre los dos.-Yo sólo quería decirte que... lo siento.

En cuestión de segundos, por la mente de Chris pasaron muchísimas cosas: desde levantarse y darle una sonora bofetada por todo el dolor que le había causado hasta a abrazarse a él y romper a llorar como una niña pequeña. No obstante, en un último atisbo de lucidez, la chica decidió mantenerse firme.

-Sé que lo sientes.-le respondió al fin con sinceridad.-¿Pero de qué sirve eso?

-Lo último que quería es hacerte daño.-dijo John.-Créeme. Yo lo único que quiero es...

-No sigas por ahí John.-le cortó ella.-Las cosas están como están y yo por lo menos no tengo intención de cambiarlas.

-Lo sabía.-masculló John echándose hacia atrás en la silla y estirando las piernas, nervioso.-Lo sabía. Soy un cabrón y me lo merezco.

-A veces sí que lo eres. Y mucho.-le dio la razón ella.

John se volvió hacia ella y la miró, sorprendido. Era obvio que no se esperaba aquella respuesta. Aquella mirada de John le resultó tan graciosa que, pese a que era lo último que ella quería hacer en esos momentos, Christine soltó una risita entre dientes. John pronto se contagió y esbozo una sonrisa que a ella se le antojó tierna.

-Me alegra saber que estamos de acuerdo en algo.-dijo John.-Algo es algo.

Chris lo volvió a mirar pero, esta vez, la sonrisa se le borró muy pronto de los labios. Ahora, más que incómoda se sentía profundamente triste por todo. John le sostuvo la mirada, interrogante.

-Verás... En realidad no eres ningún cabrón.-dijo ella con sinceridad.-Lo que pasa es que... Haces cosas que a veces hacen que parezcas otra persona.

-Quiero dejarlo.-respondió John plenamente consciente de qué era a lo que se estaba refiriendo ella.-Te juro que quiero dejarlo... Eso es... Una mierda. Dejó de tener gracia hace mucho tiempo y ojalá me hubiera dado cuenta antes.

-Pues déjalo. Déjalo y vuelve a ser tú.-le contestó Chris encogiéndose de hombros. Él se quedó mirándola intensamente durante unos segundos. Fue entonces cuando Chris entendió que si no quería que ocurriera algo de lo que después terminara arrepintiéndose, debía irse ya de allí.- Bueno, John... He de irme.

-Está bien.-suspiró él sin poder ocultar su decepción.-Me alegra haber hablado contigo, Christie. De verdad.

-Yo también me alegro.-respondió Chris poniéndose de pie.-Parece que al final esto no ha sido tan mala idea como pensaba en un primer momento. Adiós, John.

-Adiós.

Christine empezó a andar por el pasillo, ahora mucho más relajada y con la sensación de haber hecho las cosas bien.

-¡Christie!

La chica se volvió extrañada hacia John. No tenía ni idea de que podía querer ahora.

-¿Qué?

-Yo...-balbuceó él.-Me preguntaba si te volvería a ver.

Chris notó como las pulsaciones se le aceleraban al escuchar aquello. Era plenamente consciente de lo que John le estaba pidiendo en aquellos momentos, pero lo cierto era que, pese a que ya estuviera un poco más en paz con él, aún no se sentía preparada para volver a aceptar una cita con él. Conociéndolos a los dos, en aquellos momentos una cita sólo tenía un final posible y no estaba dispuesta a que eso ocurriera.

-Seguramente sí, John.-sonrió al fin intentando mantenerse serena.-Supongo que coincidiremos más de una vez como hemos hecho hoy. Tenemos muchos amigos en común, ¿no?

-Tienes razón.-suspiró John sin molestarse en ocultar su desilusión.-Tenemos muchas papeletas para volvernos a ver si coincidimos.

-Claro que sí.-le respondió ella haciendo caso omiso al tono con el que había remarcado las dos últimas palabras.-Y ahora sí, adiós, John.

-Adiós.

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Hacía varias semanas que Vladimir había nacido y ya estaban en medio de una reunión con los chicos en Sunny Heights. En otras ocasiones, a Mary le hubiera agradado la idea de tener a los chicos allí reunidos en su casa, tomando unas cervezas tranquilamente mientras charlaban. No obstante, en aquella ocasión, el motivo de la reunión lo ensombrecía todo. Y es que los chicos habían ido allí a poner una fecha firme para irse a la India, a aquel curso de meditación trascendental con aquel Maharishi al que ella no consideraba más que un charlatán de segunda.

Ya lo tenían decidido: se irían en febrero, aunque ella no había puesto ni atención al día exacto de tanto asco que le causaba la sola idea de aquello. Y lo peor no era aquello, no. Lo peor era que Richard hablaba con sus amigos como si ellos también fueran a ir a la India. Debía de hablar con él, y debía hacerlo ya, antes de que metiera la pata confirmando su asistencia.

El llanto de Vladimir desde la habitación de al lado le vino como anillo al dedo.

-Debe de tener hambre.-dijo con una sonrisa mientras se ponía en pie.

-Si, ya es la hora.-convino Ringo mirando hacia el reloj de la pared.

-Ritchie...-le dijo ella.-¿Te importaría acompañarme y de paso me calientas el biberón mientras le doy el pecho un poco antes?

-Claro, princesa.

Los dos se pusieron en pie, haciendo caso omiso de las bromas de John y Paul al respecto y se dirigieron a la habitación en donde estaba el niño, que hasta ese momento había estado durmiendo plácidamente. Mary agarró al niño con suavidad y se sentó en el sillón, dispuesta a darle el pecho.

-Iré a calentarte el biberón para después.-dijo Ringo.

-Rich...-le interrumpió ella antes de que saliera de la habitación.-¿Desde cuando Vladis toma pecho y biberón en la misma comida?

Como si acabara de caer de repente en aquel detalle, Ringo la miró, interrogante.

-¿Entonces...?-empezó a decir.

-Quiero hablar contigo, Ritchie.-suspiró ella a la vez que el bebé se agarraba a su pecho con avidez.-Por eso te he llamado.

-Pues tú dirás.-dijo él sentándose en el sillón que había a su lado.

Mary agarró aire antes de contestar y le paso el dedo por la cabecita del niño mientras buscaba las palabras adecuadas.

-¿De verdad quieres ir a la India?-preguntó al fin.

Ringo se quedó callado durante unos segundos, evidentemente contrariado.

-Claro.-contestó al cabo de unos segundos.-Vamos a ir todos... Espera... ¿tú no quieres ir?

Mary levantó la cabeza y lo miró. Sonrió.

-¿Cómo voy  a querer irme a la India durante semanas?-dijo volviendo a mirar al niño de manera significativa.

-Vladimir puede venirse con nosotros.-repuso Ringo.

-Buena suerte si quieres meter a un bebé casi recién nacido en un vuelo de ocho horas.

-Pues... no había pensado en eso-masculló él contrariado.-Quizá podría quedarse con tu madre o con la mía o...

-Ritchie.-le interrumpió ella.-¿De veras quieres dejarte al niño aquí durante no se sabe cuánto tiempo?

El chico calló de repente y bajó la mirada. Después, al cabo de unos segundos, negó con la cabeza.

-Puede que tengas razón y no sea una buena idea irse a la India...-admitió al fin.

-No lo es, créeme.-le dijo Mary.-Tú haz lo que quieras, pero yo tengo claro que no me voy a ningún sitio.

-¡Ni de coña te dejo aquí a ti con Vladis!-exclamó él indignado.

-Pues... Tú mismo.

-No iré.-dijo al fin con determinación.-No iré a esa cosa de meditar. Si quiero, pues después que me enseñen ellos lo que han aprendido.

Mary soltó una risita, en parte aliviada por lo que acababa de conseguir sin ningún esfuerzo y en parte divertida por el tono con el que Ringo acababa de decir aquello último.

-Muy bien, pues después que te enseñen.-repuso ella sonriente.-Y ahora, si quieres, puedes irte de nuevo con esa panda de iniciados con la meditación... Yo no tardaré.

Ringo esbozó una cálida sonrisa y le dio un beso, primero a ella en los labios y después a Vlad en la cabecita. Después, se puso en pie y empezó a caminar hacia la puerta.

-Oye, Mary...-dijo de repente parándose en seco y volviéndose hacia ella con una sonrisilla traviesa.-Dime una cosa... Esto no es sólo por Vladimir, ¿no?

-¿Cómo?

-Pues que... Esto también es porque el Maharishi a ti no te hace mucha gracia...

Mary no pudo evitar que se le escapara una carcajada cuando escuchó aquello.

-En realidad tienes razón.-le confirmó ella divertida.-Ese Maharishi no me cae nada pero que nada bien... Es un charlatán.

-Hay que ver cómo eres...-sonrió Ringo.

-Ya verás como al final todos me dais la razón, Richard.-contestó.-Ya lo verás.

Por toda respuesta, Ringo soltó una risita entre dientes y, después, salió, ahora sí, definitivamente de la habitación. Mary lo observó irse, satisfecha por lo que había conseguido. Los demás irían a la India, sí, pero, por primera vez, ellos iban a desmarcarse de lo que hacían y a seguir su propio camino. Y la verdad era que tenía la sensación de que estaba haciendo lo correcto.




Holaaaaaa! Pues aquí llegué yo con este capi que, obviamente ya os podéis imaginar a quién va dedicado. Pues a la mamá!!!! Jajajaja. Ya sabes, María, este capi va por ti. Ale, ya tienes a tu Vladis ahí todo bonito enterito para ti y para tu Ritchie :P 

Y bueno, a los demás, como siempre y cómo no, muchísimas gracias por estar ahí. Lo he dicho ya muchas veces, pero es cierto, me hacéis muy happy happy al ver que leéis y comentáis.

Y bueno, otra cosa, para mi lector o lectora angloparlante o angloescribiente al menos, jeje... Yes, I can recommend you some other stories about The Beatles in spanish. I'm sure that you can have a good time if you read María's stories... You can read them here: 

http://ringostarr2011.blogspot.com.es/  This story is based on the 50's. A great story.

http://ochobrazos.blogspot.com.es/ An atypical love story. If you read it, you'll understand what I mean.

http://thebeatleschoolgirls.blogspot.com.es/ There are some fics about The Beatles in this blog. All them are so good, but I recommend you the last fic, Secretos Compartidos. She has finished it recently. Have you ever read an story about a serial killer obsessed with The Beatles? If you like detectives stories or thrillers, I'm sure that you'll enjoy this story.

And now, thanks, my friend. I can practise my poor english thanks to you, hehehe.

Y después de dejaros a todos muertos con mi dominio del inglés (desde aquí pido perdón a Shakespeare y demás autores relevantes de la lengua inglesa por destrozarla tan impunemente y sin vergüenza alguna), me despido de vosotros, oh, amores de mi vida!!!!

Hasta el próximo capi, gente!!!!!  :)





5 comentarios:

  1. Hullo you!!! I'm the first comment. Thanks so much for your recommendation luv!!! I'm gonna read that stories soon. I'll begin with the first story that you tell me... Is about Ritchie?
    I've never readed killer or detective stories, then, I'm anxious for that :).

    About the chapter... I'll hope that Ringo's son has his blue eyes!!! That will be very cute :). Y'know my friend I loved the name for the child, Vlad is pretty original and fancy. Also I've enjoyed with John and Chris...is very sadly their situation, I think that John will do something for change that...

    P.D: Don't worry for your english, It's very well my friend. I understand you, my spanish is pretty basic...but I think that important is frecuently practice. See ya in the next chap :).

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  2. Momento, necesito pañuelos. Habia mas pañuelos por aca, ¿donde están? Ya no hay mas en esta caja...Voy a la esquina a comprar, ya vuelvo. Ah, no puedo ir porque hay gente aclamando a alguien, ¿a quién será?

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  3. CRISTINA! CRISTINA! CRISTINA CORAZÓN! ACÁ TENÉS EL PUEBLO PARA LA LIBERACIÓN!
    http://www.youtube.com/watch?v=mg6M-xkGlU0

    Ahhhh....ya sé a quién aclaman! jajajajajjajaa
    Cristiiiinaaaaaa!!!!!!! Ayyy...ya te dije de todo por el wasap, hasta te pedi en matrimonio y arreglé el asunto de la distancia que cruelmente nos separa XD Ya te dije, "por podere" nos podemos casar!
    Bueno, basta de pavadas. Vamos a lo que realmente importa: Mi hijoooo! Mi Vladis! Ay que coshita tan mas hermosa! Si salió al papi será re bonito y matador, y...y...y no sé cuántas cosas mas será! Ya, te lo repito, lloré, si, lloré, mas porque venia sensible porque hoy terminó la novela (un final bastante choto la verdad), y en el ultimo capitulo matan al tipo mas bueno, al que mas me gustaba y que, oh casualidad, se llamaba Ricardo. Y yo llorando como bicho. Y ahora esto. Pero en esto lloro de alegria, porque es re lindo!!!!!!! Muy digno de vos, o sea, bien genial! Me estás consintiendo mucho Cloquell jajaja Ya tenemos a nuestro lider, el Vladimir! Vos sabes que ese nombre me encantó como a los 8 años, cuando lei que "Lolita" lo habia escrito Vladimir Nabokov y pensé que era un nombre espectacular. Y en la novela que miraba mi vieja (la de las dos minas malas, la Soraya y la Penélope jaja) habia uno que se llamaba Vladimir, y la protagonista siempre le decia "Mi Vladis" y yo re "awwwww Vladis, que lindo queda". Y ahora tengo a mi propio Vladis, carajo!
    En serio, muy espectacular este capitulo, muy fuegos artificiales (?)
    Pero bue, bué, vamos a respirar. Inhalo...Exhalo...Inhalo....Exhalo.....Ya está me calmé. AYYYY MI VLADIIISSSS!!!!!!!! MI BEPIIII!!!!!!!!!!!!!
    Ya, enserio, sigo. Oh, querido George de mi vida, COMPADRE! (uy, me siento re mexicana diciendo Compadre jaja) decia, querido compadre, dejate de joder con el Maharishi, que aca el unico Maharishi que vale es el Andry! XD Enserio, si vas a ser padrino, no le metas ideas raras a mi hijo o te despadrinizo (?)
    Faa, la escena esa de la sala de espera, me hace acordar en los exámenes, cuando damos vueltas y decimos "que será cuando estemos esperando en una sala de partos" jajajaja. Yo digo que a Ringo lo tendrian que haber bañado en vino, como le hicieron mi papá cuando naci yo XDDD Alto ritual se mandaron!
    Bueno, continúo. Todo iba fenómeno, incluso con los bombones (lo digo y me salen granos del empacho que me agarré con los bombones de mi cumple y el de mi madre) y la declaración de la COMAAAADREEEEEEE! jajajjajajajajajja Decía que todo iba perfectísimo (vuelvo para atrás: morí con esa escena de que empieza a nevar....Basta Cloquell, que me muero de ternura!) Sigo sigo, que me voy de tema a cada rato por la emoción. Decía que todo va bien hasta....John. Ay John, yo te quiero mucho, y la verdad que me parte el alma verte asi. Enserio, quiero verlos juntos YA. Por lo menos hablaron bien, no se dijeron nada hiriente y salta a la vista de los dos lo mucho que se aman. Por eso quiero que esten juntitos y feliceeeeesss!
    Bueno, no me queda nada mas. Ah si, decirle a mi madre que es abuela para que le dé un desmayo XDDD
    Te mando un graaaan y enorme beso, querida amiga, esposa, COMADREEEEEE jjajajajajajjaja

    Auuuu!


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  4. Blogger puto, me salio con sus 4096 caracteres y no me dejó poner las postdatas. Y que a mí, no me dejen poner postdatas, es IMPERDONABLE.
    Bueno, ahi van:


    P/D1: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

    P/D2: Por si no quedó claro: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

    P/D3: Cómo no podía faltar otro AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH

    P/D4: Ahora sí. AAAANaaa mentira, dejo de gritar. Nuevamente agradezco que me hayas recomendado, hiciste un pedazo de recomendación. Saludaria a la lectora angloparlante pero ya me ganó de mano. La saludaria con mi perfecto inglés jajajaj (en serio, me da vergüenza esto)

    P/D5: El Maharishi Andry está pachucho. Le duele la pancita creo :(

    P/D6: Sacaste el reproductor? Yo que iba a poner Quatre Vents y no está!

    P/D7: Digo siempre lo mismo, pero sos muy genial, y este capi es precioso! Mas aplausos para vos, y qué mierrrda esperan las editoriales, que quiero ver un libro tuyo publicado!

    P/D8: COMADREEEEEEEE!!!!!!!!!!!

    Beso enorme!

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  5. si, ya sé, soy una zarpada por comentarte de vuelta, pero es que tuve un olvido imperdonable y escuchando la radio me di cuenta. Me faltó poner EL tema, el que todos, pero todos los padres cuando tienen un bepi piden en la radio llorando como bichos jajaja

    http://www.youtube.com/watch?v=2pXsFQ_y4QE&feature=youtube_gdata_player

    ahi está, después me contás jaja

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