miércoles, 7 de septiembre de 2011

Capítulo 6: Confusión

-No se hable más.-dijo Christine decidida.-Tú te vienes conmigo ahora mismo.

-Pero si tenemos clase de...-se quejó Mary.

-A la mierda la Historia de Roma.-le cortó Chris decidida empujándola hacia fuera del aula.- Tú a mí esto me lo tienes que contar bien.

-No quiero perderme la hora y...-dudó su amiga.

-No te vas a perder nada.- le replicó ella empezando ya a impacientarse.

-¿Y los apuntes?

-¿Te preocupas por los apuntes?-se extrañó. Le daba la sensación de que Mary estaba intentando escaparse de la situación, pero ella no la iba a dejar así como así. Echó un vistazo rápido al corredor, que estaba repleto de compañeros suyos que habían salido a fumar o a descansar en el cambio de hora. No le costó divisar a David y a Peter, los dos amigos inseparables, apoyados sobre la pared.-¡Dave!-les gritó.-¿Nos dejáis luego los apuntes de Roma? Mary no se encuentra demasiado bien y voy a acompañarla.

-Por supuesto, Christie.-respondió el chico con una sonrisa.

-Mejórate, Mary.-añadió Peter.-Tienes mala cara.

Christine les dedicó una sonrisa a los chicos y arrastró literalmente a su amiga escaleras abajo.

-Mentirosa.-le dijo ésta entre dientes.-Te aprovechas de que le gustas a David para...

-No digas estupideces.-le cortó.-Yo no le gusto a Dave... Pero tú sí que tengo entendido que sí le gustas a alguien...

Mary no contestó y continuó caminando detrás de ella en silencio hasta que llegaron a la cafetería de la facultad, en la planta de abajo del edificio, que estaba llena de gente a aquellas horas. Pidieron un par de cafés y se sentaron en una mesa pequeña que había en un rincón.

-Como se acabe la hora, bajen Peter y Dave a la cafetería y nos vean aquí, tú verás lo que les cuentas...-dijo Mary mientras se sentaba.

-Les diré que te estás tomando un café para que te suba la tensión.-contestó sentándose frente a su amiga y, después, impaciente, dijo:-Venga, cuenta.

-Ya te lo he contado arriba.-le dijo ella.-Me besó.

-Muy bien. Te besó. ¿Y...?

-Y nada.

-Joder, Mary, parece que compres las palabras...-se quejó al ver que no decía nada más.

Su amiga calló y se limitó a darle otro sorbo a su taza de café. Christine la observó bien. No parecía muy contenta, más bien parecía que tuviera encima una extraña mezcla de confusión y enfado.

-A ti no te gustó que te besara...-sentenció al cabo de unos instantes.

Mary levantó la mirada.

-¿Por qué dices eso?-preguntó.

-Porque tienes cara de funeral, por eso lo digo.

Mary soltó un suspiro y dejó su café sobre la mesa.

-No es eso...-murmuró al fin.-Precisamente es porque me encantó ese beso.-volvió a hacer una pequeña pausa y a suspirar.-Y el que me dio cuando nos despedimos también.

-Pues entonces no entiendo porqué estás así.-dijo ella confundida.

-No quiero que me guste como me gusta.

Mary fijó la vista en la pared de al lado. Parecía a punto de desmoronarse y Christine entendió al fin por dónde iba su amiga. Relajó inmediatamente su gesto y se inclinó hacia ella.

-Vamos a ver, Mary...-dijo al fin.-A ti te gusta, lo has dicho.

-Sí.

-¿Y estás a gusto con él?

-Claro.-contestó mirándola de nuevo.- Es eso precisamente... Parece como... No sé... Como si nos conociéramos desde siempre...

-Y supongo que el problema no es otro que ser quien es, ¿me equivoco?

-No, no te equivocas.-dijo Mary.-Tendrá... a cientos de chicas detrás de él, ¿quién me dice a mí que no soy sólo una más?

Christine pensó unos instantes. Tal vez no conociera tanto a Ringo como a George o a John, para qué hablar de su hermano, pero sabía que Mary no era “una más” para él.

-Mira, Mary...-dijo al fin después de escoger las palabras adecuadas.-Si fueras “una más” ni siquiera se hubiera molestado en pedirme tu número...

-Chorradas.-le cortó Mary

-No, no son chorradas y lo sabes.-continuó Chris.- Mira, aunque te parezca un poco brusco, voy a serte sincera. Si ellos, incluido Ringo, quieren a una más no tienen más que chasquear los dedos para conseguir acostarse con una tía. ¿Para qué puñetas iba a molestarse en volverte a ver si no tuviera un interés especial en ti?

Mary volvió a fijar la vista en la pared, pensativa.

-¿Sabes, Mary?-añadió Christine al cabo de unos instantes.-Uno no puede luchar contra lo que siente. Eso está ahí y por mucho que quieras va a seguir estando. Así que...-suspiró antes de continuar-...si tú le gustas a él y él te gusta a ti deberías darle una oportunidad...

-¿Y si no sale bien?-preguntó.

-Es un riesgo que todo el mundo corre. Pero es mejor correr ese riesgo que estar toda la vida preguntándote si hubiera funcionado...-sentenció.-Además, y dejándonos ya de filosofía barata, Ringo es un buen tío. Ya te lo dije y te lo vuelvo a repetir. Las cosas no tienen porqué salir mal.

********

Paul colgó el teléfono dejando el auricular con un fuerte golpe, furioso. Su padre,  que se había marchado del comedor cuando los gritos empezaron, volvió a entrar cuando oyó aquel ruido que daba por finalizada la discusión.

-Voy a pillar la moto. Me marcho a dar una vuelta.-dijo Paul secamente mirándole.-Necesito que me dé el aire.

-No creo que irte a dar una vuelta ahora con la moto sea lo más apropiado.-le contestó su padre severamente.-No es bueno conducir tan nervioso.

-No me va a pasar nada, papá.-le replicó él.-Y no estoy tan nervioso...

Jim suspiró y se sentó al piano.

-Haz lo que te dé la gana, hijo.-dijo el hombre y, acto seguido, empezó a tocar distraído unas notas de jazz.

Paul abandonó el comedor. Estaba a punto de salir hacia el garaje cuando su hermana entró en casa.

-¡Ya estoy en...! ¿a qué viene esa cara?-se sorprendió ella cuando vio a su hermano. Paul ni siquiera se había molestado en disimular la cara de enfado que tenía cuando la chica entró.

-No hay quien os entienda.-le contestó él de malas maneras.-Y déjame en paz.

Christine le miró enfadada.

-¡Oye!-le gritó la chica molesta.-¡Que yo no te he hecho nada! ¡Y si estás enfadado te pegas cabezazos contra la pared, conmigo no lo pagues!

Paul no le hizo caso y salió dejándose a su hermana allí plantada en el recibidor de casa  mirándole con una mezcla de rabia y sorpresa. Se dirigió hacia el garaje y sacó la moto que él solía usar. La otra, la que usaba Jane, ni siquiera la miró. Le limpió un poco el polvo y se puso el casco. Ya estaba a punto de salir de allí cuando Christine entró con cara de pocos amigos.

-Te acompaño.-dijo entre dientes.

Paul se quedó mirándola extrañado.

-No quiero compañía.-contestó de manera brusca.-Si quieres pasear, te vas con la otra moto por tu cuenta.

-Vamos a ver, chulo de barrio.-le reprendió Christine agresiva.-Que a mí tampoco me apetece contar con tu agradable compañía viendo el plan en el que estás. Si estoy aquí es porque papá me lo ha pedido.

Paul maldijo para sus adentros a su padre. No le apetecía estar con nadie, mucho menos con Chris, que cuando estaba enfadada era insoportable y, además, estaba seguro de que más pronto que tarde acabaría preguntándole qué le pasaba. No obstante no quería también a un padre cabreado, así que decidió ceder. Al fin y al cabo, con una novia y una hermana en pie de guerra ya había más que suficiente.

-Ponte el casco. Está colgado de la otra moto.-dijo al fin con voz seria.

La chica se puso el casco y subió detrás de él.

-Agárrate fuerte.-le ordenó.-Sólo me falta que te caigas.

-Lo que te va a caer a ti es un bofetón como continúes así de gilipollas.-Christine estaba realmente enfadada, pero no le importaba en absoluto, él lo estaba más.

Paul no contestó, puso la moto en marcha y salieron de casa. Condujo hacia la salida de Heswall mucho más lento de lo que le apetecía. Se le escapó una sonrisa cuando pensó en lo astuto que era su padre. Le conocía tan bien que sabía que con su hermana detrás no se atrevería a hacer ninguna tontería con la moto...

Continuó conduciendo sin rumbo hasta que llegó cerca de Formby Beach. La playa, con sus dunas, ya podía verse desde donde estaban ellos y Paul se encaminó hacia allí. No había nadie y estaba seguro de que sentarse y mirar el mar le relajaría. Paró la moto y bajaron.

Los dos hermanos entraron en la playa sin decirse nada. Todavía continuaban enfadados. Paul iba delante y Christine se limitaba a seguirle en silencio y enfurruñada. Estuvieron así cerca de diez minutos. A Paul le incomodaba escuchar a su hermana detrás de él sin dirigirle la palabra y estaba seguro al cien por cien de que a ella le pasaba lo mismo. Le sabía mal en el fondo haberla tratado así. Al fin y al cabo ella no debía nada de lo que le pasaba con Jane... Pero es que su hermana se las traía... Ella también se había pasado con él con sus comentarios. No iban a pedirse disculpas, nunca lo habían hecho ni nunca lo harían. Eran los dos demasiado orgullosos y con un carácter demasiado similar como para hacerlo. Sin embargo, por muy grande que hubiera sido la discusión, siempre acababan perdonándose pronto simplemente dejando que las cosas volvieran a la normalidad.

Paul se sentó a los pies de una de las dunas de arena al cabo de unos instantes y Chris hizo lo mismo.

-No me gusta que os metáis donde no os llaman.-dijo Paul. Era plenamente consciente de que así sólo iba a empeorar las cosas con su hermana.

-Yo no me he metido en ningún sitio, estúpido.-Christine más que hablar escupió las palabras.

Paul la miró de reojo. La chica se mordía el labio inferior con gesto enfadado. Desde que era pequeña lo había hecho. Recordó como su madre siempre la reprendía diciéndole que no le gustaba ese gesto, que parecía una niña mala. Obviamente, los sermones de su madre no habían surtido ningún efecto en esa cabecita loca que tenía por hermana. Ese recuerdo le hizo pasar momentáneamente el enfado.

-Tú también eres una estúpida y no digo nada.-dijo en tono suave.

Christine se giró. Su mirada severa se relajó cuando vio que Paul sonreía.

-Creo que definitivamente voy a romper con Jane.-sentenció él al cabo de unos segundos mientras pasaba la mano por la arena del suelo.

-Lo siento.-contestó la chica. Chris apoyó su cabeza en el hombro de Paul, un gesto que le decía sin necesidad de usar las palabras que ya no estaba enfadada con él.

-No lo sientas, es mejor así...-le dijo él al cabo de unos segundos.- Pero cambiemos de tema, Christie. No me apetece hablar de esto ahora.

-¿Y de qué quieres que hablemos?-preguntó ella. Todavía tenía la cabeza apoyada en él y la vista fija en las olas del mar.

-No sé... Por mí como si hablamos del ciclo reproductivo de los osos pardos...-contestó Paul con una sonrisilla amarga.

Christine soltó una pequeña risa entre dientes.

-Pues si me prometes guardar el secreto y hacer como que no sabías nada cuando te lo digan,  te cuento un cotilleo.-dijo ella.

-Prometido. Habla.

 *******

Ringo paró el coche delante de Stanley Park y miró a Mary fijamente. No sabía por qué, pero la encontraba diferente, como más distante que el día anterior.

-¿Ocurre alguna cosa, Mary?-preguntó al fin con la máxima delicadeza de la que fue capaz.

-No, nada.-sonrió ella.

Ringo la miró otra vez. Aunque sonriera no le engañaba.

-Cuando una chica dice que no le pasa nada es que le ocurre algo.-dijo con una sonrisa dulce.-¿Es por mí?

Mary cogió aire antes de contestar y Ringo entrecerró los ojos. Un pensamiento poco agradable le vino a la mente segundos antes de que la chica contestara...

-Sí y no...

A Mary se le entrecortó la voz y paró de hablar.

-¿Qué es lo que ocurre?-preguntó mientras le acariciaba el mentón. Él también tenía un nudo en la garganta y su pregunta había sido casi inaudible.

-Pues que...-dudó la chica al cabo de unos segundos en silencio.-Que todo esto me asusta...-Ringo calló y la dejó continuar.- Tú pronto volverás a Londres y...

-¿Y qué?-la cortó él mirándola ahora fijamente a los ojos.-Cuando yo vuelva a Londres... Nada va a cambiar.

Mary no contestó.

-Mira.-continuó él sin dejar de mirarla.-No quiero agobiarte, sé que nos conocemos poco aún... Pero yo lo único que sé es que me encantas y que jamás he estado tan a gusto al lado de nadie... Y si es necesario que cada día que no tengamos grabación ni compromisos me plante en Liverpool para vernos lo haré, te lo aseguro.

La chica lo miró a los ojos.

-Te lo juro.-añadió Ringo con una sonrisa sincera antes de darle un beso.

*********

-No puede ser...-dijo Paul sorprendido.-Ringo... ¡nuestro Ringo!

-Ni una palabra a nadie. Y menos a Lennon, que nos conocemos, hermanito...

-No, no...-rió Paul.-A John no se le puede contar nada, es un bocazas.

-Y hablando de Lennon...-continuó Christine.-Dile cuando le veas que le voy a matar como no me devuelva ya mi carpeta.

-Se lo diré. Pero que conste que es sólo para que no nos fastidies el próximo disco si lo matas...-bromeó Paul.

**********

John estaba en el salón tocando la guitarra cuando Cynthia entró.

-¿Podrás quedarte con Julian?-preguntó.-He de acompañar a mi madre al médico, supongo que te acordarás.

John levantó la vista. Por supuesto que no se acordaba.

-Tenía que ir a Heswall. Estamos acabando una canción para el nuevo disco y...

-John, por favor- Cyn le miró suplicante.

Suspiró. No tenía otro remedio, pues.

-Supongo que podré llevarlo conmigo.-contestó él al fin.

Cyn sonrió y después de darle las gracias salió del comedor. No hubo beso de despedida como tiempo atrás. Nada.

John oyó como la puerta se cerraba y miró a su hijo, que jugaba en el sofá de al lado con un caballito de juguete. Sonrió y se acercó a él.

-Venga, Jules.-le dijo agarrándolo en brazos.-Vamos a ver al tío Paul.

*********

-Es para ti, George.-dijo su madre.-Creo que es Brian.

George se extrañó. ¿Qué puñetas quería Brian? Se suponía que estaban de vacaciones.

-Hola Brian-saludó cuando se puso el auricular en la oreja.

-¿Qué hay, George?-contestó él. Parecía serio.-Oye... Llamaba para preguntarte algo...

-Ya sabes que por mí haz lo que quieras... Tú eres el que sabe de negocios, no nosotros....-empezó a decir George.

-No es nada de eso.-le cortó su manager.-¿Tú sabes si Ringo...?

George tragó saliva. Sabía lo que le iba a preguntar.

-¿Si Ringo, qué?-preguntó él con toda la naturalidad de la que fue capaz.

-Pues si anda con alguna chica...

-¿Ringo? ¿Con alguna chica? ¡Pero si él nació para estar soltero!-respondió George atropelladamente. No sabía mentir, seguro que le había pillado.

-Me ha parecido verle esta tarde en Stanley Park agarrado de una chica.-dijo Brian  en tono casual.

-Seguro que lo has confundido con otro...

-No creo.-la respuesta de Brian fue contundente.-De todas maneras no estaría mal que le recordaras que no es bueno que se ande por ahí con groupies, con la cara descubierta como si tal cosa. Si le hacen alguna foto... No sé, os podría perjudicar a todos.

George calló. En general Brian le caía bien, pero no le soportaba cuando intentaba meterse en su vida privada de esa manera. En ocasiones les trataba como si fuesen objetos y eso le ponía de los nervios.

-¿Lo harás?-insistió al otro lado del teléfono.

-Tengo que colgar, Brian.-se limitó a decir de manera cortante.-Adiós.

********

-¡Jules! ¿Qué hay, pequeño? ¿Vienes a hacer ruido con nosotros?-dijo Paul alegremente agarrando al niño en brazos.-¿Vamos dentro?

John miró a su amigo con una sonrisa. Siempre le habían gustado los niños y su hijo le hacía mucha gracia.

Entraron en el comedor, que a diferencia del día anterior no estaba vacío. Mike y Christine estaban allí viendo la televisión.

-Vaya, Paul... No se te puede dejar sólo... Vas a abrir la puerta y vuelves con un niño en brazos.-dijo Mike en tono divertido cuando vio a entrar a su hermano con Julian.-Bueno nosotros nos vamos arriba, ¿no Chris?

La chica asintió, se levantó del sofá y se acercó a Julian, que todavía estaba en  los brazos de su hermano mayor.

-Hola guapo.-le saludó con una sonrisa mientras le tocaba la mejilla.-Veo que eres lo único bonito que ha hecho tu padre en su vida...

John soltó una risita y murmuró un “idiota” que apenas se oyó. Christine sonrió con malicia cuando le escuchó y agarró ella a Julian en brazos.

-¿Te vienes conmigo a saludar a un perrito que tengo?

El niño sonrió y dijo que sí con la cabeza.

-Pues vamos allá.-dijo ella mientras empezaba a salir del comedor detrás de Mike.

-Cuidado, que ese perro está un poco loco.-rió Paul.

-Como la dueña.-añadió John mirando a la chica con picardía.

-No te digo a ti lo que eres por no enseñarle palabrotas al niño...-le contestó ella divertida ahora ya desde fuera del comedor.-Ahí os quedáis los dos, feos.

John soltó una risita sin dejar de mirar como Christine se alejaba con el niño escaleras arriba.

-John...-le llamó Paul a sus espaldas.

John salió de su ensimismamiento y se giró hacia Paul, que lo miraba extrañado.

-Cuando quieras empezamos.-le dijo su amigo seriamente.

********

-Tocas genial.

Mary sonrió y miró las teclas del piano.

-Va en serio.-insistió Ringo, que estaba sentado a su lado.

Los dos se miraron durante unos segundos hasta que el sonido del timbre interrumpió de pleno aquella magia.

-No pueden ser Harry y mi madre tan pronto...-masculló él mirando el reloj que colgaba de la pared.

Mary notó como la sangre le hervía en las mejillas, seguro que se había puesto roja como un tomate. Sólo era su segunda cita con Ringo y no se sentía en absoluto preparada para conocer a su familia.

El timbre volvió a sonar y Ringo se levantó para abrir. Mary, por su parte, se quedó allí sin saber muy bien qué hacer.

-¡George!-oyó a Ringo.-¿Qué haces aquí?

Mary suspiró aliviada. Al menos George no eran la madre y el padrastro de Ringo...

-Tengo que hablar contigo...Hola, Mary.-saludó George con una sonrisa cuando entró en el salón seguido de Ringo.

-Hola.-saludó ella también, pero más tímidamente que George.

-Y bien, tú dirás.-le dijo Ringo impaciente. Se notaba que no le había gustado mucho aquella interrupción.

George dudó.

-¿De qué es lo que quieres hablar, George?-insistió Ringo.

-Verás...-empezó a decir el chico.-Me acaba de llamar Brian...

-¿Brian? ¿Qué quería?-se extrañó Ringo.

-¿Habéis estado en Stanley Park esta tarde?-preguntó George.

-Sí...-contestó Ringo confuso.-¿A qué viene eso?

-Os ha visto.

********

Christine lo estaba pasando genial jugando con el niño en su habitación. Le había sacado unos cuantos juguetes hechos polvo de cuando ella y sus hermanos eran pequeños y ahora estaban chinchando a Monster con un ratoncito de juguete que corría por el suelo si le dabas cuerda. Cada vez que el perrito ladraba o huía despavorido del ratón, Julian arrancaba en una enorme carcajada que a Chris le hacía mucha gracia.

Estaban tan absortos jugando que no se dieron cuenta de que Paul y John habían entrado en la habitación.

-Hora de marcharse, campeón.-dijo John poniéndose de cuclillas al lado de su hijo.

Julian hizo caso omiso de su padre y continuó jugando con el ratoncillo. John le revolvió el pelo y le agarró en brazos, lo cual provocó un grito de protesta del niño.

Christine también se levantó.

-Ya vendrás a jugar otro día, ¿vale?-le dijo John al niño con una sonrisa.

-Tiene razón.-le dijo Chris acariciándole la mejilla.-A la próxima verás a Monster. Y puedes llevarte esto si quieres.-añadió dándole el ratoncito, cosa que hizo que el niño olvidara su enfado y sonriese de oreja a oreja.

-Gracias.

Christine miró a John, que después de pronunciar aquellas palabras, la miraba con una sonrisa. Se sintió intimidada. Era la primera vez que aquella mirada no iba acompañada de una sonrisa burlona.

-Bueno, pues ya nos vemos, ¿no, John?-dijo Paul por detrás decidido.-Si quieres puedo subir yo a tu casa mañana para darle forma a la canción esta que se nos ha ocurrido a última hora... Me sabe mal que seas tú siempre el que venga aquí.

-Como quieras...-contestó John.-Pero no me importa venir.

-Insisto.-le cortó.

Christine miró a su hermano sorprendida. Era la primera vez que veía a Paul mirando a su amigo de manera hostil.

-Bien, ven tú mañana.-claudicó John finalmente y, saliendo de la habitación, añadió:-Nos vemos, Chris.

-Adiós.

Christine se quedó allí plantada hasta que oyó como se cerraba la puerta de casa. Después, confundida, se dejó caer sobre la cama lanzando un fuerte suspiro. Algo estaba pasando y no sabía muy bien qué era.


Hola! Cómo estáis? Muy buenas, me contestaréis...  XD Hasta aquí el sexto capi, donde las cosas ya empiezan a complicarse un poquitín...
En fin, ya veis que ha habido pequeñas obras en este sitio. Nada importante, sólo adecentar el header un poquitín (que estaba bastante chunguillo) y añadir tres cosillas al pie del blog, entre ellas, un par de fotos de mi estancia por Tierra Santa (o sea, Liverpool ). Una del techo del museo de The Beatles Story y otra de mi cacho firma estampada en el muro de Strawberry Fields, con un sentido y corto "Gràcies per la vostra música" ("Gracias por vuestra música"). Lo de corto porque no hay diablo que sea capaz de escribir bien sobre esa piedra.... :P
Y por hoy, nada más, así que un besote muy grande a todas y saludos!

2 comentarios:

  1. Waaa, me encantó!!!
    Que lind Jules on chistie, pero me pregunto que se traerá John entre manos on Cristie, y Ringo waa, Estupido Brian, que lo deje, pasarlo bien co Mary xDD
    Me encanto cuando Ringo tocó. Bueno me voy q es tarde.
    Besitos, espero el siguiente como loca/ ~"otra" españoliita~ xDD

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  2. muy bien dicho: A LA MIERDA CON LA HISTORIA DE ROMA!!! (es lo que digo cuando estoy leyendo clasica con sus romanos y griegos estupidos ajaja)
    que chica insistente que sos! si no te quieria contar no te cuento nada, porque soy re caprichosa JUM! jajaja buena charla de café, me gustó mucho y la verdad...que me pusiste a pensar en algo que no habia pensado mucho, porque si algun dia tuviera la oportunidad de cumplir mi sueño imposible (o sea, salir con Ringo) creo que me pondria a pensar todo eso y a dudar tambien...yo creia que todo iba a ser color de rosa jajja y tambien estaria justamente en medio otro "elemento": Brian ¬¬
    Creo que Paul se esta dando cuenta de que algo le esta sucediendo a su amigo y a su hermana, y es obvio que los va a matar a los dos...las cosas se estan complicando mucho! Y ESO ME GUSSSTA muejejeje!!!
    espero el 7, que no se porqué, creo que va a ser muy picante!

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